Capítulo 39

Jungkook no podía negar que estaba molesto con su pareja, no podía entenderlo aunque lo intentara, habían cosas con las que él simplemente no podía lidiar. ¿Qué carajo importaba lo que otras personas pensaran? Escuchaba a Taehyung llamarlo pero de igual forma no se detuvo.

¿Había molestado a su novio? Era más que evidente... — ¿Por qué eres tan idiota Taehyung? Debiste haberle planteado las cosas de forma diferente para que no lo tomara mal. — Hablaba solo caminando detrás de él, no sabía como daba pasos tan rápidos ese hombre.

— ¡Taehyung!

El nombrado miró hacia atrás y vio al profesor Jimin, el luniano también lo escuchó pero pretendió no hacerlo, siguió caminando aumentando la velocidad.

— Ahora no puedo hablar con usted profesor Park, mejor después. — Miró hacia adelante y notó que ya su pareja no estaba a la vista.

— ¡Feliz cumpleaños! — Extendió una pequeña caja de regalo tomando de sorpresa al estudiante. — Yo sé que odias este día, sé cuan difícil es para ti, he tratado de animarte otros años y esta no será la excepción. Sé que nuestra relación se ha enfriado un poco pero quiero que sepas que sigues siendo el mejor de mis estudiantes, mi preferido y aunque no lo creas te aprecio y quiero mucho más que antes. Sin importar que sea unos cinco años mayor que tú te considero como un hijo o un hermano pequeño. Te deseo un hermoso día.

Jimin no le dio tiempo a responder, sabía que sería mejor de ese modo y simplemente le sonrió y se marchó, él sería el que velaría los exámenes de su grupo esa mañana que era normalmente el tiempo de su clase. Por su parte Tae no supo qué decir, él también quería al profesor Park y tenía deseos de abrazarlo, agradecerle... Sin tan solo no estuviera interesado en Jungkook todo fuera perfecto. La vibración de su teléfono le hizo apartar la vista de su profesor.

"¿Ya te uniste? - Desconocido"

Frunció el ceño ante aquel mensaje sin lógica y negó con la cabeza. ¿Unirse a qué? Miró la hora y corrió hacia su salón. Al entrar Youngji corrió hasta él y le dio un beso en la comisura de su boca que fue visto por Kook, quien molesto pretendió no ver nada. Sí, era mejor pretender no ver u oír nada porque con el humor que traía, podría hacer colapsar todo el lugar.

Tae lo miró y nervioso alejó a su antigua conquista, quien en su mano traía una pequeña cajita.

— ¡Felicidades Tae, espero que te guste! — Le dio un guiño junto a una sonrisa y se fue hacia su asiento.

Caminó lentamente hasta el lugar donde debía sentarse, un puesto más lejos que donde usualmente se sentaba y miró a su pareja, sin embargo este no le respondió la mirada. Jungkook fue el primero en terminar su examen y dirigirse al siguiente salón donde debía esperar a que los demás estudiantes terminaran antes de recibir para recibir otras informaciones con respecto a su tesis final y otros datos que daría el tutor.

Taehyung terminó de segundo y se apresuró para buscar a su pareja, lo encontró con la cabeza baja como si estuviera dormitando. Caminó lentamente hasta él, sentándose a su lado. Llevó su mano a su cabeza para acariciarlo pero Kook se levantó y caminó hasta la ventana.

— Estamos en la universidad.

— Kook, no te pongas así. No puedes reaccionar de forma tan infantil sin hablar conmi-

La entrada de Minho y otros estudiantes hicieron que el castaño no finalizara lo que tenía que decir. El luniano lo miró con una sonrisa irónica y negó con la cabeza. Poco a poco todos fueron entrando al lugar. El terrestre se sintió tan agobiado por lo distante que estaba reaccionando su novio que se levantó y salió al baño.

Su pareja no podía molestarse por no querer revelar que estaban juntos, era cierto que llevaban bastante tiempo en la bobería, miradas, besos y demás, pero apenas habían formalizado su relación. No había necesidad de correr, bastaba con que ellos dos lo supieran. Podría parecer fácil contarle a todos pero no lo era, no cuando él siempre había sido el centro de atención, cuando estaban finalizando la escuela. Eso era algo que ya una vez que se dijera no había vuelta atrás y los perseguiría y afectaría incluso para la hora de buscar trabajo.

Lavó su rostro con agua fría, se miró en el espejo y luego de un suspiro decidió regresar al salón. Todos conversaban entre ellos debatiendo sobre los resultados y junto a Jungkook estaba Hara, rodó sus ojos y se acercó. Esa mujer, con su enamoramiento en secreto por Kook era algo que le incomodaba. Se sentó al lado de su novio y mirando el móvil pretendió ignorarlos.

— ¿Entonces qué me dijeras si yo te confieso que me gustas y es por eso que te estoy invitando a salir? Ya sé que este fue el último examen teórico y que pasado mañana con el práctico terminamos ya las clases, pero no es para estudiar que quiero reunirme contigo. Tú me gustas mucho Jungkook y no quiero dejar pasar esta oportunidad.

Taehyung sintió como cada vello y cabello de su cuerpo se levantaba, su piel se tensaba y su garganta se secaba. Ahí, en el aula, rodeados de todos los compañeros esa mujer se le estaba declarando a su novio. El descaro era inmenso y el no pudo evitar hacer un sonido de desagrado cruzando sus labios. Era mejor que Jeon Jungkook dijera algo pronto. Mordió el interior de sus mejillas y comenzó agitar sus pies.

— Me gustas Jungkook... — Volvió a repetir ella sosteniendo su brazo.

El luniano le sonrió y educadamente retiró su mano, — no puedo aceptar tus sentimientos Hara.

— ¿Pero por qué? No existe una razón que te lo impida.

— ¡Porque tiene novio! — Exclamó Taehyung rojo como un tomate poniéndose de pie.

— Sé que son amigos pero no debes de cubrirlo, sé que Jungkook no tiene novia Tae. — Sonrió sin percatarse de la mirada asesina que el castaño le estaba dando.

— T-tae- — El luniano se encontraba desconcertado por el cambio de actitud de su pareja, hasta momentos antes estaba distante y no quería que se supiera lo de ellos. Él estaba comenzando a aceptar temporalmente este hecho esperando a llegar a la casa para conversar, sin embargo Taehyung estaba volteando todo sin previo aviso.

— Parece que no entendiste, no dije novia, sino novio. — Tomó la mano de Kook y la puso en su cintura, acarició su rostro y le sonrió. — ¡Yo soy su novio!

Hara ladeó la cabeza y comenzó a reír, ese era un cuento muy viejo que las personas usaban cuando querían alejar a alguien que no les convencía o gustaba, ella también lo había hecho con sus amigas, pero, como si el terrícola entendiera sus pensamientos, se acercó a Jungkook y lo besó.

Fue un beso sencillo, un beso que pedía disculpas por su actitud, un beso de confirmación, un beso que cuando iba a ser terminado se intensificó cuando el luniano atrajo el cuerpo de su pareja más hacia él. Hara parpadeaba con su boca abierta, incrédula mientras veía el beso que esos dos hombres se estaban dando. Una situación que ninguno de los presentes que estaban siendo testigos creían.

Jimin, quien también acababa de presenciar aquel acto inesperado se acercó a su hijo y acompañante para guiarlos fuera del salón lejos de las miradas y comentarios de todos. Pellizcó disimuladamente a Kook mientras lo empujaba hacia otro salón para alejarse también del pasillo.

— ¿Pero ustedes dos se volvieron locos dando ese show público así de repente? Las personas ni siquiera sabían que eran pareja y se besaron así sin más.

— Ma- profesor Park, las cosas no son lo que parecen, no lo planeamos. Simplemente ocurrió.

— Quise darle un beso a mi novio porque habían ciertas aves carroñeras revoloteando arriba de lo mío. — Comentó Tae agarrando la mano de su pareja.

— Puedes darle un beso, comértelo si deseas porque para eso es tuyo. El problema aquí es otro, ustedes dos solos pueden hacer lo que deseen les doy la oficina, condones y lubricante si quieren, ¿pero en en clases? Ya ni la piensan.

Taehyung se quedó sorprendido por la forma de hablar de Jimin, no parecía el típico profesor de siempre, parecía realmente preocupado por ellos y eso lo confundía. ¿No estaba Park interesado en Kook? No tenía sentido que los estuviera apoyando.

— Váyanse por hoy, yo les doy después toda la información que debo darles a su clase. — Agitó su mano indicándole que se retiraran mientras con la otro sostenía su tabique.

Vio aquellos dos jóvenes alejarse y no supo si reír o estresarse. Quería regañarlos pero no los podía culpar, después de unirse a Yoongi estuvo más de quince días en donde no salió de la recámara ni siquiera para comer, todo era en ese lugar. Recordaba como su suegro fue a halarle las orejas al hijo porque tenía descuidado Luna Dorada. Esos niños a pesar de todo eran buenos.

Tae y Jungkook caminaban de la mano por todo el sitio ignorando los cuchicheos y comentarios. Para el terrestre no era fácil esa situación pero aún así estaba disfrutando de hacer lo que le daba la gana sin pensar en los demás. Deseaba salir de allí y alejarse de todos por algunas horas. El luniano notó que estaba algo pálido y tomó la llave que tenía en su mano.

— Yo conduciré tu coche, vamos a casa.

— ¡No! — Lo sostuvo Tae antes de llegar al coche. — No quiero ir a casa, llévame a cualquier lugar lejos de todo y todos. En estos momentos si pudiera irme para Martes o la Luna lo haría.

Kook le regaló una dulce sonrisa y asintió.

...

Taehyung abrió sus ojos confundido sin recordar dónde se encontraba. Soltó un largo y sonoro bostezo mientras se retorcía completamente en el asiento. Miró a su pareja con una sonrisa y se acomodó estirando su mano para dejarla suspendida ante él.

— Buenas...

— Buenas tardes dormilón, por lo que veo estabas cansado, echaste una larga siesta. — Sostuvo la mano extendida, la besó y luego la colocó sutilmente en su regazo.

— ¿A dónde estamos? — Preguntó mirando los alrededores sin reconocer algo. ¿Qué zona de la capital era esa?

— Estamos en Gangwon-do hermoso, has dormido casi tres horas desde que salimos de la universidad.

Era su primera vez en esa ciudad, dijo que quería que lo llevase lejos pero no esperó que realmente lo fuera hacer, tenía el novio perfecto. Sonrió algo apenado acordándose de las chicas con las que solía tener encuentros que esperaban tener o vivir ese tipo de cosas con él. Antes de Kook no tenía la más remota idea o intención de ser así como las chicas querían, no le nacía. Ahora en cambio él estaba viviendo todas esas cosas de las que huyó y se alejó.

— ¿Qué haremos aquí? — Estaba entusiasmado.

— Pues lo primero será llevarte a comer algo, no has comido nada desde el desayuno. Segundo, quiero saber lo que es tener un día de compras en pareja. Tercero, iremos cerca de las montañas de Sokcho, a pasar la noche. Dijiste que querías dormir bajo la luna y las estrellas, al aire libre, y ese es uno de los mejores lugares para verlas desde aquí.

¿Por qué sonreía como tonto? Quizás porque ese hombre no olvidaba nada de lo que le decía y eso por alguna extraña razón hacía que su corazón se derritiera.

— A-amor... — Kook miró al terrestre notando su cambio de voz. — Sobre lo que ocurrió esta mañana en la escuela, quería pedirte perdón. No quise que te sintieras mal o pensaras que no te quiero a ti o a nuestra relación, simplemente no creí que tuviera la fuerza suficiente para enfrentar todo lo que aceptar esto abiertamente conllevaría. Tal vez no sea fácil pero si realmente estamos juntos, podré con todos los obstáculos que esto genere y más. Quiero estar a tu lado.

— Hay cosas que yo no entiendo y que están siendo nuevas para mí también. Por eso te pido que cuando no comprenda algo me instruyas, hablemos sobre ello para poderte entender. Me molesté esta mañana porque realmente no estoy acostumbrado a rendirle cuentas a nadie pero intenté pensar desde tu perspectiva y quería darte más tiempo. Fue justo entonces cuando decidiste decir que éramos novios y me tomaste por sorpresa.

— ¿No te gustó? — Cabizbajo pensó por un segundo en su actitud. — No me gustó que Hara se te declarara y que tú estuvieras tan tranquilo. Ahora eres mi novio y no voy a permitir que interfieran, te toquen o siquiera piensen en tenerte. Cavaste tu propia tumba y ya no vuelta atrás.

— ¡Oh dios mío, qué miedo!

Los dos rieron volviendo a entrelazar sus manos. El luniano fue en busca de los labios ajenos para besarlos y aunque éste se dejó durante algunos segundos, golpeó su brazo y regañó, obligándole a prestar atención a la carretera.

Fueron a comer a un rústico restaurante, ambientado en la Dinastía Joseon que, a pesar de ser muy conocido por los locales no estaba concurrido. El luniano al principio se resistió a comer algo que no fuera sopa o ensalada pero obligado por su pareja, terminó comiéndose varios de los platillos que ofrecían con gran gusto y apetito.

— Y eso que no querías comer, si llegas a querer... Creo que me devorabas hasta a mí. — Bufó Tae sacando su billetera para pagar.

— A ti te voy a devorar siempre, quiera comer o no, siempre tengo ganas de ti. — Tae pateó su pierna debido al nerviosismo que esas palabras acompañadas por su mirada causaron en él y el luniano no tuvo más remedio que reírse. — Ya, lo siento. — Miró las manos del castaño y sus cejas se enarcaron. — ¿Por qué estás sacando eso? No hagas eso, yo pagaré.

— Kook, tengo en mi cuenta más de lo que pensé tener por mucho tiempo así que puedo permitirme pagar esta comida, a fin de cuentas, sigue siendo dinero tuyo.

— Es tuyo y lo sabes. Si salió de mí y entró en ti, ya no me pertenece más.

— ¿Sabes que eso sonó bien raro cierto? Salir de mí, entrar en ti... Se parece a una actividad muy común entre nosotros. — Esta vez fue el contrario quien se ruborizó. — Ese tono rojizo que muestra tu piel en estos momentos te asienta muy bien.

Luego de pagar ambos salieron de aquel restaurante tomados de las manos. Era claro que tenían muchas vistas encimas de ellos pero ignoraron cada una. Al ser una ciudad mucho más pequeña que Seúl no contaba con tantos establecimientos donde ir hacer compras, pero, sí los suficientes para que ellos se divirtieran.

Kook disfrutó incluso de hacerle un completo cambio de estilo a su pareja, desde su ropa hasta su cabello, eliminando el color castaño y dándole paso a un rubio cenizo. Tae tampoco se quedó atrás e hizo que su novio dejara el negro azabache para darle paso a un nuevo castaño, no lo dejó escoger trajes o camisas y pantalón de vestir como siempre solía llevar. Camisetas, sudaderas, zapatillas y diferentes tipos de jeans fueron las prendas que escogió para él. No podían decir que no se sentían raros al cambiar tanto de repente pero definitivamente están alegres y rebosantes de energía.

Ya se acercaba la hora en la que el sol se despediría de la ciudad después de su larga jornada y los chicos decidieron y a decirle adiós a Seoraksan. La montaña más alta de los montes de Taebaek en la provincia de Gangwon, la tercera más alta de todo Corea del Sur, el lugar ideal para ver el atardecer y disfrutar de una espléndida vista nocturna. Podrían no solamente ser testigos de las brillantes luces de la ciudad, sino también disfrutar el maravilloso espectáculo del cielo estrellado esa noche.

El ahora rubio, sentado entre las piernas de su pareja, casi al borde de un gran precipicio, se dejó llevar por el maravilloso silencio, la naturaleza y las asombrosas vistas que esta le ofrecía. La compañía era sin duda lo mejor de todo eso, gracias a él hizo una vez más algo que no había hecho antes y tuvo un día estupendo. Todo era como un sueño del que no quería despertar, a esa altura, definitivamente se sentía volando y entre las nubes.

Para el luniano las cosas no eran diferentes, ese momento de paz y único que estaba viviendo junto a su alma gemela lo tenía disfrutando pero también pensando muchas cosas. Cosas así solamente las podía vivir en Tellus. En su mundo no había ese tipo de lugares con ese tipo de vistas ni tendría la tranquilidad para desaparecerse siempre sin más una vez que fuera rey. Su padre no podía vivir en Luna Dorada y de seguro Taehyung tampoco. ¿Cómo haría para estar juntos? No era como si simplemente pudiera renunciar al trono y quedarse en ese sitio...

— Amor, ya casi oscurecerá completamente, deberíamos bajar al menos hasta donde está el coche.

Jungkook asintió y con cuidado ayudó a levantar a su pareja una vez que estuvo en pie. Lo tomó de su mano para comenzar a descender esa montaña y Tae no pudo ocultar su risa. El ahora castaño lo trataba como si fuera de cristal y pudiera quebrarse en cualquier momento. Perdió una piedra al pisar y terminó tambaleándose, juró que terminaría mínimo con una pierna rota si se caía pero el luniano lo sostuvo con fuerza sin dejar que esto sucediera.

— ¡Tae! — Exclamó preocupado agachándose para observar su tobillo cuando lo vio sentarse. — ¿Estás bien? ¿Debería cargarte para llegar abajo?

— Solamente se torció un poco pero no fue nada grave amor, estoy bien. — Observó como a pesar de sus palabras su pareja lo examinaba y comenzó a reír.

El castaño no entendía su risa, lo miró desconcertado, con sus ojos y boca entreabierto tratando de encontrar una explicación a esa risa que ya se había vuelto muda mientras el dueño de esta palmeaba su hombre.

— Ay amor, p-pareces una caricatura, a James P. Sullivan de Monsters Inc, cuando estaba junto a Boo. Tu cara de susto, luego de preocupación y tristeza, eran idénticos. — Jungkook enarcó una ceja y lo miró seriamente. — ¿Qué ocurre amor?

— Yo estoy preocupado y tú te burlas de mí. Pudiste haber caído del precipicio y a pesar de que tengo muchas habilidades, volar, no es una de ellas. Te pudo haber pasado algo, pudiste haber muer-

Los labios de Taehyung lo interrumpieron, no quería seguir escuchando a su pareja, estaba claramente asustado por su causa y quería hacerlo olvidar, relajarse. Si bien el luniano estaba renuente a dejarse llevar, terminó sucumbiendo a los encantos de su pareja, le resultaba imposible no hacerlo. Sus lenguas se acariciaban y relajaban mutuamente.

Sus manos empezaron a reaccionar, entrando en contacto con los cuerpos ajenos sin necesidad de autorización por parte de alguno. Las piedras lisas no se sentían bajos sus cuerpos, esos que comenzaban a entrar en calor sin portarles el lugar.

Sus piernas entrecruzadas hacían que sus entrepiernas chocaran, que fueran rozadas mientras lentamente se movían en búsqueda de aumentar la fricción. Era doloroso mantener sus erecciones enjauladas dentro de sus pantalones y, como si sus mentes se hubieran puesto de acuerdo, los dos llevaron la mano al jeans contrario para desabrocharlo.

Cada uno tomó en sus manos la masculinidad del otro y sin dejar de besarse desenfrenadamente comenzaron a trabajarlas. Ya Tae estaba sintiendo dolor en sus glúteos debido el desnivel de las piedras, así como en su espalda, aún así lo ignoró y comenzó agitar sus caderas en busca de mayor rapidez.

— Kook... — Un fuerte gemido se escapó de sus labios, necesitaba abrazarlo pero estaban tan incómodos que no le era posible y eso lo desesperaba más, también por alguna razón lo excitaba, tenerlo tan cerca y no poder hacer lo que quería era sofocante.

Unas gotas de agua y un cielo que estaba cambiando de color, les avisaba que una lluvia se avecinaba. El aire batía fuertemente y el olor a lluvia cada vez se hacía más intenso.

— A-apresurémonos hermoso. — Susurró Kook agilizando sus manos y profundizando más en la boca ajena.

Pocos segundos bastaron para que ambos se corrieran, jadeantes y trémulos. Sus aceleradas y calientes respiraciones contrastaban con el frío viento que soplaba. Reían con sus frentes unidas rememorando lo que acababa de suceder.

— Creo que la naturaleza disfrutó del vouyerismo que nosotros mismos le proporcionamos. — Bufó Tae.

— Mira como tienes a los árboles erectos a causa de tu mala conducta. Estoy seguro que uno que otro animalito también debe estar padeciendo. Eres un depravado que me hace hacer cosas malas Kim Taehyung.

— Uy sí señor Jeon, la culpa ha sido toda mía. — Kook sintió entre carcajadas poniéndose de pie. — Si te sigues riendo todo lo que tengo en mi mano te lo vas a tragar.

— Entonces yo te haré una de esas mascarillas que tanto sueles usar. Todo cien por ciento orgánico y natural.

— Eres un puerco Kook.

— Tú empezaste. — caminó hasta una piedra de mayor tamaño que había ahí y se limpió la mano lo más que pudo, restregándola después contra la tela de su pantalón. — Debo agradecer que hayamos hecho compras y haya ropa de repuesto en el coche.

Se desplazó nuevamente hasta donde estaba su pareja para ayudarla a levantarse pero el terrestre lo sostuvo con una mano y con la otra restregó en su rostro lo que tenía en ella. En su vida se le había ocurrido hacer eso pero Kook se lo provocaba.

— ¡Taehyung! ¡Eso es asqueroso! — Gritó limpiando su boca con el dorso de la mano. — ¿Por qué has hecho eso?

— Uy sí, tan asqueroso ahora pero en la mañana... "Ven amor, tómate mi lechita" ¿Eso no te parece asqueroso? — Protestó frente a la actitud de su novio. — Ya no jugaré más contigo.

— No es eso, además, no es lo mismo, al menos no la misma situación, además, yo no estoy molesto. Ten cuidado... — Caminó hasta donde estaba Tae y lo detuvo. —Deja que me limpie la cara y bajemos rápido, la mayoría de las piedras son lisas y si se mojan se harán más peligrosas.

Se quitó su camiseta para limpiarse el rostro y luego las manos de Taehyung. Tomó firmemente su mano y lentamente continuaron descendiendo hasta que llegaron al coche. Una vez que entraron a este, las gotas de lluvia se volvieron más gruesas.

💙💜💙
Hola mis queridos lunianos. Aquí les dejo un nuevo capítulo de esta historia.

En el capítulo 36 dejé una advertencia de que vendrían aproximadamente 3 capítulos donde habrían escenas "candentes", cosa que no hubo en el capítulo pasado.
Esto se debe a que, la historia está enmaquetada y sin desarrollar en su totalidad por lo cual, no pensé que una vez que comenzara a desarrollar las ideas del capítulo se hicieran tan largas 🤷🏾‍♀️🙈🙊😂 Es por eso que tuve que cortarlos. Como podrán observar son capítulos extensos y creo que sería tedioso tener todo esto en uno. Perdonen los inconvenientes que esto les pueda causar...

!!!!!LORED!!!!!

💜💙💜

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