Capítulo 35

¿Cuál de las noticias podría procesar primero? Que su deuda, esa en la que llevaba estancado desde hacía seis años estuviera completamente paga o que Jeon Jungkook, el chico con el que compartía mucho más que una residencia fuera el dueño del instituto privado de investigación aeroespacial más reconocido de toda Asia y posiblemente otros continentes también... Estaba en estado de negación e incredulidad, en shock y todo debido a lo que recién había descubierto.

No era un secreto que Kook fuera millonario, no habría quien no se percatara porque a pesar de no ser ostentoso a propósito derrochaba ese aire de rico mimado, comportándose como si fuera un príncipe o un rey en ocasiones pero de sus antecedentes realmente no se sabía nada.

Muchas de sus dudas se esclarecían con esta información, el por qué sus datos eran tratados y cuidados con tal hermetismo en la universidad, no pudo hacerse con ellos a pesar de intentarlo y tampoco había mucha información de él regada. Era claro que el hijo y heredero de los Min cuidara con tanto recelo su identidad, después de todo a su joven edad estaba a cargo del IPIAM, no era poca cosa.

Por otro lado sus conocimientos, amor y pasión por su carrera, todos esos equipos con los que contaba en su caso, se podía decir que ese hombre había nacido entre las estrellas y se comportaba como tal.

No tenía ninguna obligación o necesidad de pagar esa deuda y sabía que lo había hecho de buena intención, quizás para él era como algunos centavos, sin embargo no era así. No sabía como enfrentar a Jungkook ni qué decirle exactamente. Tenía una gran mezcla de sentimientos y pensamientos en su interior que no lo dejaba concentrarse y decidirse.

Por un lado estaba el hecho de que lo había investigado, de otra forma no hubiera sabido de su deuda o a cuánto ascendía la misma, eso era algo que no le gustaba en lo más mínimo, saberse investigado no era agradable, más bien lo ofendía. Que incluso lo pagara todo sin comentarle nada al respecto también le resultaba incómodo, era como si hiciera cosas a sus espaldas pero, a su vez, le agradaba que se preocupara por él, haciendo incluso algo como eso.

Otro punto era su identidad, no era que cambiara mucho las cosas pero, de alguna forma saber su procedencia lo hacía sentir como si Kook estuviera algo más lejos para él, era una tontería y lo sabía pero así se sentía. Estaba apenado de que conociera todas esas cosas de él, que se encargara de sus problemas cuando ya lo había ayudado dejándolo vivir en su casa sin pagar renta o algo más.

Estaba recibiendo demasiado de parte él material, física y sentimentalmente. Quería algo equitativo con él, estaba deseando ser su pareja pero todo eso no estaba en sus planes. ¿Qué podría ofrecerle a Jungkook más allá de sus tímidos sentimientos y su cuerpo? Ese hombre era demasiado bueno para alguien a quien nunca le ocurría nada bueno, demasiado perfecto que lo hacía temer más su pérdida. ¿Tal vez esto se trataba un regalo de su madre a tan pocas horas de su cumpleaños?

Sí, estaba cumpliendo años y por primera vez había olvidado su fecha, no estaba llorando la muerte de su madre como siempre lo hacía. Su cumpleaños fue el día en que su madre perdió la vida y realmente lo odiaba, lo odiaba en demasía.

— Oye, si me vas a seguir ignorando será mejor que me vaya. — Replicó Jin mirando a su amigo. — Desde que salimos del banco has estado en las nubes.

— Lo siento amigo, tienes razón, será mejor que te vayas y hablemos en otro momento.

— ¿Realmente me estás diciendo que me vaya? ¡Vaya, las cosas con las que me tocan lidiar a mí! — Refunfuñó. — No seas tan duro con el rarito por haber cubierto tu deuda sin decirte, te conozco y en ocasiones eres un poco cruel con tus palabras. Lo viví siempre que quería ayudarte a pagar algo. Incluso preferiste irte a la calle antes de vivir en mi casa cuando te desalojaron o al menos informarme.

Tae lo miró mientras analizaba sus palabras, se sentía incómodo pero era algo totalmente diferente a como se sentía con su amigo cuando intentaba ayudarlo. No lo quería molestar, le daba vergüenza y se sentía un aprovechado, mal de que se preocupara por él. En cambio con Jungkook era todo eso y más, sentía todas esas cosas pero también su corazón palpitaba diferente porque compartía otro tipo de sentimientos hacia él, sus acciones aunque algo molestas e incómodas eran lindas y lo hacían sentir seguro, tranquilo, protegido. Por su cabeza no había pasado discutir con él.

— No te preocupes por eso. — Detuvo un taxi y se montó dejando sorprendido a Jin, ya que ni siquiera le avisó que se iba. — ¡Lo siento mucho pero debo irme! Hablamos mañana o después. — Hizo una señal con su mano a modo de teléfono y se fue.

Necesitaba llegara a la casa y confrontar a Jungkook, necesitaba hablar con él. Treinta minutos después, el terrestre entraba por la puerta de la residencia un tanto desesperado.

— ¡Kook! — Gritó caminando de prisa hacia el salón, sin quitarse los zapatos en la entrada y buscándolo como loco. — ¿Estás en casa?

Caminó por cada rincón que pudo y no lo vio. Suspiró con molestia. ¿Por qué no estaba cuando necesitaba hablar con él? Subió a su cuarto para tomar una ducha y ponerse a cocinar mientras esperaba a Jungkook, cosa que hizo por varias horas.

Ya pasaban las nueve de la noche y el luniano nada que entraba por la puerta, poniéndolo nervioso. ¿Dónde demonios estaba? No quería molestarlo, ahora que sabía que también tenía un lugar que cuidar, uno tan importante como el IPIAM debía estar ocupado pero no podía quedarse así. Tomó su móvil y le marcó esperando una respuesta.

— ¡Hola hermoso! — Contestó Kook haciendo que el terrestre suspirado aliviado al escucharlo.

— ¡Hola Kook! — Que insoportable facilidad para tumbar todas sus barreras tenía ese hombre. Necesitaba tan poco para obtener algo de él que lo abrumaba. Sonrió al escucharlo sonreír también. — ¿Dónde estás? Te he estado esperando toda la tarde y todavía no llegas a casa. ¿Te demorarás mucho?

— Oh, estoy... — La frase del luniano se cortó durante un segundo. — Estaba algo ocupado y no miré el tiempo, perdón por no haberte avisado que no estaría en casa hoy y que llegaría algo tarde. Ya casi voy saliendo para allá, dame media hora hermoso. ¿Necesitas que lleve algo?

— Ya veo, está bien, aquí te espero. — Debatió con su cerebro en si debía decirle o no pero no podía arriesgarse a que fuera a suceder y no se pudiera llevar a cabo por la falta de estos. — Eh... ¿Kook?

— Sí, dime.

— No nos quedan condones, por favor, ¿podrías comprar de camino a casa? —Ambos se quedaron callados durante algunos segundos para que después la risa de Kook hiciera que sus hombros se relajaran.

— De acuerdo hermoso, compraré todos los condones de Seul para ti.

— ¡Kook! Yo no soy un barril sin fondo. — Las carcajadas del luniano lo hicieron fruncir el ceño. Hasta ese ruido que hacía al reírse le resultaba atractivo. — Deja ya de jugar con eso, quieres.

— Lo siento hermoso. ¿Compro esos que compraste tú? — Los odiaba, pero era un precio que estaba dispuesto a pagar si de estar con su alma gemela se trataba.

— Sí, esos mismos.

— Está bien, entonces nos vemos en casa dentro de un rato.

— De acuerdo.

— ¡Oye! ¿Nada más? — Preguntó ya casi cuando Tae estaba a punto de terminar la llamada.

— ¿Nada más de qué?

— Bueno lo haré yo... Te mando un beso. — Tae cerró sus ojos y mordió sus labios ocultando una sonrisa. ¿Cómo podían dos hombres como ellos volverse tan cursis? Estaba seguro de que nadie lo creería porque a él mismo le resultaba increíble.

— O-otro.

Jungkook comenzó a reír cuando notó que el otro colgó rápidamente sin darle tiempo a más. Realmente su Tae era hermoso.

La vibración de su teléfono lo sacó del letargo momentáneo en el que se encontraba, trayéndolo de regreso a la realidad.

— Señorito Jeon, le llamo para informarle que ya su encargo está listo, esta noche estará en su casa. Otra cosa, por favor, cuídese. Yo me he tenido que ausentar más de lo planeado pero ya casi regreso, hasta ese entonces, manténgase alerta.

— De acuerdo Esir. En cuanto al encargo, que no lo dejen en mi casa hoy, no sería conveniente, que mejor lo dejen en el IPIAM.

Su guardián aceptó para luego finalizar la llamada. Miró hacia adelante y vio como Jimin lo miraba con una sonrisa.

— Eres muy inteligente hijo pero cuando se trata de Taehyung te vuelves algo bruto. Ya le ibas a decir que estabas conmigo nuevamente cuando a penas se han recuperado de la discusión del otro día.

— Escuché rumores en el palacio que decían que mi padre a veces te cedía todo el control a ti porque no podía negarte nada.

— Supongo que Minrey no podía resistirse a su Atemin. — Le guiñó un ojo a su hijo y éste hizo una mueca de asco para después comenzar a reír.

Jimin observaba la risa pura de su hijo, parecía mentira tenerlo ahí y verlo casi diariamente. Tener tan buena relación con él y poder formar parte de su vida como si siempre hubiera estado ahí para él, agradecía infinitamente por esa inmensa oportunidad. Se habían estado poniendo al día con algunas cosas y trataban de pasar tiempo juntos, ya fuera para ver una película o hablar por horas sobre el universo, estaba feliz con su vida en esos momentos.

— Supongo que lo mismo me sucede a mí con Taehyung, se me hace difícil decirle que no a algo y cuando lo hago, a pesar de permanecer firme frente a él, cuando se marcha o me alejo me siento fatal, como si lo dañara y quisiera protegerlos todo el tiempo, hasta de mí. Quiero regañarme cuando por mi causa noto su mirada entristecida, no lo sé, aún no sé bien como lidiar con todo esto que siento y que estoy viviendo ma, es muy fuerte.

¿Ma? Jimin no pudo ocultar su sonrisa, era raro y aún más hermoso oírlo de su hijo. En Luna dorada no solían usarse ese tipo de diminutivos como en la Tierra y siempre que escuchaba a un niño llamar así a su madre desde que regresó de aquel mundo no había podido evitar las lágrimas, esas que ahora amenazaban con salir pero de felicidad. Pasó las manos por su rostro para secar sus ojos y sonrió.

—Debes tener tacto con las cosas que dices, no lo veas como que le estás mintiendo, sé que odias mentir y toda esta situación de ocultar tu identidad y todo lo demás. No obstante, sabes que por su bien debes hacerlo por ahora. ¿Cómo explicaras ahora mismo nuestro acercamiento de una forma que no se moleste? Tiene sentimientos por ti y te juro que en la tierra, ya fuera hombre o mujer, por mucha confianza que tengan con su pareja esta situación le incomodaría.

— Ya sé mafa pero de verdad yo no quiero seguir ocultando esto por más tiempo y que después Tae se moleste conmigo. Estoy preparado para tratar con cualquier cosa, enfrentarme a lo que sea menos al abandono de ese hombre.

— No creo que te abandone, menos si sus lazos se siguen multiplicando. Aunque en la intimidad principalmente y casi en general influya que sean almas gemelas para él no funciona igual que para ustedes. Nosotros simplemente nos enamoramos y entregamos como simples humanos.

— Eso espero... Mafa, ya debo irme, Tae me está esperando en casa y no quiero tardarme más. Prometo que nos veremos pasado mañana ya que en la Universidad no nos veremos mañana porque no tienes clases con nosotros y no pasaré por tu oficina.

— Tranquilo, yo entiendo. — Se levantó junto con Kook para abrazarlo y acompañarlo hasta la puerta. — Ya nos veremos, no te preocupe, vaya a darle amor a su novio.

— ¡Que todavía no somos novios!. — Jimin no pudo evitar carcajearse.

— Ustedes hacen y han compartido más que muchos novios así que esa palabra, casi no significa anda para ustedes. Ya te dije que son mucho más que eso.

Kook negó con su cabeza riendo y abrazó nuevamente a su padre. — Por cierto... ¿Sabes aquí cerca de tu casa dónde puedo comprar condones? No quiero tener que detenerme una vez que tome la avenida.

— ¿C-condones? — Todo su rostro se enrojeció. No era que no supiera lo que hacían pero por alguna razón esa pregunta lo sorprendió un poco. — Justo en la calle de atrás hay una tienda de conveniencias que está abierta a esta hora y al lado hay una farmacia que debería estar abierta también, cierran a las diez si no me equivoco. Pero... ¿Para qué ustedes dos lo necesitan? En la tierra Tae no se puede embarazar y tú no podrías enfermarte aunque él lo estuviera, todo lo contrario, hasta podrías ayudarlo siendo su alma gemela, no tiene sentido.

— Para él sí, recuerda que él no sabe quién soy, supongo que se protege como cualquier persona.

Jiminn sonrió acariciando el cabello con su hijo. — Me alegra saber que a pesar de su cabecita loca Tae sea tan responsable, me gusta. Bueno, puedes ir aquí a la tienda de atrás para comprarlos y por ahí mismo salir a la avenida principal y por favor... No seas como tu padre, debes ser gentil con ese niño para que pueda caminar bien, recuerda que somos humanos.

— ¡Mafa!

— ¿Qué? Dale, vete. — Se rió Jimin notando el sonrojo de su hijo.

...

Ya tenía en sus manos el pedido de Tae, ahora finalmente podía ir a casa, moría de ganas por verlo después de no haberlo visto en toda la tarde, en la escuela también estuvieron algo distantes debido a que él se encontraba resolviendo algunas cosas que eran importante para él y para su hermoso casi novio. Tomó la bolsa que le entregó la señora de la tienda y detuvo todos sus movimientos.

Ese olor que percibió por un momento... Se volteó a mirar a la señora y estaba se encontraba entretenida con el televisor. Dejó de contener sus sentidos y respiró profundamente. ¡Hedios! Salió lentamente del lugar y caminó hasta su auto, aparcado al costado de la tienda, mirando y rápidamente buscando las cámaras de seguridad de los alrededores. Activó su coche para que hiciera interferencia y ninguna pudiera grabar lo que él sabia que estaba apunto de suceder, dejó caer la bolsa en su asiento, pretendiendo que no se había percatado de nada para que en confianza lo atacaran, sintiendo como poco a poco se acercaban.

No eran más de tres, eso sería más fácil que un entrenamiento con Esir o cualquier otro caballero de su reino. No tenía siquiera la necesidad de agudizar sus sentidos, esos hedios eran novatos para no ocultar su esencia cuando se iban enfrentar al príncipe de Luna Dorada.

— ¡Ahí están! — Murmuró dejando entrever sus dientes, mostrando abiertamente su desprecio por esas criaturas.

Se volteó agilmente cuando sintió al primer hedio detrás de él, agarrando su cuello, clavando sus dedos en este para después mover con gran agilidad su mano, viendo como la cabeza se separaba de su cuerpo y la sangre caía. Un lanzamiento de dos pequeños desintegradores, uno a cada cuerpo que tenía en frente, bastó para ver como esos cuerpos se desintegraban y pulverizaban, desapareciendo sin dejar rastro del lugar. Permaneció tranquilo esperando sentir algo más pero definitivamente no habían más hedios.

Caminó hasta el cuerpo que yacía en el pavimento y con otro desintegrador desapareció sus restos. ¡Su padre! Corrió hasta el automóvil y se sentó luego de lanzar los condones al otro asiento y arrancó a gran velocidad, dejando la marca de las llantas en su lugar. Brincó la cerca y entró por la ventana del piso de arriba que vio abierta. Escaneó todo el lugar, buscando rastro de algún enemigo pero no había nadie, bajó rápidamente las escaleras en busca de su padre y lo vio en su estudio, mirando varios papeles.

— ¡Por dios santo Eidon! — Exclamó asustado Jimin cuando se percató de la presencia de su hijo.

Se levantó rápido de la mesa y lo siguió fuera del estudio, viéndolo como seguía caminando de lado a lado mirando cada rincón. Activó el radar de su reloj para tener total seguridad y no había ninguno cerca.

— Hace un momento fui atacado por hedios, justo en la calle detrás a estas cuando estaba comprando en aquella tienda de conveniencias, fue por eso que vine corriendo hasta aquí. Solamente pensar que te podía pasar algo yo... — La cara de susto de Jimin le hizo percatarse de la forma en que su padre lo miraba preocupado. — Estoy bien.

— ¿Estás seguro? — Jimin le dio la vuelta y lo miró.

— Juro que estoy bien, apenas fueron tres, mi primer entrenamiento fue contra cinco y a penas tenía diez años, no tienes que preocuparte. Necesitaba saber que estabas bien, por favor, cierra todo, sabes que no estás solo, no tienes ninguna seguridad puesta aquí, alguien pudo haberte matado si hubiera entrado como yo.

— De acuerdo, prometo que fortificaré esta casa, no te preocupes.

— Tengo que irme, si llegaron hasta aquí pueden haber llegado hasta mi casa también y aunque ahí no podrían entrar necesito estar seguro de que Taehyung se encuentra bien.

Jimin asintió, abrazó a su hijo y vio como este se marchó agitado. Tenía razón, después de todo seguía siendo el Atemin de ese lugar y debía protegerse mejor para poder proteger y tranquilizar a los suyos.

Jungkook no estaba pensando en nada más que en llegar y comprobar el estado de Tae, no se detuvo ante semáforos o señales, tampoco ante las cámaras de tráfico, nada le importaba. Llegó a su casa y entró de prisa, activó el holograma y ubicó al terrestre en el segundo piso.

Subió al ascensor y cuando las puertas se abrieron salió en su búsqueda, viéndolo en el balcón, mirando por uno de los telescopios, suspiró con alivio y caminó con paso rápido y firme hacia él. Tae sintió sus pasos y se separó del aparato para voltearse, sólo que no le dio tiempo, ya estaba siendo abrazado por Kook.

— ¡Oh amor, estás bien!

https://youtu.be/jC_3ZwsFW90

Holita por aquí 👈🏾 a todos mis lunianos.

Un día más, un capítulo más que espero sea de su agrado. 🙈

¿Díganme si se imaginan las cosas que ocurrirán en los próximos capítulos? ¿Siguen teniendo teorías? 🙈😘

¡Que tengan un lindo fin de semana! Muchos besitos 😘 LORED💜💙

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