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Jueves 21 de mayo 2020, 11:48 p.m.

Budo estaba dormido en su camilla, en verdad necesitaba reposar y recuperarse de aquella misión tan cansada.

Se encontraba algo débil así que una vez que las luces fueron apagadas cayó en un profundo sueño.

Las instalaciones se encontraban casi vacías a excepción de algunos guardias y empleados de seguridad que rondaban por todo el edificio.

A pesar de la hora y de la cierta extrañeza, dejaron ingresar a Koun sin mucho problema a la habitación en donde Budo descansaba.

Antes se encontraba verdaderamente molesto por lo sucedido con Taeko, no creía que la persona a la que llamó mejor amigo tanto tiempo lo haya traicionado de esa manera. Ahora, con la nueva información que poseía no sabía como sentirse.

Budo no solo había traicionado su confianza, sino que también había traicionado a todo Saikou y lo peor es que no solo él estaba involucrado. El próximo líder de Saikou Force, Kencho, también era su cómplice.

Se detuvo y miró con rabia el sereno rostro de Budo mientras dormía. No comprendía como lograba dormir de noche cargando con tanta culpa. Podría entenderlo de la loca de Aishi, pero por su cabeza jamás pasó la idea de que aquel chico fuera tan mala persona.

Luego de pensarlo un poco, de alguna forma entendió, Budo también era un asesino después de todo. Koun nunca vio la maldad en los actos que cometió su compañero en el pasado, porque estaban justificados, pero ahora no se sacaba de la cabeza que tal vez, solo tal vez, el chico que admiró por tanto tiempo en realidad pueda estar más loco que Aishi.

Ayano era la culpable de todas aquellas desapariciones y muertes, él lo sabía, pero no podía probarlo. La chica era demasiado cuidadosa con lo que hacía y eso era un problema.

Lamentablemente no era suficientemente cuidadosa, en poco tiempo Koun había encontrado el patrón entre todas aquellas desapariciones y tragedias.

Ayano Aishi era una yandere, bien lo sabía, ¿y que hacen las chicas como ella? Locuras por amor. ¿Qué mayor locura que arrebatarle la vida a alguien?

Sonrió levemente, en su cabeza sabía perfectamente que llevaba esos genes, toda su familia era conformada en su mayoría por asesinos y asesinas que justificaban sus actos con el amor.

Él era como ellos, en sus venas corría la sangre de aquella familia.

De alguna forma envidiaba a su hermana.

Algunas veces había pensado en matar a todo chico que se le acercase a Taeko, pero contuvo aquel instinto asesino con el pensamiento de que el corazón de la chica le pertenecía solo a él.

O eso pensaba.

Miró a Budo con enojo, aquel pelinegro en verdad había sido importante en su vida pero le quitó a quien más amaba. Su preciosa Taeko había sido robada por él.

Su corazón comenzó a acelerarse, sus músculos se tensaron y se acercó poco a poco a aquella camilla. Alzó sus manos y extendió sus dedos.

Era tan sencillo.

Podía acabar con el problema justo ahora.

Podía quitarle la vida a ese maldito traidor de una vez por todas.

Acercó sus manos al cuello contrario pero algo lo detuvo. El reloj de la habitación hizo un pequeño ruido indicando la llegada de la medianoche.

Koun sacudió su cabeza y cubrió su rostro frustrado. No podía ser como su hermana, él debía ser mejor.

Había sido adoptado por una familia que le dio todo en la vida. No podía dejar que ese instinto asesino dominado por sus celos lo dominara.

Pero no podía quedarse sin hacer nada. Necesitaba vengarse de alguna manera.

(...)

-¿Cuanto quieres por esto?

-Dudo que tengas el dinero suficiente.

-¿Con esto es suficiente?

Koun sacó un sobre con dinero que había preparado antes de salir y se lo entregó a la mujer.

-Es más que suficiente. Cuidado con lo que hagas con eso niño.

Uno de los acompañantes de la mujer le entregó una pequeña caja. Al recibirla Koun la guardó en su mochila y se fue de aquel callejón.

Estaban por ser las 2 de la madrugada y las calles se encontraban prácticamente vacías así que solo caminó de regreso a Saikou.

Esta vez tendría mucho más problema para ingresar.

Pero, al ser alguien importante tenía información que lo ayudaría a infiltrarse al edificio.

Cada tres horas los guardias realizaban un cambio de turno dejando sus posiciones aproximadamente 3 minutos, o que necesitaba para llegar hacia las escaleras que lo llevarían a la zona médica.

Miró su teléfono y se preparó al ver como el guardia de la puerta principal comenzaba a alejarse de su posición.

 Vio su momento y comenzó a correr sin hacer demasiado ruido. Practicamente había sido entrenado para este tipo de cosas así que no tendría demasiado problema.

Llegó a la puerta que lo llevaban a las escaleras pero unos pasos impidieron que pudiera moverse. Alguien que estaba vestido completamente de negro con el rostro cubierto caminó junto a dos guardias hacia el ascensor.

No le tomó mucha importancia y solo rogó por que no lo hayan visto.

Para su fortuna todo iba de acuerdo al plan.

Subió las escaleras y logró escabullirse hasta la zona médica.

Buscó la habitación en donde se encontraba Budo y entró. Aunque quisiera, no podía arriesgarse a que su rostro se viera expuesto y lo descubran, solo mantuvo su rostro cubierto.

Abrió su mochila y sacó la caja que la yakuza le había entregado. Podía meterse en serios problemas, solo si lo descubrían pero él era mucho más cuidadoso así que no se preocupó por eso.

Se colocó guantes de látex y agradeció internamente que la ropa que usaba Budo dejara expuesto su brazo.

Abrió la caja, acomodó la aguja en la jeringa y se acercó a Budo.

No dijo nada y solo sonrió internamente al ser consiente de lo que haría, no lo mataría, pero lo vería sufrir como nunca los días que seguían. 

Con una de sus manos sujetó sin mucha fuerza el brazo derecho del pelinegro y buscó cuidadosamente el lugar idóneo para colocar la aguja. 

Si no fuera porque Budo se encontraba sumido en un profundo sueño gracias a lo sucedido horas antes Koun no hubiera podido tomar su brazo sin despertarlo. Los sentidos de Budo no se encontraban del todo bien y se pondría peor por lo que estaba a punto de suceder.

Koun acercó la aguja y comenzó a introducirla lentamente, su pulgar comenzó a moverse inyectando aquel líquido barbitúrico.

Al ver la jeringa sin un solo rastro de aquella sustancia retiró lentamente la aguja y con rapidez guardo todo.

Se iría de inmediato y subiría de inmediato al cuarto de seguridad para borrar su video.

Ya había obtenido su venganza, en unas horas el cuerpo de Budo sufriría como nunca.

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Barbitúrico: Un ácido o droga que tiene efectos sedantes, se utiliza para tratar el insomnio y evitar convulsiones. Es extremadamente adictiva y si se consume más de lo debido traerá consecuencias en el cuerpo.

(Es la sustancia más similar que encontré a lo que buscaba, sus efectos están exagerados en la historia)


Ahora sabemos porque Budo estaba tan débil ese día :'v

Espero les haya gustado el capítulo :D

Nos leemos luego :3






































Adoro estos espacios xD























Kencho había logrado convencer a su padre para poder ir a Saikou a inspeccionar Saikou Force y asegurarse que la seguridad funcionaba como debía.

Obviamente esta era una escusa para poder ingresar a las cámaras de seguridad y borrar todas las pruebas que pudieran meter en problemas a Budo.

Al llegar fue escoltado por dos guardias, subió al ascensor y llegó hasta la sala de seguridad.

No tardaría demasiado y el cambio de turno lo ayudaría de gran manera.

Se encargó de arreglar lo que debía y manipulo los videos de sus conversaciones con Budo hablando de su plan. No le llevó demasiado tiempo porque se había acostumbrado de hacer ese tipo de cosas desde que comenzó a cubrir a su amigo.

Se quedó unos momentos y revisó la cámara de seguridad que estaba en la habitación en donde Budo estaba descansando.

No creía lo que estaba viendo.

Un hombre vestido de negro y con el rostro cubierto estaba inyectando algo en el brazo de su amigo.

Siguió cada movimiento del hombre con las cámaras y se dio cuenta de que subía hacia la sala de seguridad.

Salió de la habitación y alertó a los guardias que pronto comenzaron a moverse para atrapar al hombre.

Koun que se había dado cuenta de que había sido descubierto decidió huir antes de que suceda algo peor.

No todos los guardias sabían que había un intruso así que si se apresuraba lograría escapar sin que le pasara algo malo.

Con movimientos rápidos sacó la caja de su mochila y la dejó caer.

Podría despistar a los guardias con aquella caja que obviamente podrían reconocer como pertenencia de uno de los grupos de yakuza que Saikou Force perseguía.

Tuvo suerte y logró escapar sin mucha dificultad.

Agradeció su nombre y regresó sin problemas a su hogar, al que logró entrar sin demasiados problemas por el jardín trasero.

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