Capítulo 19

Luna Dorada...

No tener todo bajo control y que las cosas no salieran según lo planeado era algo que tenía al temible Hedas molesto. Bajo sus propias narices el rey había desaparecido por un periodo de un mes en el que nadie supo nada de su paradero, nadie vio nada y nadie escucho absolutamente nada. Cientos de hombres custodiando su palacio, varios guardias patrullando por los pasillos con la única y exclusiva tarea de velar al Rey Min para que ninguno supiera nada.
Fue todo un mes y que varias personas pagaron con su vida aquel descuido, la sangre luniana se vio derramada como nunca antes y todo el reino estaba amedrentado, viviendo un terror que milenios no se experimentaba.

— ¿No me piensas decir en dónde estuviste todo este tiempo? ¿Cómo fue que lograste burlar nuestra seguridad para ahora estar aquí sentado como si nada? ¿Volviste para burlarte de mí, que estás planeando?

Hedas golpeaba al gobernante de Luna Dorada sin descanso. Llevaba dos días amarrado una silla sin alimentarse, siendo golpeado y castigado incansablemente, mientras los guardias buscaban las respuestas que sosegaran y calmaran a su jefe.

— Parece que no estás enterado de que el único y verdadero rey de este mundo tiene el poder para hacer infinidades de cosas que no pasan por la mente de ninguno de los habitantes. Cosa que siempre has anhelado pero que no tendrás. — Rió irónicamente como un lunático durante aproximadamente un minuto hasta que su rostro volvió a ponerse estoico. — Yo no me fui a ningún lado, permanecí todo este tiempo aquí, observando, disfrutando como ustedes entraban y salían como idiotas buscándome, sin verme justo frente a sus ojos.

Hedas caminó a paso apresurado hasta donde estaba su mayor enemigo y rival, mirando su cabello. Lo agarró fuertemente y tiró del mismo sin creer lo que sus ojos estaban viendo. El color de su cabello había cambiado, mostrando que este casi mágicamente se había recuperado.
El rey pudo notar el temor en sus ojos, se pudo percatar de la molestia y preocupación que recorría su cuerpo y no pudo evitar carcajearse, provocando a Hedas.

— ¡Calla imbécil! Veré si ríes igual cuando demos con tu hijo.

...

Tellus...

— ¡Príncipe Eidon, por favor concéntrese! ¿Cómo es que no ha podido esquivar una simple ráfaga de viento? Ha fallado dos tiros con armas que usted domina desde que tiene diez años.

— ¡Estoy concentrado! — Gritó tirando el arma que tenía en sus manos en la tierra con fuerza, haciendo que esta se disparase e hiciera un hoyo en el lugar, asustando a Esir quien había pensado que se había lastimado por su proximidad al lugar.

— ¡Dinksee! ¡Jeon Jungkook! — El guardián respondió a su grito con otro provocado por su frustración.

— No me grites. — Se trasladó en un segundo hasta él y lo tomó por su armadura de caballero que siempre utilizaba para entrenar. — ¿Quién te ha dado la autorización para que me hables con esa confianza? Elimina esas libertades Esir y que no se te olvide otra vez a quién le debes tu respeto. — Exclamó furioso a sabiendas de que estaba desquitando su rabia con quien no debía.

Estaba frustrado, pensó que después de aquella noche, por alguna razón, las cosas con Taehyung cambiarían. Estaba consciente de que no era su alma gemela, su pareja o persona escogida para procrear pero, quería tenerlo a su lado.

Todo en él le atraía, estaba despertando cosas en él que no sabía que tenía- Su lado protector innato y no por obligación o porque su conciencia de lo dictaba, simplemente le nacía hacer cosas por del, cuidarlo, protegerlo.

La mañana siguiente, cuando le fue a llevar el desayuno que había ordenado para él, no estaba en su habitación o por toda la casa. Fue a buscarlo a su trabajo en la tarde pero fue completamente ignorado con la excusa de que tenía mucho que hacer. Lo mismo sucedió en la universidad, siempre que intentaba hablar con él ponía el pretexto de que el profesor Park o Seokjin lo esperaban para realizar algo. Sin embargo, supo que el mentado profesor estuvo cuatro días sin asistir debido a que estaba enfermo y Jin había estado con su amigo Namjoon.

Se le escabullía todo el tiempo y esa mañana quiso incinerarlo con la mirada cuando lo vio como aquella chica, con quien lo había visto tiempo atrás, despidiéndose cariñosamente.

A eso tenía que sumarle el pequeño detalle de que pasó cada noche sufriendo de los malditos dolores de cabeza, todo se le había juntado. Estaba a punto de colapsar de la cólera.

— No se está comportando como príncipe, por lo tanto no merece ser llamado por sus honoríficos. — Levantó el arma del piso y comenzó a cerrar una de las maletas donde tenían las municiones y otras armas. — Se está dejando llevar por su estado emocional como los humanos, eso lo hace débil. Si estuviéramos en un enfrentamiento real ahora mismo, podría haber muerto desde horas antes. ¿No lo ve?

Intentó acercarse a Jungkook pero este lo obligó a detenerse con aquella mirada siniestra que en ocasiones solía tener.

— Si tiene algo que lo moleste canalícelo como debe hacer para que pueda potenciar sus poderes o aumente su agresividad y letalidad a la hora de combatir. Si quiere hablar, puede hacerlo conmigo pero, es inadmisible que se comporte como un humano, incapaz de tener el con- — Observó como su discípulo chasqueó la lengua y se quitó su armadura azul, de un material parecido a la goma, que utilizaba para entrenar. ¿A dónde va? ¡Regrese aquí! Dinksee...

Jungkook simplemente le dio la espalda porque el tenía que hablar con alguien sí, pero no con él.

...

De acuerdo, avisaré que ya cerramos la cocina si llega alguien queriendo comer a esta hora. — Tae dejó la bandeja que tenía en la mano, salió de la cocina después de hablar con su colega.

Se quedó paralizado justo en la puerta al ver a Jungkook parado detrás de la barra, le echó rápidamente un vistazo al local y vio que solamente quedaba la mesa que había ordenado el último pedido de comida.

Su primer instinto fue huir, no sabía por qué, pero, al ver su fría y oscura mirada, mezclada con ese aspecto desaliñado que nunca le había visto, ni siquiera en su casa y su corazón se aceleró, perdiendo sus habilidades motoras. Era una extraña mezcla de miedo por enfrentarlo, sorpresa y emoción de verlo, ansiedad y alegría... ¿Alegría? Sí, se alegraba de verlo porque a pesar de haberlo estado evitando, una parte de él lo extrañaba y deseaba verlo.

Se dió la vuelta para adentrarse en la cocina con el pretexto de ir al baño y después pedirle a Minjae que lo cubriera, sin embargo, no supo como la mano de Jungkook lo sostuvo, cuando darse media vuelta no le había tomado un segundo y él se encontraba del otro lado de la barra.

— Ni se te ocurra intentar evadirme con cualquier excusa estúpida esta vez.– Su voz era gruesa e intimidante.

Taehyung no tuvo tiempo para reaccionar, solo sintió el fuerte agarre en su muñeca que le hizo sentir dolor cuando ya se estaba moviendo. Iba a quejarse, pero sus palabras se perdieron al cruzarse con esos orbes tan negros como el ébano más puro, quedó hipnotizado, reaccionando solamente después de verse fuera del establecimiento.

— ¿Qué crees que estás haciendo ahora mismo? — Su voz sonó igual de seria que la suya segundos antes, aunque no tan intimidante. — ¿Acaso no notaste que estoy trabajando en estos instantes?

Intentó soltarse pero Jungkook no se lo permitió, en cambio tiró de él, llevándolo hasta la parte trasera del restaurante. – Si no te hubieras estado escondiendo yo no hubiera venido interrumpirte en tu horario laboral.

Tae Sintió el impacto de la pared en su espalda pero sus ojos no se desviaron de esos labios que por primera vez, buscar un acercarse a los suyos por su propia voluntad. Sus labios centro abrieron por inercia, como si estuvieran esperando a ser poseídos por los contrarios, que se detuvieron justo a un centímetro de los suyos.

Era para maldecir. Sentir la respiración en sus labios, perdiéndose en su mirada, lo hacían anhelar que cerrara la distancia completamente y lo terminara de besar de una vez por todas. Cerró sus ojos pero la mano de Jungkook aprisionando su mandíbula lo hizo volver abrirlos.

Cada reacción de Tae fue estudiada en su totalidad por el luniano, podía notar que al menos físicamente lo deseaba, podía sentir su pulso acelerarse y su piel vibrar bajo su tacto. Observó sus labios moverse casi imperceptiblemente e hizo que su lengua los recorriera suavemente.

La respiración de Taehyung una vez más se aceleró bajo aquel tortuoso roce que lo orilló a sostener aquella lengua intrépida con sus dientes, obligándola a detenerse para segundos después, comenzar a succionarla lentamente, como si fuera el caramelo más dulce.

¡Oh, sabía tan bien! Su boca, ese sabor y sensación que no había sentido con ninguna otra era como una droga con la que no quería enviciarse pero a donde cada vez sucumbía más seguido.

Eso suponía un gran riesgo para él, no quería volverse dependiente de Jungkook, tampoco enamorarse de él para después ser abandonado, dejado atrás o que él simplemente se aburriera de jugar a los cariñitos con otro chico. Ahora compartían casa y escuela pero... ¿Qué ocurriría cuando todo eso llegara a su final?

No podía entregar su corazón temporalmente, no era algo que simplemente podía dar y después recoger, como algo que prestaba a un amigo y después exigía devolución. En su corazón solo quedaba una última pieza de las cuatro partes en las que estaba dividida en mismo.

La primera se fue con su madre, la segunda con su primer amor y única amiga de infancia cuando murió y, una tercera con su padre, su abandono había sido devastador por qué no tenía nadie más a su lado. Si permitía que alguien más entrara en ese último trozo que le quedaba, en aquella nada con la que aún seguía viviendo y esa persona se marchaba o lo perdía... No podría reponerse a eso, no tendría ni corazón ni fuerza para hacerlo.

Cuando sus ojos se perdían en esa intrigante y profunda mirada que parecía estar llena de secretos, tenía el presentimiento de que podía meterse en un mundo donde sobrarían los problemas.

No era posible tener una relación con él pero, a la vez, quería saber más de su compañero, probar más, conocer hasta donde se podía llegar y sentir con otro hombre o mejor dicho, con ese hombre.

Cabía incluso la posibilidad de que una vez cruzada esa valla que tenían entre ellos todo desapareciera. La tensión sexual que tenían, esas ganas casi mortales que los hacía desearse, la curiosidad que sentían mutuamente estaría saciada y todo acabaría.

— ¿Por qué te resistes cuando tu cuerpo quiere? — Susurró Jungkook en su oído, erizando cada vello de su cuerpo al sentir la caricia de su aliento en ella. — ¿No te gusto? — Lamió el lóbulo de su oreja y nuevamente todo su cuerpo reaccionó.

Alejó a Jungkook con fuerza, lo miró con fiereza para luego volver a tirar de él por su camisa, haciendo que sus labios chocaran, mordiendo, lamiendo y besando sus labios con fuerza y gran lujuria desbordante hasta que sintió que debía respirar.

Llevó sus dedos hacia sus cabellos y tiró de ellos dejando al luniano confundido con su boca entreabierta y su lengua afuera, mirándolo como si estuviera apunto de devorarlo, como un tigre al asecho.

— Tengo q-que trabajar, si quieres hablar lo haremos en la casa, este es mi lugar de trabajo y para rematar, — señaló su alrededor — estamos en público.– Eso le daría tiempo para pensar claramente lo que iba hacer con respecto a ese hombre que tenía enfrente.

Jungkook quitó la mano de Tae que se había situado en medio de ambos para alejarlo y atrajo su cuerpo con fuerza, sostuvo su nuca y lo volvió besar, solo que esta vez fue un beso suave, lento, totalmente diferente a los anteriores, un beso al que el terrestre no le pudo decir no, no había forma de negarse.

Estaba preparado para uno agresivo y lleno de pasión, deseo, desenfrenado, pero no fue así. Jungkook guiaba sus labios como si los suyos fueran lo más preciado que existía, como si a través del mismo intentar a llegar hasta lo más profundo de su ser. Un beso que le hizo cerrarlos sus ojos y dejarse llevar.

Un molesto zumbido y un extraño dolor de cabeza repentino lo hicieron separarse, sus piernas le fallaron y perdió todo el control de su cuerpo. No era la primera vez que le ocurría pero seguía siendo extraño para él, ya que segundos después desaparecían esas molestias tan fuertes que lo azotaban esporádicamente.

Jungkook se preocupó por su reacción y gesto pero la sonrisa y el beso fugaz que Tae le dio lo hicieron olvidarse de ellos. Se miraron con una sonrisa cómplice y, justo en ese momento, la puerta del restaurante fue abierta.

Minjae entrecerró sus ojos, mirándolos inquisitivo, tratando de ignorar el hecho de que ambos guardaron sus labios y se mostraron algo nerviosos, como si fuesen sorprendidos. Agitó su cabeza y centró su vista en su colega. — TaeTae, te busca alguien adentro.

— ¿A mí? — Llegó ambas manos al pecho señalándose a si mismo.

— No, me vinieron a buscar a mí y yo simplemente viene a mirarte esa hermosa cara tuya. — Jungkook volteó su cabeza para mirarlo, enarcando una ceja mientras lo estudiaba. Había algo en ese chico que no le agradaba, su primera impresión había estado equivocada. — ¿Te vendría a buscar de no ser así Tae?

Taehyung hizo una mueca y agito su mano, dejándole saber que ya había entendido y que iba a entrar rápidamente. – Ya debo entrar, así que puedes irte a casa y allá nos vemos.

— Me quedaré a comer.– Respondió con una sonrisa.

— Ya cerraron la cocina Kook, si tienes hambre ve a un mejor restaurante o pide algo de comida a domicilio, puedes llamar desde ahora y cuando llegues a casa ya lo tendrás.

— Bueno después de todo no tengo tanta hambre, me quedaré a beber algo.

Tae arqueó una ceja sonriendo Al percatarse de las intenciones de su compañero, era algo torpe mintiendo y disimulando pero le parecía tierno. Negó con su cabeza sosteniendo la puerta. – Escoge una mesa y ahora te atiendo.

Jungkook asintió y le tiró un beso tomando desprevenido al terrestre. ¿Por qué le tiraba un beso como un novio a su chica?

— No me tires besos, no me gusta. – Cerró la puerta con fuerza y dejó a su compañero fuera, sin saber que había de malo en lanzarle un beso.

Obviando repentino cambio del terrícola se dirigió a la entrada con una sonrisa, su ánimo había mejorado mucho en poco tiempo.

— ¿Profesor Park, a qué se debe su visita? — Cuando Tae lo vio, parado en el medio de su restaurante, se sorprendió, pues jamás espero verlo allí, al menos no de sorpresa, sin embargo se alegró de verlo. — Así que finalmente aceptó la invitación que le hice cuando comencé a trabajar aquí hace meses. — Le indicó que se sentara en una silla y él se sentó para acompañarlo unos segundos en frente de él.

— ¿Eh? Ah, sí, sí... — Sonrió tratando de ocultar su ansiedad. La verdad era que ni siquiera recordaba la invitación que la había sido hecha, ese no fue el motivo por el cual había ido a buscarlo.

Necesitaba saber los gustos de su hijo para tener conocimiento de los lugares que frecuentaba para así poder planear un encuentro o varios, que parecieran coincidencia. Preferiría que no fueran en la escuela, para ir acercándosele poco a poco. A pesar de que tenía su dirección debido a su expediente escolar, no se le podía parecer allí sin más, sin un motivo real que justificara su presencia. Por eso decidió acudir a Taehyung, le pareció una idea más sensata.

— Yo quería hablar contigo unos minutos si no estás tan ocupado. Podrí-

Para Jimin, todo su mundo se detuvo en ese preciso instante en el que vio su hijo entrar por la puerta de aquel lugar. Debido a su expresión su estudiante se volteó para seguir la mirada de su profesor, encontrándose con Jungkook.

Éste se apresuró a caminar hacia donde estaban ambos, colocando su mano en la espalda de Tae, mirando preocupado a su profesor.

— ¿Se encuentra bien profesor Park? ¿Por qué llora? — Tae miró a Jimin y luego a Jungkook nuevamente. — Si interrumpo algo puedo regresar después, así los dejo platicar a gusto.

— ¡No! — Gritó Jimin desesperado, sosteniéndolo del brazo y sorprendiendo tanto a Jungkook como Tae.

¡Hola a todos mis lunianos!

Aquí les dejo este capítulo un poco más tarde de lo que los tengo acostumbrados, ya que no pude estar despierta esta madrugada y tuve cosas que hacer. Trato siempre de actualizar lo más pronto que puedo, casi siempre a diario pero no siempre se me hará posible. Les pido que me comprendan 🥺 🙏🏾

***

Este capítulo se lo quiero dedicar a taelinsonlove  quien siempre me muestra su apoyo y cariño en mis historias. 😍 Un placer irte conociendo linda, muchos besos. 😘😘😘

***

Sin más que decir, los dejo, para ver si puedo compensarlos sacando otro capítulo en unas horas... (No es seguro🤷🏾‍♀️) 🙈😘

💋LOS QUIERO MUCHO💋

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top