Capítulo 18
— ¿No me piensas responder Min Yoongi? Ahora mismo es como si ya estuvieras en Luna Dorada, estoy hablando solo y tú me estás ignorando. — Pasó la mano por sus cabellos.
Estaba claro que su esposo sabía algo, lo podía denotar en su mirada, su cambio de actitud desde que le mostró la foto y habló de aquel anillo era más que obvio. Él jamás preguntaba más de lo que debía, se mantenía al margen y le permitía regir, hacer las cosas a su conveniencia pero no iba a quedarse callado esta vez.
— Parece que has olvidado que sigo siendo el Atemin de Luna Dorada mientras tú estés reinando y como tal te exijo que me tomes en cuenta. Si sabes algo quiero que me lo digas ahora, no sabemos cuándo nos volveremos a ver o si lo hagamos en un futuro por lo que es momento para que hables con total franqueza Minrey.
Suga lo miró sorprendido por el tono en el que le habló y aunque él quería darle todas las respuestas no las tenía, de hecho estaba igual de confundido. Sabía que esos niños habían pasado de generación en generación en su familia por más de tres milenios. La historia de esto se fue distorsionando algo a través de los años por lo que tampoco tenía total certeza de lo que hacían estos anillos, siempre se descubría algo nuevo y no en todas las personas funcionaba igual.
— Con respecto a la marca en forma de corazón que tiene en su mano derecha al igual que tú la persona de la foto que no se ve, te puedo decir que puede ser una simple coincidencia con una terrestre. — Jimin arqueó una ceja y salió de la cama molesto.
— ¿Estás jodiéndome cierto? ¿Por qué mierda me engañas? No entiendo que tan difícil pueda ser para que me trates como a un idiota ocultándome las cosas maldita sea. — Se dio la vuelta caminando y haciendo gestos con su manos alzando cada vez más su voz. —Tal parece que después de todo no pudimos luchar contra la distancia por tantos años. Solías contarme todo incluso cuando yo no te preguntaba, me consultabas las desiciones, era tu igual en todos los sentidos y ahora solamente me tratas co-
Su frase se vio interrumpida por la repentina sacudida que dio su cuerpo cuando su esposo tiró de él y lo sentó en la cama con fuerza, serio, perdiendo todo rastro de serenidad que tenía minutos atrás.
— Siéntate, cállate y escúchame Park Jimin. No me gusta que digas ese tipo de palabras obscenas en tu planeta, al menos no fuera de la cama. Has dicho en un momento todas las estupideces que no dijiste en todos esos años. — Suspiró al notar el evidente espanto que resaltaba en la mirada de su esposo. — Siento tratarte así, pero me molestaron mucho tus palabras y seguías diciendo cosas que me estaban lastimando. No sabes lo que han sido estos veinte años para mí sin tu presencia a tu lado, muriendo literalmente en cuerpo y alma.
En ese instante Jimin tomó consciencia de sus palabras, arrepintiéndose por dejar una vez más que su carácter lo controlara. Si una cosa no le gustaba ver era cuando Yoongi se molestaba, su cambio era garrafal y en varias ocasiones se asustaba a punto de desmayo.
— Lo siento, yo...
— Sé que lo sientes y entiendo que todo esto te esté afectando, — se agachó apoyándose en sus rodillas y lo besó. — Como te iba diciendo, podría ser una coincidencia pero debido a que tiene no una, sino dos marcas exactamente iguales a las que tienes te puedo decir que parece ser un ser masculino, de Luna Dorada o uno terrestre que estuvo con un hombre de allá.
Jimin llevó las manos a su boca sorprendido, sabía que algo así podía ser pero escucharlo lo hacía más real todavía y no lo lograba procesar. — ¿Esas marcas le salen a todos los hombres? No me percaté de ninguna en el tiempo que estuve allá y tú tampoco tienes una.
— Las marcas en forma de corazón solamente salen en hombres que se enamoran entre sí en Luna Dorada o la Tierra aunque eso es mucho más raro aún. Se trata de una muestra que indica que esa persona está enamorada y que esa unión ha dado frutos, así como tú. Tu marca comenzó a crearse cuando saliste en estado y se completó cuando el bebé estuvo completamente formado en el vientre.
— ¿Por qué entonces tú no tienes una marca? ¿Eso significa que Jung Hoseok puede ser un luniano? Porque se supone que los hombres de la tierra pueden salir embarazados solamente si se encuentran allá en el reino, aquí no podemos. Tampoco podemos hacer que un hombre luniano salga preñado porque no tenemos la potencia suficiente, por eso fuimos los primeros de tu familia en no tener dos hijos.
Bajó la cabeza ante el recuerdo de sus suegros quejándose por él no ser capaz de embarazar a Yoongi. Era casi una obligación según sus costumbre que, cuando se daba una unión como la de ellos, entre hombre que realmente se amaban y convertían en almas gemelas que cada uno tuviera un hijo, siendo el primogénito el que tenía el derecho al trono por nacimiento. Sin embargo, él no pudo lograrlo por muchos inventos que los antiguos reyes hicieron, usándolo como si fuera ratón de laboratorio hasta aceptar que él no podía darle hijos a su pareja.
— Yo no tengo la marca debido a mi procedencia, lo mismo pasó con mis padres y abuelos, solamente el descendiente directo de los Min no recibe esa marca y otras tantas cosas, pero quien se case con ellos sí. Tú la tienes y si según la tradición de los últimos años Jungkook también termina encontrando su alma gemela en un hombre, esa persona también lo tendrá, cosa que no ocurrirá si se trata de una mujer sin importar la raza. Con respecto a ese hombre puedo decirte que no creo que sea luniano, yo no llevo el censo del reino pero sí tengo informe de casi todo el que sale y entra, mas no recuerdo a todos tampoco, así que no te lo puedo asegurar.
Yoongi caminó nuevamente hasta la cama y se metió en ella, recostándose al espaldar y atrayendo a su esposo para que se apoyara en su pecho mientras jugaba con su cabello.
— Como te digo no tengo certeza de nada, siempre hay sus excepciones, hay caso que como son tan escasos o rara vez han ocurrido no sabemos nada al respecto, recuerda que incluso contigo no sabíamos muchas cosas en aquel entonces. Lo que sí es seguro que nosotros no podemos dejar embarazado a ningún terrestre. Eso siempre lo hemos sabido, son pocas las especies con las que somos compatibles. Con los de tu planeta no somos del todo incompatible pero tienen que estar allá para poder gestar.
— ¿Qué hay de la marca del anillo? Yo también la tengo.
— Justo como la tengo yo y seguro ese Hoseok también la tenga, eso la tiene todo los matrimonios entre hombres que se aman.
— ¿Y el anillo? — Suga calló durante varios minutos desesperando a Jimin nuevamente, permaneció sin decir nada aunque se notaba su inconformidad.
— Como te dije existen dos anillos idénticos que han estado en mi familia durante milenios. Yo tengo uno y la otra hija de el antiguo rey Min tenía el otro. Que ese anillo esté en la Tierra es una sorpresa incluso para mí que controlo casi todo porque ella jamás ha estado en la tierra, además, es mujer, no tendría esa marca. Ella fue la primera hija que tuvo mi padre con una mujer antes de tenerme a mí. Se había dado por vencido con respecto a encontrar a su alma gemela y terminó utilizando a esa mujer para desahogarse, ya sabes. Como para las mujeres no está el requisito de que se debe estar enamorado para procrear y que deben estar con su alma gemela ella salió embarazada.
Mismo si Jimin no lo estaba mirando a la cara podía sentir lo ceñida que estaba su cara, sentía en sus cuerpo como se tensaba.
— Ella y yo no tenemos lazos de sangre porque esos no son iguales cuando no hay amor y las parejas son diferentes, ella solamente pertenece a la realeza y era la tercera en la línea de sucesión al trono antes de que naciera Eidon, cuando yo tampoco tenía el control, una vez que fui coronado fue la segunda pero con la llegada de nuestro hijo volvió atrás. Todo esto tendré que buscar la forma de averiguarlo cuando regrese a mi mundo.
— Yo solamente pude ver a tu hermana dos veces en los diez año que viví allá.
— Ella no es mi hermana Jimin, la quiero porque ha sufrido mucho, es una buena mujer y fue rechazada por todos, sin embargo fue la primera en brindarnos su apoyo cuando nuestro papá no te quería tampoco, la valoro mucho pero no es mi hermana.
— Ya, está bien... Lo siento. ¿Me perdonas?
— No tengo nada que perdonarte. — Cerró los ojos conteniendo las lágrimas que amenazaban por salir, había llegado nuevamente la hora...
Se aferró con fuerza a Jimin y este se limitó a acariciar su brazo. Sabía que ese momento llegaría pero no pensó que pasaran esas horas tan rápidamente. Fueron minutos para él y no quería que su esposo marchara, deseaba irse con él pero Yoongi no se lo permitiría sabiendo que se ponía en riesgo, además, no tenía forma de salir de ese planeta en esos momentos, no podría atravesar por ningún portal.
Al casarse con el Yoongi se convirtió en un lunasio pero su cuerpo y alma seguían perteneciendo a la tierra aunque esa unión le hubiera regalado muchas cosas. Lo único que le hubiera gustado recibir, no lo tuvo, la posibilidad de vivir allí eternamente. Apretó con fuerza el brazo de su rey y comenzó a llorar.
— A-atemi... — La voz del rey estaba quebrada. Nunca lloraba, sin importar qué, al no ser que se tratara de su hijo y esposo. Ya fueran lágrimas de felicidad o tristeza, solamente lloraba por ellos y en ese momento, sabiendo que dejaría ese lugar donde se encontraban esas dos personas su corazón se desgarraba a cada segundo que pasaba. — Deberíamos despedirnos...
Jimin asintió, se limpió las lágrimas y colocó una sonrisa en su rostro que ambos sabían que era falsa, justo como la que mostraba Yoongi, aunque este no pudo secar sus lágrimas ni por un segundo.
El terrestre se volteó, besándolo profundamente, grabándose en su cuerpo, mente y alma cada aroma, fluido y sabor de su luniano. No estaba seguro si mientras siguiera con vida lo volvería a ver y quería recordarlo por siempre.
Profundizando el beso el rey sostuvo el rostro de su alma gemela com ambas manos, obligándolo a cerrar los ojos antes su intensidad. Él no quería mirar, solamente sentir, se negaba a ver esa imagen que incluso le hacía querer abandonar su reino, y si no fuera porque llevaría la carga de la muerte de tantos seres, incluyendo sus padres y hermano se hubiera quedado en la Tierra. Hubiera ido a vivir allí desde el momento que tuvo que dejar a Jimin marchar.
Sus manos se deslizaron hacia abajo arrullando y mimando cada zona de su cuerpo. Refugiando su cara en la curvatura del cuello de su amado, dejando que sus lágrimas brotaran y lo acariciaran. Jimin sentía aquellas lágrimas recorriendo su cuerpo y maldecía con fuerza por no ser capaz de hacer nada más. Entrelazó sus dedos en aquel cabello mitad negro y mitad lila, tan diferente a horas antes cuando era totalmente lila, acariciándolo y dejando sus lágrimas correr.
Absorbiendo sus propias gotas de dolor, descendió besando cada parte del cuerpo de Jimin hasta llegar a su lugar más oculto. Permitió que su lengua siguiera sanando la zona que ya estaba prácticamente recuperada en u totalidad antes de empuñar su mano, agitar sus dedos y frotarlos para crear aquel líquido casi en forma de gel y presionar su entrada.
Hicieron el amor entre lágrimas y gemidos, despidiendo sus cuerpos, en un abrazo que parecía eterno, recalándose cuanto que iban necesitar y extrañar, mirándose a los ojos mientras también intercambiaban sus almas. Porque sí, cada uno se quedaba con el alma del otro, sin la presencia de su amor quedan como un cuerpo vacío y qué mejor permitir que al menos una parte de ellos se hicieran compañía mientras no se tenían. No podían intercambiar sus almas literalmente pero así se sentía mientras se perdían por última vez en esa oleada de sentimientos.
— Suga... ¡Lored Minrey! — Gimió Jimin al alcanzar aquel orgasmo que quería extender eternamente. Llegando casi al final de esa despedida tan dolorosa y tan hermosa a la vez porque por muy triste que fuera, cada momento que pasaban juntos era único y hermoso.
— ¡Lored Atemin, lored!
En la ducha, el terrestre lloró una vez más en los brazos de quien pronto ya no estaría más allí, lloró hasta que su cuerpo se quedó sin fuerzas, lloró hasta que se acercaba el alba. Era un hombre, estaba consiente de que tenía que actuar como tal pero no podía hacer más que aferrarse a la capa de Yoongi como un niño cuando vio que llegaba su hora de marchar.
— Te prometo que nos volveremos a ver, confío en que pueda esperar mi muerte a tu lado, al menos para ese entonces, estaré a tu lado.
— Imbécil, eso no ayuda en nada. — Golpeó Jimin su cuerpo. — No te rías por favor.
— Es imposible no hacerlo cuando tengo una imagen tan hermosa frente a mí. — Realmente aquella sonrisa suya se sentía para él peor que el llanto del que estaba siendo testigo. — ¿Me acompañas?
Jimin asintió y tomó aquella mano extendida, siguiendo con su pijama y descalzo a Min Yoongi por todo su cuarto. Miraba como sus dedos estaban entrelazados y apretaba su mano, recibiendo otro apretón de Yoongi como respuesta. Caminó arrastrando sus pies, como un niño al que acaban de castigar o tal vez un hombre que llevaban a la horca, era una imagen tan tierna cuando se miraba por primera vez pero tan cruel y triste segundos más tarde...
Subió la escalera que llevaba al ático con deficiencia en su respiración y las lágrima que habían hecho salir incluso la mucosidad de su nariz. Quería detener el tiempo, coger a su esposo y encerrarlo en un calabozo para que no se escapara pero sabía que nada de eso era posible.
Llegaron al ático y Yoongi tiró de él para estrecharlo entre sus brazos una vez más. Permanecieron así pocos minutos más, él apoyado en la cabeza de Jimin y este con su rostro perdido en su cuello, abrazados, sin decir una sola palabra.
El rey dio un paso atrás y el terrestre batalló para liberarlo de sus brazos, lo vio dirigirse hasta aquella esfera una vez más y su corazón sintió que se reducía de tamaño. Intentó ser fuerte, controlar su llano y su dolor pero era en vano.
"Eidon - Atemin - Minrey"
Nuevamente aquella luz iluminó todo el lugar, esa que horas atrás los había llenado de nerviosismo y anhelo ahora los llenaba de tristeza y dolor. Yoongi dio dos pasos hacia aquella luz brillante con sus manos empuñadas.
— ¡Minrey! — Gritó Jimin corriendo hacia él y abrazándolo por la espalda. Yoongi se volteó rápidamente para verlo sorprendido.
— No respires, no tienes la máscara.
— No me importa... — Acortó la distancia que había entre sus labios y lo besó. — ¡Lored Minrey! Dios... No sabes cuánto te amo Min Yoongi.
— Lo sé porque te amo con la misma intensidad. — Sintió como comenzaba a ser abducido por aquella maldita esfera sin soltar a Jimin. — Lored Atemin.
Pocos segundos después Jimin se encontraba abrazando el aire, con la claridad del amanece entrando por la ventana, como si todo eso no hubiera sido más que un sueño. Sin embargo, había sido real, muy real. Tocó sus labios y se desplomó en el piso llorando.
¿Por cuántas horas permaneció así? Ni él mismo lo supo...
...
— ¿Qué te sucede Taetae? Te he notado desde el lunes distraído, como si no estuvieras aquí. Ni siquiera has hablado conmigo más allá de los saludos. — Le preguntó Seokjin a su amigo mientras se sentaban bajo uno de los árboles del campus para almorzar.
— Oh.. No es nada, simplemente he estado un poco perdido, no lo sé. — Se encogió de hombros restándole importancia con una amplia sonrisa que no engañaba a su amigo.
—SI tú lo dices... Cuando nos vimos el sábado en el cumpleaños de Seojoon estabas muy alegre, eras el Taehyung de siempre pero desde esa noche te noto un poco raro y diferente. ¿Es por lo que viste? — El rubio lo miró expectante, sabía que podía ser un gran shock para su amigo enterarse de que él era gay pero ya no veía un motivo para seguir ocultándoselo.
Solía temer miedo de que llegara el día en que su mejor amigo se enterara de sus gustos porque podía hacer como otros y alejarse. Prefirió tenerlo como amigo, quererlo en secreto y tener su amistad a no tenerlo en lo absoluto. Sin embargo desde esa noche algo cambió en él. Estaba claro que de esa forma no tendría jamás a Taehyung y si quería vivir un poco más tranquilo al menos tenía que sincerarse con respecto a sus preferencias. Lo mejor de todo eso era que nos seguirían presentándole a chica o fingir besar alguna para pasar la noche con ellos.
— Oh no, en lo absoluto, — agitó sus manos al percatarse de lo que quería decir su amigo. — No me importa eso. Por cierto, ahora que tocas ese tema quería preguntártelo pero no habíamos hablado. — Bebió de su botella de agua sin tener realmente sed, buscando aclarar su garganta. —¿Qué tal tu noche con... ya sabes? — Terminó de preguntar cohibido.
Quizás si su situación fuera diferente y su amigo hubiese salido con una chica, le hubiera llamado la misma noche para que le diera todos los detalles pero, esta vez, nada era igual. Él se encontraba totalmente desconcertado con lo que le estaba ocurriendo con Jungkook, por lo que, su ánimo no era muy elevado. Desde lo ocurrido entre ellos lo había estado evitando por vergüenza y porque se sentía confundido.
Por otra parte, Jin... Nunca había visto a su amigo con otra persona puesto que aunque se quedaba al lado de las chicas que le presentaba al final de la noche o día jamás pasaba de algunas agarradas de manos o un beso que se le obligaba a dar, siempre terminaba yéndose solo. Jamás pensó que cuando lo viera irse con alguien sería con otro hombre, tampoco conocía esa faceta tan provocativa que había visto cuanto días atrás.
Meses antes, podía haber reaccionado diferente, más sorprendido tal vez. En cambio ahora, solamente quería entender a su amigo para ver si lograba entenderse él mismo. ¿Era gay, bisexual, bi-curioso o qué demonios era? No es que despreciara esas etiquetas o se preocupara mucho por ellas pero para conocerse, necesitaba entenderse. No sabía qué era eso que le ocurría con Jungkook, desde que lo besó la primera vez había estado deseando más y más. No obstante, no podía preguntarle directamente a su amigo.
— ¿Te refieres a Namjoon? — Jin asintió tratando de desviar la vista a otra parte. — La verdad me fue muy bien. — Tae enarcó una ceja a ver la enorme sonrisa que se le dibujó a su amigo. — Me fue de maravillas.
La verdad es que Namjoon para él era ese clavo que lo ayudaría sacar a otro pero realmente todo de él le sorprendió. Su forma de tratarlo, su comprensión, madurez, seguridad, masculinidad y su increíble fogosidad en la cama. Había estado con algunos chicos anteriormente, principalmente antes de empezar la universidad y no tuvo ninguna experiencia memorable. Todos fueron a usar su trasero como entretenimiento temporal y nada más, se satisfacían ellos y él siempre se quedó deseando más a pesar de saber que no habían verdaderos sentimientos por parte de ninguno.
— Fuimos a su casa y pasamos la noche juntos, me quedé a dormir con él y al otro día fue super atento. Me despertó y preparó el desayuno mientras tomaba una ducha, incluso me llevó hasta mi casa, no me permitió irme en taxi. Quedamos para la tarde y fuimos al cine, después a comer y terminé otra vez pasando la noche con él.
Taehyung boqueaba escuchando a su amigo con la emoción que hablaba de aquello, jamás lo notó tan interesado por alguien ni hablando de esas cosas. Pero lo que más le sorprendía es lo fácil que había evolucionado todo con Namjoon.
— ¿Estuviste paseando con él? ¿No te da pena que-
— ¿Que las personas me vean y sepan que me gustan los hombres? — Tae bajó su cabeza ante su torpe comentario. — No Taehyung, no me da pena ni vergüenza aceptar eso y Namjoon es lo suficientemente seguro de si mismo como para preocuparse por eso. Somos dos hombres adultos que tenemos total libertad para hacer lo que deseamos. Pero simplemente nos estamos conociendo ahora, sin forzar nada.
— Sí, tienes, razón. Me alegro por ti hyung, se nota que te gusta. — Sonrió y por un instante se imaginó vivir todo eso con Jungkook.
— Ahora cuéntame tú, no te vi irte con nadie cuando estabas muy acaramelado en el club y eso es extremadamente raro en ti. — Lo miró fijo después de introducir un trozo de kimbap en su boca, esperando la respuesta, desde esa noche la curiosidad no lo dejaba tranquilo.
Tae agitó su cabello y sonrió negando con su cabeza. — No tenía deseos de nada.
— ¿Kim Taehyung sin deseos de cogerse a nadie? Necesito un escondite, se acerca el fin del mundo y quiero sobrevivir.
— Hyung...
— Ya, ya, no me voy a burlar.
— Creo que me gusta alguien.
Jin tosió dejando salir de su boca el último trozo de kimbap que estaba masticando. Palmeó su cuello y comenzó a carcajearse. — No es el día de los inocentes Taehyung, así que deja de bromear. ¿Tú me vas a decir que te gusta alguien? Es más fácil que yo me vuelva inmortal.
— No te dije que me gustaba alguien, te dije que creo, que me gusta alguien.
Jin no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, Tae parecía hablar en serio y eso le asustaba. Lo conocía desde que estaba en la primaría cuando era retraído y no hablaba con nadie, estuvo a su lado cuando se transformó como una oruga que se convertía en mariposa y en todos esos años él había mostrado interés por nadie. Que siquiera contemplara la posibilidad o tuviera dudas de que le gustaba alguien era una prueba irrefutable que que realmente lo hacía.
— ¿Estás interesado en alguien? — Permaneció pensativo aguardando su respuesta.
— Hay alguien que sigue llamando mi atención, me doy cuenta de eso. Honestamente, si pudiera... — Sabía que no podía por muchas razones, además, ni siquiera estaba seguro de lo que estaba pasando con Jungkook pero, si pudiera... — Me gustaría mirar a largo plazo, es decir, quisiera conocer más a esa persona porque es un enigma para mí. Ver si en esta vida existe alguien que haga mi corazón cambiar, no sé, no sé si me guste, supongo que tengo que esperar y ver...
— ¿Qué tienes que esperar y ver? — Sabía que profundizar más en el tema o incluso apoyarlo era como un cuchillo para su garganta pero no lo podía evitar. — Si te gusta alguien, lánzate a por ello. — Sonrió, que gran consejo daba, el mismo que jamás pudo seguir.
— Sabes que todo se siente especial cuando comienza. Te vuelves sensible sobre tus pensamientos, a veces tus sentimientos estallan en llamas. A medida que creces, sientes que no hay nada especial en el romance pero después de... — Guardó silencio, todo eso comenzó después de irse a vivir con él, después de tan pocas cosas, no se podía creer que esas situaciones realmente lo volvieran sensible al romance. ¿Qué estaba diciendo? — Recordé que tengo que ir a un lado... El profesor Park me había mandado a buscar.
—¡Taehyung! — Gritó Jin al ver como su amigo se iba corriendo. ¿Qué mierda había sido eso? No entendía nada de lo que Taehyung había dicho, es decir, no entendía esas palabras qué precisamente él, aquel chico sin aparente corazón había acabado de decir.
https://youtu.be/jC_3ZwsFW90
Hallo meine Lunianos! 👋🏾
Aquí les dejo el capítulo de hoy... Hasta el próximo me despido. 🙈💋 Tschüss 👋🏾
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