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Martes 19 de mayo, 7:08 a.m
Taeko caminaba desanimada por los pasillos, no tenía idea de que hacer. Estaba molesta, confundida, desconcertada y triste. Se había enterado de los sucesos de hace unos minutos y "su novio" se encontraba sentado junto a aquella chica que comenzaba a odiar.
Aishi se había convertido en alguien imposible de tratar, no importa cuanto lo intentara, no podía alejarla de Budo, ser intimidante no era una habilidad que Taeko tuviera.
Se sentía completamente frustrada, se supone que su chico solo debía tener ojos para ella y no debería pensar en nadie o nada más.
Así era ella cuando estuvo con su ex, mucho antes de conocer a Budo. Se supone que ambos deberían estar juntos todo el tiempo...
Sin duda algo no andaba bien en Taeko luego de su primera relación, su inocencia fue usada en su contra y ahora, años después, le estaba trayendo consecuencias negativas.
Caminar y tomar un poco de aire freso era lo que necesitaba para calmarse. Ella salió y comenzó a caminar con rumbo a uno de los jardines tradicionales.
Justo antes de llegar a su destino se quedó congelada al pasar justo al lado de la cafetería exterior, recordó con molestia y dolor lo que pasó hace casi dos semanas. Recordó como se puso a llorar luego de que él la haya "saludado", le dolió haber sido tan vulnerable ese día y le dolió aun más todo lo que vivió esa semana, su ruptura, la aparición de esa niña que le hacía la vida imposible y el maldito regreso del sinvergüenza de su ex.
Comenzó a sentir impotencia, en sus ojos comenzaban a acumularse las lágrimas, su pecho comenzaba a doler y se formaba un nudo en su garganta. Levantó la mirada y caminó hacia el jardín antes de comenzar a llorar.
Se sentó en aquella banca de piedra, apoyó sus brazos en sus piernas y su mirada no se despegó del suelo, aun sentía muchas ganas de desmoronarse en ese momento y comenzar a llorar.
Así lo hizo.
Las saladas gotas llenas de tristeza comenzaron a deslizarse por sus mejillas, caían y mojaban poco a poco su regazo. Intentó callar sus sollozos pero le fue imposible callar el dolor que sentía su corazón.
Ahora una nueva preocupación había llegado, ese maldito hombre que le hizo tanto daño había regresado. El principal motivo de sus lagrimas y lamentos había vuelto a hacerle la vida imposible.
Se cubrió el rostro con las manos y se dispuso a gritar lo que tanto atormentaba su corazón, pero el miedo a ser escuchada fue lo que la hizo guardar silencio. No se confundan, no le importaba si alguien sabía que ella estaba sufriendo por un hombre que le había hecho daño antes, Taeko tenía miedo de ser escuchada por ese maldito o alguno de sus "espías", como ella les llamaba.
Tanto miedo había sido sembrado en su corazón que ya ni siquiera tenía la libertad de decir sus pensamientos en voz alta, tantos malentendidos de los que ni siquiera se le hubieran ocurrido habían sido causa de recurrentes discusiones y fue entonces que se dio cuenta de que debía de tener mucho cuidado.
Mientras intentaba pensar en todo lo que pasaba, un recuerdo no tan malo llegó a su cabeza. Su respiración se clamó y sonrió al recordar cuando Budo, su héroe, había aceptado su confesión. Su felicidad no duró más de cinco segundos, su sonrisa volvió a desvanecerse y esta vez soltó un sonoro, fuerte y desgarrador grito mientras sujetaba su cabeza.
¡¿Cómo no lo pensó antes?!
Budo de seguro estaría en un grave problema...
¡¿Cómo no se dio cuenta de la estupidez que cometió al publicar que estaba junto a Budo?!
-No.... No, no, no... Esto no puede estar pasando... ¡¿Como fue que pasó?!
Su voz era casi inaudible debido a que el llano no la dejaba hablar correctamente, pero aun así alguien pudo escuchar lo que dijo.
Llevaba tiempo siguiendo a la chica, viendo con detalle lo que hacía la pelinegra. Buscaba la forma adecuada de acercarse pero no lo hizo al ver que había comenzado a llorar, solo se quedó observando para intentar deducir el motivo del llanto de la chica.
Examinaba la expresión de la chica con mucho cuidado desde cierta distancia. Estaba curioso por saber que sucedía por la cabeza de Taeko, aun así no se acercó a preguntarle, ni siquiera sintió una gota de empatía por ella.
Su rostro se mantenía serio, sin expresión alguna, como algunos dirían "vacío" o "sin vida". Sus ojos no tenían ningún brillo, eran completamente indescifrables como él. Eran el completo reflejo de su alma.
Frunció al escuchar el grito que soltó Taeko y escuchó claramente lo que había dicho y comprendió inmediatamente a lo que se refería. Fue allí cuando decidió intervenir.
Comenzó a caminar lentamente hacia ella, sus ojos se encontraron y sintió cierta satisfacción al percibir la mirada llena de temor que tenía Taeko, extrañaba esa sensación.
-K-ko-... digo c-cariño...
-¿Cómo eres capaz de llamarme así?¿Acaso eres tan tonta como para no saber las idioteces de las que hablan todos?
-Yo puedo explicarlo...
-Creo que no necesito tus estúpidas palabras.
Su miedo se había hecho realidad, y era peor de lo que imaginaba. Taeko no esperaba verlo tan temprano por la mañana, se dio cuenta de que tuvo mucha suerte de no haberlo visto ayer.
Bajó la mirada intentando contener el llanto, tenía que ser fuerte al menos para confrontar este problema.
Cerró los ojos y esperó lo peor, ya no pudo aguantar sus lagrimas y volvió a llorar.
Inesperadamente sintió una calidez inesperada, abrió sus ojos con timidez y elevó la mirada con desconfianza e incredulidad, él estaba secando sus lágrimas mientras sonreía con una mirada cálida.
¿En verdad ese era el chico que le hizo tanto daño?
Quiso apartar aquellas manos pero le fue imposible moverse, había sido apresada en un abrazo.
-No te asustes... Sé que es falso, tú nunca harías algo así ¿verdad?
La última palabra la dijo de forma amenazante, advirtiendo e intimidando a Taeko quien asintió y correspondió el abrazo con temor.
-Nunca...
Luego de unos segundos se separaron y él tomo las manos de su acompañante.
-¿Me extrañaste? Porque yo si lo hice.
La chica tardó en procesar la pregunta, cerró los ojos y se tranquilizó para después solo asentir.
-Te dije que podías estar tranquila, no haré nada. Sé que no tengo de que preocuparme, sé que serías incapaz de hacer algo así y confío lo suficiente en Budo como para saber que no se acercaría a la chica que me gusta.
-¿Cómo estas tan seguro?
-¿Qué insinúas?¿Dices que si pasó algo?
-¡Y-yo nunca dije eso! Es solo que no sabía que eran amigos...
-Pues supongo que nunca te hable sobre él, digamos que es un amigo y compañero que conocí durante mi entrenamiento. Budo es una persona en la que siempre se puede confiar si está de tu lado y sé que nunca haría algo así porque existen códigos, nunca me metería con su chica ni aunque quisiera.
-¿Q-qué clase de entrenamiento...?
-Hoy estás muy curiosa... Te responderé porque estoy de muy buen humor esta mañana. Ambos entrenamos artes marciales juntos, él es prácticamente mi maestro.
Taeko no perdería esta oportunidad para saber todo acerca de la relación entre Budo y Koun, le sería de mucha ayuda.
-¿Sé conocieron en alguna escuela o concurso?
-Lo que te diré es prácticamente un secreto, un secreto que sé que guardarás y jamás mencionarás a nadie.
-¿Qué clase de secreto?
-Primero promete que nunca hablaras de ello incluso si estás parada en frente de alguna persona involucrada.
Eso en verdad sonaba sospechoso, a ojos de Taeko era una posible mentira, pero aun así aceptó.
-Lo... Prometo.
-Escucha, él, yo y muchos jóvenes más de todas partes del mundo entrenamos para Saikou. Una pequeña parte de esa empresa se encarga de entrenar a jóvenes e incluso niños que juran lealtad a mi familia.
Todo parecía sacado de una película pero las últimas palabras la dejaron confundida, ¿su familia?
-Creí que tu apellido era-
-Tú lo dijiste, era, yo era menor de edad y estuve con ese apellido gran parte de mi vida pero me decidí por mi verdadero apellido, ¿creí que te lo había dicho? Soy hijo adoptivo de la familia Saikou, hermano mayor de nuestra presidenta del concejo estudiantil.
-¿Qué...?
-No vayas a estar gritando por ahí que soy un Saikou, y mucho menos lo de "hijo adoptivo" te lo estoy diciendo porque confió en que no dirás nada.
-...
-Sé que suena completamente extraño y sé que de seguro piensas "¿Por qué nunca lo anunciaron públicamente?" y algún día te responderé, pero no ahora.
-... Entiendo.... pero, hace un momento mencionaste algo de niños, ¿no estás exagerando?
Taeko creía sin dudarlo que Koun estaba mintiendo.
-No, de hecho Budo fue uno de esos niños.
Esa respuesta la dejó sin habla, ahora no tenía idea de si ese comentario y todo lo que le había dicho era verdad o mentira.
El propósito de Koun no solo era hablar de algo importante con Taeko, sino también dejar en claro que Budo no era alguien que ella creía conocer si es que había algo entre ambos, aunque lo dudara de todas formas no estaba demás tomar medidas preventivas.
-Te dije que ni aunque quisiera podía fijarme en su chica.
-Si... -respondió aun sin poder procesar lo dicho anteriormente.
-Bueno, eso es porque su chica es-... Alguien muy importante.
Koun se golpeó internamente al casi decir algo que pudo haberle costado la vida, estaba completamente prohibido hablar de "La gran duquesa" o más popularmente conocida como "La reina" y todo lo relacionado con ella.
Aun así, Taeko comenzó a armar el rompecabezas, juntaba las piezas y comenzaba a entender. Tenía miedo de preguntar lo que creía, solo miró a Koun y sonrió ligeramente.
-¿Por qué me cuentas estas cosas?
-Bueno... Verás, se acerca el aniversario de la fundación de esa parte de Saikou y se celebrará una gala. El propósito no es solo celebrar y reconocer a las personas involucradas, sino también invitar a personas externas para que conozcan a aquellos que trabajan por Saikou. Resumiendo es importante llevar a un acompañante al baile.
-¿Y-yo...?
-Si, pensé que no sería mala idea invitarte.
-Oh... -Taeko comenzaba a dudar, pensaba en la propuesta inesperada de Koun pero también pensó en Budo, si lo que el pelinegro le había dicho era cierto, entonces Budo también le hubiera hablado de lo mismo y la hubiera invitado- Yo... estoy alagada pero no sé que decir...
-Di "sí" es así de fácil.
-¿Cuando es?
-Mañana por la tarde.
Definitivamente comenzó a dudar, no de Koun, esta vez de Budo. Antes de decir algo tenía que aclarar algunas cosas antes de arruinar su progreso con Masuta.
-Hm... ¿Hace cuanto tiempo les informaron sobre el evento?
-¿Por qué quieres saber eso?
Koun comenzaba a sospechar de Taeko.
-No malinterpretes nada, es solo que si te lo dijeron antes pudiste haberme invitado antes y yo me hubiera preparado adecuadamente.
EL chico le encontró sentido a aquella respuesta e intentó recordar cuando le informaron formalmente acerca del evento.
-Hace casi un mes, no te lo dije antes porque estaba de viaje y no tenía tu nuevo número.
-Oh...
El nuevo y resiente temor de Taeko se había hecho realidad, Budo no le dijo nada porque no tenía planeado invitarla, incluso tal vez ya habría invitado a cierta chica de segundo año.
-No lo sé, no creo que me de tiempo de encontrar un vestido o ropa formal para una gala organizada por esa familia.
-Sé que lo harás.
-¿Me... dejarías pensar en asistir o no?
-¿Qué...?
-Es que necesito pedirles permiso a mis padres, tambien tengo que conseguir la ropa y tengo tareas y trabajos pendientes.
Koun suspiró con molestia y aceptó que la pregunta había sido repentina, pero no aceptaría un "no" como respuesta, esta vez le cumpliría el "capricho" a Taeko.
-Bien, espero tu respuesta antes de que el día termine y si se puede antes de que terminen las clases.
-Si...
-Me tengo que ir, tengo algo importante que atender.
-Ve, no te quito más tiempo.
Koun se retiró incluso antes de que Taeko le respondiera, caminó con la frente en alto como si nada importante hubiera sucedido, aunque según él "se reencontraría con alguien que lo hacía feliz" pero para nada se notaba su "felicidad".
Taeko, por otro lado, estaba confundida y comenzaba a dudar de Budo, algo que nunca había hecho. Caminó con dirección al baño para lavar su rostro y quitar todo rastro de lágrimas.
Se miró al espejo y bajó la mirada para intentar calmarse, se secó el rostro y salió en busca de Budo, necesitaba hablar con él inmediatamente, necesitaba aclarar muchas cosas.
Caminó por el pasillo y se detuvo justo enfrente de la enfermería al ver como Koun y Budo conversaban amenamente, estaban tan tranquilos ese martes por la mañana, se arrepintió completamente de entrar y hablar con Budo.
Estaba por retirase hasta que escuchó algo que llamó.
-¿Ya conseguiste a alguien para la gala?
Taeko se mostró curiosa por la respuesta que daría Budo, se escondió cerca al marco de la puerta para que nadie que estuviera dentro la viera.
-Sabes cuan es mi caso.
-Oh, tienes razón. Lo lamento lo olvidé, pero si tuvieras la oportunidad de invitar a alguien ¿a quien invitarías?
-Bueno...
Taeko estaba ansiosa por escuchar pero él no respondió.
-¿Qué pasa?
Budo había notado la presencia de alguien cerca, más precisamente sabía quien escuchaba a escondidas así que prefirió callar y sujetar la mano de la chica inconsciente que estaba a su lado.
-Qué sorpresa... No sabía que eras ese tipo de persona.
-Sabes que no es por algún tipo de relación o algo parecido -mintió- En realidad creo que sería interesante ver que ocurriría cuando le dé ese tipo de confianza.
-¿No crees que sería arriesgado?
-Para nada, sería como invitar a un cordero a la guarida de los lobos.
-Supongo que tiene sentido, me voy, aun tengo que investigar y buscar a la persona que consiguió esa información sobre mi.
-Lo sé, ve... Yo me quedaré aquí, por si despierta.
-Si, hasta luego.
Taeko se fue una vez ambos chicos se despidieron, ahora tenía muchas dudas y no sabía en que momento podía obtener las respuestas.
(...)
Las horas habían pasado, a todos les parecía curioso que Budo iba y venía, se retiraba por unos minutos y regresaba para repetir esa rutina durante el primer periodo de clases. Taeko sabía porque lo hacía y eso la molestaba.
Ella intentaba hablar con el pero simplemente, Budo, evitaba incluso mirarla.
Salió 15 minutos antes de que acabara la clase y no regresó. La campana sonó y Taeko se apresuró en buscar a Budo, cuando fue a enfermería inmediatamente luego de salir no lo vio ahí.
Él había ido al baño y justo cuando Taeko se fue, él regresó a enfermería.
Ambos se encontraron faltando casi 5 minutos para que comenzaran las clases y aun así no dijeron nada.
Taeko se había asustado al ver a Koun y no tuvo la oportunidad de hablar con Budo.
Ella creía que si Budo la invitaba, al saber que era "superior" a Koun, tal vez este no le hiciera nada y por fin la dejaría en paz.
Estaba dispuesta a hablar con Budo y entender todo para por fin estar tranquila.
(...)
Taeko caminaba de por todas partes buscando a Budo, él le había dicho que lo llamara para poder hablar y aclarar todo pero él no respondía sus mensajes.
Caminó hacia su casillero para poder guardar unos libros y fue cuando lo vio, él caminaba junto a la niña de segundo año, cargando dos mochilas, la suya y la que parecía ser de Ayano.
Taeko respiró, sacó su teléfono y llamó a Budo. Terminó siendo ignorada y al parecer Ayano y "su chico" estaban riendo. Dudó un poco pero al final se acercó para intentar escuchar algo, decidió volver a llamar.
Se molestó al ver la reacción de Budo luego de insistir con la llamada.
-Vaya que es insistente.
El rostro de Budo reflejaba molestia y desinterés ante la llamada, no cortó la llamada para no ser "descortés" aunque sabía que lo estaba siendo, solo apagó el celular y dejó de sonar. Él necesitaba darle una lección a Taeko, el día de hoy ella había sido muy insistente, incluso más que antes y eso molestaba mucho al pelinegro, además, tenía que hacer algo importante.
Taeko se quedó en blanco al ver como esa mueca se convertía en una sonrisa al continuar con su caminata junto a Aishi.
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