Capítulo 82
La relación entre Taehyung y Namjoon había mejorado con el tiempo, nunca se cayeron mal pero simplemente no eran muy cercanos. Los únicos momentos en los que compartían siempre estaban acompañados de sus parejas no hubieron ocasiones en los que ellos estuvieran a solas como ese día. Fue por eso que la incomodidad en el auto era palpable. Iban en silencio escuchando el parte del tráfico para esa mañana.
— ¿Te va bien con todos los trabajos que estás realizando con Kook? Hacen demasiadas cosas en el IPIAM y fuera de este, siempre estás ocupado. Debes estar agotado. ¿Qué opina Jin de que trabajes tanto?
— La verdad es que son más los días que descanso que los que trabajo, cuando esos días llegan puede parecer demasiado pero lo cierto es que no es así. Mi primor... — Mordió sus labios buscando el punto más lejos que su vista pudiera alcanzar. — Mi primor es justo como su apodo, un primor. Me ayuda y me apoya en todo, así que cuando estamos muy ocupados, que se nos hace casi imposible vernos fuera de la noche, ambos buscamos la mejor forma de sacarle el provecho. A veces hace los recados conmigo o yo lo acompaño a su trabajo, almorzamos juntos y demás. Lo llevamos muy bien.
— Es el mejor. Tienes mucha suerte de tenerlo como alma gemela. — Le sonrió recibiendo la misma sonrisa recíproca. — Por cierto, ¿por qué ese mal amigo no me contesta mis llamadas? No nos hemos visto desde mi boda hace casi una semana, me preocupa cuando se pierde por tanto tiempo.
— Yo tampoco he podido hablar con él desde que viajó por el trabajo hace dos día pero si se conecta conmigo lo regañaré y le diré que se comunique contigo también. Debe estar bajo mucha presión ya que es su primera asignación importante en el exterior.
— ¡Wow! Eso es increíble hyung. — Namjoon lo miró confundido, era primera vez que lo llamaba de esa forma y se sentía agradable ese apelativo. Apretó con fuerza el volante concentrándose en el tráfico. — Me alegra mucho que Seokie haya conseguido esa oportunidad, con razón no contestaba. Conociéndolo debe estar echo un manojo de nervios alejándose de todos, encerrado en la habitación del hotel estudiándose todo para ejercer su trabajo a cabalidad. ¡Vaya, sí que ha crecido nuestro Seokjin!
El caballero aparcó en la entrada especial del instituto preguntándose en la mejor manera de decir las cosas. No había forma fácil de decirlo, aunque quisiera, no podía hacerlo.
— ¡Hyung! — Exclamó el embarazado al darse cuenta que no le hacía caso. Nam lo observó algo confundido y le hizo seña de que abriera la puerta. — Quítale el seguro a la puerta, no puedo bajarme.
— Ah, sí, sí. Lo siento... — Quitó el seguro pero cuando el castaño intentó abrir la puerta lo sostuvo. — ¿Realmente tienes que ir a trabajar hoy? Después de todo nadie sabrá que está aquí. Solamente Jungkook, tú y yo sabemos que vendrás partir de hoy para que te vayas aclimatando con tus papeles. Todos te esperan a partir de la próxima semana, creo que deberías descansar un poco más. Ya el príncipe me dijo que estabas muy agotado, yo creo que...
— Nam, estoy en perfectas condiciones de retomar mis obligaciones ahora. La verdad es que muero por hacerlo, así que descuida, estaré bien. No me esforzaré mucho. Mejor apresúrate que mi esposo se pone insoportable cuando la gente se demora demasiado. Maneja con cuidado.
El luniano se marchó en el momento que el Atojeon cerró la puerta de su vehículo. Por su parte el castaño caminó hasta la oficina con entusiasmo. No se dejaría ver por los demás empleados por el momento, no hasta que se sintiera familiarizado con su puesto pero aún así las expectativas e ilusión que sentía por su nuevo trabajo lo hacían rebozar de alegría.
Se sentó en su nuevo escritorio y no pudo evitar pensar en el pasado. Era como si todo por lo que pasó lo hubiera estado preparando para lo que siempre pidió en silencio y deseó. Poner su vida en orden le costó una gran cantidad de valentía y honestidad con otros, con Kook y consigo mismo. No fue fácil darse cuenta de que no bastaba con solamente desear las cosas, tuvo que realmente ir apartando su miedos para poder ver todo lo que tenía enfrente.
Cada aspecto de su vida era perfecto en esos momentos. Ahora que todo iba bien. miraba al pasado, a ese período de tiempo de su existencia donde nada parecía tener sentido, donde no le interesaba nada, no le venia el punto a su universidad, ni siquiera sabía para qué respiraba aún. Agradecía haber tenido a ese hombre que lo ayudó aceptar lo que estaba pasando a valorar su alrededor, a tener fuerzas para seguir, estaba agradecido de no haberse dado por vencido y ponerle punto a su sufrimiento de la forma más fácil y cobarde.
Le escribió un mensaje a su esposo para dejarle saber que había llegado con bien y contarle todos los sentimientos que fluían por su interior como mariposas, esos que lo tenían sonriendo como idiota mientras miraba a su alrededor. Tomó una foto de él en el escritorio de su oficina, la adjuntó al mensaje y se lo envió.
Hecho esto, dejó en pausa al Taehyung regular para activar su modo profesional. Así pasaron las horas de la mañana, entre papeles e informaciones con las que se tuvo que poner al día. No entendía varias cosas pero todo aquello que le parecía un lenguaje diferente las apuntó en una agenda para darle paso a las que sí comprendía. Ya tendría a su luniano más adelante para aclararle todas las dudas.
Eran pasada las dos de la tarde cuando su hijo comenzó agitarlo desde su interior exigiéndole comida. Desde el desayuno no había probado bocado pero, lo cierto era que si se llenaba iba a querer dormir y él quería adelantar lo más que pudiera. Quería ser efectivo, demostrar que estaba capacitado para estar en el puesto de subdirector y que no era solamente por ser el esposo del dueño aunque claro, sabía que eso había sido sin lugar a dudas una buena palanca.
Comprobó su teléfono que había dejado olvidado y vio varios mensajes, de su suegro y padre que le deseaban un excelente día y mucha suerte, de su esposo que le contaba cuánto lo extrañaba, celebraba lo hermoso que se veía como ejecutivo en un instituto de investigación también con una foto propia adjuntada. Su luniano era hermoso, sonrió y continuó leyendo sus mensajes, el último era de Minjae, había olvidado completamente que le había prometido comer con él ese día.
Ciertamente necesitaba salir de esas cuatro paredes para coger un poco de aire fresco que les haría bien a él y a su frijolito. Aire y comida era lo que sus cuerpos necesitaban. Le envió un mensaje para si tenía tiempo reunirse almorzar y llamó a su esposo.
— ¿Hermoso? ¿Cómo va tu primer día de trabajo? ¿Va todo bien? — Contestó entusiasmado.
— Mmmm, hermoso... Ahora que estás distante se siente aún más lindo que me llames así. — Sus risas salieron comparadas y permanecieron así algunos segundos, escuchando la respiración del otro por teléfono.— Como me imaginé hay mucho que hacer, muchas cosas atrasadas, adelanté varias cosas pero para otras necesitaré al presidente para que me aclare y firme.
— No te preocupes por eso mi amor, ya te dije que te lo tomaras con calma, somos una institución privada y en estos momentos no tenemos demasiado presión. Esir mantenía todo controlado y yo he estado tratando de mantenerlo todo de igual forma. Tú ahora no te sobrecargues. ¿Ya comiste algo? ¿Quieres que vaya a comer contigo?
El castaño sonrió por el tono de preocupación que tenía su príncipe y no pudo evitar dejarse caer en la silla complacido.
— Verás mi precioso, es precisamente por eso que te llamo. Sé que estás ocupado pero, ¿podrías cubrirme por un rato? Minjae me invitó a almorzar y lo cierto es que me gustaría ir, tomar un poco de aire fresco mientras nos ponemos al día. No quiero dejar las cosas aquí inconclusa y me encantaría al regresar encontrarte aquí.
Jungkook cerró sus ojos, no le gustaba la idea de dejarlo salir solo, no cuando estaban bajo amenaza. Mas se le hacía difícil negarse al pedido del mafa de su hijo, tenía derecho a relajarse y conversar con sus amigos. Su vida había cambiado demasiado desde que comenzaron su relación y no quería alejarlo de todo por meterlo en una caja de protección aunque quisiera.
— ¿Estás ahí? — Preguntó sabiendo el conflicto que debería tener el luniano en su cabeza. Tamborileaba los dedos sobre la mesa mientras se podía los labios en espera de una respuesta. — Si deseas le puedo decir a Minjae que venga por mí y así no estoy solo.
— ¿Crees que ese tipo, es decir, tu amigo pueda servir de algo frente a los hedios? Nuestros problemas no son contra una pequeña pandilla de barrio, son contra seres de este mundo, tú solo estás más seguro que con él. No quiero prohibirte nada Tae, quiero dejarte disfrutar tu vida pero estoy preocupado. No me alegra la idea de que andes solo por ahí.
— Está bien, no iré entonces. — Su voz sonó apagada triste y Jungkook se mordió sus labios al sentirlo así.
— Ve, pero toma tu automóvil está aparcado en la parte privada del garage. Al menos con eso estarás un poco más seguro, llama a Minjae y váyanse juntos. Yo ya voy saliendo para allá, le avisaré a Nam más tarde para que vaya por ti o mejor, me avisas cuando quieras regresar y yo iré a recogerte. ¿De acuerdo? — Tae asintió olvidándose de que no podía ser visto. — ¿Hey?
— De acuerdo mi amor, así lo haré, igual te mandaré la localización de mi celular, no la necesitas pero de igual forma lo haré. — Lo escuchó suspirar y sonrió. — Gracias.
— Hmmm, está bien. Ya voy saliendo, conduce con cuidado Taehyung, por favor.
— Kook. — Escuchó un sonido mudo. — Te amamos.
— Yo los amo a ustedes, ahora vete antes de que me arrepienta. — Rió enviándole un beso. — Cierto, a mi esposo no le gusta que le tiren besos.
— ¡Oye! Eso fue hace siglos, ahora me encanta. — Lanzó otro y colgó.
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Mientras Taehyung comía alegremente con su amigo, poniéndolo al corriente de todo lo que se podía decir, explicándole cómo fue la boda, dándole una versión un tanto diferente, Jungkook estaba observando el trabajo realizado por su esposo.
Sin dudas estaba haciendo un gran trabajo en esa oficina. Minucioso, organizado como nunca antes visto, preciso, mostraba su emoción y amor por lo que hacía. Notó como el telescopio principal de la oficina estaba algo más inclinado de lo común. No pudo ocultar su curiosidad, quería saber qué había estado mirando su Ato, por ello se sentó a observar, viendo para su sorpresa como lograba ver a Satelles, sintió entonces la nostalgia de esos días que allí pasaron.
Sonrió ante los recuerdos, volteó y vio como en su escritorio una foto de ellos dos juntos el día de su boda adornaba el espacio. ¿Por qué él no la había visto? Era increíble que desde el primer día priorizara tener un retrato de ellos juntos en su oficina. Lo tomó en sus manos y se sentó en la silla donde hasta momentos antes su alma gemela había estado sentado. Su índice recorrió con parsimonia cada centímetro de la imagen. Era hermoso, definitivamente lo complementaba en todos sus sentidos
Caminaba por uno de los laboratorios con un abrigo negro que siempre tenía para disimular cada vez que entraba allí. Supuestamente las bajas temperaturas del lugar no podían ser resistidas fácilmente por los humanos por lo que él fingía siempre que lo tenía que utilizar. Controlaba las ondas de radiación y otras máquinas cuando el ruido de una explosión, acompañado de un temblor que lo desestabilizó, llegó a él.
El luniano se levantó rápidamente, amplificó al avance de todos sus sentidos y censores. Su boca se entre abrió bajo lo que percibió.
¡Hedios!
Ese lugar era casi una fortaleza, no entendía cómo los sentía acercarse, tampoco el por qué la alarma no había sonado bajo el intento de intrusión. Tenían un gran sistema de sistema contra la amenaza de los hedios que en esos momentos había sido burlada como si no fuera nada.
Estuvo chequeando cada movimiento de los hedios desde que viajó con Taehyung a Titán, controló sus órbitas, desplazamientos, el estado físico de la organización, todo y no vio ningún movimiento que le hiciera darse cuenta que habían entrado en la atmósfera terrestre. No podían burlando tan fácilmente al no ser que contaran con los números y coordenadas del único lugar que era su punto ciego. Fue una zona codificada desde Luna dorada y los número solamente eran conocidos por la familia real y sus caballeros.
Taehyung...
Todos sus pensamientos dejaron de buscar las fallas que permitieron esa invasión y se centraron únicamente en su esposo e hijo. Tenía que correr a protegerlos. Activó su modo de defensa y justo en el momento en el que iba a dejar esa habitación otra explosión llegó dejándolo cubierto por el concreto de las paredes del lugar y parte del pasillo.
Solo cinco segundos aquello lo retrasó, de forma veloz se deshizo de todos aquellos trozos que lo cubrían y se levantó.
— ¡Limpiadora! — Exclamó al ver quién estaba allí rodeada por otros diez hedios.
La limpiadora o Klauber como era conocida en todo el universo era un ser que se dedicaba a eliminar criminales y amenazas por órdenes de la familia real, claro que esto cambió en el momento que ella pasó a formar parte de las filas de Hedas. Era un ser letal al que muy pocos seres podrían sobrevivir, entre ellos, estaba Eidon. Por eso sabía que no se hubiera acercado a él de una forma tan directa.
— Vaya, vaya. Miren a quién tenemos aquí. Eidon Jeon Jungkook, caballero dorado de Luna Dorada, heredero al trono. — Su voz potente a la que ningún oído humano podría resistirse sin reventar, llenó el lugar escupiendo cinismo y cierta sorpresa.
— ¿Qué estás haciendo aquí? No creo que fueras tan idiota como para pensar que podías derrotarme tan fácilmente. Tu amo por lo que veo no te estima ni un poco. Enviarte a una misión suicida es algo lamentable, incluso para Hedas, no tiene ningún sentido.
— Sabemos que no deberías subestimarme así. — La invasora mantenía su arma apuntando hacia el príncipe de su reino. Sabía que no lo mataría pero sí podía ganar algo de tiempo si lograba dispararle. — Creo que estás confundiendo las cosas. No vinimos aquí por ti. Se nos informó sobre el único descendiente de Kore. No podemos dejar que la profecía se cumpla, creo que ya deberías saber eso. Lo que no entiendo es por qué estás tú en vez de él, no se suponía que estuvieras aquí.
¿Iban por Taehyung y estaban informados de que él no estaría allí? Negó con su cabeza, no podía ser lo que él estaba pensando. No podía estar pasando lo que él estaba creyendo.
— Se suponía que quien debería estar aquí es el hombre que lleva al heredero de Luna Dorada en su vientre. Pero esto también me funciona, mientras no estén juntos, es posible acabar con ustedes. Si te elimino a ti primero, será más fácil librarme de ellos dos. De cualquier manera, no me voy de Tellus sin ver desaparecer a los herederos de nuestro reino.
Disparó pero Eidon fue más rápido y logró esquivarlo. La rabia y la preocupación lo invadían pero no era momento de pensar en nada más que no fuera en librarse de esos asquerosos hedios e ir en busca de su esposo y de el ser que los delató. Dru Kim Namjoon.
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Seokjin no sabía en dónde se encontraba, lo último que recordaba era que se iban a subir a un avión cuando un grupo de personas lo rodearon a Namjoon y a él. Lo vio pelear y se unió a él, mas no bastó, eran demasiado contra ellos dos, ni siquiera supo cuando había perdido el conocimiento.
Su alrededor era oscuro, alumbrado por tenues luces azules. Intentó moverse pero su cuerpo no respondía, era como si estuviera drogado pero no tenía seguridad de que eso fuera. Gritó pidiendo ayuda pero nadie se acercó, no se sentía nada hasta que una voz que no conocía resonó en todo el lugar. Su corazón latió con fuerza desesperado, su pareja estaba gritando su nombre. Intentó gritar nuevamente pero fue en vano, solamente podía escuchar las murmuraciones de una conversación.
— Hablé contigo por las buenas, desperdicio de ser viviente. Preferiste apoyar y cuidar a la familia real que a tu propio padre. — El sonido de su lengua contra los dientes mientras negaba con la cabeza resonaba con fuerza en la cabeza de Namjoon haciéndolo retorcerse del dolor. — Tenías una sola tarea pero, como no quisiste hacerlo por las buenas, tampoco por mí, tenía que buscar a alguien por el cual estuvieras dispuesto actuar. Por eso es que tu inútil humano está aquí conmigo. Lo tuve que pedir prestado temporalmente.
¿Quién era ese hombre que le hablaba de forma tan despectiva a su hombre? No podía escuchar con claridad pero sí algunas cosas que lo tenían desorientado. ¿Qué tuvo que hacer Nam por él? Volvió a luchar por liberarse pero terminó perdiendo el conocimiento una vez más.
— Ya hice lo que me pediste, te entregué en bandeja de plata la ubicación del Atojeon, también del príncipe Eidon. ¿Qué más quieres de mí?
— Sinceramente, no mucho. No eres de mucha utilidad pero como siempre cumplo mi palabra, te daré a tu alma gemela. De igual forma sé que ya tienes una sentencia de muerte en tu cabeza, puede que te encuentres con quien te dio la vida más pronto de lo que imaginas. No creo que la familia real se quede cruzada de brazos con quien entregó su descendencia para ser asesinada. — Golpeó con fuerza su rostro haciéndolo escupir sangre y se alejó riendo.
— Lo siento Kook, realmente lo siento pero, no tenía otra forma de salvar a mi alma gemela. Te advertí muchas veces de que por él, era capaz de todo, incluso dar mi propia vida. Moriré feliz en tus brazos mientras que el hombre que amo pueda seguir viviendo normalmente como si yo no me hubiese cruzado en su vida. Realmente espero que puedan sobrevivir. — Musitó entre lágrimas, poniéndose de pie para caminar trabajosamente hasta donde estaba su pareja.
Su corazón se achicó al verlo en ese estado, corrió hasta él y lo liberó de sus amarres que solamente podían ser rotos por alguien que tuviera alguna cercanía con algún hedio. Lo atrajo hasta su cuerpo y lo cargó a pesar de lo adolorido que estaba su cuerpo por las múltiples golpizas que su padre le dio por simple gusto y satisfacción.
— No me odies, espero que me perdones y no me odies primor. Perdón por ser un ser tan despreciable y egoísta.
🖤💜🖤
Lunianos, hola 👋🏾🙈
Nos vemos en el próximo capítulo. Se me cuidan mucho.
LORED
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