Capítulo 31
Como un río acaudalado que seguía la corriente a gran velocidad caían las lágrimas de aquellos dos seres que habían acabado de romper esa pared que no les permitía acercarse como era debido. No habían brazos como esos, los brazos de la persona que le había dado la vida, esos donde mágicamente sentía que nada importaba, todo desaparecía... Desaparecer, eso había hecho su mafa.
Un remolino de sentimientos atacó su pecho, los recuerdos que había querido enterrar y aquellos que había olvidado sin pretenderlo lo bombardearon sin descanso. Recordó a Jimin, la voz que él en ocasiones recordaba volvía a tener cara.
Con ese recuerdo también vinieron varios más, la amargura que por algunos años corroía a su fada, cuando lo cuidaba e instruía pero no le sonreía, no jugaba con él. Nunca Yoongi lo dejó de lado o se alejó físicamente de él, estaba al pendiente de todo lo que quería y necesitaba pero el afecto que necesitaba de niño por varios años desapareció, así como su mafa.
Sus noches de llanto, la soledad, el dolor de ver como todos tenían a sus dos padres juntos menos él. El príncipe de Luna Dorada que lo único que deseaba en aquellos años no era a los mejores lacayos, ayos, trajes o cualquiera de las otras cosa que lo rodeaban. Lo único que anhelaba era tener a su madre al lado. Por quien cada día lloraba en las noches después de alumbrar el lugar donde supuestamente yacía, contándole todas las actividades realizadas en el día, sus pensamientos o sentimientos.
Lo estaba abrazando, sabía que era él, lo podía sentir en ese momento en cada célula de su piel pero, ¿cómo era posible que estuviera vivo? Él incluso se preparaba en secreto para vengar su muerte, la investigaba porque la única forma de haber muerto tan joven era desamor o asesinato y estaba más que claro que lo primero no había sido.
Jimin los había abandonado a todos, a su padre, a él, al reino, se fue y dejó todo atrás. Su padre estaba muriendo por su causa, ese que sí permaneció a su lado pese a todo. ¿Cómo podía abrazar de esa manera al ser que así como le dio la vida, lo abandonó?
Se separó de golpe, dejando a un Jimin desconcertado, perdido en sus lágrimas de felicidad, esas que también guardaban otros sentimientos y pensamientos. El rubio lo miró confundido, estiró sus manos para volver abrazarlo pero fue rechazado. Notó como su hijo se echaba hacia atrás para después ponerse de pie...
— N-no, no me toques... — Con la voz quebrada y el cuerpo tembloroso procuró caminar pero sus piernas no le respondieron y cayó encima de Jimin, quien asustado lo levantó, controlando que todo estuviera bien. — ¡Suéltame! No tienes derecho a reaparecer de esta forma en mi vida después de haberme abandonado, de yo darte por muerto, de llorarte c-cada maldito día.
Se recompuso y huyó del lugar sin dar tiempo a que el mayor contestara, sin dejarle hablar si quiera. Se sobresaltó cuando sintió la puerta de su casa estrellarse con fuerza, no podía decir que no esperaba esa reacción por parte de su hijo pero dolía, quemaba horriblemente.
Miró a su alrededor todas las cosas que estaban regadas en el sitio, caminó hasta el comedor con la intención de comenzar a recoger todo pero su llanto no se lo permitía. Soltó el plato que estaba sosteniendo y se dejó caer en la misma silla que había estado antes, mirando el lugar donde estuvo sentado su hijo tan solo rato antes y enrollándose en el lugar, abrazando sus rodillas se entregó al llanto.
En su automóvil Jungkook también lloraba entre algunos gritos de frustración, golpeando el volante con sus manos y cabeza. Quería abrazar a Jimin, por unos instantes se sintió tan bien, con una sensación de tranquilidad rara vez sentida antes que lo hizo perder toda noción, sin embargo, ¿cómo podía abrazar al causante de que su padre estuviera muriendo? Tenía un dilema emocional muy grande en su interior, no sabía que hacer, por primera vez en su vida no tenía la más remota idea de cómo actuar.
Se puso en marcha, sobrepasando todo límite de velocidad, esquivando cada auto que se le metía en frente, zigzagueando por todos los carriles de la avenida. Condujo sin un destino fijado en su mente pero por alguna razón terminó frente al trabajo de Taehyung.
Miró el letrero de Kard y suspiró buscando calmarse, no podía permitir que el terrestre se preocupara o que quiera saber que le sucedía, tendría que mentir y no quería. Mismo si su corazón deseaba dejarle saber toda la verdad, no podía hacerlo por muchas razones, incluyendo su propia seguridad.
Taehyung se encontraba sirviendo un trago en el bar cuando divisó al luniano y en su boca se dibujó una gran sonrisa. Estaba nervioso pero se alegraba de verlo ahí después de como se había marchado en la tarde. Terminó de atender al cliente animado, sin percatarse de que tenía compañía del lado interior de la barra. Se volteó y dejó escapar una leve maldición al notar la cercanía de Jungkook.
La única persona capaz de mermar todo lo que sentía, el dolor, rabia, la angustia, la culpa que lo había estado atacando desde que realizó en el camino lo que le había hecho al ser que le dio la vida. Lo había maltratado física y verbalmente sin contemplaciones creyendo que era un hedios. Se inclinó hacia adelante y apoyó su frente en el hombro de su alma gemela.
Con preocupación, el terrestre miró a su alrededor para cerciorarse que no estaban siendo observados y notó como su colega lo miraba desde la cocina con las cejas enarcadas, queriendo saber lo que ocurría entre estos dos. Tratando verse tranquilo y con sutileza palmeó y acarició su espalda para después dar un paso atrás y alzar su rostro. ¿Por qué Jungkook estaba llorando?
— Kook... — Estaba preocupado y no lo podía ocultar. — Dime qué te sucede, por favor.
— Vámonos a casa Tae, vamos a casa. — Volvió apoyarse contra el cuerpo del castaño que lo miraba confundida.
— En estos momentos estoy trabajando, todavía me quedan unas dos para terminar, no puedo simplemente irme así. Si deseas puedes esperarme aquí mientras conversamos en la barra o puedes ir a casa y yo en cuanto termine tomo un taxi.
— Necesito que estemos solos, vayámonos por favor. Deja todo esto, no importa.
— ¿Cómo que no importa Kook? Por si no lo sabes dependo de esto, es mi trabajo y no puedo permitirme perderlo, tengo obligaciones y deudas que pagar. — Lo miró serio pero el luniano parecía no quererse dar por vencido, pues tomó su mano para sacarlo de ahí. — ¡Kook, suéltame! ¿Te volviste loco?
— No necesitas nada de esto, yo te puedo dar todo lo que necesites, es más, te doy todo lo que tengo en este maldito mundo pero ven conmigo, ven conmigo amor, te necesito.
¿A-amor? Tae intentaba procesar las palabras pero el llanto de Jungkook lo distraía. ¿Qué estaba pasando para que él estuviera en ese estado? Minjae se asomó y agitó sus manos para preguntar qué pasaba pero Tae simplemente negó con su cabeza.
— Kook, no voy a discutir en tu estado sobre lo que acabas de decir pero si te vale de algo, intentaré estar cada segundo a tu lado a pesar de estar trabajando.
— Taehyung, puedes irte, yo me encargaré de esto las horas que quedan, no te preocupes. La cocina ya cerró y los cocineros ya se marcharon también pero mi ayudante está ahí, entre los dos nos encargaremos de esto. Vete.
— Y-yo... Muchas gracias Minjae, te debo una. — Le sonrió antes de que su cuerpo se tambaleara por el repentino tirón que Jungkook le proporcionó.
— ¡Vamos!
— E-espera Kook, mis cosas.
Taehyung entró velozmente a la cocina debido a la prisa que llevaba el luniano y tomó sus pertenencias para después seguirlo en silencio hasta el coche, donde fue nuevamente sorprendido al ver con la necesidad que Kook se abalanzó sobre él para besarlo entre lágrimas. Correspondió su beso sin importarle que estaban en la calle y podían ser vistos por cualquier peatón o persona que por allí estuviera.
— Kook... Entremos al vehículo por favor, vayamos a casa. — Logró decir al separarse de aquellos intensos labios.
...
Trastrabillando sin mirar el camino entraron a la casa envueltos en una intensa ola de calor producida por sus besos. En todo el trayecto desde Kard, Taehyung intentó sin éxitos hablar con el luniano para saber qué le ocurría. Él fingió haber superado esa crisis temporal del mismo modo que el terrestre fingió creerle, no quiso que entre ellos el ambiente se pusiera incómodo por algo de lo que Jungkook no estaba dispuesto a decir, quizás, no estaba preparado para hablar de ello y no podía forzarlo.
Había un solo lugar, persona y actividad que le ayudaría a sobrellevar todo lo que le estaba ocurriendo. No podría olvidarlo del todo pero sí liberar todas las emociones que se encadenaron a su pecho en el momento que descubrió que, ese ser, al que él estaba dispuesto a matar era nada más y nada menos que su mafa, a quien creyó muerto desde hacía veintidós años. Seguía sin entender nada.
¿Cómo era que no había una sola foto o rastro de él en toda Luna Dorada? ¿Cómo no pudo reconocerlo? ¿Por qué lo había golpeado de esa forma? En el momento que pensó que el profesor era un infiltrado mandado para matarlo, para hacerle daño a sus seres querido todo s cuerpo se pasó de defensa a modo de ataque y, cuando lo tuvo ahí, en sus manos, pensó en apretar tanto su cuello que lo sentiría estrangularse bajos sus dedos. Realmente estaba en busca de la sangre de él y todos los que estuvieran coludidos en ese ataque. Para al final descubrir que no había nada más lejos de la verdad.
— Necesito entrar en ti ahora mismo. — Tae no entendía su urgencia ni tampoco las lágrimas que reaparecían en ese hermoso y apagado rostro.
— ¿No sería mejor hablar y sacar todo eso que llevas dentro? — Acarició su cabeza mientras sentía como su boca se adueñaba de su cuello. No podía ocultar que estaba excitado, su abultado pantalón podía atestiguar a su favor pero, no creía prudente continuar con eso si Kook se encontraba en mal estado.
El luniano simplemente ignoró sus palabras y caminó, empujándolo con su cuerpo hasta llegar a su cuarto. No estaba aún acostumbrado aquello, nada más habían llegado hasta el final una sola vez y ni siquiera estaban haciendo juegos previos. Puede que fuera una tontería ya que estaba igual de excitado que si los hubiera hecho pero estaba nervioso y Jungkook, cegado por esa fiera pasión, parecía no darse cuenta.
Desgarró ambos pantalones y el resto de sus ropas con asombrosa agilidad, el terrestre nunca había visto nada semejante, no podía cerrar los ojos frente aquello y bueno, frente a la sensación de sentir como su hombría estaba siendo manipulada por las manos contrarias.
— C-condones Kook... — Habló cuando sintió como su cuerpo colisionaba con aquella enorme cama y era volteado, dejándolo bocabajo.
— No me gustan, — realmente se había sentido algo retenido cuando lo llevó puesto la vez anterior, no pudo sentir como deseaba el interior de Taehyung. No hubo contacto de sus pieles, ni intercambios de temperaturas y vibraciones. Le había gustado en demasía pero sabía que podía ser aún mejor.
— No vas ni siquiera a tocar la puerta para entrar si no buscas condones y lubricante ahora. Así que ni inventes ni experimentes conmigo. — Se volteó alejándolo de su cuerpo, enfrentando su dura mirada, misma que se dio por vencida cuando vio que el terrestre no cedió siquiera un tercio ante él.
Caminó hasta el baño donde había llevado aquellas envolturas doradas y maldijo haberlas colocado tan lejos de la cama, tomó también el lubricante artificial y regresó con celeridad. Taehyung sonrió al verlo y extendió sus manos dejándole saber que lo estaba esperando. Se fundieron en un profundo, extenso y desesperado beso que dejó que algo de saliva corriera por sus comisuras.
Sin ser brusco, pese a su estado, Jungkook abrió las piernas del terrestre. Llevó su mano para palpar el lugar y se sorprendió de ver lo lubricado que estaba naturalmente, sonrió ante este hecho y no le dio mayor importancia. Introdujo tres de sus dedos sin presentación y estos entraron sin contratiempo, Tae no se quejó, todo lo contrario, dejó escapar un gemido y se dejó caer completamente sobre la cama, dejando de apoyarse sobre sus codos.
Se sentía tan bien todo lo que ese hombre le hacía que sin el menor de los esfuerzos terminaba gozando y dejándose hacer por él. Todo el cuerpo contrario se posicionó encima, dándole no solamente una exquisita vista del mismo, sino, que también permitió que su boca recorriera cada espacio de piel que le quedaba cerca.
— No sé que sería de mí en estos momentos si tú no hubieses llegado a mi vida.— Besó su boca con vehemencia, sin percatarse de que sus lágrimas brotaban nuevamente, cayendo sobre las mejillas y ojos de Taehyung. — Nunca te apartes de mí, por favor, eres todo en mi vida y te necesito como necesitas el oxígeno para vivir, la luz que ilumina mis días, no me dejes Tae. — Profundizó una vez más su beso y se aferró a sus cabellos.
Taehyung no supo qué decir o por qué estaba llorando junto con Jungkook, sentía una gran angustia en su pecho pero esas palabras lo acariciaban. Quiso responderle que no lo haría, que no lo dejaría y que ya se sentía parte de él pero una vez más no lo hizo porque no quería dejarse llevar por el momento y que después esas palabras no fueran ciertas. No podía hacer promesas estando feliz, cuando ese mágico momento pasara, muchas cosas podían pasar. Ellos estaban viviendo un momento nuevo y hermoso pero era extraño, repentino y así como empezó podía llegar a su final, no iba hacerle promesas que no iba a ser capaz de cumplir.
— ¡Oh Kook! — Exclamó arqueando su cuerpo al sentir la invasión de Jungkook. — ¡Dios!
Sus manos se deslizaron por los brazos tensados del luniano, rozando su marca y haciéndolo estremecer. Sonrió al ver la reacción en su rostro y sus gemidos ahogados en su boca, realmente se había olvidados que ambos tenían esa zona demasiado sensible.
Las embestidas y sus besos continuaron durante varios minutos, gemían y se aferraban con fuerza al otro, uniéndose en un momento que no era el más romántico pero que por alguna razón se sentía como uno de los más profundos y emotivos, aún sin decir palabras. Taehyung mordió con fuerza su labio cuando llegó sin necesidad de estimular cualquier otra zona de su cuerpo, vibrando bajo aquel cuerpo que segundos después siguió su ejemplo y terminó desplomándose encima de él.
El luniano sintió como Tae lo abrazó, como sus manos le acariciaban la espalda y el cabello, sintiéndose más calmado pero retomando los recuerdos de lo ocurrido en casa de Jimin. Esos videos donde ellos tres eran tan felices, donde había visto sonreír a su padre como nunca lo había hecho, el amor que ellos dos desbordaban... Si el amor de ellos era tan fuerte, tan intenso, ¿por qué su mafa los abandonó, por qué?
...
Incluso después de tomar pastillas para seguía mirando hacia el techo de su habitación, relajado físicamente pero con su alma adolorida y sus ojos llenos de lágrimas. Se giró, colocando su mano derecha bajo la almohada y cerró sus ojos, necesitaba conciliar el sueño de una vez y por todas. La última vez que había mirado su reloj éste marcaba que eran pasadas las dos de la madruga y de eso, según sus cálculos ya habían pasado dos horas.
Su corazón latió asustado cuando sintió un sonido en la sala de su casa, en ese silencio y con su buena audición podía escuchar perfectamente que había un intruso en ella. Con lentitud hurgó un poco más bajo su almohada y tomó el arma que allí se encontraba, sabiendo la situación y el peligro por el que estaban atravesando, no podía dejar de ser precavido en exceso.
Escuchó como los pasos se dirigían a la escalera y lentamente, salió de su cama para colocarse detrás de la puerta a esperan a quien fuera que se había atrevido entrar en su casa a hurtadillas para lastimarlo. Tragó en seco cuando la manilla de la puerta se movió hacia abajo y esta se abrió lentamente. Golpeó sin miramientos la nuca de la figura que se movía delante de él y activó ella arma. Apuntó a su oponente y notó como la iris de sus ojos brillaban en la oscuridad de un color azul.
— S-soy yo... Eidon. — Escuchó decir.
— ¿Eidon? — Prendió la luz con prisa y vio la cara de su hijo mostrando una mueca de dolor al acariciarse la nuca. — ¿Qué se supone que haces entrando de esta forma a mi casa? Puede haber matado, por dios.
Se acercó rápidamente para controlar que no lo había lastimado y Jungkook permaneció tranquilo perfilando con la mirada a su mafa. Siempre quiso saber cómo había sido, no tuvo ni un solo retrato suyo para recordarlo y ahora lo tenía ahí, tan cerca de él que no se lo creía. Lo estudió varias veces en la universidad pero, no de esa manera. El roce de sus dedos en su piel le hizo soltar una lágrima y dar un paso atrás para alejarse.
Después de estar con Taehyung estuvo más relajado pero el mal sabor de boca, la opresión que tenía en su pecho no mermaba. Necesitaba enfrentar a Jimin, reclamarle por su abandono, volverlo a ver una vez más. Fue por eso que cuando el terrestre se durmió decidió ir a buscarlo, sin importarle la hora, misma que solamente notó cuando estuvo frente a su casa y vio todo oscuro.
— ¿Por qué nos abandonaste? — Soltó recuperando su frío semblante.
Jimin aún estaba confundido por la entrada de su hijo a su casa, sobraba preguntarle cómo lo había conseguido, además, el efecto de los medicamentos que se había tomado para dormir en dos ocasiones lo tenían bajo los efectos, casi como un zombie. Miró a Jungkook y sonrió feliz de verlo ahí delante de él una vez más, que lo haya ido a buscar aunque fuera para hacerle preguntas era una buena señal.
— ¿Por qué te fuiste dejándonos atrás? ¿Por qué nos abandonastes? ¿Sabes como mi padre te extrañó cada día? Cómo yo te extrañé, lloré y necesité cada día... No tuve una foto a la que recurrir cuando deseaba saber al menos quién había sido mi mafa. Todos los días iba a ver el lugar donde supuestamente tu cuerpo y alma aún permanecían para que supieras cómo le había ido a tu hijo, cada cosa que hacía lo que pensaba o sentía.
— Eid- — Jungkook no lo dejó hablar y su garganta se anudaba más a medida que éste continuaba hablando.
— Tuve que ver como mi fada se iba deteriorando en su interior, como iba muriendo sin yo poder hacer absolutamente nada porque su amor murió, aunque resulta que siempre no y estaba disfrutando la vida en Tellus, seguro en brazos de otras personas. Seguro hasta hijos con una mujer has de tener.
— No sabes lo que estás diciendo, yo podré ser un simple humano pero estoy tan entregado a tu padre como cualquier luniano y desde que dejé el reino yo no he estado con nadie más. Así que no saques conclusiones que tú no te imaginas lo mucho que tu padre y yo nos amamos. Mi único hijo eres tú Jungkook, no ha existido ni existirá en mi vida alguien más que ustedes dos.
— ¿Entonces por qué mierda nos abandonaste? Respóndeme eso. Por tu causa mi padre estaba tan débil que incluso sus enemigos se aprovecharon de su condición para atacarlo, sin él poderse defender siquiera, ni yo pude hacer nada porque tuve que huir a este planeta bajo sus órdenes para protegerlo. — Inesperadamente cayó sobre sus rodillas y se aferró a las piernas de su padre en un sonoro llanto. — ¿Por qué me dejaste, por qué nos dejaste? Y-yo te necesité mucho mafa, te extrañé... Te extrañé mucho, quiero estar molesto contigo pero estoy tan feliz de saber que estás vivo que siento que no puedo.
Jimin mordió sus labios temblorosos, con sus ojos llenos de lágrimas. Le destrozaba el corazón ver a su hijo así, saber cuánto había sufrido. Justamente para evitar eso acordó con Yoongi tratar de borrar toda huella de su presencia para Jungkook, para que no estuviera viéndolo y acordándose de él a cada momento. Eso y bueno, que sus enemigos no tuvieran tampoco el recuerdo vivo de su existencia.
Se agachó hasta quedar de rodilla frente a su bebé para abrazarlo y calmarlo pero terminó cayéndose de espalda cuando su hijo se tiró para abrazarlo de sorpresa.
— Mafa... — Lloraba desconsolado, haciendo que Jimin rompiera en el llanto que estaba tratando de contener para poder consolar a su hija. — Lo necesité y extrañé mucho.
— Yo también a ti mi bebé, yo también a ti. — Presionaba su cabeza contra su pecho mientras la barbilla también se encontraba en su cabello, balanceándose para tranquilizarlo y tranquilizarse a si mismo.
¿Cuánto tiempo estuvieron los dos así abrazados y llorando? Pues solamente el amanecer les hizo caer en cuenta de largo período que pasaron unidos.
Aún sollozando, el menor tomó lentamente distancia de Jimin, colocándose nuevamente de rodillas y haciendo una reverencia se quedó delante de él. Temblando de miedo ante la respuesta de su padre tomó aire y comenzó hablar.
— ¡P-perdóneme! Me quedo bajo sus órdenes padre y me pongo a su disposición para que haga conmigo lo que desee. Levanté mi mano hacia la persona que más debía venerar, la más sagrada y por eso no tengo perdón.
— Eidon...
— Puede hacer conmigo lo que quiera, solamente le pido algo. Trate de contactar a mi padre, dígale que lo sigue amando y puede que eso lo ayude a frenar un poco su enfermada y... Taehyung, vele por él mientras pueda, él es, es mi alma gemela.
— ¡Cállate de una vez! ¿Realmente piensas que yo te quitaría la vida sin importar la falla que hicieras? Eres mi hijo, como tal siempre te voy a cuidar y amar, hasta el fin de mis días, sin importar el lugar, la distancia o el tiempo que estemos separados. Haber vivido el milagro de embarazarme de ti y tener fue lo mejor que me pudo ocurrir. Volvería a tomar las mismas decisiones y viviría la misma vida en un bucle infinito con tal de volver a tenerte una y mil veces.
— Ma-mafa...
— Yo sé por qué te comportaste de esa manera y yo hubiera actuado igual con tal de defender a los míos, si alguien intentara hacerte algo yo ni siquiera preguntaría el por qué, lo exterminaría con mis propias manos. Lo que siento por ti es orgullo, ver como protegías a tus seres querido me mostró el gran hombre en el que te has convertido.
— ¿N-no, no me odia?
— Entre nosotros no existe, ni existirá esa palabra. Yo te amo con todo mi corazón y estoy feliz de tenerte a mi lado, no pensé volver a verte jamás y aquí estas, hecho todo un hombre ya frente a mí. Mi bebé, mi niño... — Se inclinó para levantarlo y lo abrazó con una amplia sonrisa que ni todas las lágrimas de felicidad que estaba derramando la podía ocultar. — ¿Quieres beber algo Kook? Vamos abajo.
— Quédese conmigo un rato más sin moverse, quiero abrazarlo. — Sonrió también, disfrutando de la calidez de aquellos brazos. — M-mafa...
— ¿Si?
— Lo amo, gracias por estar vivo.
💜LORED💜
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