Capítulo 94
— ¿Hablabas con Jin? — Tae asintió besando a su esposo, deleitándose con la imagen de él llevando en brazos a su hijo. Todo parecía tan irreal, un sueño maravilloso del que no querría despertar jamás aunque se lo pidiesen. — Sí, salí para no despertarlo.
Acercó sus labios a la frente de Esir para besarlo, le costaba estar lejos de él, incluso quería dormir a su lado pero sabía que al menos esa noche no era una buena idea dejarlo en la habitación de ellos. Menos con las habilidades desconocidas de su bebé, no quería dejarlo traumado de por vida. Sonrió al verlo removerse entre los brazos de su esposo tirando sus labios como queja. Iba a ser tan dormilón como él.
— Es idéntico a ti así que dudo que se despierte fácilmente. — El pelinegro contuvo la risa al ver la mueca de su hermoso. — ¿Vamos acostarlo?
La pregunta estaba demás, aún así le fascinaba ver como los ojos de Tae brillaban con todo lo que tenía que ver con su hijo. Caminó a su lado por el pasillo hasta llegar a la habitación que pensó que su hijo jamás usaría y que ahora cumpliría su propósito. Estaba impregnada del aroma corporal de Taehyung y esto era sin duda algo positivo para su hijo ya que lo iba a sentir como si estuviera acostado a su lado.
El castaño retiró la sábana mientras que su esposo lo colocaba y juntos lo arropaban con una gran sonrisa iluminando el lugar. Habían luces que su abuelo trajo consigo para que siguiera sintiéndose como en su incubadora, creían que era bueno ir acostumbrándolo lentamente al cambio ya que ningún niño menor de cinco años que fuera luniano podía acostumbrarse por si mismo a la atmósfera terrestre. Si bien Esir era una excepción, no querían correr riesgos.
Jungkook creó una capa artificial de oxígeno hecha por sus fluidos corporales y la colocó como una segunda manta sobre el pequeño. Era hermoso tenerlos ahí, a su alma gemela y a sus hijos. Abrazó a Tae por la cintura para dejar descansar sus manos sobre su barriga y sentir a sus hijos, quienes se removieron a sentirlo causando que el castaño sonriera. Permanecieron así por casi media hora, abrazados mientras contemplaban a Esir dormir, cuidándole el sueño a su pequeño terremoto.
— Es hermoso... Nuestro hijo es hermoso Kook. — El luniano asintió besando su cuello. — No puedo creer que esté tan grande, para mí han sido algunos meses pero para ustedes fueron dos años. Me duele haberme perdido sus primeras palabras, sus primeros pasos, no lo vi de bebé... — Lágrimas corrieron por sus mejillas al imaginarse cómo hubiese sido todo aquello.
— Mi amor, no tienes que pensar en eso. Esir...
— Kook, estoy más que feliz por verlo vivo y saber que está aquí con nosotros. Es el mejor regalo que me has dada y créeme que lo agradezco infinitamente. Es cierto que me hubiese gustado ser testigo de esos momentos pero si no hubiese estado lejos de mí, él no hubiese sobrevivido y por ello yo hubiese podido esperar incluso veinte años o toda una vida. Saber que está vivo en algún lugar es mucho mejor que el dolor de creerlo perdido. — Se volteó para devolverle el abrazo sonriente, estaba feliz y no podía ocultar aquello. — Lored, Eidon!
— Lored, di lor! — Una sonrisa ladeada que lentamente se fue ampliando apareció en sus labios, labios que buscaron los ajenos para besarlos dulcemente. — Creo que será mejor que nos retiremos hacia nuestra recámara.
Taehyung mordió sus labios para aguantar la risa que la expresión de su esposo le causó mientras caminaba hacia atrás sin separarse de su cuerpo. Sus pasos eran desordenados, juntos se reían como hacía mucho ninguno de los dos lo hacía, plenos, felices y pese a todo lo que sabían que se avecinaba, tranquilos.
Atravesaron la puerta de su habitación trastabillando riéndose a carcajadas aunque ambos hacían señas para hacer silencio ya que tenían la casa llena de visitante, mas esto parecía no interesarles porque súbitamente soltaban otra sonora carcajada que solamente desaparecía cuando sus labios se juntaban. La manos de Taehyung buscaron desesperadamente despojar al luniano de su ropa, siendo detenido en el intento por el contrario.
— Sé que nuestros cuerpos están desesperados por encontrarse pero ellos no se gobiernan solos, le daremos lo que quieren pero deseos que nuestras almas también se junten. Que sean varias uniones simultáneas, que nos hagamos el amor mutuamente. Esta noche, voy hacerte mío de la misma forma que yo seré tuyo. Podemos darnos el lujo de ir despacio, ninguno irá a ningún lado hasta que salgo el sol y, si algo bueno tiene Esir en estos momentos es que cuando se agota como lo hizo hoy, duerme incluso doce horas seguidas, lo que significa...
— ¿Que aún nos queda once horas para disfrutar? — Su voz estaba más aguda de lo común debido a su anhelo contenido, carrasposa y desbordando sensualidad al por doquier. Jungkook apresó su mentón y sonrió recorriendo sus labios lentamente con la lengua, dejando que su respiración los abrazara de igual manera, provocando que al separarse Taehyung se gimiera de decepción con sus ojos cerrado.
— Exacto... — Tanteó jugando con la cercanía hasta que finalmente volvió a besarlo, no tan castamente esta vez.
Se habían extrañado tanto, que juntos viajaban en una travesía de placer creando nuevos recuerdos que plasmarían en sus memorias, en sus almas y cuerpos. No necesitaban ver para saber qué lugar tocaban, o la expresión del rostro contrario, se conocían tan bien que no necesitaban del sentido visual para transportarse.
Las manos de Kook se colaron por debajo de la camisa del pijama ajeno, haciendo círculos con cada uno de sus dedos como si su piel fuera el lienzo donde la más majestuosa obra de arte sería plasmada. Sonrió sobre su cuello al sentir nuevamente la energía de sus bebés, dejando que las lágrimas de felicidad corrieran por su rostro.
Ascendió con parsimonia hasta las endurecidas protuberancias de su pecho, frotándolos solamente con sus pulgares en tanto su lengua y labios se encargaban de hacer estragos desde sus clavículas hasta sus orejas. La agitada respiración de su pareja acariciaba su oído, disfrutaba viéndolo tan entregado a su toque como siempre. Rasgó con suavidad sus pantalones, necesitaba sentir su piel y aunque deseaba retirarlos lentamente utilizando sus labios, ese manía de rasgar la ropa de Taehyung le ganó. Sonrió al recibir como respuesta ese gemido ahogado que siempre le entregaba cuando hacía aquello.
Sin repetir el mismo procedimiento abrió cada botón de su camisa, a cada botón, un beso que dejaba. Sus párpados se alzaron para presenciar ese instante donde el cuerpo de su esposo se contraería al rozar sus pezones con su lengua. Sonrió complacido cuando los dedos ajenos se aferraron con más ahínco a sus hombros. Alzó la vista y sintió difícil poder seguir sus propias palabras cuando al cruzar la mirada con Taehyung vio la ansiedad en sus ojos y la confirmación en sus hinchados labios.
Una de sus manos seguía jugueteando con sus pechos, sin embargo sus labios ahora se habían apoderado de toda la masculinidad del castaño y su otra mano recogía mientras ascendía hacia su entrada trasera todos los fluidos que esta escurría. Tanteó la zona haciendo círculos sin entrar, presionando, torturándolo placenteramente, disfrutando de aquel néctar del que hacía tanto tiempo que no probaba.
— K-Kook... — Gimió buscando controlarse. — Si sigues así terminaré en segundos, detente... Deja que yo- ¡Ah! — Mordió sus labios cuando sintió su interior llenarse con sus dedos y no pudo evitarlo, terminó corriéndose en la boca del luniano. — T-Te lo advertí, te dije que te detuvieras, detente... ¡Dios! — Sus piernas flaquearon mientras intentaba tirar de sus cabellos para separarlo. — Sabes que estoy extremadamente sensible no sigas chupando en este momento, demonios.
Tiró con fuerza de sus cabellos y frunció el ceño al ver la imagen tan erótica del pelinegro, debía ser ilegal contener una belleza que pudiera volver a las personas locos, justo como hacía con él. Lo obligó a levantarse para fundirse en un candente beso que los guiaba al camino del desenfreno y amor. Porque sí, no importaba cuán salvaje pudieran ser sus sesiones en la cama — o cualquier otra parte — ellos siempre hacían el amor, desde el primer día. Quizás intentara engañarse fingiendo que los primeros encuentros fue solo sexo pero, mientras más pasaba el tiempo más constataban que no fue así.
Quiso tomar el control pero le fue denegado, Jungkook sabía que su esposo incluso podía ser más fuerte que él, siempre se lo repetía en su mente pero no podía evitar preocuparse siempre por su bienestar. Quería que hiciera el menor esfuerzo físico posible esa noche. Quedaba solamente un mes para que tuviera que dar a luz, no quería que por un desenfreno alocado esa noche pudiera ocurrirle algo.
— Sé lo que estás pesando Eidon, — El mencionado levantó la mirada encontrándose con otra llena de amor y una gran sonrisa. — Estoy bien en estos momentos aunque no lo creas. Lo de Esir ocurrió hace varios meses y mi cuerpo se ha recuperado completamente, no me harás daño. Asimismo, si yo me pongo de cabeza o me lanzo del techó para caer aquí, — le apretó la entrepierna con una sonrisa lasciva — no me ocurrirá nada. Créeme que pudo aguantar esta noche y muchas más.
Jungkook no pudo evitar agradecer una vez más por el esposo que le había tocado, gateó hasta llegar a sus labios, los succionó frenéticamente y se perdió en ellos. Su mirada había cambiado y fue cuando el castaño supo que nuevamente su bestia lujuriosa se había despertado. Lo despojó de su ropa con destreza para quedar en igualdad de condiciones sintiendo después de tanto tiempo sus pieles rozarse. Desde aquella vez en donde se despidieron y ampliaron su familia, no habían vuelto a experimentar esa cercanía.
— Amor, ¿realmente debemos contenernos hoy? Estoy demasiado sensible y excitado en estos momentos, no necesito que nos tememos tanto tiempo para... — Dejó caer su cabeza hacia atrás al sentir nuevamente la cercanía de Jungkook entre sus piernas, a penas besó sus dídimos hasta llegar a su esfínter. — Oh sí...
Presionó su cabeza disfrutando lo que sea que estuviera haciendo allá abajo; el luniano realmente se deleitaba en ello. Una combinación de lengua y dedos que lo llevaba a la cumbre e hizo lanzarse sin paracaídas una vez que tocó la protuberancia más recóndita de su interior. Quiso contener pero su vocalización fue tan fuerte que sabía que todos lo habían escuchado. El remolino que se formaba en su interior era un claro aviso de lo que iba a ocurrir pero esta vez Jungkook no le permitió terminar. Apretó su base, tapó su uretra y se dedicó a llenar sus muslos de besos.
— ¿Por qué me haces esto? — Jadeaba tratando te recomponerse. — ¿Sabes que te odio?
— Sé que me amas y mueres por correrte pero no te dejaré, esta noche solamente lo harás cuando intercambiemos posiciones. — Besó sus labios y le guiñó un ojo con sorna. — Ya estás advertido.
Sus brazos se colaron por debajo de la espalda del castaño posicionándose encima de su piernas, siendo él ahora quien yacía acostado. Iba hablar pero varios gemidos que no eran los suyos llegaron hasta ellos haciéndolos ruborizar en su totalidad.
— Al parecer nos somos los únicos hoy... — Tae se echó a reír dejando su cabeza descansar en el pecho ajeno.
— Son demasiados gemidos diferentes provenientes de la segunda planta lo que significa que nuestros padres también están aprovechando el reencuentro. — Era raro sentir a sus padres pero su ponía que ellos se sentían de la misma forma siempre que ellos se excedían en el volumen.
Negó su cabeza concentrándose en su esposo, después de todo, todos tenían derecho. Buscó los labios de su esposo comenzando una danza entre sus lenguas que se hacía más intensa a medida que avanzaban los segundos.
Su derecha se escabulló buscando nuevamente aquel anillo de carne que palpitaba expectante hasta que lo encontró. Verde desde su posición la exuberante belleza del castaño lo tenía a punto de terminar. Su cuerpo restregándose con el suyo, causándole que perdiera la concentración más de una vez; esa sonrisa lasciva que a cada rato le daba era un pozo de perdición, de la más sabrosa perdición.
Taehyung retiró la mano del pelinegro con gran desespero, no le era suficiente, necesitaba sentirlo completamente; fue por ello que sin mucha premeditación se apoderó del miembro de su esposo, sentándose lentamente sobre él. Todo su cuerpo se tensó entrando en un trance del que no deseaba salir.
Mordiendo sus labios, sintiendo cada célula de su cuerpo activarse y sus sentidos agudizarse. Sus caderas comenzaron a oscilarse por cuenta propia mientras sus manos, unidas a las de su compañero, palpaban su cuerpo y tiraban de su cabello. Hacer el amor con Jungkook era una de las cosas más divertida que podía hacer sin reírse.
Su cama no podía contener el tamaño del deseo acumulado; el tiempo no alcanzaba para intentar todas las caricias y confundir en el sudor que resplandecía en la media luz que sus cabellos emanaban. Ellos podían darse el lujo de hacer el amor con una gran conexión implicada que no se daba todo el tiempo, incluso entre otros seres que se amaban.
Estaban desnudos pero no de cuerpo, sino de alma. Cada movimiento, gemido, cada embestida o jadeo, mirada o estímulo los hacía vibrar a ambos por igual. Sus ojos se buscaban, sus manos se acariciaban; fue así como sin poder contenerse, el pelinegro estalló en un suculento orgasmo que lo hizo llorar abrazado a la cintura de su esposo.
— Mierda Tae... — Trató de aguantar firmemente sus caderas pero como aún seguía sublevado, el castaño hizo todo lo contrario y siguió moviéndose haciendo que los aplausos que sus cuerpos daban al encontrarse resonaran en todo la habitación junto con los jadeos del luniano y suyos. — ¡A-a-Ah! T-tae...
Los dedos de sus pies se doblaron y su cuerpo sufrió una leve contorsión que lo hizo gritar, elevar a Taehyung y dejarlo caer en la cama. Elevó sus piernas obligándolo a sostenerlas por debajo de sus rodillas, buscó su boca con desesperación mientras acariciaba su cabello, moviéndose se contemplaciones, chocando a su ritmo una y otra vez con ese punto en su interior que lo hacía gemir su nombre en súplica.
— K-Kook... Para, para... — Suplicó en sus labios pero este hizo caso omiso.
— Tú querías seguir, ¿cierto? - Mordisqueó su mandíbula, succionó cada centímetro de su piel de forma obscena, desenfrenada pero también amorosa, como si con cada cosa estuviera regalándose a ambos un día más de vida juntos. — Me encanta cuando te mueves desesperadamente cada vez que me detengo aunque sea un segundo. Eres hermoso, Tae.
Sus labios volvieron a unirse justo antes de que el castaño se diera la vuelta con cierta dificultad bajo el cuerpo que lo tapaba. Amaba como sus rostros se encontraban, pero le encantaba de igual forma abrazar la almohada mientras Jungkook lo abrazaba a él, llenándolo de besos y mordidas que incrementaban su libido.
— Dinksee! — Exclamó mordiendo el hombro de su esposo. — Me voy a...
No se esperó que Tae volviera a girarse con gran velocidad y lo empujara sobre la cama para dominar él el momento, moviendo sus caderas circularmente hasta verlo estallar nuevamente. Todo el cuarto se alumbraba gracias a sus cabellos pero cada vez que llegaban a la cima, estos simplemente brillaban más.
Sin que recompusiera, lo hizo salir de su interior; levantó sus piernas y sin presentación se perdió en él haciéndolo gemir como solamente lo hacía cada vez que estaba en su interior. El castaño rió al recordar como solía enorgullecerlo el hecho de que ningún otro ser podía hacer ni había hecho eso con Jungkook. Sin embargo, sus pensamientos se difuminaron cuando el motivo por el cuál cambió de posiciones se hizo más urgente. El luniano lo abrazó con fuerza y tres embestidas después, ambos volvieron alcanzar el clímax en un fulminante orgasmo.
Quedaron unidos riéndose hasta que juntos se levantar a tomar una ducha. Se ayudaron mutuamente a limpiarse correctamente sin dejar de compartir miradas cómplices, besos y caricias sutiles. Disfrutaban de algo que hacía mucho tiempo no hacían, la última ducha juntos fue en Ulsan cuando estaban de luna de miel por lo que aquel momento era casi tan mágico como la primera vez.
— ¿Qué estás haciendo, tonto? — Se carcajeaba Taehyung mientras era cargado por su esposo, agitaba las piernas como un niño escondiendo su rostro en el cuello de su pareja. — ¿Piensas llevarme a la cama? No intentes nada pervertido que nos acabamos de bañar.
— Deberías hablarle con más respeto a tu esposo, ahora soy dos años mayor que tú. Creo que mínimo deberías llamarme "hyung". — Taehyung hizo una mueca de desagrado y juntos rieron hasta que el castaño succionó suavemente su cuello. — ¡Hey! Te dije que como ahora somos padre de familia, debemos descansar un poco. Esir se levantará listo para una batalla campal y además de eso tenemos bastantes huéspedes. En otro momento yo te dejaría dormir y me encargaría de todo pero estoy seguro que mañana será un día agitado y mismo si ambos nos revitalizamos, no es bueno que abusemos, ya tendremos más días para ellos.
— Está bien, yo también tengo varias cosas que organizar mañana. — Kook lo miró extrañado mientras este se cubría con las sábanas pero Tae percatándose de esto le dio un rápido beso y sonrió. — Pienso salir por primera vez con mi mafa, solo nosotros dos. No creo ue pase muchas horas fueras pero sí necesito tener un momento solo para nosotros.
— Entiendo... Pues no te preocupes, pueden ir tranquilos, sigues al mando de mis finanzas así que no necesitas que te de nada. Me quedaré con Esir para que puedan moverse sin dificultad. No hemos instalado el asiento para niños en ninguno de los vehículos. Se puede hacer en un momento pero así podrán salir sin preocuparse, seré el mejor anfitrión y te haré orgulloso. Lo único que no haré será cocinar, eso se lo voy a dejar a mi ma.
Tae enarcó una ceja y se rió negando con la cabeza frente al gesto de su esposo, definitivamente Jungkook y la cocina no irían jamás de las manos. Palmeó el colchón invitándolo a entrar de una buena vez y este así lo hizo. Se acurrucó a su lado perdiéndose en el aroma que desprendía.
— Amor, me gustaría estar con Esir, él no es impedimento alguno y aún con él podremos hacer todo, no es que vayamos a algún lugar donde no se pueda estar con niños o tener un día agitado. Más que nada quiero conversar con él, hay muchas cosas que quiero que mi mafa me cuente, me aconseje y me ayude. No sé, construir una relación mucho mas cercana y quiero tener a dos de los seres que más amo y no he tenido la oportunidad de compartir. Estoy seguro de que también le gustaría compartir tiempo con nosotros.
La idea de Esir y Tae fuera de la casa no era completamente de su agrada pero asintió. Las cosas cuando iban a ocurrir, sucedían sin importar, día, lugar u hora. Quería ir también, mas por ese día se abstendría de decir nada. Abrazó a su pareja aún más fuerte y besó su hombro; después de dos años finalmente dormiría a su lado. Todas esas noches donde añoró e incluso lloró en silencio por su ausencia habían llegado a su fin.
Fue así como la noche llegó a su final, una noche de encuentros, donde almas gemelas e incluso personas que se estaban dando una oportunidad se unieron en cuerpo y alma. La mañana llegaría con un Namjoon saludable, un Seokjin que se reportaría enfermo para no ir a trabajar y consuegros que no podían mirarse seriamente sin sonrojarse o comenzar a reír, pues al parecer, las paredes de esa casa no eran lo suficientemente insonoras para esa gran familia que se había formado.
💜💜💜
Tengo una pregunta ya que no he visto comentarios sobre ello... ¿Tienen teorías sobre los nombres que Tae y Kook le pondrán a sus gemelitos? 🙈
Espero que les haya gustado el capítulo, estamos en cuenta regresiva para el final. 😭
LORED MIS LUNIANOS
💜💜💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top