Capítulo 44
La imagen que Taehyung veía frente a sus ojos lo estaba mareando, un fuerte zumbido llegó a su cabeza y se tambaleó hasta que pudo buscar equilibrio en la pared más próxima. ¡Imbécil! Miró como aquella mujer desnuda estaba arriba de su hombre, ese que había ido a buscar para que le dijera aunque sea una maldita excusa, una mentira que él con gusto creería, sin embargo se dio cuenta que fue lo peor que pudo haber hecho.
Con cada vena de su cuerpo deseaba acabar con aquella mujer pero más con Kook, ese era su pareja, la persona que se suponía que debía respetarlo y darle su lugar, con quien estaba, a fin de cuenta la otra no lo conocía, no era la culpable.
Jungkook estaba luchando contra aquel dispositivo que lo mantenía neutralizado, su sangre le quemaba pero prefería sufrir eso por tratar de librarse de lo que sea que le hubiera colocado Nana a perder a Tae por algo tan estúpido.
— T-Tae... — Logró decir pero seguía sin poder moverse.
Nana molesta se comenzó a vestir, todo su deseo por hacer sucumbir a Eidon ante ella se habían desvanecido con solo verlo, y por alguna razón la mirada que le estaba dando le afectaba.
Taehyung trastabilló todo el camino hasta su coche y salió de allí sin rumbo, sin mirar atrás. No quería saber de Kook, quería matarlo, resucitarlo, volverle a matar luego de reclamarle una y mil veces. Condujo llorando con toda sus fuerzas sin un testigo a su alrededor. Tan solo horas antes había estado viviendo en un puto sueño. ¿Cómo se había desvanecido todo tan rápido?
Le dolía horriblemente su pecho, su cabeza, la vista se le comenzó a nublar y bruscamente se vio obligado a detenerse para evitar un accidente. Golpeó su pecho tratando de calmar la opresión que sentía pero no surtía efecto, o podía respirar, no lograba hacerlo. Desabrochó con torpeza el cinturón de seguridad, abrió la puerta y se dejó caer en el duro pavimento, tosiendo y luchando por oxígeno para sus pulmones.
— ¡Ahhhh! ¡Maldito Jeon Jungkook! — Gritó, al costado de una autopista por la que innumerables automóviles pasaban a toda velocidad. — ¿Por qué a mí?
Lloró, lloró tratando de liberar todo lo que sentía pero no le parecía suficiente. ¿En qué momento ese hombre le caló tan profundo? ¿Por qué se enamoró como un adolescente, teniendo él, mejor que nadie la experiencia de que casi nadie valía la pena? Su puto mundo no era perfecto, es sombrío, vacío y aburrido pero era estable, lo conocía y sabía manejarlo, hasta que llegó ese idiota a ponerlo patas para arriba.
Cinco minutos después que Taehyung se marchara, el luniano recuperó la movilidad de su cuerpo, cinco minutos tarde, en los que la persona que amaba había sufrido llevándose una idea equivocada.
Se levantó con agresividad, quitando de su cuello ese pequeño artefacto en forma de araña y lo tiró en el suelo plantando su pie arriba para destruirlo. Se dirigió velozmente a la puerta pero fue detenido por Nana, quien con fuerza lo lanzó hacia atrás.
— ¿Qué demonios le ves a ese humano? ¿Qué? — Preguntaba a gritos mientras de la rabia lloraba, golpeando a Jungkook.
— ¡Es mi alma gemela! — Gritó frustrado, eso era peligroso para Taehyung porque podía hacer que se fueran hacia él para debilitarlo o acabar con su persona a través de su alma gemela pero, lo dijo.
Golpeó el piso para no pegarle realmente a Nana y ésta se dejó caer de espaldas cuando escuchó al luniano. Su boca se quedó abierta, mirándolo fijamente, cerrando sus ojos y dejando salir sus lágrimas. ¿Su alma gemela? Eso cambiaba absolutamente todo, no se podía luchar contra un alma gemela. Estaba jodida.
— ¡Mierda! ¿Por qué Eidon? ¿Por qué viniste a este maldito mundo de mierda y te encontraste con ese jodido humano? ¿Por qué? — Inquirió golpeando su pecho sin fuerza.
— Lo siento Nana, sabes que el alma gemela no se planea, yo no lo busqué, llegó a mi vida y sabes que no puedo dejarlo ir. — Ella había sido una buena compañera de entrenamientos, en aquel entonces casi una amiga o al menos lo más cercano a ese término.
Sostuvo sus brazos para que dejara de golpearlo, viendo como la gran Teglionana, gran regente de Eris se desmoronaba ante él. No era normal que reaccionara de esa forma, estaba preparado para que mínimo mandara a toda su fuerza tras Taehyung, contra él, pero no para verla llorar como una infante.
— ¿S-Se unieron? — Jungkook asintió y Nana con dolor en el pecho comenzó a reír. — Eso significa que de haber tenido sexo contigo por las malas hubiera terminado mal, ¿no es así?
— Así es. Nana, ese humano, es todo para mí, no puedo explicarte a cual magnitud pero es mi vida entera.
— ¿Eres estúpido? Yo mejor que nadie sé lo que se siento, yo... — ¿Qué tenía que perder con Jungkook? Sabía que no se aprovecharía de su debilidad. — Tú eres mi alma gemela Eidon, lo supe desde el día en que nos presentaron como prometidos, nunca entendí por qué después de los entrenamientos para graduarnos y comprometernos en el arte de la cama no nos unimos.
— ¿Q-Qué? — Jungkook intentaba procesar esas palabras. No podía creer que fuera él alma gemela de ella, eso explicaba por qué lloraba de esa forma, su ansiedad de tener sexo, estaba buscando que se unieran. — ¿E-estás segura?
— ¿Quién no está seguro cuando encuentran su alma gemela? Cierto, tus humanos. — Hizo una mueca y se levantó, recuperando su compostura. No quería darse por vencida con respecto a su vida así que apelaría por lo único que le quedaba. — Eidon...
— ¿Qué sucede?
— Sabes que como en Luna Dorada, en Eris, cuando tu alma gemela no te corresponde... — Tragó saliva, jamás pensó que justa mente ella, no iba a ser correspondida, simplemente pensó que había un error y por eso no se había dado la unión, pero no que ella no fuera el alma gemela de Eidon. — P-Podemos morir precipitadamente.
El luniano asintió, lo sentía, pero no había nada que pudiera hacer por ella.
— Tú puedes ayudarme, encontrándonos de vez en cuando, podemos copular y aunque no tiene el mismo efecto que ser totalmente correspondida, mantendrá a mis órganos en mejor estado por más tiempo.
— No estás bien de la cabeza. — Respondió fríamente Jungkook al ponerse de pie. — ¿Qué parte de "estamos unidos" no comprendiste? Yo no puedo copular con nadie más que no sea mi alma gemela, eso me afectaría a mí y también a ti, tendría justamente el efecto contrario. Además, no quiero hacerlo. Lo siento Nana, juro que lo siento, pero no hay nada que yo pueda hacer para ayudarte.
Apoyándose en la pared, jugueteando con sus cabellos la erisiana persistió. — Si es como una actividad en conjunta como pareja no los dañará a ninguno de los dos, deben tener su consentimiento, puedes hablar con él, ponerse de acuerdo.
— ¡No!
— Eidon debes ayudarme, tienes que hacerlo. — Sus lágrimas volvían a caer, sin reino, sin alma gemela, su vida no tendría sentido. Una erisiana, ella no podía morir así. — P-Podemos casarnos o hacer un compromiso falso con a-ayuda de tu alma gemela mientras planeo como regir Eris en su totalidad o ganar tiempo para un mejor partido.
— Casarnos no será posible, esa unión solamente puedo hacerla con mi alma gemela, en cuanto al compromiso... — Eso lo ayudaría a proteger a Tae, apartar las vistas de él y que todo se dirigiera hacia ella que podía defenderse perfectamente. — Acepto, pero con una condición.
Rodó los ojos sabiendo lo que le pediría, seguro lo mismo que el otro idiota, proteger a su humano. — ¿Se trata te tu terrícola?
— Así es, tú vas aclarar todo lo que ha ocurrido, tiene que saber que nuestro compromiso fue arreglado, que eso fue hace años y que entre tú y yo no existe nada. Solamente si yo estoy bien con él y éste accede a ayudarte temporalmente lo haré, de lo contrario no habrá acuerdo alguno entre los dos.
Hubiera querido tener argumentos para negarse pero no los había, lo necesitaba al menos para tomar control del reino, encontrar a alguien para procrear y dejar un heredero mientras pudiera.
— De acuerdo, hablaré mañana con tu humano, dime hora y aquí estaré. Al menos buscaré algo de entretenimiento en este chiquero de mundo que es Tellus, tienen buena fama en cuanto a copular se refiere. — Iba a irse sin más pero, no podía. — Eidon... El luniano la miró fijamente. — L-Lo siento, no sabía que él era tu alma gemela, debí suponérmelo por el historial de tu familia, no sé como le hace para tener la suerte de encontrar su alma gemela con alguien del mismo sexo. Los envidio.
El luniano asintió y vio como aquella tempestad dejaba su casa, dándole paso a una nueva. Hablar con Taehyung. Primero buscó su teléfono para llamar a su mafa, debía ayudarlo, necesitaba contarle la verdad a su novio y encontrar el modo de arreglar todo.
...
Era una noche tan oscura como el corazón de Tae en esos momentos la que abrazaba la ciudad de Seul cuando el terrestre entró a su casi antiguo lugar de trabajo después de dar vueltas sin rumbo por toda la ciudad. Necesitaba que el alcohol quemara al bajar por su garganta todas las penas, todos los sentimientos acumulados en su interior. Olvidarse de Jungkook y de todos aunque fuera por unas horas, aunque mañana, se levantara con una resaca que lo haría sentir peor, bañado en nuevas lágrimas, sabía que no iba a sobreponerse a eso.
Entró a Kard y el lugar estaba prácticamente vacío a pesar de ser viernes y tener buen clima, era como si su estado de ánimo hubiera alertado a todos haciéndolos correr. Sonrió amargamente y caminó hasta la barra. Saludó con una sonrisa fingida a Minjae que no dejó de notar sus enrojecidos e hinchados ojos por el llanto y a un nuevo chico al que todavía no conocía. Bebidas para emborracharse sobraban pero necesitaba una amarga, familiar y que no fallara en noquearlo.
Bebía Soju mientras se sentí en pleno desierto a altas horas de la noche, sin siquiera un cactus a su alrededor, no sentía ni escuchaba nada, el fuego que bajaba por su garganta al que ya se había acostumbrado era su única compañía.
Revivía todo el día, desde que despertó abrazado a él, hasta el momento en que vio aquella mujer desnuda encima de Jungkook. Su pareja o lo que fuera el luniano de él, no lo había buscado, ignoró que se hubiera marchado, llevándola al lugar que consideraba el hogar de ambos para cogérsela en medio salón. Quiso darle candela como a a un cangrejo ermitaño que no suelta lo que agarra hasta que no siente fuego a esa mujer.
No podía creer que Kook estuviera comprometido, eso jamás se lo esperó, no se la olió. Se sentía idiota, debió sospechar algo al ver que todo era demasiado buena para ser verdad. La vida nunca era tan condescendiente con él, su existencia estaba destinada a ser una mierda.
Se carcajeó llamando la atención de los pocos presentes, él preocupado por el profesor Park y su supuesto novio clavándosela a una mujer.
¿Cómo nunca hubo señal alguna de la prometida en casi un año? Estaban casi todo el tiempo juntos y no habían llamadas de las que él tuviera conocimiento o encuentros, es que sí, Jungkook se había desaparecido unas cuantas veces pero eso pensó que máximo sería un culo pasajero, el de Jimin, para ser exactos.
— ¡Agggg! — Gritó con su voz ronca.
— Tae, ¿qué tienes? — Se acercó Minjae lentamente para retirarle la tercera botella que él solo se había tomado.
— ¿Qué haces? ¡Suelta! — Agarró la mano de su compañero de trabajo y la giró para servirse más. El rubio llevó ambas manos a su frente, sin soltarlo y comenzó a llorar.
Su amigo preocupado salió de la barra y fue abrazarlo, dejó que llorara abrazado a él desconsolado. Acarició su cabellera y suspiró, aguantando la respiración cada vez que el rubio deslizaba su mano de la espalda hasta la parte baja de la misma.
Taehyung se levanta tomando por sorpresa a su amigo y se despide de los chicos de la cocina, toma la llave el coche de la barra y Minjae lo detiene.
— ¡Ni se te ocurra con todo lo que has bebido!
— Estoy más sobrio de lo que crees, el efecto del alcohol se me pasa muy rápido. — Le sonrió tratando de soltarse.
— No lo dudo pero después de consumir tres botellas de soju no te voy a dejar irte así. Nadie ingiere eso y está normal, además, si te detiene la policía irás directo a la estación. — Le quitó la llave de su vehículo, entró a la cocina y salió con sus cosas. — Vamos, te llevaré a tu casa.
— No, a mi casa no, — contestó de prisa. Si veía Jungkook era probable que cometiera una estupidez o se denigrara al punto de pedirle que no lo dejara, ninguna de las opciones le resultaba atractiva.
Ya en el cohe, con el motor encendido y los cinturones abrochados Minjae se quedó observándole. — ¿Te lleva a casa de Jin?
— No, Jin ya no vive con sus padres, está con su novio. — Miró por la ventana.
— ¿Te llevo ahí entonces? — Tae negó. — ¿A dónde te llevo entonces? — EL rubio se encogió de hombros. — ¿A dónde ibas cuando tomaste la llave del coche?
— Por ahí... Pensaba dar vueltas sin punto fijo hasta que el combustible se agotara y yo me quedara regado por algún lugar desconocido, maldiciendo mi suerte y quedarme dormido justo donde estás sentado hasta que la claridad de la mañana me diera los buenas días.
— ¡Wow, que maravilloso plan! Me sorprendes... - Ironizó.
El menor puso en marcha el vehículo para veinte minutos después, aparcar frente a un lugar desconocido para Taehyung. El rubio se echó hacia adelante para mirar a través del parabrisas y las ventanillas el sitio pero definitivamente no lo conocía.
— ¡Oye! — Golpeó suave su hombro. — ¿Dónde estamos?
— Frente a mi edificio, si no tienes un lugar a donde ir puedes pasar aquí la noche y mañana con más claridad y menos enfrascamiento puedes pensar claramente hacia dónde quieres irte.
Entraron el extremadamente pequeño apartamento de Minjae, conformado solamente por el cuarto, baño y una pequeña cocina a la entrada. El menor estaba agotado, solamente quería sentir su cama y dormir pero ver a su amigo así le hacía querer al menos ayudarlo a desahogarse, tal vez quería hablar.
Sacó un juego de pijamas y una toalla para Tae. — Hyung, puedes tomar una ducha mientras yo preparo el cuarto para los dos, así después me echaré yo.
Taehyung aceptó y así lo hicieron. Cuando el dueño del lugar salió del baño, pudo sentir a su amigo llorar, eso no era norma. El Taehyung que él conocía siempre estaba sonriente, incluso cuando se enojaba. Pocos pasos después, se encontraba junto al rubio que lo abrazaba nuevamente fundido en un mar de llantos.
— Hey... No llores más, verás que mañana todo estará mejor. — Acarició su cabeza y el mayor no pudo evitar recordar a Jungkook, sus caricias, sus mimos. Todo era tan real, tan hermoso...
Lloró un poco más, secó sus lágrimas y suspiró profundamente, ya era hora de dormir. Se separó suavemente de su compañero y cuando miró su rostro, sus miradas se cruzaron. Sentía el corazón de Minjae latir desbocadamente, la pierna del menor temblaba y su respiración era pesado. Conocía perfectamente eso, además, la mirada algo inocente de él también se lo revelaba.
— ¿Te gusto?
— ¿Q-Qué? — No estaba preparado para esa pregunta tan repentina de su hyung.
— ¿Te gusto? — Repitió acercándosele a los labios. Cerró sus ojos y la imagen de aquella mujer desnuda, Jungkook que ni siquiera se inmutó a darle la cara, todo eso lo empujó hacia adelante.
Minjae no supo como reaccionar cuando sintió sos labios que tanto había imaginado su textura y sabor sobre los suyos. Era cierto que siempre se había sentido atraído por Taehyung pero nunca se atrevió a decirle, lo veía diariamente con mujeres diferentes y ni por un segundo... Bueno sí, con su amigo Jungkook pensó que había ocurrido algo pero, no estaba seguro de que Tae realmente se sintiera atraído por su mismo sexo.
Mordió los labios del menor obligándolo abrirlos. — ¿No te gusto? ¿No deseas besarme? — Claro que deseaba besarlo, mucho.
Dejó estar la lengua de Taehyung libremente, pudo finalmente sentir sus labios, estiró sus manos para abrazarlo pero el rubio los detuvo. Bajó ambas partes inferiores de los pijamas, sostuvo las manos de Minjae para que no se moviera y comenzó con la mano que le quedaba libre a masturbarlo.
— ¿Tienes condones? — El menor asintió. — ¿Dónde? — La boca de su compañero apuntó a su lado y divisó en aquella mesita una envoltura que contenía todo lo que necesitaba.
Se lo colocó y volteó al menor, no quería ver su cara, solamente quería desahogar su rabia e imaginarse que castigaba a Jungkook. Escupió en su mano dos veces, la primera para lubricar aquel forro que cubría su masculinidad y la segunda para el menor.
— No, Tae, espera un momento... ¿Así? — Intentó moverse pero el mayor lo sostuvo fuertemente. — No estoy preparado todavía. — A ver, sabía que sería puro sexo ocasional, tenía claro que el rubio no tenía sentimientos por él pero esperaba que al menos los besara, lo preparara, fuera más. —¡Ayyyy! — Mordió sus labios frente al dolor y lágrimas cayeron por su rostro.
— Nunca se está preparado pero si te relajas te acostumbrarás rápido y podrás sentirte mejor.
Todo fue crudo, sin gota de afecto o condescendencia, Tae no tuvo piedad del menor, descargó toda su cólera, ira y furia en él. Minjae logró llegar a disfrutar el momento pese a todo, jadeaba, gemía, pero aquello no lo provocaba, se movía pero no se desesperaba, no sentía absolutamente nada y así fue hasta el final. Sin fuerzas el menor cayó en su cama y cuando Taehyung fue acostarse a su lado un estruendo los asustó a los dos.
El rubio vio como una rápida figura que reconoció al momento lo tomaba del brazo con extrema fuerza, le dolía su agarre. Tae se quejó por la presión que estaba recibiendo su brazo mientras le lanzaban su ropa. Minjae se levantó para defender a su hyung pero la mano que empujó su pecho y lo hizo caer no se lo permitió.
— No... Lo... Hagas... Te lo aconsejo, no te metas. — La gélida voz de Jungkook lo dejó paralizado y segundos después comenzó a vomitar en su propia cama.
— ¡Suéltame de una maldita vez! No tienes ningún derecho a ve- — Jungkook puso el índice en sus labios y caminó hasta que estuvo arrinconado a la pared.
— No ahora Kim Taehyung, vienes por las buenas o por las malas pero tú ahora mismo te vendrás conmigo. Yo voy hablar, tú vas a escuchar y después, si te de la gana te largas a follarte a quien te de la gana. No te voy a detener pero eso, será después que hablemos. — Recogió las ropas que cayeron en el piso y se las volvió a lanzar. — ¡Vístete!
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Hallo, eine Überraschung für euch! 🇩🇪🇪🇸 ¡Hola nuevamente mis lunianos! Aquí les dejo una sorprecita, un capítulo más!
Nos vemos mañana o mejor dicho, en unas horas.
LORED
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