Especial 1 parte 2
Era sentirse en casa nuevamente, el sentimiento de tener sus almas unidas brindándoles el calor y cariño que por tantos días anhelaron. Conocían no solo sus pieles sino hasta la más mínima reacción o pensamiento ajeno. Tenían claro qué lugar tocar, cuál besar y en el momento exacto que cada cosa debía hacerse. Todo venía de forma natural, no debían pensar en eso, una acción llevaba a una reacción y a otra acción seguida de esta, terminando por hacer cada encuentro único y diferente de los anteriores. Los ingredientes podían ser los mismos o parecidos pero la elaboración y el tiempo de preparado daba ese gusto diferente que hacía brillar las papilas gustativas de sus deseos.
Cada caricia era tan nueva y tan conocida a la vez para Jungkook, que aún perdido entre los brazos y besos de su esposo no podía evitar sonreír. En parte era por las deliciosas cosquillas que lo recorría a la par de su ávida lengua jugueteando en su pecho, junto con las fuertes manos que con su tamaño envolvían sus erecciones rítmicamente. Percibía un brillo único y diferente en esos ojos de color amarillo que ardían en pasión, era sentir en cada leve roce ese amor que lejos de mermar cada día crecía más sin saber cómo era eso posible.
¿Podían amarse más? Parecía simplemente imposible e insólito. Casados, con hijos, mayores responsabilidades, dos mundos que regir y aún así se sentían con el mismo intenso espíritu y amor del comienzo, respaldado por todas las experiencias que han vivido juntos. Sus caderas oscilaban lentamente, ensimismándose en ese mundo alternativo en el cual solían refugiarse gracias al placer que, cuando la alarma copulatoria comenzó a sonar, se desplomó, asustándolos sobremanera. Causa de algunas maldiciones verbalizadas por parte de ambos.
— T-Tae, Tae... — Se levantó apresuradamente del regazo de su esposo, sintiendo como su miembro lloraba por ser separado de su compañero de vida. Viendo con cierto horror su propia desnudez cayó en cuenta de la situación. No era la primera vez que se veían como llegaron al mundo, con más de una década juntos era normal pero el hecho de que ahora tenían otras obligaciones por las que preocuparse, así como comportamientos que debían controlar, en ocasiones lo asustaba. — ¡Los niños! Tiene que haber uno cerca que se esté dirigiendo hacia acá o esté en la puerta.
— Yo creo que quien sea ya está en la puerta sino la alarma no estuviese sonando tan fuerte. — Frotó su rostro y miró su erección con una mueca de desagrado. ¿Cómo podían sus hijos lograr siempre llegar en el momento menos oportuno? Habían estado sufriendo de eso desde el momento en el que los gemelos también comenzaron a crecer, dejando la etapa de bebés atrás. Desactivó la alarma en un movimiento y se levantó para sostener las manos de su esposo. — ¡Cálmate! — Le ordenó en un tono bajo y tranquilo, de cierta forma le parecía gracioso que cada vez Jungkook tuviese casi la misma reacción.
— ¿Que me calme? Estamos desnudos y los gemelos están parados en la puerta desesperados por hablarnos, es raro ver a nuestros hijos a la cara con lo que estábamos haciendo.
Refutó buscando por todo el suelo su ropa para vestirse pero Taehyung fue más rápido y simplemente le activó su traje de protección ya que este era automático y lo cubría completamente sin necesidad de tener que ponérselo.
— Puedes mirarlos normal porque no estábamos haciendo nada malo, de no haberlo hecho en el pasado ellos ahora mismo no estarían aquí. Así que tranquilo, respira como si estuvieras en Tellus para calmarte. Les vas abrir la puerta para saber qué quieren mientras yo te espero en la cama. Ellos no saben lo que hacíamos y pasarán años hasta que realmente lo sepan así que no te preocupes. Ve a ver qué quieren tus hijos. — Apretó su trasero y lo besó.
— ¿Acaso los hice solo? Hasta donde sé son tus hijos también, eres su mafa.
— Mientras duermo o copulamos, si algo se ofrece son tus hijos. Yo necesito un respiro de vez en cuando, no hay nadie mejor que su fada al que hace un mes que no ven para tratar con ellos.
¿Realmente era Taehyung el mafa de esos niños? No podía entender su capacidad para estar tan calmado en un momento así. Odiaba cada vez que algo parecido ocurría pero su esposo estaba tan acostumbrado que incluso lo sorprendía la templanza y tranquilidad con la que lidiaba con todo. Él podía cuidar, proteger a todo un reino, incluso dos pero no tenía la misma fortaleza para tratar con ese hombre que lo miraba con una sonrisa traviesa y sus hijos.
Haciéndole caso al consejo de Taehyung inhaló y exhaló para tranquilizarse antes de caminar hacia la puerta, abriendo una vez que el contrario se cubrió con las sábanas.
— ¡Fa!
— ¡Fa! — Gritaron los gemelos casi simultáneamente.
— A ver, tranquilos. — Tanto Nalbi como Arcinciel tenían formada una algarabía hablando a la misma vez que Jungkook no lograba comprender. — ¿Qué les he dicho? Si hablan a la misma vez, ¿cómo se supone que les pueda prestar atención? Decidan quién será el primero que hablará y me dejará saber todo, cuando uno termine, el otro podrá expresarse de igual manera.
Los niños se callaron al unísono, temiendo que su padre se hubiese molestado pero al verlo sonreír, Nalbi empujó ligeramente a su hermano para que fuera este quien se enfrentara a su fada. Ya el mayor los conocía y sabía que siempre que querían algo o hacían alguna travesura, la niña se cubría con sus hermanos varones pero era siempre la primera en la lista si se trataba de recibir alguna recompensa. Le habían enseñado que o debía inculpar a sus hermanos pero estos parecían siempre protegerla y seguían cubriéndole las espaldas aún sabiendo las consecuencias. Principalmente frente al mafa de todos ellos quien de cierta forma era el más severo.
— ¿Podemos ir al centro de entrenamiento?
— Ustedes no están en edad de ir al lugar de entrenamiento todavía, sus obligaciones en estos momentos son otras. Ya hemos hablado de eso.
— Papá, Éride e Ixion están en aquí, han venido con Namjoon y queremos verlos, jugar con ellos. — Insistió el varón.
— Si Namjoon está aquí es para entrenarlos a los tres juntos, si van allí no podrá jugar con ellos.
El mayor observó a Éride quien se acercaba con su guardiana erisiana hacia ellos. La niña era hermosa y no podía negarse que era la hija de Nana. Tenía mucho de Jihyun pero definitivamente era la viva estampa de su difunta madre. Su padre no podía estar viajando con ella, era Namjoon quien había asumido la responsabilidad de llevarla de vez en cuando junto a Kore y el antiguo rey Min. Si bien debía ir con mayor frecuencia a Eris, terminaba casi siempre en Luna Dorada.
— Rey Eidon... — Su dulce voz le causó ternura, aún más la pequeña reverencia que realizaba frente a él. — ¿Puedo jugar con el príncipe Arcinciel y la princesa Nalbi?
— ¿Cuántas veces te he pedido que me llames tío, princesa? No debes hablarme con tanta formalidad, eres parte de la familia. — La niña se encogió de hombros y jugando con sus deditos asintió fijando la vista en el suelo. — De cuerdo, no te estoy regañando. Puedes jugar con ellos pero, ¿no tenías entrenamiento?
— Esir quiso entrenar solo con Ixion y yo tenía deseos de jugar con los gemelos. — Jungkook asintió removiendo cariñosamente el cabello de los tres infantes. — ¿Podemos?
— Sí, claro que pueden pero irán con Krovia. — Observó seriamente a la nombra, quien era la guardiana de Éride y esta asintió con una reverencia. — ¡Diviértanse pero cuídense!
Como si no hubiese dicho nada y ellos no lo hubieran escuchado, los tres echaron a correr con la mujer que corrió para no perderlos de vista. Rió ante la imagen, no podía negar que a pesar de todo no se hallaba sin esa armoniosa algarabía y vida que los niños trajeron a sus vidas. Negando volvió a cerrar la puerta y activó la alarma adentrándose lo suficiente en la habitación para volver a tener frente a él la prodigiosa vista de su Atemin.
— No creo que haya sido buena idea dejarlos ir con Krovia, esos niños le dan diez mil vueltas y ella ni se entera. — Protestó calmado Taehyung, destapándose mientras continuaba acariciando su virilidad.
— Hubieras ido tú a la puerta, además, ellos están seguros aunque no tengan a Krovia con ellos porque no hay un solo ser en este palacio y los alrededores que no los cuiden. — Desactivó su traje quedando nuevamente desnudo y caminó hasta el lecho. — ¿Por dónde nos quedamos?
— Nos quedamos justo en el momento que comenzabas a gemir mi nombre, segundos antes de regalarte un exquisito orgasmo que fue interrumpido pero, si vienes aquí, este buen esposo tuyo te recompensará con varios aún mejores que el perdido. — Se incorporó apoyándose en sus rodillas y gateó hasta el borde de la cama, estirando su boca pare recibir un delicioso beso. — Amo como me besas, — confesó sonriendo sobre los labios de Jungkook antes de que este se acomodara dejándolo acostado en la cama — plan equivocado.
Lo volteó sin contener su fuerza haciéndolo caer entre risas para perderse con hombre voraz en un trasero que devoró y estimuló sin ayuda de nada más que su lengua y labios hasta hacerlo explotar en su primer orgasmo. Magistral, era la palabra que definía al casi pelinegro, incluso las puntas azules lo hacían lucir perfecto. Cada parte de él ya fuera física o no era simplemente extraordinaria.
— ¿Por qué estás lubricando tanto hoy? — Cuestionó con lascivia jugando con su humedad, haciendo tiritar con sus dedos y esas mordidas que dejaba en su espalda. — ¿Quieres ver? ¿Quieres probarte y sentirte? — Preguntó besando esta vez con dulzura su hombro antes de encajar con suavidad sus dientes cual vampiro, siendo gemidos placer lo único que extraía de su cuerpo.
— Sí...
Con una mezcla de dulzura y salvajismo el Ate lo hizo caer de espaldas sin abandonar su interior. Se colocó entre sus piernas y tras varios falsos envites sacó sus dedos para acercase a su boca e introducirlos juntos con su propia lengua, acompañándolo a su propia degustación. Sus lenguas entrelazadas escurrían, los sonidos eran tan obscenos y sabrosos como sus fricciones.
Junto a sus cuerpos, el cabello desparramado del menor que comenzaba a emitir un tenue brillo adornaban la cama mientras estaban perdido en ese beso infinito que no parecía tener final. Estimulaban sus pechos simultáneamente, aclamando con urgencia sus cuerpos. Querían extender el momento pero lo cierto era que ninguno de los dos creía poder lograrlo. No después de sentirse nuevamente luego de semanas de abstinencia y desbordado deseo acumulado.
Jungkook se separó dejando su cuello a la deriva, ofreciéndoselo en bandeja de plata mientras dejaba salir esos gemidos que habían estado muriendo en los labios contrarios. Podía sentir el surco de beso que en todas las direcciones el ahora rubio Taehyung dejaba sobre su pecho, clavículas y cuello.
— Enciende el fuego... en lo más profundo de mi interior. — Pidió el rey cerrando sus ojos, completamente entregado a las caricias y esas vibrantes sensaciones que sacudían su cuerpo. — Así cuando mañana vuelva a estar alejado de ti por varios días, el calor de mi cuerpo no disminuirá. Déjame llevarte conmigo, quiero que me llenes hoy completamente.
Era tan raro pero a la vez tan excitante que Jungkook le hablara tan explícitamente de una forma tierna cuando él estaba tomando el control que sintió su corazón y algo más abajo palpitar con extrema fuerza. La fría mano que su esposo colocaba en sus mejillas para acariciarlo se sentía tan tibia y llena de amor como esa mirada que por primera vez en tantos años no lograba descifrar. ¿Qué ocurría?
Besó su mano con cariño, succionó sus dedos con sensualidad mientras era observado y contemplado.
— Entrégate a mí completamente... — Taehyung sostuvo su mano, entrelazó sus dedos y la llevó a la parte posterior de la cama.
— Kook, siempre nos entregamos completamente, te daré todo lo que desees. Así como lo hemos hecho en nuestras almas y corazones desde que nos conocimos, hoy tallaré todo tu cuerpo y te llenaré de mí. — Con parsimonia se entregó a un tierno beso que dejaba olvidada toda la salvaje pasión que exudaban hasta hacía un momento, dándole paso a algo totalmente diferente.
— Eso quiero... Estoy listo... — Musitó abrazándolo con fuerza.
— ¿Para qué exactamente estás listo? — Podía referirse a la penetración pero ambos ya sabían que lo estaban, el tono con el que se expresó le dejaba saber que se trataba de algo más sobre lo que no tenía idea. — Dime qué quieres, amor.
— Un hijo tuyo, es decir... — Calló buscando mentalmente las palabras correctas para expresarse. — Quiero que hoy dejes todo dentro de mí, quiero ser mafa.
¿Por qué sus ojos comenzaban a humedecerse? Taehyung se detuvo por unos instantes algo incrédulo, ya que desde el nacimiento de los gemelos no hablaban de ese tema. Se debatieron entre que tres niños ya era suficiente y el deseo de tener uno más. Ya él había sido mafa pero siempre se preguntó como se sentiría Jungkook en esa situación, cómo se vería llevando en su vientre un hijo suyo. Físicamente ellos casi no cambiaban en el exterior pero aún así, deseaba verlo.
Cuando concibieron a sus hijos, nunca lo premeditaron, simplemente sucedió, en cambio esto se sentía como una nueva petición de matrimonio o incluso mucha más fuerte. No sabía expresar con palabras cómo se sentía. Quizás era por eso que cual cascada sus lágrimas corrían sin control, cayendo sobre el pecho ajeno. Los labios posados sobre los suyos lo sacaron de su dulce letargo mental, sonriendo feliz, todo su cuerpo temblaba de pura felicidad y un extraño nuevo deseo despertado.
— ¡Te amo, Kook! — Besó con cariño cada centímetro de su cuerpo, descendiendo sin prisa hasta su entrepierna sublevada. — Ya estás tan caliente y deseoso de mí...
Los toques de Taehyung eran sobrenaturales, sentir su respiración tan cerca lo volvía más anhelante, sintiéndose sobre estimulado al punto de querer tomar el control para poder calmar ese fuego que quemaba cada parte de él, mas se contuvo. Es decir, lo hicieron contenerse.
— ¡Ah, sí! — Exclamó cuando fue abrazado por la deliciosa calidez de su boca, cuando su lengua acarició y jugueteó con su glande como quizo, volviéndolo un manojo de gemidos sucios y necesitados. — Siempre has sido genial en esto. — Admitió enredando el cabello rubio entre sus dedos.
Cada movimiento lo llevaba a la gloria y de ahí mucho más arriba. Con sus ojos cerrados sentía fuegos artificiales en su interior y cada lado de su cuerpo que era tocado, tanto, que no pudo evitar llenar la boca de Taehyung cuando en un grito mudo explotó en un nuevo orgasmo.
Nuevamente fue invadido por dedos que entraban a s propia casa porque hacía mucho que dejaron de ser intrusos, sintiendo la humedad de la lengua contraria ascender hasta su cuello.
— Kook... Mírame, quiero que me observes esta vez entrar en ti. Mirémonos mientras le damos vida a nuestro cuarto hijo, ese que por primera vez te convertirá en mafa y a mí en fada. — Pidió besándolo, el pelinegro abrió sus ojos y no pudo evitar sonreír. — Te amo.
La frase fue suavemente dicha, casi al mismo lento tiempo en el que se acomodaba entre sus piernas, se presentaba y entraba hasta lo más profundo una vez que elevó sus piernas. No perdieron el contacto visual hasta que el rubio no estuvo totalmente introducido, fue entonces que ambos cerraron sus ojos, fundiéndose en un abrazo mientras lentamente sus caderas comenzaban a oscilar.
Se sentía tan bien para ambos. En ese momento lo estaban disfrutando como siempre y como nunca, sin embargo iba mucho más allá de eso. Era como volverse a unir a consciencia con sus cuerpos brillantes, rodeados de melodiosos gemidos. Jungkook rodeó su cuello en un abrazo jadeante a medida que la velocidad de las embestidas aumentaban. Su trasero fue agarrado con exquisita fuerte mientras el rubio profundizaba más, errando en algunos movimientos que le dejaban saber al rey lo cerca que estaba de su orgasmo.
— Apriétame un poco más fuerte, quiero venirme contigo. — Fue casi un ruego que fue escuchado, Taehyung hizo lo pedido y en conjunto se envolvieron en el frenesí de su clímax. Se hundió con mayor ahínco, deseando verdaderamente dejarlo embarazado ese día y una vez recompuesto, liberó el trasero contrario y buscando apoyo con sus brazos en la cama, lo besó. — Lored! — Logró pronunciar antes de perder el conocimiento.
+++
Habían pasado nuevamente tres semanas sin verse, sus obligaciones como reyes no de dos países sino de dos mundos, los mantenían ocupado. Llevaban dos meses en los que apenas de cruzaba, siendo las últimas semanas solitaria porque aunque esta vez Jungkook solamente tardó una semana, cuando regresó, Taehyung se encontraba en Eris y aunque quiso ir volando hacia allá, tenía obligaciones que cumplir, más si tenían pensado ausentarse por casi un año cuando viajaran a Tellus para estar también con el resto de sus familiares, sus padres sobre todas las cosas.
Fueron semanas que también aprovechó para estar con sus hijos. Quería hablar con Esir, podía ver que su hijo estaba demasiado apegado a Ixion y no sabía si debía ser así. Quizás eran suposiciones suyas pero aunque a esa edad lo menos que pensaban eran en parejas, la cercanía con el hijo de su caballero le parecía sospechosa. En alguna ocasión le hizo en comentario a Tae pero este le restó importancia alegando que después de todo tenía gran parte de humano en él, al igual que Ixion y que los amigos y cierta cercanía era normal.
Le puso de ejemplo su amistad con Seokjin pero mismo si Tae no sentía nada más allá que una amistad, no siempre fue así para Jin pero su esposo estaba renuente a pensar algo más. Él por su parte, viendo lo parecido que él y Esir tenían, viendo como su hijo era tan desapegado con la mayoría de las personas, excluyendo a sus familiares, le hacía dudar de eso.
No era malo pero no estaba en edad de sentir cosas aún, quizás en un futuro pero por ahora comenzaba a creer que debía disimuladamente poner distancia entre ambos niños. Tenían obligaciones que cumplir, entrenar, estudiar, crecer como personas, madurar... Ellos no podían estar lidiando tan precozmente con cosas del corazón.
Elevó ambos pulgares cuando logró montarse solo en levitador personificado y elevarse sin perder el equilibrio o caer.
— ¡Así se hace! — Gritó vitoreando a su hijo mayor. — Gracias.
Le agradeció al personal por la merienda traída y tras llamar a los gemelos que andaban cerca, se sentaron todos a comer sobre el asfalto y los cojines allí colocados. Ver a sus hijos ir creciendo lo hacía sentir feliz, dichoso y pleno, una tranquilidad, una felicidad tan inmensa que no cabía en su pecha cada vez que los observaba. Sí, a veces lo sacaban un poco de quicio pero eran sus tesoros más preciados.
Estiró su mano para coger un poco más de Krugulik, — algo parecido a la carne de cerdo telluana — sin embargo, cuando la colocó en su boca, todo su estómago pareció protestar. Un fuerte dolor que intentó disimular por los niños se apoderó de él, obligándolo a afincar sus manos en el suelo para sostenerse. Su cabello comenzó a entrar en una pelea entre rosado, amarillo y azul, terminando con el color del medio.
— ¿Fada?
— !Su alteza!
Las voces se sentían tan lejanas, su fuerza estaba tan disipada en ese momento que no pudo hacer nada más, notando sus ojos cerrarse, perdiendo la visión hasta no saber más de si.
Podía sentir en su mejilla una caricia que rápidamente reconoció, abriendo sus ojos de golpe lanzándose a los brazos de Taehyung, mismo que estaba sentado a su lado mirándolo enternecido.
— Volviste.
— Volví. — Rió abrazándolo con fuerza sin saber en el momento en el que su esposo se había vuelto un hombre tan tierno que lo recibía con el mismo entusiasmo que sus hijos. Lo estrechó con mayor fuerza antes de acostarse sobre el pecho del rey y abrazarlo. — Los extrañé mucho, creo que en el próximo viaje me llevaré a los niños conmigo. Después de todo sería bueno que estuvieran más tiempo en Eris y recibieran entrenamiento allá.
— Yo iré contigo así podrás concentrarte en tus obligaciones y yo encargarme de ellos.
— Quizás sea egoísta pero ya quiero que Éride crezca para cederle el trono de Eris. Ella tiene tanto derecho como yo y creo que sería lo más correcto, después de todo fue su madre quien rigió ese planeta. — Kook asintió acariciando su cabello. — ¿Cómo estás? Vine corriendo en cuanto supe que te habías desmayado. ¿Qué fue lo que ocurrió?
— No lo sé, estaba comiendo con los niños y...
Sus palabras se acababan de esfumar. Mientras pensaba en responderle que no creía que nada había pasado, sus sentidos comenzaron agudizarse, permitiéndole reconocer la causa de se desmayo. Todo su cuerpo se volvió trémulo y sin aviso lágrimas corrieron por sus mejillas. Taehyung se reincorporó rápidamente pero antes de poder decir nada, la invasión de infante los interrumpió como una tropilla de potros salvajes.
— ¡Fada! — Gritaron los tres.
— ¿Cuántas veces les voy a repetir que no pueden andar corriendo y gritando como locos? — Taehyung se volteó serio todos los niños se disculparon antes de acercarse lentamente a su fada y subirse en la cama una vez que se quitaron sus zapatos. — Ninguno me ha dado un beso a mí. — Fingió molestia cruzándose de brazos mientras los gemelos se lanzaban sobre él para besarlo. — Esir...
Buscó a su hijo mayor con la mirada pero la imagen que se encontró simplemente le estrujó su corazón por alguna razón. Su hijo y esposo parecían comunicarse con la mirada mientras el menor acariciaba su vientre, a su vez Jungkook lloraba y sonreía a la misma vez enternecido.
— ¿Está embarazado fada? — Preguntó el primogénito de la pareja buscando los ojos de ambos padres.
Al escuchar esto, todas las sospechas de Taehyung se confirmaron, su boca se abrió sin saber qué decir o hacer. Sí, sabía que habían buscado eso pero escuchar que habían logrado que su amor diera un nuevo fruto parecía estar sobrepasándolo. La felicidad que lo estaba recorriendo era tanta que estaba anonadada e idiotizado abrazando a sus hijos más pequeños. Vio la cabeza de su esposo moverse de arriba abajo y su corazón desbocado comenzó a latir de forma desenfrenada.
— Así es pequeño, fada tiene en su interior a su próximo hermanito.
— ¿Seremos hermanos mayores? — Preguntó entusiasmada Nalbi arrancándole una sonrisa a los mayores. — ¡Yupi!
Como si los tres se hubiesen puesto de acuerdo se aproximaron la vientre de su fada para abrazarlo mientras colocaban sobre este sus cabecitas y saludaban al nuevo integrante de la familia. Era una imagen tan hermoso que ambos se aseguraban de captar cada detalle para la posteridad, para llenar sus corazones con algo tan bello como ese momento. Jungkook abrió sus brazos sin necesitar decir una palabra más para que el rubio se acercara a abrazarlo, siendo interrumpidos por seis bracitos que quisieron unirse a un gigantesco abrazo.
💜💜💜
Hola mis lunianos... ¡Los extrañé tanto!
Es increíble poder saludarlos nuevamente.
Sé que me he tardado demasiado desde la última actualización del especial pero he pasado por un sin fin de cosas. Primero estuve enferma y luego llegaron los exámenes parciales junto a un sin fin de trabajos que entregar y exponer. Lo siento mucho y espero no tardarme demasiado con la próxima parte que puede ser la última.
Espero que les haya gustado el capítulo.
LORED
💜💜💜
Pd: Aquí les comparto mis últimos trailers, entre ellos el de "Luna Dorada", espero que les guste 🙈😂 Besitos.
https://youtu.be/7OOBASu2NiY
https://youtu.be/SoTtjAT7V7U
https://youtu.be/3SsPLkUgiDE
https://youtu.be/m9IQ5_v81FM
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