❣️104❣️

Viernes 22 de mayo 2020, 6:42 p.m

Ayano despertaba lentamente luego de haber dormido un par de horas. Abrió sus ojos lentamente y parpadeó múltiples veces para aclarar su vista.

Miró su alrededor y se dio cuenta de que aun seguía en el hospital. Se apoyó en sus brazos para sentarse y comenzó a examinar su cuerpo.

No tenía su uniforme, estaba vestida con una bata médica.

Suponía que todo aquello tenía sentido, después de todo su uniforme estaba hecho un completo desastre luego de todo lo que sucedió hace unas horas.

Se escucharon pasos que llamaron su atención,  elevó su rostro y se encontró con la mirada preocupada de Midori.

-Y-Yan-chan... ¡Despertaste!

No pasó ni un segundo y Midori ya me la estaba abrazando.

-Cuidado, la vas a lastimar.

Además de Midori se encontraba también Amai, la chica castaña sujetaba una canasta llena de pequeños dulces y postres que alguna vez Ayano había dicho que disfrutaba.

Midori se alejó con cuidado y sonrió avergonzada luego de abrazar con demasiada fuerza a su amiga. Tomó con cuidado su mano izquierda y comenzó a acariciarla al sentir que esta se encontraba fría.

-Es un alivio que hayas despertado, en verdad estábamos preocupadas con todo lo que pasó.

-Sí, Amai tiene razón, nunca se me habría pasado por la cabeza todo lo que sucedió. Es un alivio que estés bien y... y que no hayas corrido con la misma suerte de Taeko.

Un pequeño silencio se formó ante aquella última frase. A pesar de no ser muy cercanas a aquella chica sentían angustia, nadie se merecía morir tan joven.

-Pasaron muchas cosas estas semanas y aun así siento que es como la primera vez.

-¿A qué te refieres Midori?

-Hubieron muchas desapariciones e incluso asesinatos y yo sigo sintiéndome desconcertada... Muchas personas no merecían morir pero... no sé... Aun recuerdo lo asustada que estaba cuando Osana...

La peliverde no puedo terminar aquella oración, pequeñas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas y un nudo se formó en su garganta. Amai no estaba en una situación diferente, ella conocía a Osana más que cualquiera de las presentes y tenía algunos recuerdos bonitos con ella, su pecho dolía al recordar como se enteró del suicidio de aquella chica.

Ayano no dijo nada, mantenía sus ojos en un punto fijo contemplando como sus acciones habían herido a personas que verdaderamente se preocupaban por ella. La empatía era algo que había experimentado pocas veces, y esta vez dolía más.

Midori abrazó una vez más a la pelinegra tomándola por sorpresa, comenzó a sollozar con un poco más de fuerza, se aferraba a su amiga.

-No sé que hubiera hecho si te pasaba algo -dijo entre lágrimas- eres muy importante para mi Yan-chan... Si te hubiera pasado algo yo... yo no sabría que hacer.

Correspondió el abrazo de Midori y comenzó a sobar la espalda contraria.

-Tranquila, estoy bien, no me pasó nada.

Midori soltó un sollozo más sonoro al escuchar la voz de Ayano por primera vez aquella tarde luego de lo sucedido. Amai no se quedó atrás y también se unió al abrazo.

Luego de estar algunos momentos en aquel cálido abrazó se separaron y se sonrieron.

-Fuiste muy valiente -dijo Midori sujetando sus manos.

-Sí, sabíamos que no te llevabas muy bien con Taeko y aun así intentaste protegerla.

-No hice demasiado... No logré salvarla.

-No -una voz masculina se hizo presente.

Ayano se quedó congelada, no sabía si esa voz era de quien ella creía. Tenía miedo de elevar su mirada y comprobar si era quien ella pensaba.

-Yo fui el único culpable de no salvarla.

Flashback

Koun había logrado derribar a Budo con una patada y ahora subía la colina con rapidez para ir en contra de Ayano.

Le dio una patada en el estomago a Taeko y se abalanzó hacia Ayano, pero afortunadamente logró esquivarlo.

Sentía demasiado miedo y su corazón latía muy rápido. Su cuerpo temblaba por el temor, la lluvia y el fuerte viento lo cubrían de frío.

Sus ojos se cruzaron con los de Budo.

-¡¿Qué haces ahí mirando como idiota?! -gritó- ¡Ve y pide ayuda!

Quería moverse pero no podía, a penas estaba procesando lo que él le había gritado. 

El frío ya había hecho de las suyas con su cuerpo y sintió dolor al mover sus articulaciones.

Sin importarle más comenzó a correr mientras gritaba por que alguien lo ayude. Ya estaba muy cansado por haber perseguido a Budo momentos antes pero no podía darse el lujo de detenerse.

Fin del flashback

-No fui lo suficientemente rápido y valiente como para poder ayudar. Me gustaría ser más como tú, Ayano, no tuviste miedo de ayudar a Taeko y pelear contra Koun.

Ayano se quedó callada, no sabía que debía decir o como debía reaccionar. Su corazón latía muy rápido como para poder procesar lo que estaba pasando.

Su crush le acababa de confesar que la admiraba por ser valiente.

-Budo también fue muy valiente -comentó Midori con una sonrisa triste en su rostro.

Al escuchar el nombre del chico que había estado a su lado en muchos de los momentos importantes durante las últimas semanas de su vida, dejó de pensar en como responder a lo dicho por Taro.

No hace mucho había despertado y no se dio la oportunidad de pensar en que había pasado con Budo. Luego de ver que Midori sonreía de forma triste como si algo malo le hubiera pasado al chico se sintió preocupada.

-¿Cómo está Budo?¿Le pasó algo?

Los tres chicos intercambiaron miradas sin saber que responder a las preguntas de Ayano.

-Él... -Amai rompió el silencio- él está bien dentro de lo que cabe, o al menos eso dijeron.

-Estaba muy triste y tenía algunas heridas y un corte en el brazo -complementó Midori.

-Yo solo sé que no está en este hospital, creo que lo llevaron a una clínica privada o algo así. Después de todo su padre es un doctor muy importante así que tal vez él lo está atendiendo.

Aunque todo lo dicho sonaba muy convincente y realista, Ayano sentía que pasaba algo más, algo que no querían decirle.

Su mente revivía una y otra vez la imagen de Budo aferrándose al cuerpo de Taeko, tampoco dejaba de escuchar el desgarrador grito que soltó al saber que la chica había perdido la vida.

De alguna forma tenía razón, Midori, Amai y Taro le ocultaban un pequeño detalle.

Budo no había dicho ni una sola palabra, su vista se encontraba en un punto fijo y el brillo de sus ojos se había ido.

Fue como ver a alguien muerto en vida.

De pronto el silencio que se había formado fue interrumpido por la llegada de una enfermera.

-Señorita Aishi, ya se puede retirar.

-Muchas gracias.

-Y debe llevarse esto -la mujer extendió una pequeña bolsa de color blanco con una cruz roja en el centro- aquí esta todo lo que necesita para tratar sus heridas, en una semana aproximadamente y va estar completamente bien.

Midori tomó la bolsa e hizo una pequeña reverencia agradeciendo y dando a entender que ayudaría a Ayano con sus cuidados.

-Yan-chan, tu uniforme está sucio y algo mojado, por eso te traje algo de mi ropa para que puedas usar.

-Muchas gracias Midori.

-Será mejor que me vaya -habló Taro- Mi hermana debe estar muy preocupada. Adiós chicas -hizo una reverencia- y gracias otra vez Ayano.

Ayano solo asintió con una pequeña sonrisa en el rostro.

(...)

Ahora se encontraba por fin en su casa, estaba parada mirándose fijamente en el espejo. Su rostro tenía pequeños raspones y algunas manchitas de color morado.

Sus brazos y piernas estaban igual o peor, pero ahora no podía ver aquellas heridas y hematomas por la ropa que le había prestado Midori, una sudadera con estampado de gatos y unos pantalones negros de una tela muy suave.

Caminó hacia su cama y se recostó.

No entendía por completo como y porque había pasado todo.

Ella era un claro ejemplo de que existen personas capaces de matar por amor, pero cual era la probabilidad de encontrar a otra persona con esa misma característica personal.

Koun desde un principio le había traído mala espina, no se sentía para nada segura en su presencia, pero nunca imagino que aquel chico fuera capaz de matar a Taeko solo porque ella no le correspondía.

Aquella idea no dejaba de rondar por su cabeza.

¿Qué pasaría si Taro la rechazaba? ¿Actuaría como Koun?

No lo sabía.

Quería creer que no iba ser así.

Pero tampoco sabía si su reacción iba ser diferente a la de aquel chico.

De repente otra duda vino a su cabeza.

¿Cómo sabía Budo lo que iba pasar?

Ella sabía que Budo había desarrollado algo así como un sexto sentido, algo que ahora ella llama "visión yandere" y eso la inquietó un poco.

Alguna vez esa idea pasó por su cabeza, Budo siendo alguien como ella. Un yandere. Pero de inmediato la descartó, era practicamente imposible que aquel chico tan simpático, enérgico y amable fuera un asesino que mata por amor, ¿verdad?

Una vez más estaba considerando aquella idea, pero si fuera así entonces algún chico ya habría muerto. Koun por ejemplo.

O tal vez, simplemente, al tener ese instinto él ya había deducido que Koun quería hacerle algo a Taeko.

Tampoco sabía porque de pronto Koun se había enemistado con Budo. Tal vez había pasado algo que ella no sabía entre esos dos chicos y Taeko.

No quería pensar en eso.

No iba negarlo, Taeko en verdad era bella y tenía una personalidad que en primera impresión era agradable.

La personalidad de Taeko le resultaba algo extraña, pero no era nadie para juzgarla o criticar, después de todo Ayano Aishi no podía sentir nada.

A pesar de estar sintiendo muchas cosas en este momento, aun quería convencerse a si misma que no podía sentir nada.

Pero tampoco podía engañarse.

Se sentía algo celosa de Taeko. Ella era bella y carismática, entendía perfectamente como ambos chicos habían caído en sus encantos y era probable que no fueran los únicos.

Ayano quería sentir, saber expresarse y poder entender, pero no tenía esa suerte.

Taro había logrado hacerla sentir atracción, había logrado acelerar su corazón. Se sentía en las nubes al estar en su presencia.

Pero...

La vida no es color de rosa y ella lo sabía bien. A pesar de que su madre asegurara ser muy feliz, ella notaba como su mamá se sentía celosa e insegura.

Comenzó a recordar a su madre.

Nunca la había escuchado reír a carcajadas, nunca la había visto llorar, nunca la había visto como a cualquier persona "normal".

Al convivir mucho con Midori, Amai, Budo y algunos compañeros en el instituto se dio cuenta que verdaderamente no todos eran felices siempre.

Ryoba siempre le había dicho que viviría en un mundo lleno de colores al encontrar a esa persona especial, que todo sería felicidad y alegría, que por fin se sentiría completa y sería "normal".

Pero ser "normal" no significaba ser feliz siempre, Ayano veía que sus compañeros cambiaban de humor constantemente, a veces eran felices, a veces no expresaban nada, a veces se veían triste y a veces, simplemente, era una combinación de muchas emociones.

Ayano quería sentirse verdaderamente normal, no estar encerrada en una simple y aburrida burbuja de supuesta felicidad. Justo ahora dudaba si sentiría más que solo felicidad estando al lado de Taro.

La felicidad no sería un sentimiento lleno de euforia si se sintiera siempre, para eso existe la tristeza, ¿no es así?

Ella quería sentir todo, incluso las emociones más dolorosas y las más felices.

Budo...

Aquel chico llegó a su cabeza invadiendo sus pensamientos.

Si bien se sentía feliz con la sola presencia de Taro, Budo le había traído muchos más sentimientos y emociones.

La había hecho reír e incluso llorar.

La había hecho dudar y estar completamente enojada.

La había hecho avergonzar y también la había protegido.

Cosas que no había experimentado con Taro.

Ahora sentía miedo, miedo a no sentirse completa, miedo a no poder llenar su vacío, miedo a no ser verdaderamente feliz.

Cubrió su rostro con sus manos y soltó un suspiro.

Ya no quería pensar más, solo lograba confundirse.

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Wuuuu!!!

Ha pasado mucho tiempo, más de un mes 😅😅😅

Todo lo que hice en noviembre y en lo transcurrido de diciembre fue una locura.

Al fin terminé mis ciclo escolar de este año :D

Ya descansé lo suficiente y tengo mucho más tiempo para escribir.

Nos leemos luego~













































Que no se pierdan las buenas costumbres :D







































-Mañana es el funeral de la señorita Yamada, Budo ha estado decaído pero me aseguró que iría al evento. Necesito que lo acompañes.

-Pero yo no fui muy cercana a Taeko y creo que va ser extraño que esté ahí.

-No te preocupes, le dije a Budo que iría alguien a acompañarlo para cuidarlo en su recuperación y garantizar su seguridad. Él aceptó fácilmente porque sabe que no está en condiciones para poder pelear si algo le pasa.

-Está bien.

-Ahora, a lo que nos concierne, te daré los detalles de tu misión.

-Sí señor.

-Primero, tienes que averiguar si Budo tiene un pétalo del cerezo en forma de corazón.

-¿Qué?

-Tal y como lo oyes, hace unos días vi como él sujetaba uno y lo miraba de manera especial, es muy probable que ya se haya encontrado con la otra punta de su hilo rojo. También es muy probable que esa persona haya sido la señorita Yamada pero no tenemos nada confirmado.

-Entiendo...

-Tambien tienes que acercarte a Budo y alejar a Flor de cerezo de él, esa muchacha es muy peligrosa para el futuro de Saikou.

-¿Alejarla...?

-Sí, en caso de que Taeko no sea la pareja destinada de Budo, es probable que sea esa señorita. Me enteré que en algún momento le confesó que lo amaba pero no tengo demasiados detalles.

-...

-Tal vez sea otra chica pero no hace daño prevenir. Es muy simple lo que te pido.

-Pero... No sé si es correcto hacerlo.

-Sabes perfectamente todo lo que está en juego y tú eres la única persona capaz de cumplir con esta tarea, ¿no es así?

-Y-yo...

-La dulce chica que admira con todo sus ser a mi protegido, esa chica es la única capaz de protegerlo de cosas que le harán daño. Las parejas destinadas no son sinónimo de felicidad o algo bueno, no siempre es así...

-...

-No querrás que él termine en la miseria solo por una chica que no es suficiente para él, ¿verdad?

-No señor.

-Entonces suerte en tu misión Tatsuhara.


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