Capítulo 17
Jimin estaba fisicamente exhausto y no era para menos, la verdad. Había hecho el amor con su otra mitad hasta quedar completamente agotado y sin poder articular su cuerpo correctamente. Cinco años sin el más mínimo roce íntimo con otra persona y escasos encuentros en solitario con su mano era el suficiente tiempo como para que su cuerpo perdiera la aptitud física que tenía en la cama, a pesar de entrenarse físicamente. Su espalda y caderas estaban doloridas pero él se encontraba feliz y sabía que en pocas horas estaría como nuevo, ventaja de estar totalmente unido a su luniano.
Por su mente jamás pasó cuando abrió los ojos esa mañana que ese día iba a tener la posibilidad de estar ahí, en los brazos de esa persona, siendo mimado y sintiéndose protegido, acompañado, amado...
No bastaban las palabras de su vocabulario para describir lo feliz que se sentía en ese momento, acariciando aquel fuerte y terso pecho, con el corazón más hermoso que pudiera existir latiendo en él. Lloraba de vez en cuando por el huracán de emociones que en su interior cambiaba de categoría pero, en el fondo, en ese momento había una palabra que describía su estado emocional, dichoso, esa era.
Su mente divagaba hasta Jungkook, no sabía como reaccionaría al saber que tenía un padre tan... ¿Común? Un padre que no estuvo a su lado durante su crecimiento, un padre que no le dio cariño o amor de primera mano. Su reacción era una de las cosas que más lo aterrorizaban en ese momento. Tener a su hijo a su lado era lo único que le faltaba para experimentar algo que iba más allá de la felicidad plena y absoluta. sin embargo, si era rechazado, sería peor que morir. Vivir sabiendo que tu hijo vive en algún lugar de la Via Láctea era una cosa pero que estuviera en el planeta Tierra, en Asia, en Corea del Sur, en su universidad... Era totalmente distinto y diferente.
Sus dedos ascendían y descendían por el torso de Yoongi como si estuviera tamborileando en su piel. Buscando en su mente la mejor forma para tocar el tema...
— ¿Cuánto tiempo podrás permanecer en Tellus? — Preguntó sin alzar la mirada, observando sus dedos como si los estuviera viendo por primera vez.
Yoongi cerró sus ojos y lo estrechó contra su cuerpo con más fuerza, guardando silencio durante algunos segundos. Le dolía tener que darle una respuesta que ambos conocían, pero más aún lo hacía, el hecho inevitable de tener que recordarlo en ese momento tan único que no quería que acabara.
— Ya te comenté la situación por la que estamos atravesando en el reino, es crítica... — No quiso decirle que incluso él era prisionero y las cosas por la que estaba pasando. — Sólo me quedaré unas horas si no hay ninguna urgencia que deba resolver aquí.
— ¿Y Eidon? ¿No vas a ver a nuestro hijo? Creo que sería bueno si pudiéramos conversar los tres, si nos viera juntos. Jungkook tiene un carácter parecido al tuyo y si solamente sacó un tercio de tu genio será muy complicado acercármele.
—Lo siento Atemin... — Besó su cabeza y acarició su brazo, plantó la barbilla en su cabello y continuó. — Él no puede verme por ahora, no puedo decirte más por tu seguridad y la de él. — Jimin se molestó durante algunos segundos y permitió que su molestia saliera de su cuerpo en un suspiro. — ¿Aún recuerdas todo el entrenamiento que recibiste en Luna Dorada? Deberás dejar salir tus poderes y defender a nuestro hijo si nuestros enemigos llegan aquí.
Sonrió al recordar su ceremonia el día que lo nombraron caballero, el rostro de orgullo de Yoongi, quien lo vitoreaba olvidándose durante fracciones de segundo que era el rey y de todos los ojos que estaban puestos en él. No podría olvidar todo aquello ni aunque padeciera de amnesia.
— Yo lo defenderé como un padre, caballero o una bestia que no permitirá que le pongan una mano encima a su hijo. — De solo pensar que alguien pudiera lastimar a su bebé, ya todo un hombre, le hacía hervir la sangre. — Así que descuida, recuerdo hasta lo más mínimo y he seguido entrenando por mi cuenta, aunque claro, nada fue igual sin mi entrenador principal.
Yoongi sonrió al escuchar su comentarlo, no pudo evitar besarlo, lo extrañaba tanto, sus comentarios, su compañía, su canto mientras se bañaba que armonizaba la recámara principal del palacio... Echaba mucho de menos los diez años que pasó a su lado, la convivencia, todo desde el primer momento que lo vio...
— Por cierto, me gustó el nombre terrestre que escogiste para él pensando en el país que resido... Jeon Jungkook. — Mordió el labio inferior de Yoongi con una sonrisa. — ¡Me encanta!
— Siempre te tengo presente amor, a mí me encantó cuando el día de la boda me diste el mío. Yoongi... — sonrió — También había otro sobrenombre que me decías y me encantaba, ese nombre que hoy no escuché en nuestra intimidad.
— ¿Suga? — Yoongi asintió, compartiendo una risa con su esposo. — ¡Lored Suga!
— ¡Da Lored Atemin! — Los dedos de Jimin se entrelazaron en su cabello y en eso momento después de todo el tiempo que habían compartido juntos cayó en cuenta.
— Minrey, tu cabello... — Miró cada hebra con ansiedad. — ¿Estás enfermo? — El rey negó intentando besarlo pero fue rechazado. — Amor, dime...
— No estás a mi lado Park Jimin, Atemin de Luna Dorada. — Sonrió amargamente disfrutando de las caricias en su cabeza. — Ya sabes como funciona para nosotros.
Besó las mejillas de su esposo absorbiendo sus lágrimas y comenzó a descender su mano por todo su torso hasta llegar a su entrepierna.
— Quiero que olvides este asunto ahora. ¡Abre las piernas!
— Yoongi...
— Ahora dije... — Lo miró serio hasta que Jimin finalmente abrió sus pierna dejándose hacer. — Ahora hablaremos de otra cosa mientras te relajas. — Lo besó tendidamente, agitando su mano de forma rítmica, relajándolo y relajándose con sus sonidos. — Cuéntame del otro chico que te hizo dudar de que Jungkook fuera tu hijo.
— ¿E-en serio Suga, ahora? Mmmm. — Gimió mordiendo su cuello.
— La forma más efectiva para que expreses todo lo que sabes sin pensar demasiado y mantenerte relajado.
...
Jungkook se vio obligado a despertar, no solamente soñó con su padre sino que escuchó a otra voz llamarlo hijo, se descontroló completamente en ese sueño. Su fuerza había aumentado en demasía y su cama se había roto haciéndolo colisionar con el suelo. Abrió sus ojos sorprendido y con su respiración acelerada, sus manos literalmente congelada, y todos sus sentidos se habían triplicado.
Miró el lugar donde había caído y pudo ver algunas lozas fragmentadas por el impacto. ¿Qué había causado eso? ¿Por qué soñaba con su otro padre cuando ya estaba muerto y desde hacía muchos años que había dejado de soñarlo, de escucharlo? Su voz nunca era igual en sus sueños, siempre era distorsionada pero por alguna razón cuando era chico al menos lo calmaba, ahora, terminó en el suelo por una ráfaga de adrenalina o algo más que lo recorrió.
Salió de su habitación y se encontró con Taehyung frente a su puerta, haciendo un ademán que le indicaba que estaba a punto de golpear su puerta. Le dirigió la mirada con su rostro adormilado pero estoico, sin mucho ánimo de iniciar una conversación.
— ¿Estás bien? No podía dormir, me sentía intranquilo y cuando bajé a la cocina a tomar agua sentí un estruendo enorme providente de tu habitación. — Tocó sus brazos y Jungkook tuvo que echarse hacia atrás, el tacto de Tae hizo que algo extraño recorriera su cuerpo.
— Todo está bien. — Esquivó su cuerpo con una mueca de desagrado y se dirigió hacia la sala que tenía en el mismo piso, necesitaba saber que estaba pasando.
Debido al mal carácter y el tono áspero de su respuesta el terrestre lo iba dejar estar, sin embargo cuando se alejaba pudo notar que Jungkook parecía estar pasándola realmente mal. El televisor se prendió pero Kook simplemente se estaba dando pequeños golpes en la cabeza. Sin pensarlo dos veces Tae se acercó hasta donde este se encontraba para sostenerle las manos.
Todo lo que soñé e incluso otras imágenes que mostraban su palacio a Hedas y otras cosas que no sabía diferenciar estaban pasando frente a él, como si estuviera viviéndolo, como si hubiera sido abducido por su sueño y no entendía nada. Estaba consciente de que estaba despierte, entonces... ¿Por qué tenía esas visiones tan horribles que le causaban ese dolor de cabeza intenso?
Tae le hablaba pero su compañero parecía fuera de sí, se golpeaba como si en cuestión de horas se hubiera vuelto loco, le habló, le gritó e intentó sostenerlo pero a pesar de su fuerza era superada ampliamente.
Se sentó ahorcajadas encima de él, apoyando sus piernas con fuerza en el sofá y aguantó sus manos al mismo tiempo que llevó su boca a la de Jungkook. No sabía por qué lo hacía, o qué pensaba él que iba a resolver con eso pero, en ese instante, donde su corazón latía con fuerza, agitado y preocupado por el luniano fue lo único en lo que pensó.
En los primeros segundos Jungkook parecía resistirse pero después, todas sus visiones cesaron, el dolor de cabeza se extinguió y su cuerpo se comenzó a relajar, trayéndolo de vuelta a la realidad. Su boca se movía sin su consentimiento, cuando sus ojos finalmente se posaron en Taehyun, agradeció que lo sacara de ese trance aunque para ello hubiera tenido que besarlo.
Procuró liberarse pero Tae debido al susto no soltaba sus manos, realmente se había preocupado por él y además, no quería dejar de besarlo. Esa imagen del terrícola preocupado y con sus ojos cerrados sentado de esa forma encima de él le estaba encantando. Agitó fuertemente sus brazos aguantando él los de Taehyung y se liberó.
Tae se separó de su beso para observarlo, estaba preparado para su regaño después de todo lo que había pasado esa tarde en la oficina donde incluso lo empujó cuando quiso continuar besándolo, incrustándolo contra una de las mesas con fuerza. Había visto a Jungkook muy violente y seriamente se asustó, por lo qué haberlo besado ahora podía ser su mayor error.
Ni él mismo entendía por qué siempre buscaba besarlo, en todas las veces que se habían besado siempre empezaba el beso y no precisamente porque lo hubiera meditado con antelación, sencillamente sucedía una vez que lo tenía cerca y sus miradas conectaban.
Aún así sus motivos para besarlos esta vez no fue por deseo, mismo si después de profundizar en él todo cambió, llevándolo hasta donde se encontraba ahora, aterrado de la reacción que Jungkook pudiera tener.
Miró el orbe de sus ojos que lo miraban tan fijamente y su respiración desapareció por completo. Si no hubiera sido por el televisor que le daba directamente en los ojos podía haber jurado que habían estado brillando levemente. Permaneció quieto y listo para ser tirado al pisa, en cambio lo que sucedió no se lo esperó.
Vio como su compañero se mordió sus labios y se abalanzó hacia su boca, sujetando sus manos detrás de espalda y a la vez abrazándolo por la cintura pegándolo más a su cuerpo. Respondió a su beso e iba apartarse, realmente lo iba hacer sólo que, cuando lo iba hacer, todo su ser vibró al sentir su piel siendo directamente acariciada por él.
Por un momento su cuerpo se puso trémulo, como si estuviera temblando de frío pero esto era lo menos que sentía. El calor que lo recorría era abrasador, esa gruesa y dominante lengua de Jungkook estaba sometiendo a la suya que perdió la batalla por él control y lo dejó ser. Disfrutando como tanteaba cada lugar de su tibia cavidad.
— ¡Ah! — Mordió su labio al escucharse soltar un gemido cuando Jungkook comenzó a jugar con sus pezones. ¿Qué pretendía? No podía dejar que eso continuara pero... Se sentía tan bien.
Tirando del labio inferior de Taehyung el lunasio no pudo contenerse y terminó musitando algo a lo que ninguno de los dos puso mucha atención. — ¿Por qué dejas estos labios que parecen estar hechos para mí ser tomado por todos?
Con ansias despojó al castaño de su pijama, los botones volaron pero ninguno lo notó, no podían pensar o sentir nada más allá de las vibraciones de sus cuerpos y la persona contraria. Dejó su mano izquierda jugando con su pezón derecho y tiró del castaño con fuerza hacia él.
— ¿Qué estás buscando Taehyung? ¿A qué estás jugando? — No recibió ninguna respuesta, solamente sintió su labio ser mordido con fuerza y su cabello negro ser tirado con fuerza por las manos del contrario que comenzaba a a besar y succionar en su cuello.
Apoyó sus manos en las caderas de Tae oscilándolas como una ola que rompía con fuerza en la arena cuando venía hacia adelante y se retiraba lentamente antes de regresar otra con más fuerza. Su entrepierna dolía y los movimientos estimulantes del terrestre no lo estaban ayudando en nada. Quitó sus manos para acariciar aquel terso cuerpo pero Tae continuó su movimiento mientras sostenía a Kook fuertemente de su cabello y cuerpo, lamiendo cada pedazo de su piel de las clavículas hacia arriba.
Mordía esos hombros que no pudo dejar de notar cuando Jungkook salió de su cuarto sin camisa con gusto. Sintió como las manos intrépidas de Jungkook batallaban por quitarle el pantalón de su pijama y justo cuando se iba a mover para ayudarlo la tela del mismo se desgarró. Desvió su mirada hasta abajo y notó como la tela se encontraba en la mano de su compañero.
— Me estorba mucho. — jadeó Kook yendo hacia su pecho para morderlo. — Prometo comprarte otro.
Taehyung rió para después tirar de su cabello. — El tuyo... — Musitó en sus labios apenas distanciándose un milímetro.
— Álzate. — Aquel cuerpo se levanto y con tenacidad se deshizo de su pantalón.
No quedaba nada que intermediara la comunicación de sus pieles. Cuando el terrícola se volvió a sentar en el regazo de Jungkook buscó desesperado su mirada, encontrándola llena de lujuria únicamente centrada en él. Le excitó ver como ambos se encontraban tan acalorados con tan poco.
Reanudó el meneo de su cintura, con sus sublevaciones friccionándose entre si. Su respiración entrecortada lo hacía sentir como que si se estuviera quedando sin oxígeno y lo único que le ayudaría sería una respiración boca a boca brindada por esos labios hinchados por la excitación y mordidas.
— Bésame Kook, — pidió tirando de su cabello para darle un descanso a sus pezones, sabiendo que si lo dejaba un segundo más ahí se correría y quería seguir disfrutando de esa nueva sensación un rato más.
Jungkook lo ignoró y presionando sus nalgas, mordiendo, succionando y besando cada centímetro de su dorso. — Tu pedido no me ha llegado, fue muy seco y yo sé que lo puedes hacer mejor que eso.
Aferró sus dientes a la tetilla izquierda, moviendo sus cadera a la par de sus movimientos.
— ¡Mierda! — Jadeó presionando su cabeza moviéndose aún más rápido. — K-kook... B-bésame, por favor. — Gimeó apoyando sus manos con firmeza en sus hombros.
Con una sonrisa de satisfacción Jungkook lo hizo inclinarse en un beso mientras hábilmente le dio la vuelta y lo dejó caer el el sofá. En su mente Tae le iba a preguntar que hacía pero, sentirlo descendiendo, con sus manos inmovilizadas en su cabeza lo hacía olvidarse de esos pequeños detalles y dedicarse solamente a sentir.
Un tamborileo con roce suave en sus testículos lo hizo estremecerse pero cuando sintió que esa misma mano subía hasta su miembro y se apoderaba de él, levantó sus caderas en busca de más como si quisiera llegar al techo de la casa.
Siempre vio a Tae atractivo pero en ese estado lo encontraba totalmente irresistible. Su cabello castaño revuelto, sus labios hinchados, su pecho dejando ver lo mucho que le costaba regular su respiración, sus ojos cerrados, sus caderas tomando vida por si sola bajo su toque, todo era enloquecedor.
Con destreza comenzó a levar la presión de la base hasta la punto para liberarlo y regresar con la mano en posición contraria, siendo el índice y el pulgar los que apretaban su base mientras que el meñique estimulaba su frenillo y glande.
— ¡Más Kook! — Jadeó agitando sus caderas como si le estuviera haciendo amor a su mano. — Kook. — Gimió en protesta cuando notó que nada lo tocaba.
Jungkoom cerró sus piernas y se sentó él a ahorcajada, tomando ambos miembros entre su mano para después inclinarse a pesar su cuerpo, ascendiendo hasta llegar a su boca, irrumpiendo con su lengua sin pedir permiso.
El cuerpo del terrestre lentamente se convirtió en oleadas de placer que decrecían y fluían implacablemente como el movimiento de las manos de Jungkook. Podía sentir como sus erecciones jugaban entre ellas mientras estaban siendo comprimidas y estimuladas. EL sonido del televisor y varios sonidos lascivos resonaban en toda aquella sala.
Rastreando sugestivamente el cuello de Tae con su lengua, Kook procedió a chuparlo suavemente. Un furioso chupetón púrpura floreció al instante en el pálido cuello del castaño que le sacó una sonrisa al luniano.
Estaba cerca, Tae estaba consciente de que, si eso continuaba, lo más probable era que, bajo la mano de ese hombre alcanzara uno de los mejores orgasmos de su vida.
— Kook... — Frunció el ceño y no pudo hacer nada más que aferrarse fuertemente a la mano que Jungkook tenía en su cuello mientras movía sus caderas al unísono con él.
— ¡Muévete más! — Ordenó su voz cortada que avisaba que llegaría junto con él. — Ahora Taehyung.
Obedeciendo su orden agitó más fuerte sus caderas, comenzando a subirle al volumen de sus jadeos a medida que el orgasmo formado en sus testículos ascendía junto con todo aquello que iba a liberar.
— ¡Ah! — Se oyó gritar a Tae como si le hubieran obligado hacerlo. — ¡Mierda! — Susurró aunque fue oído por Jungkook.
Este se dejó caer sobre el cuerpo de Tae para acariciarlo y besarlo pero cuando lo iba a besar, notó como este se había quedado dormido justo ahí. Sonrió y luego miró hacia su mano, su miembro no se había enterado que había soltado algo. Gruñó y se levantó al baño para buscar algo con lo que limpiar a Tae. No pudo evitar volver a sonreír cuando lo terminó de limpiar y acarició su cabello. Lo tomó en sus brazos y lo llevó hasta su habitación para después bajar y acostarse en otra de las habitaciones para intentar conciliar el sueño, cosa que veía poco probable, pero que debía procurar.
Se acostó en aquella cama mirando al techo y revivió cada instante de lo sucedido esa noche. ¿Cómo sucedió eso de forma tan inesperada con Tae? No le importaba, le había gustado aunque ahora, quería más, no le había sido suficiente.
...
— Por todo eso fue que pensé que Kim Taehyung podía ser mi hijo. — Jimin le contaba a Yoongi todo lo que había investigado sobre él y su esposo pareció no prestarle mucho atención hasta que mencionó la caja, el anillo y la foto que él le había mostrado.
— ¿Quieres decir que ese chico tenía un anillo justo como el que yo te regalé el día de nuestra boda y que tú le dejaste a Jungkook cuando te viste obligado a regresar? — El rubio asintió. — Eso no es posible, existen solamente dos, el que yo te di que lo tengo en todo momento conmigo, míralo aquí. — Mostró su mano. — Y el que...
— ¿Y el que qué Minrey?
— ¿Dices que tenía una marca de nacimiento como la tuya y como la de Jungkook? — Volvió asentir arrodillándose en la cama, observando como su rey miraba la foto que Taehyung le había mostrado, la misma a la que le había hecho copia. — Sus manos...
— El hombre que aparece esta foto, Jung Hoseok es quien al parecer es el padre y él una vez vino a mi antiguo instituto a buscarme, hablándome de cosas que yo pensé eran sin sentido. Pero después me mencionó Luna Dorada y yo entré en pánico, simplemente lo mandé a sacar del lugar. Pero cuando vi esa foto y todo lo demás me confundí mucho y por eso fue que llamé a Esir... — Pausó — Le pedí que me ayudara a localizarlo pensando que solamente él podía tener las respuestas pero ese hombre no aparece por ningún lado.
Yoongi permaneció viendo aquella foto mientras acariciaba su anillo y abrazaba a su Atemin.
— ¿Suga?
Hallo meine Lunianos! - ¡Hola mis lunianos!
Bueno, una vez más aquí estoy de madrugada entregándoles este capítulo que espero hayan disfrutado. 🙈
Quiero dedicarle este capítulo a una de mis lectoras y amiga iiuvixx que está cumpliendo años. 🥺🎉🎊 Un añito más de vida para ti corazón, casi se me pasa, pero en México todavía no ha pasado, así que espero que lo hayas pasado lindo y te deseo lo mejor. Gracias por brindarme siempre tu apoyo.
❤️💋Love you - Ich liebe dich - Te amo - Ti amo - 사라해 - Lored💋❤️
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