Capítulo 26

— ¿Así que estas cositas son tus tan necesitados condones? — Detenido en el semáforo Jungkook sostuvo una de las envolturas en su mano, pasándola entre sus dedos, jugueteando con ella mientras dejaba su mente volar.

Que Taehyung se decidiera a comprar eso era señal de que pensaba hacerlo, quizás al llegar a la casa y aunque la idea le fascinaba habían algunos detalles que le estaban incomodando. Su consciencia le decía que alejara todo aquello de su mente pero regresaba una y otra vez. Primero sintió que fue muy dócil frente a él, solamente varias palabras bastaron para que él se relajara. ¿A dónde se iba de paseo su típico carácter cuando se trataba de Taehyung?

Eso no era todo, según las palabras dichas por el terrestre él estaba lleno de inseguridades y temores, lo entendía, por eso se preocupara de que repentinamente comprara esas cosas. El cambio de actitud en tan poco tiempo por parte de Tae lo desconcertaba, pensó que tardaría mucho más en decir algo así o que simplemente no se lo diría. Hasta un día atrás él estaba besando a otra chica, sin importar las razones por lo que lo haya hecho.¿Estaba dispuesto a dejarlo llegar hasta el final? ¿Esperaba acaso que él lo dejara adentrarse en su interior?

— ¡Oye, ya cambiaron la luz! — Jungkook alejó sus pensamientos y se puso en marcha bajo la penetrante mirada de Taehyung. — ¿Qué te sucede? De momento te quedaste muy callado y pensativo.

— Oh, no pasa nada, — sonrió agarrando su mano. ¿Que era esa tranquilidad que sentía en ese momento? Una rara sensación de plenitud los embargó a ambos cuando se quedaron así, tranquilos, acariciándose sus manos mutuamente. —Tú... ¿Por qué compraste condones y lu- lubricante?

— Porque no teníamos en casa, la otra noche nosotros... Bueno, ya sabes. Nosotros casi lo hicimos pero como no teníamos preservativos no llegamos a más. Estuve mirando y dicen que para facilitar las cosas sería bueno que se usara lubricante. No quiero que si por casualidad ocurre algo no estemos pre- preparados, aunque claro no sea ahora mismo. No quiero que te sientas mal o que te duela, — Jungkook abrió sus ojos y lo miró sorprendido. ¿Que le duela a él? — Sé lo que hay que hacer pero soy nuevo en esto con los hombres. Muy pocas veces he tenido sexo anal con las mujeres, les cuesta mucho darlo y...

Jungkook dejó de oír todo lo que decía, estaba tratando de procesar sus palabras, definitivamente Tae estaba pensando en penetrarlo y eso no podía ocurrir, al menos no por ahora. No podía enfrentarlo directamente y negarse sin más pero, sí podía persuadirlo de diferente manera.

Taehyung observaba como Jungkook estacionaba en el garaje y por alguna razón comenzó a sentirse nervioso. Tenía a imagen extremadamente varonil, notar como se le marcaban sus venas en el brazo y cuello mientras maniobraba con el timón era provocador. Sus venas... Tragó en seco debido aquella imagen que se mostró ante él, de aquella noche cuando estuvieron en el área audiovisual. Su cuerpo tensado, sus movimientos sus...

— ¿Tae? — Kook permaneció en silencio, ya con el cinturón desabrochado y con la vista fijada en un Tae sonrojado. — ¿Todo bien?

El terrestre asintió con una sonrisa, paralizándose cuando lo vio acercase, cuando sintió aquellas manos en su piel que hicieron que su sangre fluyera más deprisa y su corazón bombeara más fuerte. ¿Qué carajo le estaba sucediendo si no era la primera vez que tenían contacto?

Habían hecho mucho más que simples besos y caricias, no tenía sentido que se estuviera sintiendo como un estúpido que iba a tener sexo por primera vez. Relaciones sexuales había tenido de sobra por lo que ese comportamiento era ilógico. ¿Era posible que fuera por saberse ahora expuesto al haber aceptado estar con Kook e incluso haber comprado los ingredientes necesario para que se cocinara ese kimchi entre ellos?

— Sí, todo bien. — Solamente que en mi mente te estoy desnudando millones de veces. — ¿Qué vamos hacer ahora?

— ¿A qué te refieres? ¿Hablas de literalmente ahora cuando entremos a la casa o a nosotros como pareja? — Giró algo más su cuerpo para observarlo directamente.

— ¿Pa- pareja? Kook... Eso es definir nuestra relación, ponerle una etiquete y yo todavía-

— Ya sé, quizás me expresé mal pero no encontraba otra palabra para referirnos a nosotros porque tampoco eres un simple compañero de casa o escuela. No obstante, no te pienso presionar. Conozco tus preocupaciones y lo que está pasando por tu mente así que no forzaré lo que sea que exista u ocurra entre nosotros. — Aún así, estaba consciente de que si era su alma gemela no lo dejaría escapar.

No entendía muy bien a Jungkook, seguía siendo un misterio para él sus pensamientos, acciones e incluso forma de hablar en ocasiones. Aún así había algo que tenía perfectamente claro y era que ese hombre le gustaba. — Bueno, me refería a qué haremos cuando entremos a casa.

— ¿Te parece si tomamos un baño y pedimos algo de cenar? ¿O prefieres ir a cenar fuera? Sería bueno aprovechar que no tienes que trabajar.

— Mejor nos quedamos en casa y yo cocino, así tú comes porque jamás lo haces cuando estás fuera o cuando se pide comida. No al menos que sea sopa y ensalada, cosa que a decir verdad me exaspera un poco.

Jungkook comenzó a reír por su expresión y asintió, le resultaba difícil comer algo en Tellus, era psicológico y lo sabía pero no podía hacerlo. la única comida que se había atrevido a comer bien era la de Tae y la de Jimin. — De acuerdo.

...

El luniano dejaba que aquella agua agua caliente acariciara todo su cuerpo, escuchando la melodía que salía de los altavoces del baña, tarareando e intentando cantar, sin importarle saberse las letras y sin poder ocultar la sonrisa de su rostro. Le gustaba sentirse así, no recordaba haber tenido ese tipo de sensación antes, ni siquiera en Luna Dorada. Intentó hacer memoria pero definitivamente no había un momento así en su vida, sacudió su cabeza sin dejar de sonreír y continuó su baño entusiasmado.

¡Príncipe Eidon! ¡Su Alteza! ¡Príncipe Eidon!

Se sobresaltó al escuchar aquella voz agitada pronunciar su nombre y esto lo hizo salir de la ducha sin siquiera cerrar al grifo, en búsqueda de aquella voz.

— ¡Da, Eidon Jeon Jungkook! ¡Yo, Eidon Jeon Jungkook! — Volvió a pronunciar al sostener la esfera azul que tenía en su mano. Esperando poder escuchar alguna voz o señal del otro lado. — ¡Hable ahora!

— ¡Príncipe Eidon! ¡Su Alteza! Aquí su ayo Ceres. ¿Puede escucharme?

— Sí, puede hablar... — Estaba preocupado de escuchar que su ayo lo llamara de repente e incluso a tal distancia, eso era una mala señal. — ¡Ayo Ceres!

— Su alteza su padre me pidió que lo advirtiera, tienen una idea de en dónde se encuentra en estos momentos, aún no tienen la ubicación exacta pero saben que está en Tellus. Controlo sus poderes, debe mantenerse alerta y por favor no confiar en absolutamente nadie. Oculte bien sus esferas y evite todo contacto con el reino. Su padre está bien, pero debía advertirle con urgencia. Cualquier persona que intente acercársele pretendiendo ser su mejor amigo repentinamente puede ser alguien de Hedas. Ya conoce todos los procedimientos y como debe actuar.

— Kook... — La voz de Taehyung se escuchó tras la puerta.

— Comprendido ayo, por favor cuídese y... — Su voz se cortó — Si habla con el rey dígale que su hijo lo ama. ¡Ayo! — Lo llamó varias veces más pero no obtuvo respuesta alguna de su parte, la comunicación había sido interrumpida o simplemente terminada.

Ya sabían que estaba en Tellus, no tardarían en enviar a hedios que lo buscaran y verificaran su ubicación para notificarle a Hedas. Debía informarle a Esir y redoblar la seguridad suya, de su casa y de...Taehyung! Su seguridad era algo que tendría que velar ahora también, podían intentar llegarle por su eslabón más débil y si se confirmaba que era su alma gemela sería doblemente peligroso. El momento en el que tenía que extremas precauciones había llegado.

— Sé que está en una misión pero esto es importante. — Estaba comunicándose con Esir caminando de un lado hacia otro en su habitación. — Ayo Ceres tomó contacto conmigo, supongo que como mi guardián debes estar enterado. En cuanto finalices tu misión te quiero aquí, hay que entrenar y también debes encargarte de algo, presta atención...

Cautelosa y detalladamente le informó a Esir de todo lo que tenía que hacerse cargo, mientras controlaba su holograma, no podía dejar hilos sueltos con todo lo que se podía desatar. Tenía que ser precavido y actuar con mucha prudencia y sigilo.

...

Podría vivir siendo testigo de esa escena eternamente. Desde que las puertas del ascensor abrieron y se encontró a Taehyung cantando y concentrado en su cocina no pudo evitar sonreír. En esa instante se barrió toda la tensión que había traído consigo la llamada de Ceres. Ese ser le traía calma.

Falling de J.Y. Park inundaba la segunda planta de aquella residencia, la silueta del terrestre se agitaba al ritmo de la melodía, con movimientos limpios, relajados y sensuales mientras que su voz hacía dueto con el cantante. Se trasladaba de un lado hacia otro sin notar la presencia de Jungkook. Danzó utilizando la espumadera que tenía en su mano como acompañante y giró para ir hacia la isla con su amplia sonrisa amenizando aún más aquella escena que tanto estaba disfrutando el luniano.

— ¡Oh mier-! Kook... — Se sobresaltó al ver aquel hombre recostado a la pared con la vista fijada en su persona. —¿Por qué no avisas?

— No quería interrumpirte, preferí permanecer tranquilo y disfrutar de tu presentación. — Sonrió caminando hacia la isla para sentarse y observar lo que el otro hacía.

— Fui a buscarte a tu habitación para preguntarte si por casualidad había algo que desearas comer en específico pero como no obtuve respuesta y te sentí hablando con alguien preferí retirarme y no molestar. Espero que te guste lo que estoy cocinando. — Cierto, Kook había olvidado por completo que sintió a Tae llamarlo pero su cabeza en ese momento estaba en algo más. — No te quedes mirando, ven y ayúdame.

— ¿Y-yo? Yo no sé cocinar, nunca lo he hecho.

— Por la primera vez se empieza, solamente tienes que levantar tu trasero de esa silla y venir a mi lado para mostrarte. — Kook lo miraba literalmente aterrado, una cosa era preparar la mesa y otra muy diferente cocina. — ¿Qué estás esperando?

— Y-ya voy, ya voy.

Se levantó y bordeó la isla para acercarse hasta donde estaba Taehyung, quien se hizo a un lado y le dio un cuchillo para que cortara los vegetales que utilizaría para el Dakgalbi y el Pajeon.

El lunasio permaneció mirando los vegetales durante algunos segundos antes de tomar el cuchillo con las manos, miró de soslayo a la persona que se encontraba a su lado y se dispuso a cortar aquello. Frenó antes de cortar los alimentos con dudas, él solamente utilizaba esa clase de armas para entrenamientos o para la caza en su reino, no sabía exactamente cómo tenía que picar aquello.

Cuando Taehyung se volteó vio como Jungkook sostenía el cuchillo pero no hacía ningún movimiento, no parecía tener la intención de realizar un solo corte. — ¿No piensas cortar los alimentos?

— ¿C-cómo lo hago? — Pronunció con inseguridad.

— A ver su alteza, yo le muestro. — Rodó los ojos riéndose sin reparar en la tensión que provocó en Jungkook. Se colocó detrás de él, rodeó su cintura y sostuvo sus manos con suavidad para comenzar a guiarlo lentamente con las suyas. — Así es como debes cortarlos, este es en rodajas finas, así que te será fácil.

— ¿Así? — Preguntó sonriente Kook al ver como lograba hacerlo. Tae asintió y dejó escapar su respiración en el cuello ajeno, logrando que éste se detuviera y mirara ligeramente hacia atrás.

Un irrisorio centímetro separaba sus labios, permitiendo que sus alientos se acariciaran entre si. Los ojos de Taehyun se perdieron en las anaranjadas iris de Jungkook, esas que lo miraban con una intensidad que solamente ellas podían tener, desarmándolo por completo.

Pausadamente el luniano acercó su nariz para acariciar la ajena, rozó sus mejillas que se habían tornado de un color carmesí y unió sus frentes, sin dejar de contemplar esos labios que estaban siendo recorridos por una lengua que no era la de él. Exoneró a la lengua ajena de su trabajo y la reemplazó por la suya.

No hubo necesidad de obligar a su boca a que se abriera, con el simple roce de la lengua de Jungkook en sus labios, su boca se entreabrió solicitando su presencia en el interior de la misma. Ambas lenguas se unieron en un beso lento, degustándose, sintiéndose.

No perdieron el ritmo, mantuvieron la misma tortuosa pero dulce velocidad, incrementando su profundidad e intensidad a cada segundo que pasaba. Un leve quejido se escapó de la boca de Taehyung, moría por abrazarlo, por sentir sus manos al rededor de su cuerpo por lo que, agitó con rapidez su mano y sintió como el cuchillo chocaba con algo. ¡Había cortado a Jungkook!

Abrió al instante su mano para liberar a Jungkook y voltearlo para ver su mano. El luniano intentó detener que lo observara porque sabía que ese mataría y en Tellus no había forma de que él sangrara, menos por algo tan nimio.

— No sucedió nada.

— ¿Cómo que no sucedió nada? Yo sentí como te corté, a ver tu mano. ¿Por qué no estás sangrando? — Miró confundido, no se estaba volviendo loco, sabía que lo había cortado, debía haber sido un corte profundo, sin embargo, no había nada.

— Todo está bien pero deberíamos tener cuidado, mejor terminemos de cocinar rápido. ¡Tengo hambre!

Tae mordió su labio ladeando su cabeza intentando buscarle una explicación lógica a cómo la piel de Jungkook no estaba abierta y goteando sangre. Podía haberse confundido pero se sintió real. Se alejó para revisar la comida, volteándose de vez en cuando para observar a Jungkook y a su mano para después centrar nuevamente su vista en lo que estaba haciendo con el ceño fruncido.

...

Ver a Jungkook comiéndose su comida con tanto gusto le fascinaba, lo llenaba de orgullo. Terminó primero de comer y se quedó apoyado en sus manos observándolo alimentarse como un niño sin preocupaciones. La sutileza con la que agarraba los cubiertos y se llevaba cada alimento a su boca, su impecable postura, todo le causaba cierta gracia. Eran tan meticulosamente perfecto que parecía sacado de otra época., como si fuera alguien de la realeza o de una educación exquisita.

— ¿Cómo dices que se llama esto? — Preguntó una vez que terminó de tragar la porción alimentos que tenía en su boca, extendiendo su mano para ayudarlos a bajar con un trago de vino.

— Dakgalbi... ¿Te gustó? — Kook asintió con una amplia sonrisa.

— Espléndido, de lo mejor que he probado en Tellus... — Tosió atragantándose con el arroz que acababa de consumir en cuanto notó lo que había dicho. — Quiero decir, lo mejor que he probado en el último tiempo.

Tae enarcó una ceja tratando de descifrarlo pero movió su cabeza para alejar sus pensamientos, no tenía caso. Esperó a que Jungkook terminara de comer sin pronunciar palabra, intercambiando sonrisas tímidas de cuando en vez y sin apartar la mirada de él, estudiando cada gesto, cada sonido proveniente de él.

Caminando entre la mesa y el friegaplatos, el castaño se movía recogiendo todo lo utilizado después de decirle a su compañero que permaneciera sentado. Con su sudadera negra sin manga, su pantalón a juego y ese cabello alborotado convirtiéndolo en el ser más hermoso en la faz del universo para Jungkook, quien no se pudo contener mucho tiempo.

Sus brazos rodearon su cintura tomándolo por sorpresa, sus manos palpaban todo torso deteniéndose y presionando su pecho, su boca se pegó a su nuca dejando leves mordidas en esta, disfrutando como sin mucho esfuerzo el cuerpo de Taehyung se desintegraba en suspiros entre sus brazos.

— Kook... — Dejó caer la copa que tenía en sus manos, escuchando el fragor cuando ésta cayó en el fregadero. — ¿Qué te traes entre manos?

— Te tengo a ti entre manos y mis planes son muchos. — Algo obsceno pasó su lengua por todo su cuello, besándolo desesperadamente.

Volteó su rostro sin voltear su cuerpo e invadió su boca pasión, este no era un beso tranquilo, mucho menos tenía sosiego, estaba desbordando todo ese deseo acumulado, toda esa tensión que había entre los dos.

Un giro bastó para que ambos quedaran frente a frente, jadeantes y con sus ojos llenos de lujuria. Una sonrisa tunante brilló en el rostro de Taehyung, quien se relamía sus propios labios, sin apartar esa mirada felina que se preparaba para atacar aquellos sonrojados labios.

Jungkook dio paso adelante para volver a sostenerlo pero fue empujado, sus órbitas sorprendidas estudiaron su reacción pero no tuvo mucho tiempo para analizarlo a profundidad. Las piernas de Tae cercaron su cintura después de un ágil salto, se aferró con fuerza a su cabello, perdiéndose en un sofocante y ardiente beso.

El luniano lo sostuvo firmemente y caminó con él hasta la isla de su cocina, se deshacía de su sudadera sin a medida que palpaba y besaba su cuerpo.

— ¡Ah! — La fuerza del agarre de Taehyung era mucho más fuerte de lo que él recordaba, tanto que le hizo sentir dolor cuando tiró de su cabelló. — ¿Agresivo?

— ¿Por qué estás hablando tanto? — Rió y volvió a tirar de su cabello, la boca de Jungkook se abrió sonriendo frente a la actitud de Taehyung y atrapó su lengua cuando ésta recorrió desde su barbilla hasta la nariz.

Hábilmente se deshicieron de toda la ropa restante que sobraba entre ellos entre esperadas caricias, besos y mordidas. No habían pensamientos más allá de ese momento, de lo que sus cuerpos estaban sintiendo. Quién haría qué no era importante, las vibraciones y exaltaciones de sus pieles era todo lo que prevalecía.

El terrestre tomó la mano de mano de Jungkook y la entrelazó con la suya para dirigirla después hacia sus pezones, disfrutando de los besos que éste le brindaba por todo su cuerpo. Tantas noches de lujuria, tantas mujeres, tanto sexo ocasional para sentir ahora más placer que en todos esos momentos combinados con simples toques de eso hombre, no era de ese mundo las sensaciones que sentía.

— ¿Quieres mis manos aquí? — Musitó Kook en su oreja, pellizcando aquellas ya erectas protuberancias que tenía en su pecho. El gemido de Tae fue su respuesta, sin embargo, eso no le era suficiente. Fue descendiendo sus besos y succiones hasta sustituir sus manos por su boca. — Creo que mejor... Poner mi boca aquí y mi mano, en este otro lugar.

Buscó apoyo con sus manos en la llanura cuando su espalda se arqueó al sentir esa mano apoderarse de su masculinidad y su pezón succionado luego de aquella tenue mordida. En ningún momento parecía querer liberar aquel cabello negro de sus manos, mientras más escalaba su excitación más firme era su agarre.

Sus gemidos se intensificaron junto con el meneo de sus caderas al sentir aquella humedad abrazar su miembro. — ¡Oh, sí! — Exclamó, siendo víctima de un ataque al que no quería resistirse. — Quiero volver a sentir como frotas nuestros miembros, como te frotas contra mí. — Su mano extendida trataba de alcanzar el falo de Jungkook para acariciarlo también.

Oh él también lo quería pero todavía no llegaba el momento. Abrió más sus piernas, obligándolo apoyar sus pies en aquella oscura meseta para gozarse de la vista que frente a él tenía. Por fracciones de segundos Tae sintió vergüenza de tener todas sus partes íntimas tan expuestas, sometiéndolas a esa revisión. Siempre que habían estado los dos desnudos contaban con una tenue luz, pero ahí, era totalmente diferente.

No obstante, eso apenas le duró varios segundos, en cuanto la lengua de Jungkook se posó en su más recóndito lugar todos aquellos pensamientos se esfumaron. La lengua traviesa juguetea alegre bordeando y presionando su entrada, entrando de vez en cuando, aprovechando que las mano se mantenían ocupadas, una en su pecho y otra en su pene. Su cuerpo se tensionó, estaba próximo a liberarse y lo ansiaba, ansiaba acabar una vez más bajo las arremetidas de Jungkook. Sus caderas se agilizaron, su agarre en el cabello negro volvió a tomar fuerza y aquel torbellino que sentía formarse en sus testículo se disipó cuando toda acción fue detenida.

Como nada, Kook volteó su cuerpo, obligándolo a correrse hacia adelante para también él subirse en aquel lugar. Se posicionó detrás del terrestre, mordió sus glúteos, lamió sus hoyuelos de venus, arañó levemente sus caderas, ascendiendo las mordidas hasta su nuca. Su diestra se adueñó nuevamente de su miembro, logrando que se estremeciera y gimiera debido a la sensibilidad que lo recorría en su totalidad.

Como si fuera a penetrarlo, el luniano se colocó detrás de Tae haciéndolo reaccionar. — ¿A dónde vas?

— Tranquilo, — acarició su trasero y besó su espalda. — No voy hacer eso que piensas... Todavía al menos.

Metió sus manos entre los muslos de Tae y atrajo su miembro hacia atrás, hasta hacerlo chocar con el suyo. Su mano izquierda se apoderó de ambos y con suaves movimientos comenzó a frotarlos, friccionarlos, disfrutando a la par del castaño el efecto de tener ambos glandes en disfrute.

Tae gemía, intentando igualar los movimientos de Jungkook, quería más, la lentitud con la que se estaba moviendo era desquiciador. Eso era colirio para los ojos del luniano, observar todo ese cuerpo ruborizado ansiando más.

Con sumo cuidado llevó su mano derecha hasta las preciosas y redondas nalgas de Tae, presionándolas, nalgueándolas suavemente y acomodando de a poco su mano en su entrada para después, sin aviso, presionar su pulgar hasta que éste entró por su cuenta.

— ¡Ah, mierda! — Jadeó Tae sin siquiera saber qué era eso tan delicioso que estaba sintiendo. — Más... — ¿Qué era eso que estaba haciendo a su cuerpo temblar de esa manera?

Jungkook lo retiró y las caderas de Taehyung se movieron en protesta. Extendió su mano hasta los labios de éste, introdujo su dedo índice y medio en su boca mientras aceleraba un poco el movimiento de sus caderas, presionando más sus miembros. Como si de un preciado caramelo se tratara, el terrestre los saboreó y jugó con ellos durante algunos segundo, descargando en ello lo que estaba sintiendo.

Poco después, Kook, retiró sus dedos y regresó la mano a su lugar de origen, no sin antes recoger la propia lubricación natural que Tae estaba soltando. Llenó sus dedos con ellos y después los dirigió aquel palpitante lugar que parecía esperar por ellos. Los hizo entrar de una vez y el terrestre esta vez si notó lo que ocurría.

— ¡Tú! Detente... — Exclamó entre jadeos, — no quiero nada allá dentro, Kook...

Taehyung intentó gatear para alejarse de sus dedos pero la velocidad de Kook fue mayor y soltó sus miembros para engramparlo por su cintura y mantenerlo en el mismo sitio. Estaba excitado y no le dolía como él pensaba que sucedería pero aún así se sentía incómodo para él, estaba molesto de que Jungkook hiciera eso sin pedirle permiso, estaba...

— ¡Ahhh, sí! — Soltó sin darse cuenta, dejando caer el peso de su cuerpo sobre sus codos. — ¡Te odio! — Exclamó para luego soltar un gemido que por mucho que intentó aguantar dentro de sus labios llenó todo el lugar.

Para Jungkook había algo extraño, el interior de Taehyung no seguía las reglas de la anatomía humana, sabía que siempre había sus excepciones pero le parecía raro que no solamente tuviera ese punto, sino que contara también con... ¿Algo más? Definitivamente ese chico era algo especial, todo parecía indicarle que era su ideal.

Los gemidos del terrestre lo hicieron recobrar el sentido, estimulaba su próstata con cada embiste de sus dedos y besaba toda piel que quedara cerca de sus labios. Ya no hacía falta sostenerlo, estaba claro que se había entregado completamente al momento por lo que, llevó su mano nuevamente hasta sus miembros para reanudar aquella actividad que dejó pausada y aumentó el ritmo de ambas manos.

Cada zona de su cuerpo estaba avivada, no sabía que eran todas aquellas estimulaciones juntas que sentía que no podía aguantar. — ¡Para! Kook... ¡Detente!

El luniano percibió como sus paredes internas comenzaban a cambiar, la temperatura a subir, su presión, la velocidad de sus pálpitos y no iba a detenerse, no cuando sabía que Tae estaba a punto del orgasmo y sus reacciones también lo estaban enloqueciendo en ese instante.

Ignoró sus mandatos que después se convirtieron en súplicas y aumento sus movimientos a un ritmo que ningún humano podría alcanzar. Todo el cuerpo trémulo de Tae le avisaba que faltaban segundos para que explotara en un perfecto orgasmo, que se desató como una bomba atómica cuando los dientes de Jungkook se aferraron a su espalda.

— ¡Ah! — Gritó alto y tendido todo el tiempo que duró su orgasmo, quería taparse su boca pero no tenía la fuerza para sostenerse en una sola mano, además, sentía que si no lo hacía, no podría liberarse correctamente, en cuerpo y alma.

Kook también se corrió, observando los temblores en el cuerpo de Tae, se veía tan sexy, tan provocativo, tan exquisito... Esa noche no podía terminar ahí, recién comenzaba, a penas eran las 8:00 p.m. tiempo era lo que les sobraba.

— Tae... Los condones.

Hedios: Pertenecientes al ejército de Hedas, todos los que están bajo sus órdenes.

Hallo meine Lunianos!
Aquí estoy nuevamente dejándole otro capítulo más, ayer después de la universidad tuve que estudiar horas largas en la biblioteca y hoy luego de llegar me acosté a dormir, no tenía cabeza para nada más. Fue un día que no publiqué pero espero que este capítulo les recompense la espera. 🥺

¿Se imaginan lo que ocurrirá en el próximo capítulo? 🤔😱😂
💙🌕LORED🌕💙

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