Capítulo 62
Su petición no fue algo que pensó a la ligera. Desde su confinamiento en el palacio de Hedas estuvo mirando los pros y contras que aquella acción desencadenaría. No había un porcentaje exacto o estipulado de éxito, las estadísticas no lo ayudaban porque todo era incierto pero, si una cosa tenía claro, era de que con su yerno al frente, nada era imposible.
La primera vez que habló del tema con Kore, en aquella triste habitación donde estaban tan cerca y tan lejos, se negó rotundamente a involucrar a su familia. Su padre seguían enojada con su persona al igual que su esposo, sabía que el rey estaba repleto de obligaciones y que era más importante salvar a toda Luna Dorada que únicamente a ella. Efectivamente sabía que el índice de logro con Jungkook al mando era mucho mayor, aún más después de estar unido a su hijo.
Sin embargo, no quería poner en riesgo al padre de sus nietos, si le ocurría algo tratando de salvarla no solamente toda su familia sufriría, lo haría su hijo y nieto, podía perderlos incluso antes de que diera a luz. Ellos eran demasiado importantes, eran la clave para el balance, estabilidad, desenvolvimiento, prosperidad y unión entre ambos mundos. Para Kore, su confinamiento y muerte eran un módico precio que estaba dispuesta a pagar si con eso lograba preservar la vida de todos sus seres queridos.
Min Yoongi no le perdonaría jamás que pusiera la vida de su hijo en riesgo. Si bien ellos no tenían lazos sanguíneos que los uniera y de que no fueran lo que se podía denominar como cercanos, lo quería. Sabía que él también guardaba un cariño hacia ella, mismo si era tan duro y seco como para darlo a conocer. No quería que sufriera la pérdida de un hijo, no quería que sus hijos sufrieran por causa de ella. Con esa convicción había decidido entregarse y hasta aquel momento no s había arrepentido. Fue por ello que se negó rotundamente a la idea de su esposo. No quería ser rescatada, menos de esa forma. Era más que claro que añoraba y anhelaba cada día poder estar con toda la familia, luniana y terrestre como si fuesen una sola.
Daría lo que no tenía para abrazar a su hijo, ver a sus nietos nacer, ser su soporte y mayor apoyo en un momento tan importante como era el nacimiento de quien sería su único hijo engendrado, porque, aunque pudieran intercambiar los papeles y tener otro hijo al que el príncipe trajera a la vida, nada se comparaba con el sentimiento tener a un ser tan único, fruto de un amor, creciendo lentamente en el interior. Hoseok conocía de sus sentimientos, sabía que pese a negarse a ser rescatada deseaba salir de aquella prisión que la consumía y mataba en día cada día que avanzaba.
Porque saberla torturada, abusada, usada y maltratada tanto física como mentalmente lo trituraba a él también en su interior. Le debía a su familia la unificación, la oportunidad de estar todos juntos como siempre desearon. Que su hijo conociera verdaderamente a su madre, que sus nietos conocieran a Kore, poderlos cuidar todos juntos, volver a ser padres una vez más a través del hijo que esperaba Taehyung y del otro que podían llegar a tener. Eso quería, por ello pese a su incertidumbre e inseguridad, se llenó de valor para hablarle a su yerno. No podía dejar que el tiempo siguiera corriendo poniendo en riesgo a Kore y de paso a todos ellos.
— Se trata del mafa de mi hijo. Kore... Necesito que me ayude a rescatarla.
Aquella frase había salido completamente diferente a como él la había construido en su mente. Quería abordar el tema de manera diferente pero no quería irse por las ramas y enredarse, tampoco que los interrumpiera o la conversación se aplazara sin poder decirle aquello. Ya la bomba estaba suelta, nada más quedaba esperar a ver si llegaba la explosión o no.
Pasaron varios minutos y en aquel estudio rodeado de libros, diplomas y otras tantas cosas que tenía ahí Jimin organizadas minuciosamente no se escuchaba literalmente, ni el sonido de una mosca, ni siquiera el murmullo del exterior atravesaban la gruesa puerta y paredes. Podía ver como su yerno procesaba lo que acababa de oír con una mirada que realmente atemorizaba. Era la pareja de su hijo y una buena persona, estaba al tanto de que no haría nada malo en su contra pero aún así el semblante de quien podría fácilmente ser su hijo, intimidaba.
Cuando escucho aquello de parte de su suegro no supo que responder. Por un instante su mente quedó en blanco para segundos después comenzar a calcular mentalmente las probabilidades de que el intento de rescate no fuera un fracaso. No quería poner en riesgo la vida de su su mundo, aunque debía de admitir que estaba siendo egoísta, lo que más le preocupaba eran su alma gemela y el fruto de su unión. Ellos eran los únicos que tenía en mente.
Salvar a Kore era algo que sin lugar a dudas quería hacer, su pareja iba a estar feliz de tener a su mafa cerca, sus nietos también la conocerían, la familia estaría reunida y muchas cosas se aclararían dándole paz mental a casi todo. Por otro lado, desestabilizarían a Hedas porque no esperaba aquello que sin necesidad de pensarlo tanto estaba claro que sería un fuerte golpe para él. Viendo el ímpetu y todo el esfuerzo puesto en ella para mantenerla cautiva mientras permanecía en busca de un heredero, era claro lo mucho que le importaba y necesitaba.
Aún así, si iba más allá de esos detalles, existían cosas que para él eran de más peso, impidiéndole aceptar esa solicitud desesperada de Hoseok. Ya Taehyung estaba en su tercer mes de embarazo, quedaban días, quizás horas para que comenzaran todos sus malestares, para que él tuviera que estar a su lado pasándole energía y fuerzas. Nadie mas que él podía apoyarlo en ese momento, ninguna otra energía iba a ser recibida de su hijo, solamente la des sus progenitores podrían ayudarlo y calmarlo. Si se distanciaba demasiado, cuando comenzara absorber los poderes y energías de Tae este podría incluso morir.
En Luna Dorada, con componentes químicos naturales de la atmósfera que los ayudaba a concebir era difícil lograr una buena gestación con solo uno de los padres, en Tellus, sería mucho más complicado. Ni el bebé ni su pareja tendrían a quien recurrir si no estaba presente y por nadie él se arriesgaría, no los dejaría solos poniéndolos en peligro. A eso se le sumaba que en cuanto él entrara a el factor sorpresa se desvanecería porque con la energía que emanaba ahora, iba a ser un anuncio que llegaría hasta las constelaciones que él se centraba allí.
Las represalias que tomaría Hedas tampoco serían fáciles y aunque lograra volver rápidamente para lograr salvar a Tae y su primogénito, ambos quedarían debilitados, sin fuerzas para levantarse ante un ataque. Todo sería en vano y lo más probable era que todos terminaran perdiendo la vida. Algo así él no lo permitiría.
— Lo siento... — Habló finalmente mirando a su suegro y poniéndose de pie. — No puedo ayudarte. Lo que me pides no es nada fácil y aunque sé que puedo lograrlo, no me arriesgaré ni arriesgaré la vida de los míos por ello. Así que lo siento mucho.
— Pero Eidon...
— No lo haré. — Espetó serio tomando el manubrio de la puerta. — Al menos no ahora.
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Te doy mi más leal palabra que, dentro de cuatro meses cuando ya haya nacido mi hijo y Taehyung esté estable, yo te ayudaré. Él tuvo que dejar de ejercitarse debido a su embarazo, ni siquiera confío en que se pueda defender correctamente si alguien atacara mientras yo no estoy. Sería todo demasiado peligroso y la vida de mi hijo también está en juego. Por ende, hasta que el Atojeon no haya dado a luz, yo no me moveré ni un poco de su lado, menos lo llevaré conmigo a algo como eso. Espero que lo entiendas.
— Perfectamente... Taehyung es mi hijo y tampoco quiero ponerlo en peligro. Al igual que tú, quiero velar por su felicidad. Podemos esperar esos meses, — o al menos eso quería decirse, sabía que cuatros meses en la tierra podrían significar años en Luna Dorada y no estaba seguro que Kore fuese aguantar tanto tiempo. — Después de que mi nieto llegue sano y salvo a este mundo, podremos ir a rescatar a Kore. Mientras tanto podré recuperarme y entrenarme. así como disfrutar de mi hijo tranquilamente.
— Quedamos así entonces. Solamente te pediré algo... Hasta que no nazca mi hijo, ni una palabra de esto a mi futuro esposo, no quiero que se agite y tenga preocupaciones innecesarias que podrían dañar su estado físico y mental.
Hoseok asintió con una sonrisa, feliz de ver como cuidaba a su hijo. — Eso está demás decirlo, no te preocupes y Jungkook... — Se acercó para abrazarlo, tomándolo de sorpresa. — Gracias por amar, cuidar y proteger tanto a mi hijo.
— Es mi vida, no podría ser de otra manera. — Sonrió relajándose mientras sentía las palmadas ofrecidas a su espalda. — Gracias a ti por hacerlo con tanto amor.
Estrecharon sus manos tras separarse y con amplias sonrisas en sus caras, salieron para reunirse con todos. Con un rápido escaneo miró toda la sala hasta que sus ojos se encontraron con los de Taehyung, quien lo miraba visiblemente intrigado por todo el tiempo que se tardó hablando a solas con su padre. Vio como su suegro y el señor Park salieron media hora antes del estudio, dejándolos a ellos, quienes hasta ahora se dignaban a salir.
Kook le sonrió consiente de sus pensamientos y caminó enérgicamente hasta sentarse a su lado en el sofá. Posó una mano en su muslo y buscó sus labios para darle un tranquilizante y casto beso.
— Todo está bien, solamente había una charla pendiente entre suegro y yerno. — Mostró sus blancos dientes de forma exagerada logrando que el castaño sonriera negando con la cabeza.
— De acuerdo, Jeon Sonrisa Colgate. — Se burló para luego darle otro tierno beso que se cortó cuando un delgado chico se sentó en el medio de ambos.
— Sobrino, respete a su tío. — Jungkook se quedó sorprendido ante el tono del hermano menor de su mafa, era sumamente extraño aquello y nunca había llamado tío a nadie. Menos a un chico que era casi nueve años menor que él. — ¡Demonios, siempre quise decir eso! — Comenzó a carcajearse. — Es super cool poder tener un sobrino como tú.
Un sonoro pescozón lo hizo girarse sobando su cabeza, quejándose por el dolor. Su prima Yuna lo había golpeado realmente fuerte y nadie la regañó, todos reían de aquello.
— A que si soy yo quien le pega me quieren castrar. Eso es abuso de género, que lo sepan.
— Cállate gnomo, más vale que al menos empieces a tomar pienso de crecimiento si realmente quieres parecer el tío de Jungkook porque a este ritmo, creo que su aún no nacido hijo ya es más alto que tú. — Park Jihyun le sacó la lengua.
— Pues al menos soy más alto que mi hermano y aún me queda un mes para cumplir los dieciocho. — Jimin le dedicó una mirada horripilante que el menor ignoró olímpicamente. — Además, tú debería preocuparte en buscarte un novio porque, a este ritmo mi sobrino tendrá pareja antes que tú.
Yuna lo miró con rabia e hizo un intento por volverle a pegar pero el menor de los Park se levantó y corriendo bordeó cell sofá, sacándole un vez más la lengua. Todos reían pese a que rodaban los ojos debido al infantilismo de ambos.
— De Jihyun lo puedo entender porque todavía es un maldito adolescente, pero tú Yuna. Ya tienes veintisiete años, le llevas toda una década de ventaja y siempre te pones a su altura. — Exclamó Jimin frustrado. — Ya dejen de correr alrededor de mi yerno que me lo van a marear. ¿No tienen nada más importante que hacer?
— Yo estaba hablando con mi sobrino hasta que la fea de Yuna me molestó golpeándome. ¿Por qué tengo que recibir yo los regaños?
— ¿Qué te pareces si me llamas Jungkook en vez de sobrino? Eso me hace sentir incómodo Jihyun. — Habló agitándole el cabello una vez que este se sentó nuevamente a su lado entre Taehyung y él.
El castaño miraba a su pareja y a toda su familia. Su única familia se limitaba a sus padres porque sus abuelos habían fallecido y, mismo si ahora sabía que su mafa aún tenía padre, este estaba en otro mundo. Para él su familia siempre se limitó a su fallecida madre y a su desaparecido padre, ese que ahora masacraba sus hombros al percatarse de sus pensamientos sin necesidad de escucharlos. Tae inclinó la cabeza hacia atrás para mirarlo y el guiño junto a la sonrisa que recibió le hicieron sentirse mejor.
Ya no estaba solo, esperaba a un hijo y tenía un marido maravilloso. Porque sí, Jungkook era más que un simple novio, ya ni siquiera se sentía cómodo llamándolo así. Junto a él llegaron sus suegros y el resto de la parentela. No podía pedir nada más, una vez más se alegraba de saber que la vida de su frijolito sería mucho mejor que la de él. Rodeado de personas que desde ya, mientras lo aguardan están felices por su llegada y lo colman de amor y cariño.
— Kook... — Habló el menor de los presente. — ¿Puedo irme contigo hoy? Me gustaría quedarme en tu casa, el único entretenido es mi cuñado Suga pero se la pasa con el insoportable de mi hermano. Es un rey que ya no es tan cool como antes.
— ¡Escuchen al enano tres cuarto! ¿Que yo no soy cool? ¿Quieres ver como te congelo durante años para que veas lo cool que soy? — Bromeó Yoongi pero con un tono que hizo preocupar al menor.
— K-Kook... Ayúdame, dicen que eres el más fuerte. — Se volteó para ver a Taehyung — Sobrino político, sé que tú también eres poderoso y todo eso, ayúdame.
Pese a que el menor estaba realmente aterrado, nadie podía ocultar su risa, estaba pálido y con ambas manos aferradas a los muslos de la pareja más joven. Jungkook consideró llevarse a Jihyun con él pero, a raíz de los últimos acontecimientos que debía procesar con calma para desde ya comenzar a preparar una estrategia que no dejara margen de error, junto a la promesa que ya le había hecho a Tae de ser suyo toda la noche, no podía llevárselo a su casa esa noche. Lo menos que podría hacer sería darle la atención requerida.
— Creo que lo mejor será que te vayas conmigo otro día. Es más... ¿Qué te parece mañana? Tae irá a trabajar y yo estaré el día solo, puedo mostrarte la casa y pasar el día juntos.
— Ya deja de inventar chiquillo revoltoso. Nosotros ya regresamos a Busan mañana temprano, así que deja de molestar a bebé. — Interfirió la señora Park.
— Técnicamente el bebé de la familia soy yo que soy el menor pero bueno... Lo dejaré pasar porque se trata de Kookie. — El luniano trató de ocultar su risa junto a Taehyung pero ambos fracasaron miserablemente. — Tanto él como el cuñado me pueden llevar en cinco minutos a Busan, ellos mismo lo dijeron. ¿No es así cuñado? — Yoongi asintió con una sonrisa y los padres rodaron sus ojos cansados. Sabían que no habría ser capaz de convencer al menor de lo contrario.
— Entonces mañana te recogeré después de pasar por el IPIAM.
— En un mes vendré a vivir a Seúl para culminar los trámites de la universidad y lo cierto es, que no me apetece vivir con mi hermano. — Hizo una mueca para que Jimin mirara pero este se limitó a negar con la cabeza, esperad a ver cuál era el nuevo invento que ese mocoso se traía entre manos. — ¿Me podría ir a vivir contigo?
— Bueno, como verás no vivo del todo solo, así que puede que te sientas incómodo. ¿Qué te parece si de regalo por tu cumpleaños número dieciocho y por ser aceptado en la universidad te compro un apartamento? Pienso que sería mucho mejor y si lo prefieres, no tengo problema con ello.
¡Ni lo pienses! — Gritaron todos en la casa a excepción de los tres lunianos y Hoseok, logrando que la gigantesca sonrisa que el menor tenía segundos atrás se desvaneciera al instante.
— ¡Qué pesados son todos! — Refunfuñó.
— Di lo que quiera pero Jungkook no va a comprarte un apartamento mocoso. Ni lo sueñes. — Caminó hasta situarse detrás de su hijo y yerno, justo al lado de quien sería o era su compadre.
— Bueno si todos lo ponen así y tú aún quieres, entonces si puedes quedarte conmigo, hay espacio de sobra en casa.
— No Eidon, tú y Tae estarán muy atareados con el embarazo y Hoseok no tiene responsabilidad alguna, también necesita descansar porque aún está convaleciente. Yo aquí tengo espacio de sobra también para este malcriado que sabe más de lo que le han enseñado. Anda huyendo de las responsabilidades.
Con cierto temor por entrometerse debido a que estaban discutiendo un asunto familiar, Taehyung quiso aportar una nueva idea. A sabiendas que no estaría descuidado ni completamente solo porque estaba seguro que todos le estarían dando la vuelta constantemente, incluyéndose, decidió apoyar al menor.
— No sé que opinen ustedes pero, si no les molesta y Jihyung acepta, podría quedarse en mi edificio. En estos momentos hay tres apartamentos disponibles aunque quería darle el en el que solíamos vivir a mi padre para que tuviera su privacidad, siguen habiendo dos más. No está lejos de la casa, es pequeño y no será comprado. No deberían molestarse porque para sus gastos, él trabajarán en mi nuestra tienda de conveniencias. — Eso lo recordó en el último momento, ni siquiera sabía si aún funcionaba porque no le prestaba atención a nada de eso, Namjoon se encargaba de todo. — Al igual que muchos universitarios tendrá un trabajo de medio tiempo que le ayudará a comenzar a subsistir e independizarse rápidamente sin la necesidad de molestarlos. Es una forma efectiva para que sepa que no todo es lo que parece.
Con esas últimas oraciones el menor no sabía muy bien si lo estaba ayudando o hundiendo más pero al escuchar como sus padres dijeron que lo pensarían y que en un mes hablaban de ello, lo obvió. La felicidad que lo embargaba era demasiado grande, estaba feliz porque la pareja de su sobrino interfiriera. Ya lo quería mucho más que antes, le guiñó un ojo recibiendo otro guiño en respuesta y siguieron hablando durante algunos minutos más, hasta que Jungkook decidió que era hora de retirarse.
Los tres iban callados, sumidos en la música que amenizaba el vehículo cuando Jungkook sintió el olor de varios Hedios. Esta vez no eran pocos aunque parecían novatos por no ocultar su olor siquiera. Condujo como si no ocurriese nada, consciente de que estaban siendo seguidos, pensando en las ganas de aniquilar aquellas criaturas solamente por pensar en acercárseles. No sabía si ya conocían su casa pero aún así, no los llevaría hasta ella, era muy peligroso. Tomó el timón y dio una vuelta en U, tomando por sorpresa a su pareja y suegro.
— ¿Qué sucede, olvidaste algo en casa de tu mafa? — Tae habló pero el luniano no respondió, estaba demasiado concentrado activando todos sus sentidos y controlando los movimientos de los hedios, no los veía pero claramente podía sentirlo. Notó como sus ojos, cabello y piel comenzaron a cambiar de una forma que no lo había hecho antes, no pudo evitar asustarse un poco. — ¿K-Kook... qué sucede?
— ¡Hedios!
Escuchó la voz proveniente de su espalda junto con algunos sonidos extraños que hacía su padre. Miró hacia atrás confundido y vio como este también activaba algún tipo de brazalete que lo iba cubriendo con una especie de luz formando algo parecido a un traje. Entonces fue cuando se dio cuenta que, esos dos hombres, estaban en plan de ataque.
🖤🖤🖤
Hello... ¿Me extrañaron mis hermosos lunianos? Siento haberlos dejado abandonado ya que estaba viajando pero... Ya estoy de regreso y espero compensarlos por no siquiera haberles avisado. Yo tampoco sabía que tendría que viajar 🤷🏾♀️
Aquí les dejo el capítulo 62 y nos vemos en el próximo.
Pd: Se viene la acción 🙈😂
!!!LORED!!!
🖤🖤🖤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top