Capítulo 22

Jungkook a penas pudo dormir esa noche, contemplar la angelical imagen de Taehyung mientras dormía, era demasiado tentadora y preciada como para perdérsela. Todo su cuerpo desnudo era una obra de arte que debía adorar para toda una eternidad. Era el perfecto Atemin futuro...

Atemin... Así habrían llamado las personas a su mafa. A veces intentaba recordarlo pero no tenía imágenes claras de él. Le hubiera gustado conocerlo, sentir su calor, su cariño, ser testigo de ese amor que todos decían que desbordaba junto a su fada. Esa unión de la que todo el mundo habló pero de la que nadie quiso profundizar.

Una sonrisa que no alumbraba sus iris se asomó en sus labios, misma que se amplió y tomó fuerza cuando volvió a posar su mirada en Taehyung. Todo su ser le estaba diciendo que esa era su alma gemela pero no tendría la confirmación absoluta hasta que no estuviera dentro de él.

Vio la hora en el holograma del reloj que había en la sala audiovisual e hizo una mueca reprobatoria. ¿Por qué pasaba tan rápido el tiempo cuando vivía los mejores momentos? Agitó su cabeza y acarició el rostro dormido que yacía en ese sofá. Colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja y se inclinó para besar sus mejillas y labios.

Tae se estiró perezoso, aún adormilado y bostezó tapándose la boca con urgencia cuando notó la imagen que tenía delante de él. Echó rápidamente un vistazo a su alrededor y recapituló todo lo que había ocurrido la noche anterior. Sintió el calor subir a sus mejilla y la urgencia por esconder su cara también.

— ¡Buenos días! — Saludó Jungkook con una sonrisa, acercándose a Tae para quitar las manos de su boca y besarlo.

— ¡B-Buenos días! — Se alejó y apretó su boca con fuerza. — Tengo la boca sucia, aún no me la he lavado.

— Eso no me incomoda, solamente quiero darte un beso corto para saludarte como es debido. — Sonrió volviendo acortar la distancia pero el castaño se apresuró a salir de aquel sofá de la perdición.

Al notar su aún desnudez, cubrió velozmente su miembro arrugando su frente y maldiciendo por la vergüenza que ahora lo corroía, misma en la que no pensó la noche anterior cuando hablaron de regresar a las habitaciones. Tenía que haber aceptado irse. Le dio una sonrisa a su compañero y corrió sin tomar siquiera su móvil, mismo que Kook movía en el aire riéndose.

¿Dónde estaba la imagen tan fuerte que siempre tenía Taehyung?

Se levantó mirando alrededor, recogiendo todas sus pertenencias. Por último le echó una mirada al sofá y negó con la cabeza.

— Hay que contratar a alguien para que venga a limpiar esto. — Sonrió y salió lentamente del lugar.

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Se estaba terminando de vestir luego de la ducho que tomó, precisando lentamente cada cosa y detalle que ocurrió horas atrás. Siempre terminaba perdiendo el control con Jungkook, eso no era normal. No era normal todo lo que estaba sintiendo. — ¡Ayyyyyy, Kim Taehyun! — Gritó removiendo su pelo.

— ¡Kim Taehyung! — La voz de Jungkook lo tomó por sorpresa provocándole un aspaviento y que maldijera. No se terminaba de acostumbrar a eso. — ¿Ya viste la hora? Si no te apresuras no te dará tiempo desayunar, así que termina de acicalarte y baja de una vez a la cocina, debemos irnos a la universidad.

Tae asintió con una mueca de cansancio en su rostro e hizo lo que Kook le dijo. Terminó de arreglarse y bajó. No dejaba de agitar sus dedos de camino a la cocina, no sabía si era ansiedad o nerviosismo de ver al hombre que en la noche le hizo casi rogar, aquel hombre que se había quedado con deseos de poseer. Definitivamente no podía estar desprevenido la próxima vez, necesitaba condones.

Sus pupilas acompañaron cada movimiento que hacía Jungkook en el cocina preparando la mesa torpemente. A veces se comportaba como si fuera un niño rico, un príncipe que su vida había hecho nada, ni siquiera coger una escoba en su mano. Miró a su alrededor y sonrió con torpeza, eso estaba más que claro.

— Apresúrate, toma asiento para que puedas disfrutar de tu desayuno con calma, en veinte minutos nos vamos. — Tiró de una de las banquetas de la isla de una de las islas de la cocina y le indicó que se sentara.

Nunca había hecho eso para alguien pues siempre tuvo el personal del castillo que se encargaba de hacer todo para él pero, por alguna razón, le estaba agradando eso, al menos con su compañero. Lo miró de soslayo mientras desayunaban y también mientras conducía camino a la escuela, viendo su imagen seria, tan diferente a cuando estaban entrelazados. Anhelaba con todas sus fuerzas que esa fuera su alma gemela, presentía que estaría decepcionado si no fuera así.

Los dos divisaron a Namjoon estacionando adentro de la universidad para dejar a Jin y se miraron, para después sonreír. Jungkook pasó por el lado de ellos y les pitó haciéndolos sobresaltarse.

Taehyung se preparó para abrir la puerta del automóvil pero Jungkook tiró de él y le pintó un beso que Tae no pudo rechazar, fue corto pero muy intenso. Solo segundos bastaron para que éste se quedara deseando más. Sin dudas, había sido una buena idea ceder a los besos, le encantaban esos besos. El luniano sonrió con picardía cuando descendió del coche al ver su delirante reacción y mordió sus labios, logrando que Tae se sonrojara al verlo y mirar a su alrededor como si alguien hubiese sido testigo de aquello.

— ¿Ya estamos así de avanzados? — Preguntó Jungkook a su amigo observando como iban tomados de las manos.

— Solamente estoy siendo un novio temporal que aspira a ser el permanente. — Respondió Namjoon sonriente, besando la mejilla de Jin, quien estaba totalmente sonrojado.

— ¿Cómo es eso que temporal? — Tae estaba confundido, mirando como interactuaban entre ellos.

— No le hagas caso a este idiota, — golpeó su hombro — me recoges puntual a la hora de mi salida. Vamos Tae...

—¡Ey, ey, ey! ¿Y mi beso? — Nam lo tomó del brazo para detenerlo. Tomó su mentón con la mano libre y le dio un beso que no fue nada casto y que atrajo la mirada de más de uno, aunque los amigos allí presente intentaron no mirar, dándose una mirada cómplice pero apenada entre ellos. — Así es como debes despedirte siempre de tu novio, aunque sea temporal o desechable. — Le dio un guiño y una nalgada que le sacó una risa a Seokjin.

— Ya, está bien, vamos TaeTae, antes de de me rapten y no pueda entrar a la clase. — Sonrió mirando a Namjoon.

Sabía que le había dicho al principio que le gustaba pero que tenía sentimientos por Taehyung y que si este en algún momento lo aceptaba mientras aún tenía sentimientos por él iba aceptarlo. Sin embargo, eso cada vez le parecía más imposible, no por su amigo, sino porque ese hombre cada vez le gustaba más en todos los aspectos.

— Menos mal que estás consciente de ello primor. Estaré aquí puntualmente. — Le lanzó un beso y Seokjin se fue entre risas con su amigo.

— ¿Primor? ¿En verdad Namjoon?

— ¿Qué? A mi pollito le gusta que yo le diga primos y mas cuando estamos en la cama y-

— Capté el mensaje, no debes llegar a ser explícito. — Los dos rieron y se despidieron con un apretón de manos

Jungkook lo vio marcharse y se alegró de conocer eso que se llamaba amistad con Namjoon. Agitó su mano cuando este tocó el claxon y se volteó, encontrándose al profesor Park observándolo desde la entrada del edificio de ciencias. Ahí estaba nuevamente, esa extraña corriente que lo recorría siempre que lo veía.

— Jungkook, ¿Puedes acompañarme un momento? — Jimin había estado esperándolo con ansias, no sabía la excusa con la que hablaría con él pero tenia la ventaja de ser su profesor e iba a utilizarlo a su favor.

El luniano lo siguió por todo el pasillo, aceptó el chocolate blanco que este le compró y se quedó sorprendido. Siempre solían ofrecer chocolate negro, mismo que a él no le agradaba, en cambio el blanco sabía justo como el de su mundo, aunque el nombre y planta eran diferente. Solamente su nana siempre le daba del blanco, ni siquiera su padre conocía sus gustos por lo que, que el profesor Park se lo diera, aún sin premeditación, lo conmovía.

— Nos tardaremos un poco así que pensándolo bien, deberías dejar tus pertenencias en el salón, avisarle a tu maestro que estarás reunido conmigo y venir a encontrarme. ¿Te parece? — Necesitaba planear bien la excusa para tener algo de tiempo con él. Se había prometido que no lo incomodaría en la escuela pero necesitaba tanto estar con él...

— De acuerdo profesor Park, — asintió y se apresuró a su salón, después de todo aún faltaban unos cinco minutos para que comenzara la clase.

Se alejó de Jimin, quien permaneció viendo como su hijo caminaba con una sonrisa y lágrimas adornando su cara. Jungkook sintió un brinco en su estómago mientras caminaba a su salón. ¿Existía algún caso de dos almas gemelas? No, era imposible, además, aunque lindo y atractivo, el profesor Park realmente no le gustaba. Al principio Taehyung tampoco le gustó... Agitó su cabeza y apresuró su paso por la escalera.

Estaba llegando a su piso cuando la imagen de Taehyung y Hur Youngji, compañera de clases de ambos, invadió su vista. La persona con la que había intimado la noche anterior, esa que él estaba seguro que sería su alma gemela, besaba con desenfreno los labios de esa chica, quien parada de puntillas y sonrojada, correspondía feliz. Vio como abrazaba al terrestre y a éste sosteniéndola por su espalda baja.

Parecían olvidados del mundo, entregados. ¿Cómo podía Taehyung ser así? ¿Cómo podía entregar sus labios de esa forma a otra gente? ¿Acaso lo que ocurría entre ambos realmente no significaba nada para él? Simples amigos complaciente... ¡Claro!

Se dio la media vuelta empuñando sus manos con deseos de mandar en ese momento a derrumbar la escuela con todo lo que estaba dentro, incluyendo a las personas. Bajó a todo prisa, viendo ese beso repetirse una y otra vez frente a él. Esa lengua que tanto disfrutó, que recorrió su cuerpo y boca ahora se lo hacía a alguien más, esas manos que lo acariciaban a él, lo hacían con alguien más. Otra persona besaba esos labios que ya él consideraba suyos...

Limpió con fuerza sus lágrimas, esas no podían derramarse al ser por algo que valiera la pena, él, Príncipe Eidon Jeon Jungkook, caballero dorado y heredero al trono del reino de la Luna Dorada, no se iba a permitir llorar por algo tan insignificante. Se tambaleó llegando a donde se encontraba Jimin y un dolor intenso de cabeza, acompañado del típico zumbido llegaron con tanta fuerza que perdió totalmente el equilibrio y consciencia.

— ¡Eidon! — Jimin corrió rápidamente, saltando con destreza los escalones que los separaban y lo sostuvo justo antes de que colisionara con el piso.

Vio las lágrimas en sus ojos, las venas color azul sobresaliendo de su cuello, sus manos aún empuñadas y su ceño fruncido. Su corazón se le oprimió, rezando para que no abriera sus ojos, palpó su pecho y bajó sus párpados, concentrándose para crear un corto vínculo con él que le permitiera sentir lo que le había ocurrido.

Taehyung... Suspiró retirando su mano y reincorporándolo para llevarlo a su oficina. Su hijo no solamente estaba enamorado de él, sino que también era su alma gemela... No sufriría esos síntomas si solamente se hubiera enamorado y no fuera correspondido, tenía que ser sin duda su alma gemela.

Se lo temía y lo peor era que no podía hacer nada. Taehyung al ser humano como él, puede romper el vínculo porque no tiene las mismas condiciones físicas y sistema que los lunianos. El ser humano sufre si ama pero no se muere por amor como ocurría en Luna Dorada. Él amaba profundamente a Yoongi y podía esperarlo siglos enteros pero, Taehyung...

Era una muy buena persona, no obstante no se le podía quitar lo de mujeriego junto a otras partes de su carácter y eso haría sufrir a su fijo. Si Tae no se enamoraba de él, su bebé podía morir. Cerró sus ojos con ganas de ir y reclamarle a Taehyung pero no tenía potestad alguna para hacer eso, asimismo, todas las parejas enfrentaban crisis, su comienzo con Min Yoongi tampoco fue color de rosa.

Suspiró observando a Jungkook como pasaba por ese dolor que lo tenía sin consciencia, esperando a que se le pasara de forma natural porque ahí no tenía absolutamente nada que contrarrestara el efecto, solamente Taehyung podría sacarlo de ese estado en un momento. Se sentó en la butaca frente a su sofá y permaneció mirándolo hasta que éste volvió a recuperar su consciencia cuatro horas después.

Abrió sus ojos y lo primero que se encontró fue al profesor Park con la vista fijada en él. Echó un rápido vistazo y supo que estaba en su oficina, recordó lo sucedido y s cuerpo se tensó completamente. Pensó rápido en una excusa por si Jimin preguntaba sobre lo que le ocurrió ya que ni él mismo sabía qué le estaba pasando y se sentó en el sofá.

— ¿Te sientes mejor? — Jimin se levantó a buscarle un poco de agua y se la entregó. — Bebe, seguro no has bebido agua en todo el día.

Sabía lo que le había ocurrido a su hijo y como él debería estar batallando para excusarse delante de él y prefirió ahorrarle preocupaciones.

— Me siento mejor profesor Park, gracias. — Su teléfono comenzó a vibrar y se disculpó mientras tomaba la llamada. — ¿Qué sucede Esir?

¿Esir? Así que ese maldito era el guardián de su hijo en la Tierra... Habló con él y no fue capaz de decirle que su hijo estaba cercad e él y quién era. Resopló con molestia y chasqueó su lengua. Se puso de pie para tomar en su escritorio las cosas para su última clase, misma que sería con Jungkook y Taehyung.

— Lo siento profesor Park. Por cierto... ¿De qué quería que habláramos?

— Mejor lo dejamos para otra ocasión, ya debes regresar a las clases e igual yo, hemos perdido cuatro horas desde que te desmayaste. — Jungkook bajó la cabeza al escuchar sus palabras, no sabía por qué pero se sentía apenado con Jimin.

Sintió como su cabello era revuelto por Jimin y sus ojos se agrandaron sobremanera. Iba a replicar pero, extrañamente, eso lo tranquilizó. El profesor Park tenía ese efecto en él, sus palabras lo relajaban y al parecer sus caricias también lo tranquilizaban, sentía paz a su alrededor.

Jimin retiró rápidamente su mano cuando vio lo que estaba haciendo y apretó su mano tan fuerte que se quedaron las marcas de sus uñas en la palma de su mano. — Regresemos a tu salón. Ya mañana hablaremos.

Ambos caminaron tranquilos y en silencio hasta que llegar al salón, Jimin se dirigió al centro saludando a los presentes y Jungkook fue a donde siempre se sentaba, al final de la clase y al lado de Taehyung, mas sin dedicarle una sola mirada.

¿Taehyung quería jugar? No había nada que él no pudiera hacer o aprender, cualquier cosa que hiciera un terrestre el lo podía hacer mejor. Nunca tuvo la necesidad de interactuar íntimamente con otras personas, cuando necesitaba algo lo tenía y ya, en su mundo las cosas funcionaban diferente pero, él estaba en Tellus ahora y, alma gemela o no. Nadie se burlaba de él.

— Profesor Park, si todo en el universo tiene importancia, ¿cómo me convenzo de que soy importante en este universo? — Intentó bufar un estudiante haciendo que Jimin rodara los ojos. Odiaba cuando estudiantes universitarios, hombres y mujeres, se comportaban como adolescentes.

— ¡Auto-engañándote! — Exclamó Kook irritado por las preguntas estúpidas que andaban haciendo. — No eres importante en este universo. Cuanto antes lo entiendas cabalmente y lo aceptes, antes estarás en posición de ser más feliz y centrado, ahorrándonos a nosotros también la obligación de soportar tus estupideces.

Todos permanecieron callados por varios segundos después de escuchar a Jungkook. Jimin lo observó intentando de ocultar su sonrisa y Tae sonrió abiertamente, negando con la cabeza por las estupideces que ese hombre siempre decía.

— Profesor Park... — Alzó la mano Hara. —¿Cómo se define una matriz a una potencia? Debemos utilizar esa fórmula para algunos de los cálculos de los agujeros de gusano que nos mandó a investigar, ¿cierto?

— La fórmula para definir una matriz a una potencia es de la manera habitual, por recursividad, la anotaré para que todos puedan verla. — Escribió la fórmula en la pizarra y observó de soslayo a Jungkook, notando como este tenía la mirada fijada en él, mientras que Taehyung, la tenía fijada en su hijo. — Pero recuerden que los puentes de Einstein-Rosen o agujero de gusano como ustedes les llaman, necesita calcularse usando siete fórmulas para tener un aproximado, solamente guiándose por los datos que les ofrecí. ¿Otra pregunta?

— ¿Qué es una explicación intuitiva del teorema de Ramsey? — Preguntó Youngji, la misma chica que estaba besando a Taehyung en la escalera, haciendo que Jungkook le dedicara una mirada de furia a su compañero.

— El Teorema de Ramsey supone la constatación de que ni el azar ni el desorden absoluto existen, y que si un conjunto de elementos es suficientemente grande aparecerán siempre patrones que aparentan tener algún fundamente o intención, por ejemplo en figuras formadas en las nubes o por las estrellas de las constelaciones. — Respondió Jungkook en un tono serio pero con gran elocuencia, haciendo que todos fijaran la mirada en él. — A partir de cierto tamaño de un conjunto, cualquier patrón es de obligada existencia; y los llamados números de Ramsey expresan los tamaños mínimos a partir de los cuales estos patrones aparecen necesariamente. Es algo tan simple como eso y si no lo sabes, deberías de venir a la universidad a estudiar e investigar, no a perder el tiempo.

La chica lo miró con mala cara pero sin atreverse a responder. Los demás comenzaron a murmurar y entre esos murmullos, Kook escuchó como él mismo insoportable que estuvo molestando en toda la clase le decía al compañero que ese idiota de Jungkook lo que necesitaba era echar un polvo, que de seguro la novia, si tenía, lo tenía desatendido.

— ¿Quieres que te eche el polvo a ti Minho? No tengo novia, pero soy de mente muy abierta, quizás es eso lo que tú tienes, que no te han echado un buen polvo y tienes fijación con las personas del sexo masculino de este salón, incluyendo al profesor Park. — No supo por qué respondió a sus provocaciones cuando ni siquiera se lo dijo directamente. Él ignoraba todo lo que se dijera de él pero sentía su sangre fría tan caliente como un volcán en erupción.

— ¡Jungkook! Esto no es lugar para arreglar sus diferencias, si tienen algo que resolver, háganlo a fuera de estas instalaciones. Lo mismo para ti Minho. No quiero que estos incidentes se repitan en mi clase, porque ninguno querrá sufrir las consecuencias. Son hombres y mujeres ya por el amor de Dios.

Minho se quedó mirando a Jungkook sin entender cómo es que él había logrado escuchar lo que dijo. No le agradaba en lo más mínimo pero debía reconocer que tenía las bolas para hablar de esa manera frente al profesor Park. Lo único raro, fue que el profesor fuera tan condescendiente con ellos esa vez.

Todos recogían sus pertenencias al finalizar la clase para abandonar el salón cuando una de las estudiantes se acercó al puesto de Jungkook con discreción. Permaneció allí parada durante algunos segundos, temiendo que éste aún estuviera molesto, hasta que su presencia fue percibida.

— ¡H-Hola! — Saludó tímidamente a Jungkook y Tae, quienes se encontraban a punto de irse. — Perdona que venga así no más Jungkook pero realmente necesito pedirte un favor con respecto a la clase. Necesito dominar el tema de "Los agujeros de gusano" y "Los movimientos de las lunas," con suficiente detalle, me son muy difíciles de analizar y estudiar, creo que particularmente estos temas se me hacen los más complicados de esta ciencia.

Allá iba nuevamente, otra que iba a realizar el fallido intento de pedirle a su compañero ir a estudiar cuando este había dejado claro cientos de veces que no le agradaba. Taehyung la miró, sabiendo perfectamente que todo el cuento del estudio no era más que una patraña para tener tiempo sola con Jungkook y poder acercársele. Podía esperar a que él la rechazara como siempre pero también sabía que le disgustaba si quiera tener que hacerlo por lo que, él iba a ser quien le dijera que no podía.

— Jungkook no-

— Puedo ayudarte sin problemas Hara, solamente debes decirme cuando tienes tiempo y nos organizamos para que podamos comenzar con los estudios. — Ignoró por completo la mirada de Taehyung al ser interrumpido y su boqueo cuando aceptó ir a estudiar con ella.

— ¿En serio? ¡Oh dios mío! Estaba preparada para que te negaras y saber que aceptas es una grata sorpresa. ¿Tienes tiempo ahora?

Sus únicos planes era llevar a Taehyung a su trabajo e ir para el centro de investigación con Esir, nada obligatorio o verdaderamente importante así que asintió. — Sí tengo tiempo, podemos irnos ahora, comer algo y después a estudiar si te parece bien.

La chica no podía ocultar la sonrisa de su rostro, ni su sonrojo, la emoción de saberse estudiando y comiendo junto a Jungkook se desbordaba por sus poros. Asintió frente a la palabras del luniano y caminó tras él.

Taehyung por su parte estaba pasmado, sin poder creer o terminar de procesar lo que había presenciado segundos antes. Su compañero no sólo lo dejó plantado sin decirle una sola palabra a pesar de estar frente a él, sino que también acepto estudiar con alguien más y encima de eso, la invitaba a salir creándole ilusiones a esa pobre mujer. Chasqueó su lengua con las manos en la cintura y terminó de salir de aquel salón, sin Jungkook que lo llevara debía irse lo antes posible para tomar el autobús.

Fada: Padre
Mada: Madre

¡Sorpresa mis lunianos!

Aquí les dejo otro capítulo más y con esto, debo también decirles que puede que mañana me demore para publicar porque no voy a estar despierta en la madruga y tendré un día largo. No sé si logre publicar mañana pero lo intentaré.

Pronto vienen cosas interesantes 🙈 Estén atentos... Kuss 💋 & Tschüss 👋🏾 LORED💙

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