Capítulo 80
Una parte de ese paisaje le recordaba al planeta donde había nacido, ese en el que vivió por veinticinco años sin imaginarse que un día estaría viendo un atardecer en la luna más grande de Saturno, Titán. Entendía perfectamente por qué se pensaba que podría vivir allí, realmente tenía en relieve cierto parecido también su atmósfera y demografía. Sin embargo, era todo tan diferente a la vez.
Estando allí no pudo evitar pensar que quizás así se veía la tierra miles de millones años atrás, cuando los dinosaurios aún vivían, cuando el hombre no había llegado a hacer sus estragos. Todo era montañas, agua y vegetación, vio varios animales en el tiempo que estuvo allí. Cabía destacar que ninguno de ellos se parecía a los que ya conocía pero no podía negar que eran igual de hermosos.
Según lo explicado por su esposo, todo allí era regulado porque Satelles, como él lo nombraba, no estaba hecho para tener vida animal. Habían logrado ir desarrollándola poco a poco con sus experimentos e investigaciones en donde no lucraban o ponían en riesgo la vida del animal. Era por ello que se iban trayendo de apoco y los hacían aparearse para que sus crías ya pudieran nacer y acostumbrarse a ese ambiente sin necesidad de ayuda artificial.
Todo fue algo muy interesante para él, se alegraba de haber tenido la oportunidad de verlo con sus propios ojos y formar parte de ese hermoso proyecto en los días que estuvo allí. Otra de las cosas que pudo llegar amar en ese corto tiempo eran las vistas. Amaba la tenue luz que allí llegaba haciendo parecer ese satélite como un eterno atardecer. Sus montañas, lagos, su tierra, su cielo, todo era hermoso.
Pero si profundizaba más y era totalmente sincero, lo que más feliz le hacía era estar ahí con el amor de su vida, en un mundo donde realmente existían solo ellos y las personas que velaban por su seguridad. Sentía como en ese momento tres corazones latían rítmicamente en una misma sintonía. La tranquilidad que allí respiraban hacía sentir toco como si fuera un sueño donde los único que existían eran Jungkook, Esir y él.
Contemplaba como la piel de su luniano y la suya propia resaltaban como si una capa de brillantina hubiese sido untada en ellos, ocurría siempre que estaban a esa hora al aire libre, era hermoso. Sus cabellos habían adquirido un largo impresionante, ambos contaban con una cabellera que iba más allá de sus hombros de forma pareja en sus respectivos colores naturales.
Ese azabache hermoso de su esposo y su cabellera castaña, ¿de qué color sería la de su pequeño? ¿Se parecería más a Kook o a él? Era posible que incluso se pareciera más a uno de los cuatro abuelos que a ellos mismos. Sonrió negando con la cabeza y se volvió acostar sobre la tierra para abrazar a su príncipe. No quería jamás separarse de él, jamás...
— ¿En qué piensas? — Eidon, que lo miraba detalladamente desde hacía varios minutos pudo ver cada expresión que su rostro dejó entrever. En solo segundos lo vio pasar de un semblante preocupado a uno confundido para después reír como un niño pequeño en el más hermoso de los sueños. Agitó su cabello y besó su frente. — ¿Estás pensando en lo bello que es tu esposo?
Taehyung no pudo contener la risa, asintió buscando sus labios para besarlo de forma casi inocente y casta.
— Debo admitirlo, estaba pensando a cuál de los dos apuestos padres que tendrá nuestro bebé él se parecerá más. Su inigualable y hermoso mafa o su intrigante y maravilloso fada. ¿Qué crees?
—Hmmm, creo sinceramente que se parecerá a los dos. Tendrá tu sonrisa y ojos con mi nariz líneas faciales. Sé que será terco como su abuelo Yoongi y su padre pero de un corazón tan gentil, hermoso como el de su mafa y abuelo Kore. Tendrán la valentía de sus abuelos terrestres. Creo que tendrá de todos nosotros un poco, creo que si tuviéramos mascota hasta de ella tendría algo. — Se carcajeó y Tae se unió a él en esa sonora risa.
— ¿Y esa repartición que has hecho? Mi bebé será un hermoso rompecorazones como yo.
— ¿Eso es algo lindo? Retiro lo dicho, no puede parecerse a su mafa, me va a dar mucho dolores de cabeza si sale tan apuesto como tú. En lo que encuentra su alma gemela o la persona a la cual le entregue su corazón irá haciendo sufrir a otros por ahí y no quiero una revolución en contra de nuestra familia.
— Exagerado, sabes que estaba jugando.
— Enseñándole malos ejemplos a nuestro frijolito. — Quitó las manos de Tae de su pecho y se removió hasta apoyar sus labios en el vientre de su alma gemela. — Escucha atentamente Esir, más te vale que le hagas caso a papi Kook. No puedes ser como tu mafa, tampoco como yo. Prométeme que crearás la mejor versión de ti mismo y serás mejor que los dos. ¿Lo prometes? ¿Sí? ¡Júralo!
Hablaba risueño con su bebé, quien se removía en el interior de su mafa de forma juguetona, como si aquellas palabras le hicieran la mayor gracia o le gustaran de sobremanera. Jungkook también rió y besó por encima del traje varias veces la barriga de su esposo. Lo acarició con parsimonia durante algunos segundos hasta que los sollozos del castaño se hicieron escuchar. Rápidamente se reincorporó y sentó a su lado, atrayéndolo hacia su cuerpo para abrazarlo.
— ¿Qué sucede, amor? ¿Estás susceptible u ocurre algo que quieras compartirme? — Sus dedos peinaban dulcemente su cabellera.
— No sé, creo que solamente me puse muy feliz al escucharte hablar con él. LAs palabras que le dijiste, la forma en que nos trata, todo esto simplemente es mágico, demasiado hermoso y yo... Yo... — Lo abrazó tembloroso. llorando descontroladamente. No era dueño de sus emociones en ese momento.
— Llora bebé, llora... — Tae sonrió de extraña manera mientras aún lloraba por el apelativo, solamente le decía bebé a su frijolito pero escucharlo ahora en él le resultaba demasiado tierno.
El luniano lo consoló durante un rato hasta que ya había oscurecido en su totalidad. Lo tomó entre sus brazos y lo cargó hasta el palacio. Como siempre todos estaban en espera de ellos pero el príncipe los ignoró y caminó con Tae hasta el dormitorio que estaban utilizando en todos esos días. Lo dejó caer lentamente en la cama y entre besos, caricias, y miradas que expresaban todo lo que ellos no decía, volvieron a unir sus cuerpos y almas por última vez en aquel lugar.
...
— ¡Atojeon! ¡Príncipe Eidon! — Los nombró con firmeza el caballero Vili que lideraba un grupo de aproximadamente treinta hombres, junto a los cinco empleados que se habían encargado de todas sus necesidades en esa semana en la que habían permanecido allí. — Ha llegado la hora.
Jungkook asintió, miró a su esposo con una sonrisa en su rostro e intentó dar un paso adelante pero fue agarrado por la manga de la camisa que había estado usando cuando llegaron. Buscó con la mirada a su esposo y lo vio con una lágrima perdida por corriendo por su rostro. Levantó la mano indicándoles que se retiraran un momento y todos desaparecieron. Regresó en sus pasos hasta él, tomó su rostro entre sus manos y con el pulgar secó esa lágrima.
— ¡Quedémonos aquí! — Exclamó Taehyung aferrándose a sus manos. — No regresemos a Tellus, quedémonos aquí hasta que nazca el bebé, igual ya sé que necesitamos estar fuera de la Tierra para su nacimiento. ¿Por que no aplazar el regreso?
Sus manos trémulas, respiración acelerada y su cortada voz hacían preocupar al príncipe en demasía. Si bien su esposo había estado algo susceptible, en ese momento lo veía de cierta forma descontrolado. Veía el miedo en sus ojos, tal vez era simple preocupación...
— ¿Qué sucede, Tae? No entiendo muy bien lo que dices, el por qué quieres quedarte lo entiendo pero, ¿por qué tan de repente? No avisamos que nos vendríamos, además, ya casi se acaba el tiempo límite para que tu energía no sea sentida por estos rumbos. Solamente mi fada debe saber de nuestra presencia, yo en este mundo puedo ocultar mi energía también por un límite de tiempo. Si seguimos aquí todo el universo podría saber que estamos aquí y Hedas de seguro nos atacará en cuanto nos sienta, peligramos los tres.
— Aquí estamos protegidos, tenemos todo el tiempo guardias que nos cuidan.
— Amor, treinta hombres es nada para el ejército de Hedas quien tiene parte de Luna Dorada y otros pequeños planetoides cundido de hedios. En tu estado ninguno de los dos podríamos pelear correctamente, tú porque llevas a nuestro bebé en tu krok y yo porque no podría concentrarme al estar pendiente de ustedes. No podemos arriesgarnos. — Se acercó para abrazarlo. — Nosotros regresaremos en el momento que comiences tu labor de parto. Aquí lo harás en una hora, en Tellus podrías incluso durar dos días enteros en ello.
— Mi sueño siempre se repite, yo estoy solo y los veo morir a todos, al final tanto Esir como yo terminamos muertos también en manos de los hedios. Todo eso ocurre en Tellus, por eso creo que si esperamos al menos hasta que nazca nuestro bebé aquí podemos evitar eso. Sí, ya sé que puede ser solo eso, un sueño creado por el estrés y el miedo de mi subconsciente pero no puedo evitar estar aterrado. No quiero verte morir, vernos morir, lo he vivido tantas veces que ya incluso reconozco que estoy soñado, aún así, eso no lo hace más sencillo o menos doloroso.
— Juro que daría mi vida para protegerlos. Los cuidaré en todo momento amor y no me separaré de ti hasta que des a luz. Dices que todo ocurre mientras te quedas solo, ¿cierto? — Taehyung asiente. — Entonces no siempre habrá alguien contigo, lo más probable es que sea yo en todo momento.
Los cabellos de ambos comenzaron a brillar en las puntas, sus pieles también estaban un poco más brillos de lo que eran normalmente y el luniano supo que si no salían de ahí, no iban a poder con lo que se avecinaba.
— Taehyung, míranos. Nuestra energía comenzará a expandirse pronto y será aún peor porque estamos juntos. Debemos irnos ahora amor. ¿Confías en mí? — El castaño asintió, no había un ser en el mundo en el que confiara más que en su esposo. — Dame la mano.
Agarró con fuerza la mano de su esposo y caminó hasta el lugar del palacio que más controlaba sus energías con prisa. La gran despedida que había sido preparada para ambos fue cancelada por la escocés de tiempo, simplemente recibieron un saludo generalizado de todos y la compañía de Vili. Se despidieron de este sin poder esbozar sonrisa alguna pero la situación era clara para todos, si en cinco minutos no dejaban el lugar, todo se volvería un desastre. A esas alturas ya sus bellos brillaban hasta casi la raíz y la luz que irradiaban sus cuerpos podía cegar a cualquiera.
Un beso que calmara el ambiente llegó de forma fugaz seguido de un fuerte abrazo al que ambos se entregaron. Un abrazo largo, cálido, necesario que no fue interrumpido hasta que Taehyung comenzó a toser. El terrestre miró a su alrededor y se percató que estaban a la ciudad de Ulsan, a varios minutos de donde ellos se habían estado quedando. Estaban nuevamente en Tellus. El castaño sonrió y sonrió dejando helado sus tontas preocupaciones por ese sueño. ¿Por qué le estaba dando importancia? No es que todos sus sueños se hicieran realidad.
Le costó algunos minutos respirar con normalidad, ambos usaban filtros que los ayudaría a adaptarse nuevamente a la atmósfera terrestre. Con algunas horas, sería más que suficiente.
— Kook... — El nombrado que caminaba con él tomado de la mano hacia un taxi lo miró esperando a que dijera lo que deseaba decir. — Tengo hambre, mucha.
Un alivio se instaló en el pecho del luniano que había estado tan preocupado como él, pensó que incluso le diría que se estaba sintiendo mal pero rió aliviado al constatar que solamente se trataba de sus estómagos. Tocó la larga cabellera de Taehyung y este se sorprendió, por un momento creyó que ya se iría sola pero no fue así. Con destreza, como si ya hubiese tenido el cabello de ese largo otras veces se hizo un moño y tomó la mano de su esposo para guiarlo a ese restaurante que aún estaba abierto. Kook lo imitó recogiendo de igual manera su cabello y caminó detrás de él con una amplia sonrisa.
Era casi la media noche del segundo de sus tres días en Ulsan, cuando llegaron a la pequeña casa donde se estaban quedando en aquel taxi donde el terrestre dormitó una vez que se sentó en él. El luniano no quiso despertar a Tae, fue por ello que fue hasta la entrada con él en sus brazos pero el olor a luniano que emanaba de su casa lo hizo tensarse. No era un hedios pero, podía ser alguien que recién entrara a las filas y por ende aun no tuviera su olor característico. Un escenario de acontecimientos le vino a su cabeza y no pudo evitar tensarse.
Colocó a Taehyung en el suelo, este lo miró algo adormilado y confuso pero al ver como su esposo le indicaba que no hiciera ruido y se mantuviera en silencio, se quedó paralizado, atinando solamente a cubrir su barriga con sus manos y rodillas. No estaba solo, Eidon estaba con él. Lo vio desvanecerse como aquellas puertas de Titán y se quedó perplejo. ¿Desde cuándo su esposo podía hacer aquello?
Toda la casa estaba en la oscuridad pero gracias a su vista Jungkook podía ver con naturalidad, vio a una figura caminar en dirección a la escalera que llevaba a la terraza de la azotea y, antes de que pudiera subirla, neutralizó todos sus movimientos. Taehyung pudo escuchar el leve forcejeo que duró pocos segundos, obligándolo afinar su oído.
— ¿Qué carajo estás haciendo aquí Namjoon? — Preguntó exaltado el príncipe empujándolo.
— ¡Oh, menos mal que estás bien! ¿T-Taehyung? — Miró en todas las direcciones en su búsqueda.
— Él también está bien. — Prendió las luces y caminó hacia la puerta para abrirle e indicarle que todo estaba bien. El alivio de ambos era más que evidente, era solo Namjoon.
— Estaba preocupado por ustedes, pensé que les había ocurrido algo ya que la conexión que tengo como caballero de ambos se desvaneció, indicándome que ustedes habían abandonado este planeta. Este fue el último lugar del que su señal se emitió, por eso vine hacia acá cuanto antes. Pensé que los habían capturado, que alguien se los había llevado. pensé lo peor. Vine a comprobar si no había sido un error antes de intentar contactar con Luna Dorada. ¡Malditos sean, me han dado un susto de muerte!
Se sentó suspirando en el pequeño sofá de la viviendo y frotó su rostro con desesperación. Realmente pensó que los había perdido y si eso había ocurrido, estaba perdido, todo el universo se lanzaría arrancarle la cabeza. Con el rey Min encabezando la lista, después de encargárselos tras la muerte de Esir.
—Estamos bien, Nam. ¿Y Jin? Llámalo, creo que debe estar demasiado ocupado el pobre. — Habló Taehyung caminando hacia la cocina para buscar un poco de agua para los tres, necesitaban calmarse.
— Él no sabe que yo creía que habían desaparecido. No quise preocuparlo hasta nos tener certeza de qué era lo que estaba ocurriendo. A esta hora debe estar ya dormido, después le escribiré un mensaje. — Abrió aun holograma que Taehyung no lograba descifrar correctamente. — Temí más por ustedes por esto. Los períodos orbitales de Luna Dorada, tanto sideral como sinódico marcan que están a un día de la Tierra, con un amplio margen de variación. Hay también un gran movimiento en el palacio de Hedas en nuestro mundo según mi informante.
— Ya veo, tenemos que estar alerta pero todo está bien. Entiendo que te hayas preocupado y hayas venido a comprobar, me hace sentir tranquilo que cuento con alguien como tú. — Namjoon lo miró con una sonrisa. — No me mires así que mi esposo se pondrá celoso.
Tanto el teléfono de Jungkook como el de Tae comenzaron a vibrar desenfrenadamente, parecía que recién ahora se enteraban que estaban de regreso en el planeta Tierra. Al mismo tiempo sonrieron y los sacaron para ver quienes les habían escrito tanto. Miraron sus pantallas y se las mostraron al otro como si estuvieran sincronizando a cada momento sus movimientos.
— Nuestros padres... — Hablaron al unísonos y se echaron a reír.
— Por si no lo sabían yo también les escribí. — Reclamó Namjoon fingiendo enfado. — ¿Dónde diablos se metieron?
— ¡Titán! — Exclamó Tae emocionado. — Era realmente hermoso. Ahora estoy aquí y todo aquello parece como un sueño pero tengo todas las imágenes grabadas en mi memoria y corazón. Realmente amé la experiencia. ¿Has estado allí? — En ese momento el terrestre recordó que era un secreto que las personas o lunianos supieran de este y se mordió la lengua con fuerza.
— Tranquilo, Namjoon lo sabe. Después de todo es nuestro caballero, algún día será un fuerte caballero negro. — Golpeó el hombro de su amigo y brincó por encima del espaldar del sillón, palmeando sus muslos para que su esposo tomara asiento sobre él.
— ¿Ti-Titán? ¿Ustedes fueron a Satelles? Creía que no expondrías a Taehyung a un viaje de esferas, en su estado es peligroso. ¿En qué estabas pensando Jungkook?
— Fuimos a Satelles pero no utilizamos las esferas.
— Si no las utilizaron entonces, ¿cómo...? — Jungkook asintió con una sonrisa. — Ahhhhh, ya, ya capté. A veces se me olvida que estoy frente a lo que los humanos casi llamarían como dioses poderosos y enamorados capaces de todo.
Los tres comenzaron a reír como adolescentes, entre preguntas algo inapropiadas, un juego de cartas donde Taehyung parecía liderar y muchas pero muchas risas, junto a uno que otro beso que compartía la pareja, algunas horas pasaron. Cuando vinieron a percatarse, ya eran casi las cuatro de la mañana.
— Creo que será mejor que yo me vaya. ¿Ustedes cuándo piensan regresar a Seúl? — Preguntó Nam poniéndose de pie. — Seguro sus padres ya le dijeron pero el IPIAM está colapsando sin Esir y sin ustedes.
— Nos queda aún el día de hoy y mi esposo y yo todavía tenemos unos boletos que tenemos que utilizar. — Habló Taehyung recogiendo la mesa. — Por lo tanto, hasta pasado mañana, — miró la hora — es decir, hasta mañana, no nos verán las caras por allá. Puedes pasar la voz.
Nam miró a Jungkook pero este se encogió de hombros con una sonrisa.
— Lo que el Atojeon ha dicho. Yo me acojo a sus decisiones. Puedes quedarte a dormir unas horas aquí, no debes manejar a esta hora hasta Seúl.
— ¿Qué te hace pensar que vine manejando? Utilicé el IPIAM para venir y antes que se cierre la puerta voy a regresar, apenas me quedan unos minutos antes de que se cierre. No se preocupen, yo daré el aviso, que sigan teniendo una hermosa luna de miel pero por favor, sin viajes por el universo que hagan preocuparse a otros seres.
La pareja asintió y todos se despidieron con una gran sonrisa. Acompañaron a Namjoon hasta la puerta por la que llegó y lo vieron marcharse. Estaban agotados después de todo lo vivido en las últimas horas por lo que, simplemente tomaron una ducha y se metieron juntos en la cama. Esa noche, finalmente ninguno de los dos tuvieron sueños o visiones. Durmieron plácida y extendidamente acurrucados.
🖤💜🖤
¿Disfrutando la calma mis lunianos?
Permítanme decirles que posiblemente este y el próximo serán los últimos capítulos con total calma por varios capítulos. 🙈 Se avecinan muchas cosas, espero que estén preparados.
Ando sufriendo porque también cada vez se acerca más el final de esta historia y si soy sincera, no quiero terminarlaaaaa😩😥😭
Espero que tengan un lindo fin de semana.
LORED
🖤💜🖤
Pd: Período Orbital: Es el tiempo que toma un astro en recorrer su órbita. El sideral es el tiempo que tarda en dar la vuelta completa mayormente alrededor del sol. El sinódico, es el que tarda en volver aparecer en el mismo punto.
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