Capítulo 50

Esta vez era diferente, no era un cuarto oscuro, no habían espejos y tampoco estaba suspendido en el espacio. Esta vez podía verla con claridad, podía incluso sentirla cuando agarró su mano. Podía ver los ojos llorosos de la mujer y su tierna pero triste sonrisa hacia él. Esta vez, estaba consciente de que se encontraba en un sueño pero que de cierta forma era real también.

Estaban rodeados de uvas, era un viñedo con la tierra húmeda bajo sus pies pero, el cielo parecía el mar, era como si fuera una ciudad submarina y por alguna razón, lloraba sin saber el por qué.

— ¡Dionysus Kim Taehyung! — Pronunció nuevamente la mujer. — Finalmente estás despierto hijo mío, puedes escucharme y verme con claridad.

— Estoy feliz de verla nuevamente y escuchar la palabra hijo de sus labios jamás se sintió tan bien. — La sonrisa se asomó en los labios de la mujer. — ¿Tiene tiempo hoy para hablar conmigo? Tengo muchas preguntas para usted, necesito respuestas.

— Sé que tienes muchas preguntas y te responderé las más importantes por ahora, yo no tengo mucho tiempo y esta vez, tú tampoco. Deberás despertar pronto y volver a tu vida, no puedes seguir demasiado tiempo bajo el agua. Podrías ahogarte, después de todo, eres un ser humano también.

— Dice muchas cosas que no comprendo. — Suspiró sin poder dejar de llorar. Sintió como esa extraña y a la vez conocida mano limpió su rostro, con la caricia más tierna y pura que haya recibido jamás. — ¿Quién eres?

— Cierto, no has podido escucharme ls veces que me he presentado ante ti. — Sonrió. — Yo, soy el ser que te dio a luz, tu madre.

Las piernas de Taehyung flaquearon al escuchar aquellas palabras cayendo en la tierra. La mujer lentamente se agachó a su lado para ayudarlo a limpiarse y ponerse de pie. En cambio el menor la miraba sorprendido, aún más cuando la vio convertirse en hombre y volver a su forma femenina.

— ¿E-Estoy m-muerto y por eso te veo? Si usted es mi madre significa que murió hace veinticinco años al darme a luz. Y si la estoy viendo significa que morí. — Recordó su caída del puente y junto a todo lo demás, le pareció la respuesta más lógica.

— No has estado muerto las otras veces que me has visto y esta vez, no es diferente. — Conocía los pensamientos y sentimientos de su hijo, sabía cuan confundido y asustado estaba. — De cierta forma sí estoy muerta, al menos en los registros de la Tierra pero no, aún sigo con vida, muerta en vida pero viva al fin y al cabo. Soy como un reflejo aunque mi verdadero yo esté roto.

— ¿C-Cómo es eso posible? Mi madre murió cuando me dio a luz, no, no entiendo nada... Si es así, dónde ha estado todo este tiempo. ¿Es usted un hombre o una mujer, por qué se parece al profesor Park?

La historia de su vida era tan largo que no podría explicarle todo a su hijo con el poco tiempo que tenían. Debía ayudarlo a que por si mismo se salvara de morir ahogado, salvarlo a él y a su primer nieto. No era el momento ideal para contarle su calvario o del lugar exacto donde se encontraba, ahí, muerto en vida o casi muerta gracias a la vida, que solo le había dado la oportunidad para una despedida que había estado preparando durante años.

Feliz, de al menos poder hablar a su hijo, ver como había encontrado a su alma gemela y que incluso le daría nietos. Su vida no sería la más feliz pero sabía que al menos si permanecía junto a su pareja, tendría la oportunidad de sobrevivir a la maldad.

— No soy mujer, tampoco hombre, nací sin un sexo definido y por eso puedo ser ambos. Esa es la razón por la cual parezco mujer y también hombre. Te concebí como hombre y te di a luz como tal. Eres el fruto de un amor imposible y penado, así como lo fui yo por huir a la Tierra, enamorarme de un humano y tenerte a ti. Gracias a Park Jimin, quien ni siquiera recuerda mi existencia yo pude refugiarme en ese planeta y debido a eso luzco como él pero, es algo demasiado complicado como para explicártelo ahora.

La mirada de Tae se perdió en las manos que le acariciaban, las manos de aquella fotografía, justo como las de su profesor y al parecer también suegro. Todo eso lo estaba sobrepasando...

— Todo este tiempo he estado en un mundo llamado Luna Dorada del cual soy procedente, justo como ese hombre que ahora mismo está desesperado buscándote y que no puede encontrarte por la protección que estoy utilizando contigo. Soy una lunasia que nunca tuvo mucho y que tuvo todo el día en que en este lugar, conoció a tu padre.

— ¿Por qué te fuiste, por qué tuve que creer que estás muerta si no es así?

— Por tu seguridad hijo. Me entregué para salvar tu vida y la de tu padre aquella noche, logré protegerlos y, que me creyeras muerta era el duro precio que todos tendríamos que pagar. Si sabías que estaba con vida hubieras estado en peligro, quizás no estuvieras vivo hoy. No hubieras descansado hasta encontrarme y si alguien se acercaba a ti y descubría tus pensamientos o lo que guardabas en tu subconsciente hubiera sido el final, para muchos.

— Aún así, creo que tenía el derecho de...

— Es delicado que personas conozcan tu relación conmigo Dionysus. Ya solamente por ser no sólo el alma gemela, sino el hombre destinado para Eidon y tener la capacidad para darle un heredero corres un extremo peligro hijo mío. Si saben de quién eres hijo, sería definitivamente el final. No es momento de que te encuentren aún, si eso pasa, podrías morir tú al igual que tu hijo. Si esa desgracia ocurre, llegará la oscuridad a dos mundos por igual, Luna Dorada y Tellus porque él no podrá vivir sin ti y todos los poderes que tiene en su interior explotarán, matándolo incluso a él.

— ¿Con Eidon te refieres a Jungkook, cierto? — Su madre asintió. — ¿E-Entonces yo no soy humano?

— Sí lo eres, eres tan humano como luniano, sin embargo, hasta ahora en ti había vivido solamente tu parte humana porque para que no te pudieran rastrear, yo suprimí tu otra parte. Pero ahora que te has unido a tu pareja ya no puedes permanecer oculto, nada puede contra eso y una de las mejores armas que tendrán en el futuro. Eidon Jeon Jungkook, futuro rey y soberano regente de Luna Dorada será tu salvación así como tú eres la suya. Sin ti, él no tendrá vida, si no te llegaba a conocer, su vida hubiera sido terrible porque no existiría nadie capaz de igualar a un lunasio con una genética tan fuerte. Tú eres el único ser en este universo capaz de unirte a él, el único que podría darle una nueva oportunidad a la Vía Láctea. No pienses en que existen los humanos, lunianos, erisianos y demás, mira a todos como simples seres vivos.

— T-Tengo miedo, no sé qué hacer, si quiera sé si deseo todo esto. — Suspiró limpiándose sus lágrimas.

— Malo fuera que no lo tuvieses, es normal. Date tiempo e irás aceptando y comprendiendo todo mucho mejor. Ahora, ya debemos despedirnos hijo, se nos ha agotado el tiempo a ambos. — Habló poniéndose en pie. — A tu suegro, muéstrale el anillo que te dejé junto a la carta, él debe saber con exactitud quién eres.

— ¿Por qué a él? ¿Por qué no me dices tu nombre? ¿Qué sabes de mi padre? Aún tengo demasiadas preguntas.

— Para todas tendrás respuestas pronto Dionysus pero por ahora... — Musitó sollozando a su oído mientras lo fundía en su pecho con un abrazo. — Ahora debes despertar.

Taehyung abrió sus ojos y se vio rodeado de agua, su cuerpo yacía acostado en el fondo de aquel acaudalado río del cual con increíble rapidez salió nadando. Se arrastró por la hierba tosiendo, dejando salir el agua de su interior, notando sorprendido como salía humo de su piel. El agua se evaporó y dos minutos después, estaba totalmente seco, sin poderse creer aún todo lo que estaba pasando.

No era del todo humano, su madre o padre, es decir, el ser que le había dado a la vida estaba vivo. Sabía que estaba unido a Jungkook por el destino o algo parecido y aunque ya le habían dicho, sus neuronas estaban algo apagadas, necesitaba procesar todo. Cabizbajo abrió los ojos y sonrió al verse abrazando su vientre. A su hijo...

Era algo realmente loco el saber que estaba embarazado, lo sentía con vida dentro de él pese a saber que quizás ahora era simplemente un bello frijolito. Podía sentir una extraña conexión con aquel ser que estaba revolucionando su vida. ¿A los hombres también le crecía la barriga? ¿Dónde se iba a meter si su panza empezaba a crecer? Suspiró dejándose caer en el césped, lo mejor sería un paso a la vez.

— ¡Taehyung! — Escuchó gritar e inmediatamente reconoció la voz. — ¡Oh Dios mío amor! — Corrió a su lado y lo abrazó asustado con lágrimas visibles en sus ojos. — ¿Por qué me haces esto? Pensé que te había perdido, llevo desde ayer buscándote, son las dos de la tarde y desde que te fuiste ayer en la tarde no te encontraba. Mi corazón estaba punto de detenerse.

¿Desde ayer? ¿Había estado desaparecido desde ayer? Para él solamente fueron algunos minutos los que estuvo con su madre. ¿Había estado bajo el agua todo ese tiempo? ¿Cómo no se ahogó, era una habilidad nueva?

— ¿Cómo estás? ¿Y el niño? No hables, vamos a casa. — Lo fue a cargar pero Tae se resistió.

— Estoy bien, puedo caminar solo, no te preocupes.

El luniano estaba preocupado, aunque no lo dijera su miedo por perder a Taehyung lo estaba volviendo loco. No pudo dormir, buscándolo por todos lados, sin poder sentirlo de forma alguna, temió lo peor. Hasta que pudo sentir nuevamente su vínculo.

— ¿E-Estás seguro que puedes caminar bien?

Taehyung lo miró y su corazón se sintió pesado, demasiado, podía sentir toda su angustia, el temor que lo estaba llenando. Sentía todas las emociones de él como si fueran suyas propias. Tiró de su camisa semi-abierta y lo abrazó con fuerza.

El luniano respiró aliviado, dejándose ir totalmente entre sus brazos, soltando todas las lágrimas acumuladas. Quería amarrarlo a él y jamás dejarlo apartarse de él, no sabía qué sería de él si lo perdiera. — ¡Gracias por estar bien y saludable! — Musitó.

...

Jimin no se había marchado a su casa, se encontraba junto a su hijo y esposo en la búsqueda y espera de su yerno y nieto. Ver a su hijo sufriendo tanto, tan preocupado le estaba doliendo demasiado pero sabía que cuando Taehyung supiera todo no le sería tan fácil asimilar todo aquello. Él estuvo en Luna Dorada, rodeado de lunianos y le costó, no se quería imaginar a Tae, estando en Tellus.

Yoongi aún débil, reforzó la seguridad de la casa y salió para encontrar a Taehyung, mientras que Jimin permaneció en la casa a la espera en caso de que este regresara. Estuvo tan aliviado cuando vio entrar a la pareja de jóvenes seguido por su rey que se dejó caer sin fuerzas en el sofá con todo el cuerpo tembloroso.

— ¿Dónde estaban? — Le preguntó a Yoongi cuando se sentó a su lado para abrazarlo.

— Lo encontró al lado del río Han acostado en el césped, yo me les uní después que te estaba vigilando los alrededores. Este chico tiene una energía demasiado fuerte, ahora más que antes, tengo mucha curiosidad acerca de su procedencia. — Respondió observando a la pareja, entrelazando las manos con su alma gemela. — Ate, vamos hablar con ellos.

— Creo que es mejor si les damos tiempo Minrey, acaban de pasar por un momento estresante, lo mejor sería darles espacio. ¿Qué te parece si nos vamos a mi casa? Así tendrán privacidad. — Yoongi hizo una mueca pero finalmente aceptó.

— Vamos a despedirnos.

Ambos caminaron tomados de las manos hasta donde se encontraba la pareja más joven sumida en un total silencio en la cocina. Era incómodo interrumpirlos ya que parecía que pese a que no decían una palabra, con su mirada se decían muchas cosas cosas. Jimin quiso retroceder pero Yoongi no.

— Creo que ustedes deberían hablar, resuelvan cuanto antes sus diferencias. En cuanto a ti... — Miró a su hijo seriamente — Ya hablaremos más tarde, recuerda la seguridad, a partir de ahora la puerta se abrirá solamente si es alguno de nosotros cuatros, la contraseña es poco confiable. Nuestras mente será leída, solamente piensen en el nombre de los cuatros y se abrirá automáticamente.

Asintieron al unisono. Taehyung no lograba mirar a Jimin, todo lo que le había dicho cuando en realidad era su padre y no su amante, se sentía patético y horrible. El timbre de la casa los sorprendió a todos, no esperaban visita en esos momentos.

Jungkook verificó el holograma de la entrada para ver de quienes se trataba y suspiró al verlos. Abrió la puerta para dejarlos entrar, informándoles que se encontraban en la segunda planta, regalándole una tímida sonrisa a su pareja.

— ¿Dónde está Taehyung, Jungkook? ¿Qué le hiciste? — Entraba gritando Jin seguido por su pareja. — Dónd-

Calló al notar que no estaban solos y ver a Tae sentado en una de las banquetas de la cocina cuando salió por la puerta del ascensor. Realizó una venia a los presentes y corrió para abrazar a su amigo.

— Me preocupé mucho ayer cuando acá el compañero, — señaló a Kook — me llamó para preguntarme si estabas conmigo al igual que esta mañana. Me preocupé mucho TaeTae.

A veces el mejor amigo de su novio podía ser un fastidio, amaba que se preocupara por él y lo cuidara pero era molesto. Simplemente chillón e incómodo como algo atravesado en su retaguardia. Rodó los ojos y asintió a modo de saludo.

— Joven, se dice hola y saluda a los mayores. ¿Siquiera nos conoce? — Habló secamente Suga, ignorando el pellizco ofrecido por su esposo. — Es de mala educación llegar a un lugar y no saludar a los presentes como si fuéramos figuras decorativas.

— L-Lo siento. — Se limitó a responder haciendo una venia frente al profesor Park y aquel sujeto que no conocía. — No fue mi intención ignorarlos, estaba demasiado preocupado por mi amigo y no pensé en nada más. Lo siento, espero que me disculpen.

— No te preocupes Seokjin, nosotros te perdonamos. ¿No es así Min? — Lo empujó suavemente y el mayor solamente volteó los ojos.

— Como sea, creo que nosotros mejor nos va-

¿Qué era ese extraño olor repentino tan familiar? Miró a todos en la sala y se acercó al recién llegado, tomó su mano pero no era él. La puerta del elevador volvió abrirse y la imagen que vio frente a él lo hizo ladear la cabeza, soltar a Jin y girarse completamente hacia él con una mirada asesina.

— ¡Dru! ¿Qué haces aquí?

Las piernas de Namjoon se volvieron trémulas, jamas esperó ver al mismísimo Rey Min en casa de su amigo, mismo si sabía quién era Jungkook las probabilidades de encontrarse con el padre eran casi nulas.

— ¿D-Dru? — Preguntó Jimin recordando aquel nombre, mirando a su pareja y recién llegado.

— Así es, Dru, hijo de Kalissyo y Hermio.

Todos en el sitio miraron a Suga sin entender nada para después mirar a Namjoon. Ya Jimin lo había reconocido y Jungkook también recordó el nombre pero los otros dos presentes si no sabían ni siquiera eso.

— Fada... — Se apresuró hablar Kook cuando lo vio caminar velozmente hacia Nam. — Espere un momento...

— Yo quiero saber, ¿qué hace un luniano, hijo de quien eres, estando al lado del heredero de Luna Dorada?

— ¿L-Luna qué? — Preguntó Jin confundido mirando a todos.

Clavó la mirada en su amigo y Tae se limitó sola a suspirar. No podía explicarle nada aunque quisiera porque él literalmente se acababa de enterar de todo. De cierta forma, Luna Dorada y todo lo referente a ella seguía apareciendo una historia ficticia por lo que, no tenía nada que decirle a la mirada interrogativa de su amigo. Por lo que sabía, no se sorprendería si Namjoon resultaba siendo el duque de Mercurio o el marqués de Júpiter. Se encogió de hombros y refugió su cabeza entre sus manos, le estaba comenzando a doler la cabeza.

— ¿Qué está ocurriendo? — Volvió a preguntar Jin.

— ¡Responde! — Gritó Min Yoongi.

Jin iba a defenderlo pero Jimin lo detuvo y vio como su pareja se arrodillaba en el piso y le hacía una reverencia a aquel desconocido. ¿Pero qué demonios estaba ocurriendo?

— Su majestad, Dru Kim Namjoon a sus órdenes.

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Lunianos de mi corazón, aquí les dejo el capítulo de hoy... 🙈 Espero que les guste y nos vemos en el próximo.
¡LORED!
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