❣️106❣️

-Budo-

Aun me mantenía recostado en mi cama, cubría mi rostro de los rayos del sol que ingresaban por el delgado espacio entre las cortinas. Sé que es tarde y que ya debería estar listo para ir al instituto, pero no me siento capaz.

No solo temo no estar bien, si no que también lo noten los demás.

Se supone que soy una de las personas más fuertes del instituto. Alguien que no sería derrotado tan fácilmente.

Siento que los demás no me mirarán como lo hacían antes, tal vez ahora solo sientan lástima por mi.

Luego de pasar algunos momentos en silencio decidí tomar mi celular y revisar quien era la persona que me había estado escribiendo mensajes.

-Kiyoko... -leí.

Miré la hora y me levante de un salto al notar que tan solo tenía 15 minutos para llegar.

Intenté alistarme lo más rápido que pude y salí igual de veloz.

Tras correr unas cuantas calles y recorrer aquella subida que me llevaba a la entrada del instituto al fin llegué.

Me detuve un par de segundos para recuperar el aire y volví a emprender el paso para llegar a mi casillero.

Sentí las miradas de los pocos que estaban en aquella zona, escuchaba pequeños murmullos y como algunos otros se retiraban.

Suspiré mientras tomaba mis cosas para mi primera clase y solo decidí ignorar lo que sucedía a mí alrededor.

Al llegar a mi clase volví a sentir las miradas de mis compañeros sobre mí, caminé lo más rápido que pude y me senté.

Sentí que mi corazón comenzaba a incrementar el ritmo de sus latidos. Comencé a sentir un pequeño dolor en mi cabeza y como el aire comenzaba a faltarme.

¿La razón? No ver a Taeko en donde se suponía era su lugar.

No fue, si no, hasta que la profesora comenzó a llamar lista que yo pude quitar mi vista de aquel asiento vacío.

Sé que mis compañeros no eran ajenos de lo que me pasaba, podía sentir algunas miradas examinándome atentamente.

El dolor de mi cabeza comenzaba a intensificarse, mi visión se nublaba y el aire parecía haber desaparecido.

Sentí que todo pasaba en cámara lenta.

La voz de la profesora llamando nombres y las de mis compañeros comenzaban a irritarme y sentía que el dolor punzante en mi cabeza incrementaba.

-Masuyama -escuché.

Iba a responder pero sentí como caía hacia un costado y me golpeaba contra el frío suelo.

(...)

-Ayano-

Caminaba junto a Midori con rumbo hacia el club de Artes marciales, no ver a Budo temprano fue algo inesperado. Espero poder encontrarlo ahí.

Claro que esa es una de mis menores preocupaciones, Info-chan no ha dejado de mandarme mensajes advirtiéndome de Hanako Yamada, la hermana menor de senpai, al parecer es mi nueva rival. A penas la vi hoy, no me equivoqué al pensar que pasa la mayor parte de su tiempo junto a Taro.

Cuando levanté la mirada y salí de mi s pensamientos vi como Midori hablaba con Shima. Me acerqué para preguntar por Budo, pero no hizo falta.

-No lo vi en todo el día, pero creo que Sho sabe algo. En un momento viene.

No pasó mucho desde que Shima habló, Sho vino corriendo y parecía estar alterado.

-¿Dónde está Budo?¿No vino hoy? -preguntó Midori.

-Alguien del consejo me dijo que se desmayó hace unas horas y que lo llevaron a enfermería.

Todos parecieron reaccionar como yo. Sin decir nada emprendimos rumbo a enfermería.

¿Por qué se desmayo?¿Qué hizo que su cuerpo reaccionara de esa manera?

Luego de haber corrido y recibido algunas miradas, logramos llegar a la enfermería encontrando que no había nadie más allí además de la enfermera.

-Disculpe -hablé- ¿Dónde está Budo?

-Hace un momento se fue junto a una integrante del concejo estudiantil.

Al escuchar aquellas palabras cada quien se fue por su lado con la intención de encontrar a Budo.

Lo cierto es que estoy muy preocupada por él.

Salí del edificio para buscar al rededor y fue cuando a lo lejos vi a Taro acompañado de su hermana caminando hacia el cerezo.

Ellos son mejores amigos, se supone que él debe saber dónde está Budo.

No perdí tiempo y comencé a acelerar el paso, llegué a la pista para correr y me detuve a un par de metros de Taro.

Él miraba hacia la cima de la pequeña colina y yo también dirigí mis ojos hacia el mismo punto.

Budo se encontraba sentado apoyándose en el tronco y de la colina bajaba un chica rubia vestida con el uniforme del concejo estudiantil.

Supongo que de ella hablaba la enfermera.

Me acerqué un poco más a Taro y su hermana fue la primera en notar mi presencia.

-Taro -llamó en un pequeño susurro.

Él me volteó a ver y sonrió.

-Hola Yan-chan, buscas a Budo ¿verdad?

-Eh... Sí, supe que se desmayó.

-Sí... La enfermera dijo que al parecer él no había comido y su cuerpo tenía muy poca energía, por eso colapsó tan rápido.

-¿No comió otra vez...? -susurré para mi misma.

-¿Disculpa? -preguntó Taro, al parecer quería saber que fue lo que dije

-Ah... Lo que pasa es que me sorprendió que no haya comido... No sé si sabías pero hubo un tiempo en el que él me incentivaba a cuidar mi alimentación, pero al parecer el no lo hace.

-Oh... Por eso traía tanta comida cuando comenzaron las clases, recuerdo que una vez le pedí un poco y el se negó -Taro rió un poco mientras parecía recordar aquel momento con cariño.

-Sí, pero ese no es el punto... -volví a hablar- necesito hablar con él.

Quise caminar, pero un pequeño apretón en mi hombro me dejó congelada en mi lugar.

-Perdón -se disculpó- pero no creo que sea apropiado que te acerques ahora.

-Taro tiene razón -una nueva voz femenina se metió en la conversación- Acabo de hablar con él y necesita su espacio.

La chica parecía mirarme atentamente, como esperando una reacción de mi parte ante su comentario.

Pero no dijo nada más y solo siguió su camino luego de quedarse quieta un par de segundos.

-Tú... -intenté llamar la atención de Taro- De casualidad sabes porqué está así o qué fue lo que pasó.

-Bueno... Él... -Taro evitó mi mirada y se concentró en su hermana que de un momento a otro lo abrazó- No sé si me corresponde contarte...

-Díselo -Hanako habló por primera vez- Budo no dejaba de decir que él y Ayano son muy unidos, ella merece saberlo, tal vez lo ayude.

-Está bien...

Al escuchar el pequeño dialogo entre ambos hermanos comencé a preocuparme. Sentí mi corazón acelerarse y comenzaba a sentir algo de desesperación por saber a que se referían.

-Antes de que Taeko... -Taro se quedó en silencio y vi como sus ojos comenzaban a tornarse de un tono rojizo, advirtiendo de un posible llanto- Perdón... Antes de que Taeko muriera... Yo vi y escuché lo ilusionada que estaba con poder declararle su amor a Budo, ella había escrito una carta.

Con forme Taro hablaba, yo comenzaba a hacerme una idea de lo que sucedía.

-Esa carta no fue entregada a Budo, él la recibió en el funeral de Taeko y creo que ya la leyó... o tal vez no, no lo sé. Él no me lo dijo... creo que no habló con nadie luego del funeral.

-¿U-una carta...?

-Sí... Ya sabes, la leyenda y eso... Taeko estaba convencida que ella y Budo eran unidos por un mismo hilo del destino.

-Oh... -bajé la mirada para intentar ordenar mis pensamientos y algunos recuerdos- Creo que en algún momento ella me lo dijo...

-Y ¿sabes qué? -volví a mirarlo- Yo creo que si eran una pareja destinada...

-¿Qué...? -susurré- ¿P-por qué lo dices...?

-La semana pasada vi a Budo caminando cerca del cerezo, me estaba acercando para asustarlo y fue cuando lo vi... Tenía un pétalo en forma de corazón.

-¡¿Qué...?!

-Sí, estoy seguro porque cuando notó mi presencia lo guardo. No era la primera vez que lo encontraba admirando un pétalo de cerezo. Estoy seguro de que es uno como los de la leyenda.

-...

-Por eso creo que está triste... Nunca lo había visto así de decaído.

Parpadeé un par de veces para intentar ordenar mis pensamientos e ignorar todas las preguntas que comenzaban a formarse en mi cabeza.

-No me siento bien -escuché la voz aguda de Hanako.

-Vamos a tu clase -contestó Taro- Nos vemos luego Yan-chan.

Yo solo asentí, aun sorprendida por lo que me acababa de decir.

Mi mirada una vez más se dirigió hacia la cima de la colina y comencé a caminar.

No solo debía hacerle algunas preguntas a Budo, si no que también debía apoyarlo como él hacía conmigo.

Mi corazón latía con rapidez con cada paso que daba, intenté respirar hondo para poder tranquilizarme, pero nada parecía funcionar.

De un momento a otro ya me encontraba en la cima de la colina frente a un Budo con la cabeza gacha.

-Budo... -susurré su nombre.

Él levantó su mirada e intentó sonreírme, pero en su rostro se podía ver con claridad que no estaba bien.

Se levantó y solo me abrazó. No dijo nada, pero tampoco necesité que me diera alguna palabra.

Correspondí su abrazo intentando brindarle consuelo.

Escuché pequeños sollozos y como la fuerza en su agarre incrementaba. Parecía aferrarse a mi.

-No me sueltes... por favor... No lo soportaría.

Sentí como si mi respiración y los latidos de mi corazón se hubieran detenido por un segundo al escuchar sus palabras.

Creo que nunca lo había visto así de frágil.

Tal vez Taro tenía razón, y él está así de triste por haber perdido a quien era su pareja destinada.

El otro extremo de su hilo rojo del destino.

-No lo haré... -respondí en un susurro sintiendo como mis ojos comenzaban a aguarse- Así como tú nunca me has soltado. Yo estaré para ti como tú para mí.

-Duele tanto...

Si tan solo...

Yo pudiera transferir ese dolor a mi...

Después de todo, yo no sentiría nada.

Y si lo hiciera...

Valdría la pena...

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Hola!

Lamento la demora 😅

Estaba enferma durante días y aun continuo con mi recuperación, la cosa está fea en mi país. Cuídense por favor :3

Y una cosita más que no va al caso :P 

AMO a Indila y a su música, me gustaría que leyeran la última parte escuchando la obra de arte que es "S.O.S" y que leyeran la letra, siento que representa muy bien lo que siente Budo en este momento y lo que sentirá al leer la carta de Taeko :'3

Gracias por leer y tenerme tanta paciencia.

Nos leemos luego :>






























































Si es por ti...



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