Capítulo 37
Extrañaba esa sensación de tomar el control en su totalidad de la situación. No era que odiaba cuando Kook solía guiar, lo hacía perfectamente y le encantaba, lo disfrutaba muchísimo, pero también necesitaba de vez en cuando ser él quien llevase la batuta.
No podía ocultar su sonrisa maliciosa mientras contemplaba a detalle el cuerpo de Jungkook. Cada vez que entre caricias sus miradas se cruzaban se perdía en ella y sentía un intenso ardor recorrer todo su interior.
El luniano estaba disfrutando ver esas ganas reprimidas que su terrícola guardaba. Ya tenía la confirmación de que era su alma gemela e incluso estaban unidos, por lo que, no sucedería nada grave si se dejaba hacer por su alma gemela. Era él único que alguna vez podría hacerlo, ni siquiera a la fuerza alguien más lo lograría. Además debían cerrar completamente su unión por ambas partes. Por costumbre si estuvieran en Luna Dorada debían también engendrar ambos al ser hombres, cosa que su padre no pudo hacer y que después de tantos años le quedaba claro el por qué.
Una mordida en su marca lo hace concentrarse y fijar la vista en Tae. Ese hombre parecía ser poseído por una fuerza maligna cuando sonrió dándole un escalofrío justo antes de voltearlo. Se sentía diferente dejar al terrestre tomar el control pero no le desagradab-
— ¡Ahhhh! — ¿Qué demonios fue eso?
Intentó voltearse pero Taehyung presionó su cabeza contra la almohada. No es que hubiera sido una blanca paloma pero tampoco entendía esa dominación que infligía en él. Una nalgada le hizo dar un respingo y terminó soltando una risa. Le quedaba claro por la humedad que sentía en aquel lugar que nunca había sido tocado antes lo que estaba haciendo Tae.
— ¡Qué preciosa vista! — Sonrió contemplando los torneados muslos del luniano, su firme y redondo trasero, esa hendidura que lo reclamaba. — ¿Todo esto es mío amor? — Jungkook asiente pero el castaño no lo nota y se acerca para morder uno de sus cachetes con gran fuerza, Kook estaba seguro que habría lastimado a cualquier humano porque él se lo sintió. — Responde amor, ¿es mío?
— S-sí, tuyo.
— Así es... — No quería que Kook fuera siquiera tocado o rozado por alguien más que no fuera él, era suyo.
Tintineó sus dedos por la parte trasera da sus muslos, por el interior de ellos, amasó con firmeza sus glúteos, repartiendo besos y mordidas por toda su piel. Dejo que sus uña arañaran sin hacerle daño los costados de su torso y espalda, disfrutando de la dura pero sensible piel del luniano. Realmente Kook era perfecto, esculpido a mano, no conocía a sus padres pero se notaba que lo habían hecho con amor, ese hombre no tenía nada negativo.
Subió para besar y morder su nuca, jugueteando con sus pezones y acariciando su marca, mientras su miembro ejercía presión sin entrar. El aroma de aquel cuerpo lo embriagaba y los gemidos que se estaban escuchando lo embrujaban cada vez más, haciéndolo sucumbir como canto de sirena.
Un camino de besos que comenzaba en su cuello y seguía en dirección a su espalda baja por toda su columna vertebral se fue creando bajo los labios de Taehyung y su lengua. Admiraba sus músculos y el ancho de aquella formidable espalda que se tensaba con sus caricias.
Ajuntó ambos glúteos para después separarlos bien, maldita y divina perfección. Los mantuvo separados y volvió a practicar el mejor de los besos negros. La sinhueso bordeaba la hendidura cuando sintió algo viscoso y bastante agradable acariciar su paladar. Tae se separó para observar y notó como el luniano lubricaba de forma natural, igual o más de lo que Kook le había dicho que él lubricaba la última vez que estuvieron juntos.
Nunca había visto a los hombres lubricar de esa forma, hasta donde tenía entendido no poseía lubricación propia pero al parecer ellos dos rompían las reglas producto del deseo tan grande que se tenían. Antes de Jungkook el jamás había lubricado por ahí antes, bueno realmente habían muchas cosas que antes del luniano no le habían ocurrido.
Llevó sus dedos al lugar para palparlo y escuchó como Jungkook soltó un delicioso jadeo ronco. Presionó su entrada con el dedo índice y visualizó como el cuerpo de Kook se echaba hacia atrás en busca de algo más.
No se equivocaba, las estimulaciones que el luniano estaba sintiendo eran nuevas pero le gustaban, eran diferentes pero agradables, muy agradables, quería más, sabía que había más y lo estaba anhelando.
El castaño escaló besando ese cuerpo al que tanto había deseado dominar pero al que quería también amar, disfrutar... Introdujo dos dedos de golpe y soltó un gemido junto al luniano al sentir su interior.
— A-Amor, aquí en tu interior, — giró sus dedos hacia un lado y después hacia el otro — se siente tan bien. Es genial...
— ¿Se siente b-bien? — Estiró su mano hacia atrás para presionar la cabeza de Tae a su cuello. — Empuja más hacia abajo tus dedos y aho- ¡Dinkkkse! — Mordió su almohada con fuerza.
— Justó aquí es por lo que veo.
Comenzó agitar sus mano con fuerza, golpeando continuamente aquel lugar sintiendo el calor de sus paredes internas. ¿Cómo se sentiría estar ahí sin condón? Quería seguir con los juegos previos, extender ese momento lo más que pudiera pero el deseo de estar dentro de él lo estaba venciendo y los gemidos de Jungkook no lo ayudaban para nada.
— Tae... ¡Oh di lor!
No entendía el idioma de las palabras de Jungkook pero lo excitaba aún más. Tiró de su cabello para poder ver su rostro y sus reacciones. Sintió venirse cuando vio aquel rostro enrojecido como una antes, sus ojos aguados sus blancos dientes mordiendo sus hinchados labios y una respiración tan fuerte que movía hebras de su cabello.
— ¿Cómo puedes ser tan perfecto, ah? — Movió con mayor velocidad su mano, volteando ligeramente sus dedos y besando los labios del lunianos, sintiendo los jadeos perderse en su garganta.
— Dink- ¡Me vengo Tae!
— Vente, eso es lo que quiero. — Besó sus labios y apretó más el agarre en sus cabellos. — Te ves precioso amor, vente para mí. — Mordió su labio y volvió hacia su posición inicial.
Sentía como chapoteaban sus dedos en su interior y como sus paredes se iban apretando, ajustándose a sus dedos y la garganta de Kook dejaba escapar gruñidos.
— ¡Oh sí, sí! — Kook lanzó una carcajada cuando alcanzó el orgasmo. — ¿Así que así te sientes tú, ah? Mierda...
Su interior estaba diferente, eran dos sensaciones completamente diferentes llegar al orgasmo penetrando o siendo el penetrado. Lo supo desde el comienzo teóricamente pero la realidad era mucho mejor. Era algo bueno que ese lugar hubiera estado protegido para uso exclusivo de su alma gemela, estaba seguro que él no se lo daría a nadie más y si eso hubiera ocurrido definitivamente no se hubiera sentido igual.
El cuerpo de Tae, su calor, caricias, besos, su profunda voz y sus movimientos, todo había sido perfecto, cada cosa colaboró para que se sintiera así.
Moviéndose de un lado hacia otro, el terrícola frotaba su parte íntima con la entrada de Jungkook, empapándola cónsul fluidos aún tibios, acariciando sus nalgas con vehemencia. Estaba tan excitado que temía entrar y no durar dos segundos, eso sería una terrible vergüenza para él, como en su primera vez. Con la única diferencia que aquella vez no le importó ser precoz y ahora ante el hombre que amaba no deseaba hacer un papelazo.
Detuvo sus movimientos para mirar a Kook una vez más, como si nunca lo hubiese hecho, acariciándolo con delicadeza. El luniano esperó varios segundos a sentir a Tae, esperaba que con el afán y deseo que parecía tenerle, estuviera dentro de él a esas alturas. No simplemente callado, sin mover más que sus dedos por la superficie de su piel. Volteó su cuerpo y su corazón se recogió de verlo mordiendo sus labios, llorando e intentando no hacer ruido.
Tae tapó su rostro rápidamente, era un tonto por romper en llanto en ese momento y que Kook lo viera. No quería hacerlo, pero no entendía por qué mientras lo apreciaba y se sentía tan afortunado, agradecido por tenerlo y estar junto a él en un día como ese que comenzó a llorar. ¿Cómo hubiera sido su vida con su madre viva, a su lado o qué tal si su padre no hubiera desaparecido? Quizás en ese día hubiera llevado a Jungkook a su casa, con el pretexto de su cumpleaños para presentárselos.
Entonces se dio cuenta que ni siquiera eran pareja aún, visualizó la cara de sus padres y sintió deseos de reírse con una extraña amargura. Eso era algo que jamás podría hacer, ellos ya no estaban a su lado. Le hubiera gustado tenerlos aunque le recriminaran por sus gustos, tener la oportunidad de enfrentarlos y defender sus sentimientos por Jungkook, pero teniéndolos vivos y cerca de él.
Los padres del hombre que él amaba también estaban muertos. Estaban solos, haciéndose compañía mutuamente, cuidándose uno a otro y por eso temía mucho más perderlo. Tenía esa funesta sensación de que el otro tendría que marcharse lejos y lo abandonaría también. Quería seguir el consejo de Jin y disfrutar el momento pero no podía negar que estaba aterrado.
— ¡Hey! ¿Por qué lloras de esta manera? — El luniano sostuvo su rostro y limpió sus lágrimas con los pulgares, regalándole una tierna y tranquilizante sonrisa. — ¿Deseas llorar hermoso? Puedes hacerlo ahora, aquí, conmigo. No necesitar pretender ser fuerte u otro delante de mí. Grita, llora, ruega, golpéame, deja salir tu verdadero yo, muéstramelo sin temor. Yo siempre estaré contigo sin importar qué. Estoy aquí para ti hermoso.
Tae se aferró a su cuello y escondió su rostro en él, hizo todo lo que le dijo, lloró, gritó, rogó por continuar siendo feliz a su lado, lo golpeó en el pecho y permaneció entre sus brazos hasta que todo pasó. Liberado, así se sentía, no se descompuso jamás de esa forma frente a nadie, incluyendo a Jin y Seojoon.'Las lágrimas siempre salieron pero no dejaba salir esa furia, ese dolor que tenía acumulado en su interior, mismo s estaba solo porque temía romperse y entregarse a esa pena cuando debía ser fuerte.
En cambio ahora, junto a Jungkook era diferente, esa sensación de protección y de apoyo, lo necesitaba. No quería estropear más el momento hablando de cosas tristes, ya Kook tenía una idea de lo que había sido su vida por lo que no tenía casa decirle que estaba llorando por eso. Lo abrazó con más fuerza y sonrió cuando el luniano hizo lo mismo, sintiendo su torpeza, lo apretaba un poco más y terminaría partido en dos.
— Tae...
— Hmmm. — Le gustaba también su tono de voz, tan relajante.
— ¿P-podemos ser pareja, es decir, oficialmente? ¿Te gustaría ser mi n-novio? Si todavía no estás listo yo pue-
Tan elocuente para todo y tan torpe en eso. Tae simplemente lo besó, mentiría si dijera que no lo estaba deseando. Había de cierta forma rechazado tanto a Kook, que temía que nunca se lo volviera a preguntar. Era por eso que tenía pensado invitarlo a salir esa tarde, aprovechando que era su cumpleaños e ir a salir juntos, pedirle que fuera su pareja. Pero esa proposición así, los dos tranquilos y abrazados sin nadie más alrededor era el momento oportuno.
— Ese beso... ¿Es tu respuesta? — El terrícola asintió con una sonrisa y se balanceó hacia adelante, haciendo que Kook quedara nuevamente acostado mientras él estaba encima.
— Quiero mucho ser tu novio precioso.
— ¿Precioso? — Hizo una mueca mirando a Tae.
— Precioso, sí. Tú serás mi precioso así como yo soy tu hermoso. — Se echó a reír y lo besó. — Eso sonó extremadamente empalagoso. Podemos dejarlo para cuando estemos solo, sigamos siendo cautelosos en la universidad. Siempre hay un envidioso que quiere fastidiar y lo que nos queda son apenas dos semanas para terminar. Mañana haremos los últimos exámenes y la próxima semana deberíamos empezar nuestra pasantía pero yo seguiré buscando ya que aún no me han respondido positivamente de ningún sitio.
— Mmmm, que yo sepa ya tu tienes trabajo, conmigo.
— ¿Al igual que Namjoon que recibe un sueldo por hacer prácticamente nada? No, gracias amor, realmente necesito encontrar un trabajo de verdad, es decir serio y que sea en un lugar en el que pueda hacer uso de los conocimientos de mi carrera, no es fácil encontrar uno.
— ¡Conmigo! No te estoy ofreciendo trabajar para mí personalmente como Namjoon. Te estoy diciendo que tienes trabajo conmigo, junto a mí en el IPIAM.
Tae boqueó unos segundos y luego empezó a reír tímidamente. Se olvidó que no había un mejor lugar para desarrollarse mejor que en el IPIAM, un centro que rara vez hacía alguna captación y del que por coincidencias de la vida su novio era dueño. ¡Su novio! Tan raro y tan agradable a la vez poder decir que tiene una pareja, una relación y que tiene novio.
— ¿Por qué te sigues riendo solo sin responderme? ¿Enloqueciste? — Ríe contagiado por su pareja.
— Anja, creo que eso me sucedió, enloquecí por ti idiota. — Besó castamente sus labios con una sonrisa. — Acepte trabajar contigo pero como utilices tu puesto para acosarme juro que te demandaré. — Jungkook golpeó su frente con un dedo y lo abrazó entre risas. — Te amo.
— He escuchado esas hermosas palabras en tres ocaciones en pocas horas, creo que me volveré adicto a ellas. Me encanta como se suenan al salir de tu boca. ¡Repítelo!
— ¡Te amo!
— ¡Dímelo nuevamente!
— ¡Te amo! — Gritó con una sonrisa para volverlo a besar.
— Yo también te amo más que a mi vida, hermoso.
Sus miradas se cruzaban mientras Tae sostenía el rostro ajeno entre sus manos, ofreciéndole suaves caricias con sus dedos. Se sentía feliz. Buscó aquella boca nuevamente con algo de desespero pero a la vez calmado. Presionó su lengua para que le dejaran entrar y fue recibida alegremente por la ajena, uniéndose en un hermoso vals, danzando al compás de sus latidos.
Se besaron durante minutos separándose solamente para que Tae por inercia buscara respirar. Acariciando sus cuerpos mutua y lentamente, entreteniéndose en sus marcas, disfrutando esa rica corriente que recorría sus cuerpos enteros, misma que cada vez se hacía más intensa y placentera.
La lengua del terrestre peregrinó por el pulido cuerpo que yacía bajo él, dejando la huella de su saliva. Sostuvo su pecho y lo saboreó en su totalidad, jugueteando y martirizando plácidamente esos pezones prepotentes que se erguían ante él. Se movía circularmente en sus areolas para pasar a morder, estirar y luego lamerlos. Era maravilloso ver como el pecho de Jungkook se levantaba al llenarse de aire con su precaria respiración, con sus ojos cerrados y su lengua humectando sus labios constantemente. ¡Eso era una gloria para el terrícola!
— Tae, estoy demasiado sensible, no seas vengativo.
— No es venganza precioso, te estoy dando un tortuoso pero delicioso placer como los que sueles darme tú. Quiero que sientas y disfrutes como yo, — apretó suavemente su entrepiernas mientras seguía utilizando su lengua en todo su torso.
— ¡Oh!
— Así, ves que rico es...
Tae continuó bajando, abrió sus piernas y comprobó contento lo mucho que Kook lo estaba disfrutando. Estaba totalmente mojado, sus muslos y las sábanas se lo confirmaban. Descendió hasta sus rodillas para regresar besando y degustando toda su esencia.
— ¿Siempre tuviste un sabor tan exquisito? — Mordió el interior de sus muslos, logrando que el luniano flexional sus piernas en respuesta. Las sostuvo con fuerza y volvió a morder. — ¡No te muevas! — Su voz salió más profunda de lo que él se había imaginado.
Estaba excitado de solo jugar previamente con Jungkook. Sostuvo su humedecido miembro entre sus manos y lo acarició suavemente, besando y succionando a su vez su periné. El luniano intentaba moverse pero cada vez que lo hacía Tae lo sostenía con más fuerza y él acataba la orden no pronunciada d estarse quieto.
Jungkook trataba de controlarse, estaba perdiendo el norte y su concentración pero, al sentir como sin aviso todo su miembro fue engullido se incorporó de inmediato como una reacción involuntaria. Tae mordió su glande y después lo abandonó para voltearlo.
— Te dije que no te movieras precioso.
Introdujo tres dedos de golpe y nalgueó con mano hueca a Jungkook. Éste abrió un poco más sus piernas y Tae, acostándose boca arriba, se posicionó y acomodó entre ellas hasta que su boca alcanzó su virilidad. Era menos cómodo de lo que se esperaba, debido a que tenía que trabajar mucho con su cabeza suspendida en el aire pero, aún así era delicioso. Su mente disfrutaba demasiado ayudada por sus oídos que recibían esa perfecta melodía procedente de Kook.
Los gemidos de Kook secundados por los movimientos de su cadera le hicieron saber a Tae que estaba a punto de tener un orgasmo. Y no era para menos sentir la lengua de su alma gemela moverse como una serpiente que enroscaba a su presa mientras que su glande era presionado una y otra vez por su garganta, junto a los movimientos de su mano en la parte de atrás lo tenían descontrolado.
— T-tae...
El terrícola sacó sus dedos y separó su boca simultáneamente, escuchando ese similar sonido que ambos hicieron. Ignorando las protestas de Kook, se colocó erguido tras él y ascendió su mano lentamente, acariciando su espalda hasta llegar a su cabello y tirar de él hacia atrás. La unión de su espalda junto a su pecho, ese calor que destilaban y la fricción que se creaba era simplemente maravillosa.
Torpemente tomó el condón que estaba enredado entre las sábanas y se lo colocó mientras su boca estaba entretenida besando a la ajena con pasión.
Inclinó un poco hacia adelante al luniano y con algo de temor por lastimarlo entró suavemente. Sin embargo, no obtuvo la mayor de las resistencias aún cuando no había lubricante extra, solamente el natural que emanaba del cuerpo de Kook. Pudo jurar que su corazón se detuvo unos segundos una vez que entró en el cuerpo del luniano, todo su cuerpo se sintió extraño y una rara imagen de ellos dos le cruzó por su mente y vista, confundiéndolo un poco. Para él que sus latidos y los de Kook habían tomado el mismo ritmo, era de locos, lo sabía. No obstante lo ignoró, era raro y a la vez genial, tenía miedo y excitación a la misma vez. Sus oscilaciones comenzaron lentamente, sintiendo como cada vez que entraba lo apretaba y se ajustaba a él.
— Mierda Kook, esto es genial. — Mordió su labio y le dio un profundo y fugaz beso mientras se perdía en el mar de sentimientos que arremetía en su interior.
Jungkook esa vez no le pudo contestar, pese a ser la primera vez que estaba siendo penetrado se sentía bien y más que, desde que el terrestre entró llegó al lugar correcto haciéndole vibrar cada órgano. Pudo sentir como se reforzaba su unión, era como si volvieran a unirse nuevamente. Todo él reaccionaba a Taehyung y aunque siempre pensó que no le gustaría, quería más.
— ¡Muévete más hermoso!
— ¡Oh, mi precioso quiere más! — Sonrió y dobló el cuerpo de Kook bruscamente.
Apoyándose en su caderas para mantener su equilibrio y a Kook en el mismo lugar comenzó arremeter contra él. Sus embestidas era fuertes y certeras, podía sentir como su punto acariciaba su glande siempre que lo alcanzaba.
— ¡Di Tae krop, krop! — Exclamó Kook jadeante.
— ¿Krop? — Sabía que el luniano quería decirle algo pero no entendía nada de lo que le estaba diciendo.
—¡Más amor, más! Ya casi...
Oh no, él no quería perderse en su primera vez dentro de él las reacciones de su cara al llegar al climax. Volteó su cuerpo con algo de fuerza debido a su peso y lo volvió a embestir.
— ¡Sí! — Exclamó Kook mientras se venía. Tae lo miró sorprendido pero el luniano se impulsó contra su cuerpo. — No pareces hermoso, todavía no terminamos, muévete.
Sin importar la posición, la cara de Jungkook era tan exótica y sensual que lo volvía loco. Tomó la mano contraria que lo estaba acariciando y la entrelazó junto con la suya, llevándola hasta detrás de la cabeza del luniano mientras se dejaba caer encima de él, retorciéndose por el suculento orgasmo que se avecinaba en el cuerpo de ambos, podía sentirlo.
— ¡Te amo!
Las piernas se Kook lo abrazaban, la mano libre del contrario estaba afincada a su espalda mientras que la suya lo abrazaba y apretaba por el hombro. Los jadeos de ambos estaban en sus oídos, las caderas del luniano habían tomado vida propia y sin saber cómo logró aumentar aún más su velocidad. No estaba del todo consciente, el placer lo estaba superando, los estaba superando a ambos.
— Yo también hermoso, t-te am-amo... ¡Dinksee!
— Vamos a venirnos juntos precioso...
Ambas gargantas lanzaron un grito y sus cuerpos compartieron un profundo e intenso orgasmo.
El terrestre notó que su vista se comenzaba a nublar, movió y llamó a Kook pero este no le respondió y una fuerte luz proveniente de ambas marcas comenzó alumbras. — ¡Pero que mierda es es-
Taehyung terminó desmayado sin haberse percatado siquiera que el luniano ya había perdido el conocimiento antes que él.
💜💜💜
Hallo meine Lunianos 👋🏾
Nuevo día, nuevo capítulo... Espero que lo disfruten.
💜💜💜 LORED 💜💜💜
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