Capítulo 8

— Te lo preguntaré por vigésima vez. ¿Por alguna casualidad has visto un anillo como este?

— Profesor Park, cálmese por favor. — Nunca lo había visto exaltado, su temple parecía ser de acero, duro y calmado aunque a veces sonriera con él. — Te he escuchado todas las veces que me has repetido la misma pregunta.

Estaba desconcertado, no entendía como era que Jimin sabía de su anillo sin habérselo mostrado y mucho menos entendía su comportamiento tan impredecible. Podía asegurar que su profesor conocía a su padre y posiblemente también había conocido a su madre. Una vez más miró sus manos y quedó pensativo. Si el señor Park fuera mujer aseguraría que era su madre, pero eso era imposible.

— Por favor Taehyung, necesito que me respondas.

— Lo haré, pero si me promete que responderá todas mis preguntas sin evasivas o mentiras. — Jimin lo observó pensativo, había muchas cosas de las cuales si preguntaba no iba poder responderle pero aún así asintió.

— De acuerdo.

Sentados en el pequeño sofá de la oficina, Taehyung le contó todo lo que sabía de su familia. Desde lo que su padre le contó sobre su nacimiento hasta el momento en que su papá desapareció sin dejar rastros años atrás. Le contó de su más preciada pertenencia y único que quedaba del ser que le dio la vida, una carta y un anillo que lucía justo como el que le acababa de enseñar.

Jimin escuchó con atención pero habían cosas que no encajaban en lo que le estaba diciendo sin embargo, para estar seguro debía encontrar a esa persona, su padre. Era el único que podía contarle todo con detalles. Su corazón siempre se sintió cálido alrededor de ese chico, solo Taehyung fue capaz de abrir su coraza con su sola presencia.

Una vez más las largas horas de trabajo y todos los clientes del restaurante no le habían dado el tiempo siquiera para comer tranquilamente por lo que tuvo que llevarse la comida para comerla en casa, aunque eso era otra cosa, la casa. Estaba tan lejos de su trabajo y escuela, tan aislada que le era difícil llegar ahí, en la mañana no lo notó en la mañana porque fue en el auto con su compañero pero ahora que le tocaba regresar en el autobús, por sus propios medios sí que lo sentía. Dudaba que a pesar de su hambre tuviera deseos de cocinar o mejor dicho, recalentar y modificar un poco la comida que llevaba.

No estaba seguro si el dueño se encontraba en la propiedad o no, ya que todas las luces estaban apagadas y él no tenía acceso al garaje para constatar si su auto estaba ahí o no pero, eso a él no debía importarle. Si Jungkook dormía ya o si aún estaba en la calle no era de su incumbencia.

Intentó seguir de largo pero cuando el ascensor se acercaba al piso de la cocina su estómago crujió, haciéndolo desistir de acostarse sin comer, mismo si para su cuerpo fuera fatal comer a esas horas. Entró a la cocina observando nuevamente el gigantesco tamaño de la misma, definitivamente era innecesario pero se sentía de maravillas cocinar en un lugar tan espacioso con todas las comodidades, aunque hubieran cosas tan modernas de las que él no conoce su uso. Una hora después ya había comido, bañado y acostado a dormir, no sin antes jugar nuevamente con los censores de peso y voz que tenía su habitación.

Rato después Jungkook llegó a su casa agotado, había estado entrenando sin descanso toda la tarde y eso lo puso feliz, extrañaba la sensación de sentirse agotado, de pelear con alguien más, conocer otros puntos de vista, Esir era sin duda alguna un excelente caballero. Era entendible el por qué su padre confiaba tanto en él.

Al entrar en la residencia lo primero que hizo fue dirigirse a la cocina pero se sintió extrañado, no conocía ese olor. Estaba claro que el nuevo huésped de la casa la había utilizado, finalmente fue estrenada su cocina a la que él solamente iba por zumos y agua.

Se sentó en una de las sillas que rodeaban una de las islas de la misma y chequeó que todo estuviera en orden mientras bebía. Taehyung ya estaba dormido, sus señales vitales lo demostraban. No supo por qué pero activó el audio de su recámara y escuchó claramente su respiración, para el momento que lo desactivó nuevamente, tenía una sonrisa dibujada en su cara que notó en el reflejo del aparato que había camuflado como un iPad.

Arrugó el entrecejo al notar su sonrisa. ¿Por qué demonios sonreía simplemente por escuchar su respiración? Lo cerró y colocó música instrumental una vez que se sentó a observar por el simple Telescopio Meade XL 600 de 406 milímetros que tenía en el pequeño balcón de su cocina, ese que no usaba pero había encontrado bonito, mismo si no era tan bueno como otros que tenía, donde incluso podía ver a los habitantes de su reino.

Una vez más el olor de lo que sea que su compañero había cocinado llegó hasta él. Nunca había usado su cocina porque no solo jamás lo había hecho en su vida, tampoco conocía los ingredientes de ese país que eran bien diferentes a los de su mundo. Por esto siempre se alimentaba fuera o mandaba a perder comida a domicilio, pidiendo siempre lo mismo, lo único que le resultaba similar a Luna Dorada, sopas y ensaladas, aunque también tuvieran un gusto completamente diferente.

Extrañaba todo de su reino, su comida, los habitantes, su vida que él encontraba tan aburrida, su padre... Escuchar la voz de su padre, verlo, sentir su abrazo era todo lo que añoraba en ese momento. Nunca fue un rey distante y centrado solamente en gobernar, nunca lo descuidó y lo colmó de cariño y era lo que más le hacía falta. Cerró sus ojos recordando su último encuentro y las lágrimas comenzaron a caer.

...

Jungkook estaba como siempre sentado al final del aula en la clase de Astronomía Antigua, aquella que estaba ligada al ser humano desde la antigüedad y todas las civilizaciones que han tenido contacto con la ciencia, era prácticamente historia pero de un campo en específico.

Su compañero aún no había llegado, sin embargo cuando se levantó ya él había salido para la escuela, no era normal que no hubiera llegado ya. Suspiró observando a los demás estudiantes, tal parecía que todos estaban llegando tarde, seis alumnos de treinta que tomaban la clase y ni siquiera el profesor había llegado. - ¡Que informales e impuntuales son los seres humanos! - Pensó negando con la cabeza.

Un zumbido comenzó a llegar a sus oídos de forma distante, el pulso lo podía sentir en cada rincón de su cuerpo y el dolor de cabeza amenazaba con llegar. -¡Por favor, otra vez no! - No quería que eso le ocurriera nuevamente. En un momento el aula se llenó de estudiantes, incluyendo a un profesor que no era regular y Taehyung, quien había entrado hablando con el mismo.

Su corazón se aceleró cuando su mirada y la del profesor se cruzaron durante algunos segundos en los que ni siquiera notó cuando había desaparecido su malestar o cuando su compañero se sentó a su lado observándolo extrañado. Agitó su cabeza para centrarse y luego la bajó.

— ¿Qué me está sucediendo? — Murmuró.

— ¿A qué te refieres? — Le preguntó Tae tras escucharlo.

— ¿Eh? No, nada, simplemente pensé en alta voz. — Suspiró y respiró profundamente buscando tranquilizarse. — Ya comienza la case así que atiende. Por cierto... — Pausó la frase volviendo a cruzar una mirada fugaz con el profesor. — ¿Cómo se llama ese profesor?

— Esa es nuestra eminencia Park Jimin, está cubriendo a nuestro profesor regular que está enfermo. ¿Por qué? — Observó como ambos se miraban y enarcó sus cejas extrañado.

— Simplemente quería saber el nombre de quien nos estaba dando clases. Ahora atiende...

Taehyung no quiso volverle a preguntar pero le extraño que Jungkook se interesara por Jimin y que una vez que preguntó no le dijera absolutamente nada y lo evadiera.

Mirando a cada momento hacia el final del salón el profesor Park impartía su clase, hablando sobre los componentes del universo y su formación, comenzando desde los conocimientos que se tenía a finales del siglo XVI. Preguntó en varias ocaciones a los alumnos y todos preferían oír que expresarse por lo que comenzó a preguntarles directamente.

Las dos veces que le realizó preguntas a Taehyung este contestó mal, no porque no se lo sabía sino porque verdaderamente no le estaba prestando atención, desde que leyó el mensaje de su amigo Jin que le avisaba que ya estaba de regreso a la escuela. Jungkook se asombró de que su compañero no supiera las respuestas que incluso un niño de sexto o séptimo grado terrestre podía responder. Suspiró decepcionada, definitivamente sí necesitaba que estudiaran juntos, al principio pensó que solamente se trataba de él queriendo entrometerse en su vida pero daba pena ver eso.

— Sabemos, pues, qué componentes tiene el Universo, incluso cómo y cuando se formó. — Jimin miró alrededor y notó que el estudiante del final estaba entretenido observando a su compañero. — A ver, tú Jungkook. Háblanos de forma resumida del Universo.

— Está formado por galaxias, separadas por el vacío y repartidas de forma no uniforme, entre esas galaxia está la nuestra. La Vía Láctea, donde se encuentra el sistema solar y a su vez la Tierra y... — Pensó que no podía decir más de lo que un humano diría. — Y otros cosmos, mundos, planetas, etc.

— ¿Conoces sus contenidos principales?

— Bariónica, más conocida como materia ordinaria, la materia oscura y la energía oscura son los principales tres contenidos.

— Si nos adentramos más en el tema de las galaxias... ¿Qué podría decirnos? — Preguntó Jimin sin dejar de observarlo.

A decir verdad, ninguno de los dos dejaba de hacerlo, es como si se hubieran metido en una burbuja donde solamente existían ellos dos. Todos los miraban ensimismados en su plática de la que no dejaban ser partícipe a nadie más.

— Las galaxia está formada entre otras cosas por estrellas, entre las cuales hay enormes nebulosas, donde se forman dichas estrellas o acumulaciones de gases. —Hablaba con fluidez y gran elocuencia trayendo a todos hacia la galaxia del príncipe Eidon mejor conocido como Jeon Jungkook.

Las preguntas continuaron y pronto pasaron a un debate que culminó casi en una conferencia en la que Jungkook fue el único participante que se presentó. Jimin y Taehyung lo observaron detenidamente hasta el final, incluso comenzaron aplaudir al unísono, siendo seguidos por los demás.

En ocasiones se hace difícil hacer partícipe de tus malos momentos a tus familiares, pareja y amigos, aunque ellos siempre demuestren que están ahí para ti porque nos avergonzamos de nuestros errores o simplemente no queremos agobiarlos ni preocuparlos, mismo que sentía Taehyung con su mejor amigo, su única familia. No quería que Jin supiera de que había sido ya desalojado y de que no ser por la ayuda de Jungkook él estaría durmiendo en la calle porque no se atrevía a molestarlo después de todo lo que ya había hecho por él. Por eso, al verlo cuando salía del salón huyó, sabía que tendría que enfrentarlo en algún momento pero, eso momento definitivamente no era en esa ocasión.

...

Jungkook caminaba por la biblioteca en busca de un asiento vacío donde poder sentarse tranquilamente para hacer sus deberes universitarios. Aún no tenía deseos de ir a casa y no había mejor sitio que ese, sin embargo esa tarde estaba atestada de gente, cosa que a él no le gustaba mucho. Cuando llegó casi al final de la misma, a punto de salir de aquel sitio abarrotó de personas, notó que había un asiento vacante pero al acercarse más y pasar los estantes descubrió que estaba al lado de Taehyung.

Dudó un poco pero al verlo tan concentrado y tranquilo estudiando pensó  que no se entretendría para entablar una conversación con él por lo que no habría problemas para sentarse a su lado y pensándolo bien ese era el mejor sitio del lugar para estudiar. Los folletos y libros que el terrícola estaba observando eran todos de la luna, lo que atrajo la atención de Kook inmediatamente, quien, al escucharlo murmurar que sería interesante si allí hubiera vida y que le gustaría vivir en un lugar como ese, se sorprendió y esbozó una sonrisa.

— ¡Acepto! — Exclamó en el tono más bajo que pudo al oído de Tae, quien debido a su concentración no se había percatado de quién se había sentado al lado.

Se sobresaltó al sentir la respiración de Kook en su oreja y ver que estaba tan cerca de él, se echó un poco hacia atrás y lo miró confundido.

— ¿Aceptas qué?

— Ayudarte a estudiar. Fue una vergüenza que un chico de tu edad no tuviera los conocimientos básicos ayer en la clase del profesor Park. Por lo tanto accedo a que estudiemos juntos pero solamente para eso me podrás incomodar ya sea en la escuela, casa o cualquier otro sitio. Nada de preguntas personales, solamente los estudios.

Estuvo durante meses intentando que aceptara y ahora lo hacía sin previo aviso, cuando ya no quería o interesaba tener información suya para competir contra él. Ironías de la vida. Aún así todavía tenía curiosidad sobre él y eran muy distante a pesar de vivir juntos, si así se le podía llamar a eso, era como vivir cada cual en el apartamento de un edificio, pero aún así sería bueno para ambos si se acercaban más. Dudó algunos segundos pero finalmente aceptó.

— ¿Tienes que trabajar ahora? — Preguntó Jungkook luego de terminar los deberes.

— No, tengo la tarde libre. ¿Por qué?

— Ya me voy a casa. ¿Deseas que te lleve? — Oh por supuesto que quería si era una odisea llegar ahí cada día.

— Muchas gracias, pero... ¿Y tus deberes? — Preguntó observando como guardaba todo su material de estudio.

— Ya los terminé. — Tae abrió los ojos asombrado por su rapidez, siempre había pensado que era un superdotado o genio pero Jungkook lo superaba con creces.

— De acuerdo, entonces vamos.

...

Cada vez que los dos contaban con el tiempo necesario estudiaban juntos, Tae hacía todo tipo de preguntas relacionadas con la astronomía y él se las respondía siempre correctamente. Mientras que Tae estudiaba el otro se pasaba el tiempo leyendo cosas sobre el planeta Tierra, revistas de tecnología, sociedad y demás, a veces pensando en voz alta, llamando la atención de su compañero que se reía cuando este hacía muecas con su rostro o decía que varios sistemas eran anticuados e inadecuados cuando estaba concentrado en sus lecturas. Habían pasado ya varios días y aunque no se daban cuenta se acercaban un poco más.

Jimin, quien se había quedado maravillado con la inteligencia de Jungkook comenzó a cubrir más sus clases, hasta que se volvió su maestro oficial en una de sus materias. Todo le atraía de ese chico, su inteligencia, físico, belleza, carácter, cada vez entendía más como todos quedaban encantado con él, incluyéndolo. Se sentía atraído hacia él pero era incapaz de romper la barrera de profesor y alumno, jamás cruzaba palabra con él, ni siquiera en clases desde la vez que estuvieron debatiendo por horas.

Para Jungkook el profesor Park le acordaba a los ayos de su reino que durante años le estuvieron enseñando. Comparado a los otros maestros que había conocido en Tellus era realmente inteligente, con conocimientos bastos y precisos. Lo respetaba como profesor y le atraía como persona.

Jin se sentía decepcionado y dolido con su amigo, se había percatado que lo estaba evitando. Le respondía algunos mensajes pero no escuchaba su voz ni siquiera por teléfono, no tenía la llave de su departamento para ir a verlo y en la escuela rara vez lo veía y cuando lo hacía estaba acompañado o por el novato con el que su amigo no se llevaba o por el profesor Park, jamás tenía la oportunidad de acercarse y... lo extrañaba. Extrañaba mucho estar cerca de él.

...

Una vez más Tae corría tratando de llegar temprano a la universidad aunque sabía que hoy no serían diez minutos, había perdido la primera hora en su totalidad. Debido a la mala conexión de los autobuses siempre llegaba tarde y eso que se levantaba mucho más temprano que de costumbre.

En su antiguo departamento despertaba siempre a las siete de la mañana para poder llegar a tiempo a las clases de la mañana que comenzaban a las ocho, ahora que vivía en la zona alta y exclusiva de Dobong por donde no pasaba transporte público al no ser los taxi y muy rara vez, debía despertarse a las 4:30 a.m para lograr salir a las cinco e intentar llegar a las ocho, cosa que no había logrado que pasara ni una sola vez a pesar de sus intentos.

Cada día debe caminar casi media hora para llegar a donde comienzan a salir los autobuses para tomar uno que lo llevara hasta el metro más cercano y hacer dos cambios para poder llegar a la universidad y esa mañana por un mísero minuto perdió el autobús correspondiente y tuve que esperar toda una hora a que pasara el siguiente. Estaba agradecido de tener un lugar tan estupendo en el que vivir pero aún así, cada mañana maldecía.

Cuando entró por la puerta del departamento científico y controló la hora se percató de que incluso llegaba tarde a su horario de estudio con Jungkook en la biblioteca. Ese hombre en ocasiones era peor que los propios profesores. Suspiró, compró dos botellas de agua y caminó despacio hacia él, que se encontraba metido en los libros.

— ¿Por qué llegas tan tarde? — Cuestionó Jungkook sin levantar la vista de los libros y sin que Tae aún hubiera llegado hasta él.

No pudo evitar quedarse sorprendido. ¿Cómo supo que era él y había llegado si desde que entró se encontraba en la misma posición sin alzar la cabeza o vista? Se aclaró la garganta y se acercó.

— L-lo siento.

— No lo sientas, llega temprano. Tienes que valorar el tiempo de los demás, yo ya llevo media hora esperándote, así que ya no tengo deseos de ayudarte a estudiar por hoy. — Se pudo de pie.

— Ya te dije que lo sentía, yo no quise hacerte esperar. Lo que pasó fue-

— Seguro te entretuviste jugando a ser la estrella de la universidad conversando con cuanta persona se te pusiera al frente como de costumbre, olvidándote de los demás. — Lo interrumpió.

— Mira, te agradezco todo lo que has hecho por mí, pero no por eso voy aguantar que me hables como te de la gana. Para empezar debes escuchar lo que se te dice y luego juzgar si es mentira o no. No me entretuve conversando con absolutamente nadie.

— Tae-

— ¡Escúchame! — Exclamó haciendo que las pocas personas que habían en la biblioteca se voltearan a observarlos. —Todos los días me levanto a las 4:30 a.m tras dormir una hora máximo, ya que pierdo media hora y toda la propina que recibo tomando un taxi hasta llegar a tu casa. Me levanto temprano, recojo impecablemente mi habitación y todo lo que utilizo, cosa que en mi vida he hecho para no desacatar tus reglas, ni siquiera me da tiempo a desayunar.

Su barriga, como si supiera de lo que estaban hablando dejó escapar un gruñido que Jungkook escuchó a un mayor volumen.

— Camino durante media hora para poder utilizar el transporte público que me hace recorrer todo Seul de una punta a la otra para llegar a esta bendita universidad a donde últimamente siempre llego tarde y todos me miran como si realmente quisiera llegar tarde, no lo resuelvo con levantarme más temprano porque a esa hora ni transporte hay. Me quemo las pestañas estudiando para luego ir al trabajo y finalmente ir a casa en la madrugado. Por favor, no pienses que me estoy quejando, no lo hago, estoy más que agradecido de tener al menos comida en mi restaurante y un techo donde dormir en tu casa pero me molesta que se piense que no quiero llegar temprano.

— ¿Terminaste?

— ¡No! Esa vida social que tu dices ha mermado completamente, ya no tengo siquiera tiempo para estar con nadie y como estoy yo solo en el trabajo casi no puedo ni devolverle la sonrisa a las hermosas chicas que se sienten atraídas por mí porque soy yo solo para todo ese bar en las noches. En la escuela menos tiempo tengo aún y mi único tiempo libre me lo paso transportándome por la maldita ciudad. Así que te agradecería que antes de dar tu opinión te informes mucho mejor.

— ¿Ya terminaste? — Volvió a preguntar Jungkook.

— ¡Sí, terminé! — Respiró profundamente.

— Entonces vámonos.

— ¿Irnos a dónde si acabo de llegar? — Preguntó confundido.

— A que comas algo, además, mira a tu alrededor. No creo que nos quieran tener aquí por hoy. — Contestó.

— Yo no te pedí comer nada, no quiero tu lastima simplemente te expliqué lo que estaba pasando para que entendieras.

— Yo no siento lástima por nadie, te llevo a comer porque el ruido de tu barriga no nos dejará concentrarnos y porque en la biblioteca parecen querer expulsarnos, así que por favor sígueme.

— ¿Y las clases? Tenemos clases en una hora.

— Ya te has perdido una, no pasará nada que te pierdas dos, camina.

Taehyung colocó sus manos en la barriga, sí, realmente tenía hambre. Volvió a echarle una mirada al local y tras ver a todos con caras de pocos amigos se apresuró a seguir a su compañero. Jungkook no tenía ni idea de qué le gustaba comer a Tae o las personas en general, lo único que había notado era que todos parecían disfrutar el ramen, el pollo frito, pizza, cerveza y soju. Conocía sus nombres pero no a lo que sabían por lo tanto no se sentía seguro sobre qué quería comer Tae, por ende su decisión fue llevarlo al restaurante mejor valorado de la zona y donde menos bullicio y personas hubieran.

Se encontraba manejando cuando nuevamente ese insoportable zumbido y e inaguantable dolor de cabeza lo abordaron. No podía concentrarse en la carretera por lo que rápidamente, incluso sin poner el intermitente se estacionó a un costado de la calle, sin escuchar como quienes venían detrás de él comenzaron a pitar e incluso Taehyung le gritó.

Con sus dos manos intentaba hacer presión en la cabeza pero no disminuía, un grito se le escapó producto de su dolor y Taehyung entró en pánico, no sabía que hacer, ni siquiera se le ocurría llamar a emergencia. Lo único que atinó hacer fue a zafar su cinturón de seguridad y colocar sus manos arriba de las de su compañero.

El dolor y los zumbidos mágicamente comenzaron a dar marcha atrás, disminuyendo poco a poco una vez que entraron en contacto. Lentamente Jungkook comenzó a respirar regularmente y levantó su cabeza, encontrándose con la mirada asustada de Taehyung, permaneciendo así varios segundos hasta que el dolor desapareció por completo.

— Tus ojos... — Murmuró asustado el terrestre. — Estaban marrones y ahora... están de color azul marino.

Hasta aquí el capítulo de hoy chicos.

Quiero pedir disculpa por los errores que pueden encontrar en los capítulos, por la falta de tiempo simplemente los transcribo o escribo directamente en el procesador de texto de mi Mac sin comprobar el resultado final y lo publico.

Esto causa que a veces después de publicarlo me doy cuenta de varios errores ya sea por el auto-corrector u otra cosa, incluso frases que pueden parecer que no tengan sentido.

Intento siempre revisar por arribita pero hay cosas que se me pasan 🙈 Lo siento, en cuanto tenga más tiempo me dedicaré a editar los capítulos.

Sin más me despido, espero que sigan gustando y leyendo mi historia, nos vemos en la próxima actualización 😘

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