Capítulo 12

Sentado en el estudio de su casa, con las brazos apoyados en el escritorio y su cabeza perdida entre sus manos Park Jimin descansaba la vista tras pasarse horas buscando información acerca de Taehyung y Jungkook.

Los archivos de ellos que se encontraban en la universidad no le sirvieron de mucho, más allá de su nombre y dirección, no había mucho más, en sus números de contacto en caso de alguna emergencia el estudiante Taehyung tenía el número de los padres de Seokjin.

En cuanto a Jungkook, todo fue aún más confuso, según su información sus padres ya habían fallecido desde que él era un bebé, fueron los fundadores de un instituto de investigación, mismo centro del que aparecía como su tutor desde el momento del accidente de sus padres y que tenía un alto puesto en dentro de este, siendo ahora el presidente de IPIAM - Instituto Privado de Investigación Aeroespacial M. Lugar con gran prestigio y único en todo el continente asiático que no tenía nada que ver con el gobierno y era reconocido no solo nacional también internacionalmente.

Eso tal vez le explicaba los grandes conocimientos que tenía el chico sobre la astronomía, de los centros privados de investigación no se llevaba constancia alguna referente a sus avances o descubrimientos por lo que, fácilmente, ese chico podía tener esos conocimientos ya mostrados y muchos más. Mismo que le llamaron la atención, quizás por eso había hecho tanta fijación con el muchacho.

Suspiró decepcionado y frustrado, todo parecía conducirlo a un callejón sin salida. Archivando los documentos que se encontraban en su mano luego de hacer aquellas primeras llamadas, decidió que era mejor deja de investigar a Jungkook y enfocarse solamente en Kim Taehyung.

Necesitaba dar con el paradero del padre de Tae, tal vez así podía resolver la mayoría de sus inquietudes, al menos algo, no estaba seguro de qué exactamente, pero sabía que él podía aclarar muchas cosas.

La única vez que lo vio todo fue tan rápido, apareció tan de repente que no tuvo tiempo de pensar y terminó reaccionando como no se lo esperaba, cosa de la cual se arrepintió en cuanto lo vio marchar. Contaba con que aquel hombre volviera aparecer pero jamás fue así y ese sentimiento de culpa permaneció en él todo ese tiempo, hasta ahora. Que por una jugarreta del destino volvía a saber de él como menos lo esperaba. ¡Así que Taehyung era su hijo!

Ese hombre era su esperanza y única salida aunque quien realmente podía aclarar todo era esa  otra persona... Esa que no podía contactar.

Suspiró fuertemente, ya no tenía ideas en su cabeza para averiguar más en ese momento por su cuenta, necesitaba ayuda...

Una parte de él decía que tal vez era mejor no revolver el avispero y dejar todo tal cual estaba pero no podía hacer, por mucho que quisiera no podía, había demasiado en juego como para quedarse con los brazos cruzados.

Miró a su alrededor, tamborileando sus dedos en aquella enorme mesa de cristal, observando su mano, sus marcas y recordando nuevamente la foto de Tae, el anillo... Apretó sus manos fuertemente, deteniendo el todo sonido que su tamborileo creaba para luego llegar su mano derecha a su cabello castaño y totalmente revuelto que caía en su rostro molestando sus ojos.
Rodó su silla hacia atrás, mientras tenía la mirada fija en aquel lugar de su estudio teniendo finalmente la fuerza necesaria para levantarse y firmemente caminar hacia ahí. Tocó aquella hermosa estatua de bronce que tanto atesoraba, sintiendo como su respiración se agitaba lentamente, justo antes de girar la cabeza de aquella estatua.

Después de tanto tiempo volvía ver abrirse aquella puerta que lo guiaba a un espacio donde él casi perdía su juicio y cordura, lugar donde había dejado guardadas todas sus esperanzas, a donde ahora volvía a ir.

Atravesó aquella puerta, sintiendo como se cerraba su paso mientras sus manos sudorosas y trémulas le dejaban saber cuan nervioso estaba aunque no quisiera aceptarlo.

No era un cuarto secreto, después de todo nunca visitaban su casa, desde hacía más de cinco años solamente recibió visitas esporádicas de sus padres y hermano, quienes iban solamente a chequear que no se hubiera vuelto completamente loco. Sin embargo quería un lugar que fuera como un refugio donde ni siquiera él mismo supiera donde estaba una vez dentro.

Miró cada detalle a su alrededor viendo todas sus investigaciones y no pudo contener las lágrimas que comenzaron apoderarse de él. Colocó sus manos en una mesa polvorienta tratando de recomponerse rápidamente. Ese no era momento para llanto, tenía algo específico que buscar. Rodeó aquella mesa e hizo una cuchilla frente a la misma, llevando su mano hasta la última pequeña gaveta e introdujo un código que la hizo abrirse automáticamente.

Allí estaban, aquellos raros papeles, la única foto que tenía de su pasado  y la tarjeta que en esos momentos necesitaba. La tomó en su mano junto con la fotografía y nuevamente comenzó a llorar, pasando sus dedos que estaban sufriendo de un leve tembleque lentamente por aquella foto. La dejó caer en la gaveta y la cerró de golpe, apretando la tarjeta que tenía en la mano y saliendo velozmente de aquel lugar.

Tomó su móvil de encima de la mesa del estudio y marcó los dígitos que ahí aparecían.

— Sí, soy yo, el profesor Park. Lamento molestarlo a esta hora o lamento molestarlo del todo pero necesito un favor inmenso de su parte y no tengo a quién más recurrir. Tal vez no debía llamarlo pero es mi única opción. Verá... — Miró la foto que tenía encima de la mesa junto a los documentos que estaba mirando rato atrás y supo que debía seguir adelante. — Necesito que me encuentre a Jung Hoseok...

...

¡Taehyung, despierta! — Escuchó entre sueños Tae, renuente abrir sus ojos debido a su cansancio. — Entrarás tarde a tu trabajo... — Ese Jin sí que era molesto.

— Hyung, por favor déjame cinco minutos más. — Habló enroscándose en la sábana pero sin abrir sus ojos.

— No soy tu hyung y no tengo que estar preocupado por ti, esta es la última vez que te llamo y si no te levantas no te llevaré hasta tu trabajo.

¡Diablos! Se le había olvidado totalmente por un momento donde estaba. Claro que esa gruesa voz no era de su hyung, además él no tenía acceso a donde se estaba quedando. Estaba con Jungkook.

Lo primero que vino a su memoria fue el beso de la noche anterior y sintió su cabeza explotar y su cuerpo tensarse. Abrió los ojos lentamente y allí se encontró con esa figuro perfectamente vestida, en traje y mirándolo fijamente.

Ya había visto todo lo que se escondía detrás de ese traje perfectamente entallado a su cuerpo y la verdad que aunque así se veía atractivo estaba mucho mejor al natural. Lo miró y no pudo evitar reírse de sus propios pensamientos.

— ¿Qué te causa gracias? — Preguntó serio Jungkook. — Acaba de levantarte por favor, debo reunirme con alguien y estoy atrasado.

— ¿Eres un hombre de negocios ahora? Hasta donde tengo entendido aún vas a la universidad al igual que yo. — Contestó finalmente poniéndose de pie mientras se acercaba.

— No discutiré mis asuntos privados contigo, ya te lo advertí, te espero abajo. — Gruñó e hizo el ademán de irse pero Tae lo detuvo.

— Espera un momento.

Se acercó y subiendo lentamente su mano por su brazo llegó hasta el cuello para luego con ayuda de su mano desocupada arreglar su corbata. Jungkook lo miró sorprendido y el disfrutó con esa reacción, esbozando una sonrisa cuando alzó su saco.

Palmeó sus hombros y alzó la mirada, encontrándose con unos ojos marrones que lo miraban confundido. Sí, Jungkook era un hombre sumamente atractivo, su boca, nariz, orejas, ese cabello que caía sobre su frente son soltura, su tersa piel y sus labios. ¡Oh esos labios que le traían ahora recuerdo nada desagradables! Por el contrario, eran recuerdos que quería guardar profundamente.

Jungkook se iba alejar pero una vez más no se lo permitieron.

— ¿Qué crees que estás haciendo? Lo que ocurrió ay-

Era tan duro para Tae darle seguimiento a sus palabras cuando estaba tan hipnotizado con sus labios moverse que para lograr detenerlos, los apresó con los suyos. Sin importarle siquiera que se había acabado de levantar y que aún no se había cepillado los dientes, cosa con la que era muy quisquilloso.

Justo así, así se sintió la noche anterior cuando por primera vez unieron sus labios en un beso que él propició, justo como lo estaba haciendo en ese instante. Todo se sentía como un dèjá vu pero también como si fuera algo totalmente nuevo y diferente.

Esta vez no atacó esa boca con besos castos y simples, no era un simple roce de labios porque él quería más, sabía la potencia que podían alcanzar sus besos y quería sentirla, volver a vibrar con sus labios, su lengua, su saliva, y su deliciosa respiración que tanto le había afectado.

No esperó a que Jungkook tomara el control, tomó la iniciativa por si solo y le gustaba sentir que llevaba el control de la situación y que no lo rechazara ya era un avance.

Lo atrajo más hacia él y como si ya se conocieran de toda una vida sus lenguas se entrelazaron, recorriendo cada milímetro de las mismas y sus cavidades bucales. No tenía idea de como un beso podía sentirse tan bien, nunca había besado tan profundamente a alguien, ni sentido todas aquellas sensaciones que lo recorrieron en un instante, en un beso, en un primer beso, con un casi desconocido pero que lo estaba volviendo loco.

Las manos del luniano lo apretaron con fuerza y sus brazos lo sostuvieron firmemente, era un agarre fuerte donde en ese momento se sintió protegido. Un agarre del cual definitivamente no quería zafarse.

Sintió que se quedaba sin aire por un segundo pero no supo cómo pudo seguir besándolo sin detenerse a respirar, simplemente sucedió y él no iba a detenerse para averiguarlo. Aquellas dientes que tiraban de sus labios, que los torturaba deliciosamente como la noche anterior, como nunca se lo habían hecho. No se percató que había soltado en gemido, ahogado por el beso.

La imagen de ese hombre desnudo le vino a la mente y definitivamente quería volver a tener esa vista delante de él. Dejó que sus manos descendieran hasta el trasero de Jungkook y lo apretó con fuerza, suspirando de satisfacción al palparlo.

Al sentir como agarraban sus glúteos el luniano lo apretó con fuerza caminando hasta su cama con él en sus brazos y lo dejó caer. Sus miradas llenas de lujuria se encontraron dando autorización para que fueran más allá de esos besos. La iris amarilla de los ojos de Kook hicieron a Taehyung morderse sus labios. Amaba esos cambios de colores tan repentinos en él.

Se incorporó un segundo y tiró de la corbata hasta que este cayó a su lado, colocándose rápidamente a horcajadas encima de él. Esa era una hermosa vista. Tae sonrió ante sus pensamientos y prosiguió instintivamente a despojarlo de toda su ropa, ese traje estorbaba por muy bien que se le viera.

Ni siquiera notó en el momento que él también quedó desnudo, estaba perdido entre las caricias y los besos de ese hombre, marcando como si fuera de su propiedad.

— ¡No me muerdas! — Exclamó Jungkook mientras tiraba de su cabello para besarlo con fiereza. Besando esos labios como solamente él sabía hacerlo.

Taehyung entre risas se separó de su cuerpo y lo volteó hábilmente, dejando ese endiosado trasero a su merced. Nunca antes había deseado devorar uno tanto como deseaba hacerlo con ese, ni siquiera recordaba si lo había deseado en lo absoluto.

Separó aquellos glúteos con ambas manos y se hundió en las profundidades de su cuerpo.

— ¡Mierda!  — Exclamó Taehyung cerrando los ojos.

— Abre los ojos... — La voz de Jungkook comenzaba a escucharla tan lejana, ya no le importaba lo que decía, simplemente estaba disfrutando lo bien que se sentía su interior. — ¡Taehyung! ¡Abre ya los ojos Taehyung!

Lentamente comenzó abrir sus ojos, su vista estaba nublada y no podía ver con claridad aunque segundos más tarde ahí estaba, el rostro de Jungkook, un rostro estoico que lo confundió. Se preguntó internamente que sucedía, cuando hacía nada que este lo estaba mirando de una forma tan sensual.

— ¿No piensas ir a trabajar? Mira ya la hora que es, has estado durmiendo desde que terminamos de cenar ayer y te desmayaste en el ascensor. Ya han pasado quince horas.

Espera... ¿Qué? ¿Cómo era posible que había estado dormido por quince horas? Cerró fuertemente sus ojos y se incorporó, percatándose de que efectivamente estaba acostado en su cama, con el mismo atuendo que llevaba mientras cenaban y Jungkook estaba vestido totalmente de negro, con ropa deportiva y su cabello desarreglado, dejando ver que había estado haciendo ejercicios.

No sabía donde esconder su cara. ¿Todo eso había sido un sueño? ¿Tuvo por primera vez sueños húmedos con un hombre? ¿Con Jeon Jungkook? No entendía qué demonios le estaba ocurriendo, ya ni siquiera sabía si lo del beso de la cena había sido real o también era parte de su imaginación.

— Sobre lo que ocurrió ayer en la cena...

Se levantó de golpe corriendo al baño avergonzado, no quería hablar de ello ni como se había lanzado a besar a otro hombre. No era homosexual, ni siquiera se había sentido atraído por él, no entendía qué había desencadenado aquel momento de locura pero ahí se iba a quedar. Como si no hubiera pasado nada, no quería hacer las cosas incómodas entre ellos sin necesidad.

— Olvida eso, hagamos de cuenta que no ocurrió nada, — cerró la puerta del baño y se quedó apoyado en ella, dejando escapar un suspiro.

Jungkook frunció el ceño frente a su actitud, no entendía absolutamente nada pero de igual forma no quiso enfatizar y hablar del tema. Después de todo él iba también a disculparse por lo ocurrido pero no había necesidad de reaccionar de esa manera. Agitó su cabeza y caminó hasta la puerta del baño, dando unos leves toques que sobresaltaron Taehyung, quien todavía estaba recostado a la puerta.

— No tardes mucho en el baño para que me de tiempo dejarte en tu trabajo cuando vaya para el centro. Te esperaré en la entrada en veinte minutos. — El día anterior se dijo a si mismo que no llevaría más a Taehyung a ningún sitio pero como sabía que no estaba en muy buenas condiciones decidió llevarlo a su trabajo.

No pudo ni siquiera reaccionar, cuando iba a responder que mejor se iba solo escuchó la puerta de su habitación cerrarse.

Veinte minutos después y como si nada hubiera ocurrido Taehyung se estaba sentando en el auto de Jungkook sin mirarlo, al menos no directamente. Lo miró de soslayo cuando se estaba abrochando el cinturón de seguridad y nuevamente no entendía o creía que él hubiera besado a ese hombre, él. Las mujeres era lo que le atraía, no juzgaba a quienes tenían preferencias diferente pero simplemente él no era uno de ellos.

Tampoco entendía que Jungkook con lo arisco que solía ser en ocasiones y la distancia que siempre mantenía entre ellos respondiera su beso de esa forma, que lo hubiera besado de esa forma tan... Apoyó la cabeza en el respaldo del asiento y suspiró con los ojos cerrados. De esa forma tan deliciosa...

Agitó su cabeza ignorando que Jungkook también lo observaba, necesitaba olvidar ese episodio tan raro.

La vibración de su teléfono lo sacó de sus pensamientos. Leyó los mensajes y maldijo haberlo olvidado. Tanto Jin como él habían prometido celebrar junto a Park Seojoon su cumpleaños. Había olvidado por completo el cumpleaños de quien quizás era su único amigo a parte de Jin, fueron muy unidos durante la secundaria pero él entró a trabajar directamente en la empresa de su padre sin entrar a la universidad con ellos. Cosa que hizo que ya rara vez se vieran aunque al menos para sus cumpleaños, siempre se reunían los tres y esa noche era el cumpleaños de Seojoon.

Su relación con su mejor amigo no estaba en su mejor momento, sabía que sería incómodo el encuentro pero a la vez era una oportunidad para arreglar las cosas entre ellos, no le gustaba cuando estaban disgustados.

— Esta noche regresaré tarde a casa ya que es el cumple de un amigo e iremos a una disco a celebrarlo. — Un momento... ¿Por qué le daba el parte de lo que iba hacer? Suspiró regañándose internamente.

— ¿Una disco? He oído hablar de ellas, dicen que ustedes los humanos ahí se divierten mucho. ¿Realmente se puede ser tan feliz en un lugar?

Taehyung frunció su ceño, haciendo una mueca con la nariz y volteó suavemente su cabeza hasta mirarlo por primera vez en el día de forma fija. — ¿Nosotros los humanos? — Soltó una risa mientras enarcaba una ceja. — ¿Acaso tú eres un extraterrestre o un Dios bajado del cielo?

Jungkook se removió nervioso en su asiento frente a la burla de su acompañante, había cometido un error que bien podía haber sido garrafal.

— Ya quita esa cara que no me estoy burlando de ti, simplemente me hizo gracia que hablaras de esa forma, no es común. Pero da igual... — Se calmó poniendo su mirada en el tráfico que tenían delante. — ¿Nunca has ido a una disco? — Jungkook negó con la cabeza. Tae lo miró de soslayo y sonrió, no entendía como un hombre de 24 años no hubiera ido nunca a una discoteca. — Entonces esta noche te espero en mi trabajo a las once y media de la noche. No será muy lejos de ahí por lo que podremos ir juntos.

No se esperaba esa invitación y la verdad que nunca le llamó la atención nada de eso pero no tenía un mejor plan para hacer luego de encontrarse con Namjoon y Esir. Miró a Taehyung, centrándose en la dulce risa que adornaba sus labios, esos labios...

— De acuerdo, a las once y media te estaré esperando fuera de tu restaurante.

💋💋💋

Hola nuevamente mis lunianos.🌕☺️
Nuevamente nos encontramos al final de este capítulo. Pronto estaré actualizando así que espero que lo esperen con ansias. 😘

https://youtu.be/jC_3ZwsFW90

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