AL FINAL

Mengxiang se sintió agotada. Sus fuerzas comenzaban a disminuir con rapidez. Zi Lan había descubierto su punto débil y eso la colocaba en gran desventaja. Debido a que él estaba unido a ella por haberla liberado, no podía matarlo. Su plan de manipularlo y tenerlo en un sueño eterno se estaba yendo por el caño, pero no se le ocurría nada para subsanar aquella situación. Peor aún, no podía pensar con claridad mientras lo tuviera atacándola.

Tras el escudo que el joven había convocado, Lian Song seguía transfiriendo parte de sus poderes a Mo Yuan para que no muriera. Oyó que Zi Lan gritó que se marcharan. Pero no sabía a qué se refería. Miró a Si Ming y ambos estaban aturdidos sin poder reaccionar.

— Tio tercero —Escucharon la voz mimada de Ah Li —Síganme. Yo sé a donde tenemos que ir.

— ¿Qué? ¿Cómo sabes? —Preguntó Lian Song

— Por que lo soñé. Ese muchacho me puso a dormir. Yo creo que apropósito.

— ¡Ahora! ¡Váyanse ya! —Volvió a gritar Zi Lan. Sin Mas opción, Si Ming y el tercer príncipe desaparecieron, llevando consigo a los dos heridos, Ye Hua y al pequeño. —Bueno, ahora sí. Solo quedamos tú y yo. —dijo retadoramente el joven. —Aunque... pensándolo bien... creo que tú te quedas.

— ¿Qué? —Solo pudo exclamar la mujer antes de ver como el joven se desvanecía como una ilusión. —¡Demonios! —Dejó salir su furia y desapareció en una nube de humo.

***

Zi Lan se despertó sobresaltado. Miró a su alrededor. Su sombra alter ego se había vuelto a funcionar con su alma. Antes de marcharse al reino celestial, su sombra había robado e ingerido una poción que volvía a unirlo. Agradeció haber tomado la correcta. Suspiró aliviado. A su lado, una desmayada Bai Qian seguía tirada en el suelo. Él se puso en pie y fue directo al pozo. Revolvió el agua varias veces, cada vez que lo hacia veía un escenario diferente: el noveno cielo, QinQiu, el bosque, el reino demoniaco...etc. Finalmente, logró llegar al lugar que necesitaba... la guarida de Mengxiang en el mundo real. Lamentablemente, Zhe Yan estaba teniendo complicaciones.

***

— Así que tu eres la verdadera. —Dijo Zhe Yan esquivando el ataque de la mujer.

— Tu y esa chiquilla estúpida de Yan Zhi fueron el error más grande que cometí. No sé como pude pasar por alto el hecho que no tomaron todo el vino de sus copas. En especial tú, que solo diste un trago. —Sonaba molesta. Impaciente por cortarle el cuello.

— Para alguien como yo que prepara vino, resulta fácil identificar cuando uno es muy malo. Y el tuyo era pésimo. Aunque admito que es bastante poderoso. Un solo trago y caí en tu hechizo de sueño.

— Supe que estabas liberándote de mi influencia cuando comenzaste a investigar sobre mí. —Sonrió irónicamente mientras caminaba hacia él y convocaba su espada —Pero ahora ya es tarde. En el momento en que Mo Yuan, Dong Hua o Ye Hua mueran, todos quedarán atrapados aquí. Finalmente podré completar mis planes y hacer que todo el mundo caiga en un reino onírico.

— Así que ese fue tu plan desde el inicio. —Dijo el viejo Fenix defendiéndose del ataque. —Los necesitabas dentro para fortalecer con sus poderes tu trampa de sueño. ¿No es así?

— Muy inteligente. Pero no vivirás para contarlo. —Y sin más, logró atinarle un golpe en el pecho.

Zhe Yan apenas tuvo tiempo de reponerse cuando otro ataque volvió a golpearlo y lo arrojó por los aires. Mientras intentaba recuperar el aliento, pensó en lo viejo que era para ese tipo de cosas y sonrió divertido. Bai Zhen seguramente se reiría de él se lo supiera. De algo estaba seguro el viejo fénix, viviría para contárselo. Solo debía encontrar la forma de retenerla un momento.

Mengxiang carcajeo triunfante. Se acercaba a pasos lentos. Un golpe más con la fuerza exacta y su oponente no se levantaría más. Preparó su espada y el filó brilló con el sol.

— ¡Muere! —gritó. Pero no pudo emitir ataque alguno. La espada se le cayó de la mano y se dobló con una mueca de dolor. Sintió un liquido caliente escurrirse de su nariz a los labios. Al mirar sus dedos enrojecidos, sintió un enorme temor.

Zhe Yan la observó un instante y supo que Zi Lan había sido el causante. Era el momento de tomar ventaja. Se levantó rápidamente, desapareció de ese lugar en una nube de humo y reapareció en la puerta de entrada del templo.

Mengxian lo miró con odio. Intentó correr hacia él para impedir que entrara, pero tropezó y escupió sangre. Su vista se volvió borrosa. Aquello no iba bien. Supo lo que había pasado: Zi Lan había comenzado el ritual de sellado.

En cuanto entró a la camara principal, Zhe Yan observó el pozo que estaba en el centro. Rebuscó rápidamente en el librero de la esquina hasta encontrar el libro que Zi Lan le había dicho. Leyó velozmente e intentó memorizar los pasos necesarios. cuando estuvo listo, concentró todo su poder en las manos y extendiéndolas sobre el pozo comenzó el ritual para sellar a aquella horrible mujer.

Por su parte, Zi Lan ya había iniciado dicho proceso y, aunque había surtido cierto efecto puesto que debilitó a Mengxiang, lo cierto es que no tenía suficiente poder sellarla de nuevo. Necesitaba que los demás llegaran pronto.

Sin embargo, en el momento en que ellos llegaron la Mengxiang de ese mundo también lo hizo y no los dejaría pasar tan fácilmente. Se sentía agotada, pero ellos aún no parecían haberse dado cuenta. Miró al pequeño Ah Li. Si conseguía apropiarse de él y hacerlo enojar, aunque sea un poco, podría usarlo para incrementar sus poderes. Era mucho más manipulable y fácil de cazar que el resto. Por eso es que había optado por él cuando no pudo con Yan Zhi.

— Tercer príncipe, esto es muy malo. —Susurró Si Ming.

— Lo sé. Pero tenemos que llegar hasta Zi Lan. Uno tendrá que entretenerla. —Lian Song miró el rostro de todos. Ya Hua parecía muerto en vida, estaba ausente y con la mirada vidriosa, Dong Hua iba y venia en un estado de delirio, Mo Yuan estaba perdiendo sangre, aunque parecía aún consciente, Ah Li no contaba porque era solo un niño y Si Ming era solo una deidad de categoría media, aunque quisiera, él no sería un buen oponente. —Bueno, al parecer todo depende de mí. —Dijo armándose de valor. —Ye Hua... ¡Ye Hua! —gritó, pero su sobrino respondió. Dejó en el suelo a Mo Yuan y con paso firme se plantó frente a su sobrino y lo sacudió con fuerza. —¡Reacciona Ye Hua! ¡Necesitas volver!

Sin previo aviso, Mengxian atacó con una esfera de poder. El sonido de una severa explosión acompañado de una sacudida hizo retumbar el lugar. Adentro del templo, Zi Lan frunció el ceño, pero no podía interrumpir el proceso.

El humo provocado por el ataque de ella comenzó a disiparse, para su frustración, Ye Hua se alzaba imponente sosteniendo su espada. Había hecho un campo protector. Mengxiang sudo frio.

— Tio, avancen. Yo me encargaré de ella.

— No. Avanza tu con ellos. Por lo que entendí, Zi Lan requiere también de tus poderes para poder terminar con esto. Yo me quedo. —Ye Hua no parecía convencido, pero no había mas remedio. —Bien, comencemos por quitarte de la entrada. —Y al decirlo, desapareció un instante y reapareció tras Mengxian, obligándola a alejarse y dejando libre el camino.

— ¡Ni lo piensen! —gritó desde donde estaba, haciendo crecer un enorme cerco de espinas. Lian Song arremetió contrae ella. Ye Hua comenzó a cortarlas con su espada.

— Nunca lo lograrás así. —Se escuchó la voz apagada de Dong Hua. —Si esto es un sueño, debes concentrar tu poder para crear una onda expansiva que, al liberarla de ti, sea lo suficientemente fuerte para acabar con la ilusión. Esto no es de fuerza física. —Y volvió a desmayarse.

— Papá... tengo miedo. —Ye Hua miró a su hijo que se aferraba a su túnica. —¿Veremos a mamá ahí adentro?

— Tal vez. —Dijo. Y se dispuso a concentrar su poder.

***

Mientras tanto, la Mengxiang del mundo real intentaba romper la barrera que Zhe Yan había levantado alrededor de su templo.

—¡Desgraciado! Pero no lo lograrán. No podrás mantenerla por mucho tiempo. Requieres demasiada energía para ello. —gritó. Y volvió a atacar intentando penetrarla.

***

En cuanto la barrera de espinas se deshizo, Ye Hua tomó a su hermano y se dirigieron rápidamente hacia el salón principal. En él, estaba Zi Lan de pie, apoyado en el pozo intentando mantener la transferencia de sus poderes para continuar el sellado.

— ¡Mamá! —Se escuchó que Ah Li gritó. Ye Hua lo siguió hasta una dormida Bai Qian —¡Mamá despierta! ¡Papá has algo! —Ye Hua tocó su pulso. Aun estaba viva. Pero era como si hubiera perdido toda consciencia o energía.

— Ella estará bien. —Intervino Zi Lan —Necesito que usted, Dong Hua y Mo Yuan realicen el sellado de Mengxiang. Yo les diré que deben hacer.

— Creo que eso no será posible. Su señoría no se encuentra bien y alto Dios Mo Yuan está... bueno... —Si Ming no pudo terminar.

— Es necesario que sean ellos. Nadie más tiene un poder de cultivo tan alto. Por eso es que Mengxiang necesitaba deshacerse de ellos primero. Sin ellos, nadie podría sellarla.

— Pero alto Dios Zhe Yan...

— Él podrá sellarla de aquel lado, pero la Mengxiang de aquí es mucho mas poderosa. Es aquí donde necesitamos mas poder. —Y sin poder evitarlo escupió sangre. —Estoy llegando a mi límite. ¡Necesito que vengan aquí ahora!

— Si Ming, intenta despertar a Dong Hua. —Ordenó Ye Hua mientras él se dirigía a su hermano. —Oye... despierta. —Le habló cálidamente. Mo Yuan abrió los ojos.

— No estoy dormido. Solo intento concentrar mi energía para curar la herida. Pero es demasiado profunda. No sé...

— No digas más. En cuanto esto acabe todos estaremos bien. Pero ahora necesitamos...

— Si. Lo escuché. —Mo Yuan se apoyó de su hermano para ponerse en pie y poder acercarse al pozo.

— Fengjiu esta muerta. —Fueron las palabras que Dong Hua pronuncio en cuando volvió en sí.

— No. No lo está aún. Debido a que Mengxiang no ha completado el sueño, por decirlo de algún modo, todos aquellos que mueren caen en una especie de limbo. Por lo que sus almas simplemente se encuentran vagando. Si ella completa su plan, entonces sí estarán muertos.

— ¿Estas seguro? —cuestionó Dong Hua —Sentí claramente como mi lazo de vida con Fengjiu se rompió. —Zi Lan estaba agotado. No podía hablar más, pero alcanzó a asentir afirmativamente para tranquilizarlo —Bien. Entonces no perdamos mas tiempo. Esa mujer me ha robado demasiado cultivo por medio de Jiheng y el bebé que concibió. Así qu esa era su estrategia para aniquilarme... ¿no es así? —Nuevamente, Zi Lan asintió.

Afuera, Lian Song tenía varias cortadas y su poder se había disminuido considerablemente. Tirado en el suelo, mirando el sol que le pegaba directo en los ojos, vio aparecer el rostro de aquella mujer.

— ¡Es el fin! Después de ti, los mataré a ellos. ¡Así que despídete! —Y la espada brilló al sol.

Lian Song sonrió al recordar los momentos más cómicos de su vida. Se arrepintió de no haber hecho más bromas o ser más ocurrente. Su vida había sido buena, pero pudo ser mucho mejor. Como fuera, ahora solo sería polvo de estrellas....

***

La Mengxiang del mundo real cayó de rodillas. No podía creerlo. Lo habían conseguido. Faltaba poco para que la sellaran. No le quedaba otro remedio, tendría que echar mano de su seguro de vida. Concentró lo poco que le quedaba de fuerza y se desvaneció en lentamente en diminutas partículas purpura.

***

La Mengxiang del mundo onírico sintió un golpe en el pecho. Retrocedió unos pasos en tanto el dolor se calmaba. Ahora era una sola con su otro yo. No había tenido mas remedio que unirse de nuevo para concentrar todo su poder, de lo contrario, no podría detenerlos.

Decidida, caminó en dirección al templo para encarar a los altos dioses que querían sellarla, pero, sobre todo, para hacer valer el lazo que tenía con Zi Lan.

— ¡Hey! ¡Aquí sigo! —gritó Lian Song aún tirado en el suelo. —¡¿Ya no me vas a matar?! —Y al no haber nadie cerca, no le quedó más remedio que reírse de su propio mal chiste.

Alrededor del pozo, Mo Yuan, Ye Hua y Dogn Hua transferían sus cultivos de vida conforme las instrucciones de Zi Lan. A medida que el tiempo avanzaba, podían visualizar como el agua iba secándose. Aquello era bueno señala. Cuando el pozo estuviera completamente seco, entonces el sello estaría terminado.

Sin previo aviso, Zi Lan sintió la presencia de Mengxiang a sus espaldas y de inmediato estuvo dentro de una especie de capsula.

— No creí necesitar hacer esto. Pero no me dejaste otro remedio.

— ¡No se detengan! —gritó desde adentro de la capsula. —Pase lo que pase séllenme con ella.

— ¿Qué dijo? ¿De qué habla? —preguntó Si Ming. Ante ellos, Mengxiang comenzó a fusionarse con el joven. Poco a poco su cuerpo iba tomando una forma acuosa que se adentraba en él.

— Creo que intenta absorberlo para alargar su vida. —Dijo Mo Yuan. —Si hace eso, tal vez no podamos sellarla.

— Ya falta poco. —Dijo Ye Hua.

— El punto aquí es que tendremos que sellarlo también a él.

— ¡Apresúrense! —gritó Zi Lan antes de que Mengxiang entrará por completo en él. La capsula desapareció y entonces, se puso en pie. Sus ojos ahora brillaban como los de ella y su semblante había adquirido esa maldad característica. Levantó la mano y un viento comenzó a soplar en el lugar. Los papiros se arremolinaron y los tres que intentaban sellarla apenas podían permanecer en pie.

— ¡Aún no hemos terminado! —Se escuchó lejanamente. Lian Song se abalanzó sobre el joven y lo hizo caer al suelo, imposibilitándolo. Si Ming corrió también para ayudar. —Terminen de una vez. —Ordenó.

— ¡Suéltenme! ¿Creen que ese sello me detendrá? Lo romperé con facilidad.

— No si la sellamos junto con él. —La voz de Ah Li sonó. —Ese joven me lo dijo. Dijó que ella intentaría unirse a él para ganar poder, pero que no sabía que, al hacerlo, él podría suprimirla definitivamente. Creo que tiene que ver con que él haya hecho esto antes — y el niño mostró la pagina de un libro. Si Ming corrió a verlo.

— Esto es un hechizo para suprimir almas. Él debió hacerlo para volverse el contenedor de ella, sabiendo que en algún punto intentaría fusionarse con él.

— ¡Listo! Prepárense para el final. — Anunció Dong Hua —Entonces no hay más remedio. Tercer príncipe y Si Ming... tráiganlo. Hay que echarlo al pozo.

— ¡No! ¡No! —Gritó desgarradoramente mientras era puesto en pie y llevado hasta el pozo.

Mo Yuan sintió un fuerte dolor que lo hizo doblarse. De repente, miró hacia Ah Li y junto a él, estaba Bai Qian. Miró de reojo a su hermano que inyectaba mas poder al pozo para compensar el que él había dejado de transmitir. Ye Hua siempre haciéndose cargo de los demás. Incluso de él, en aquellos momentos. Mengxiang en el cuerpo de Zi Lan, se resistía a su final. Forcejeaba con sus captores alargando el momento de ser arrojada a las profundidades del pozo.

— El sello está casi listo. No creo que haya problema si descansas un poco —Le dijo Ye Hua observando que estaba agotado. Mo Yuan se resbaló hasta el suelo y se sentó cerca de su sobrino.

— La herida ha vuelto a abrirse. —Susurró. Estaba consciente que no le quedaba mucho tiempo. Miró a Bai Qian nuevamente. Si todo salía bien, ella y Ye Hua retomarían sus vidas habituales. — Ojalá olviden todo. Sería lo mejor. —Luego miró a Zi Lan. Recordó con nostalgia las peripecias que su discípulo había pasado. Cuando se había esforzado y lo mucho que amó a Yan Zhi. —Es una lastima que no puedan tener su final feliz... —Si. Era una lástima. Y vio el libro donde venia el hechizo para suprimir las almas.

Mengxiang forcejeo una vez más. Esta vez, logró empujar a Si Ming y Lian Song, pero de inmediato Dong Hua corrió a inmovilizarla. Pero no parecía tan sencillo. Ye Hua dudo en ir a ayudar, pero debía continuar alimentando el pozo hasta que fuese arrojada.

Lo que pasó a continuación fue como en camara lenta. Mo Yuan aprovechó el forcejeo y logró colocarse frente al joven. Con su palma extendida, golpeo fuertemente el pecho de este y de inmediato se observó como una especie de sombra en forma de Mengxiang salía empujada del cuerpo del discípulo. Mo Yuan aparto de un empujón al joven y entonces, manteniendo la mano extendida, comenzó a absorber aquella sombra.

— ¡¿Qué estás haciendo?! —Inquirió Dong Hua. — ¡Detente!

— Moriré de todos modos, Dong Hua... he perdido mucha sangre y demasiada energía.

— ¡No! ¡No lo hagas! —gritó Ye Hua dejando de alimentar de energía el pozo para ir junto a su hermano. Pero era demasiado tarde, en aquel instante Mo Yuan terminaba de absorber por completo a Mengxiang y evitando a su hermano con un ágil movimiento, corrió hasta el pozo.

— Perdóname, Ye Hua. —alcanzó a decir mirándolo a los ojos antes de arrojarse al interior.

— ¡No! —Se escuchó la voz ronca de Ye Hua gritando con dolor.

Desde dentro del pozo emergió un rayo de luz y poder que rompió el techo y se conectó con el cielo. El aire comenzó a agitarse con la fuerza de un tifón y después de un momento, el sonido de una explosión en el cielo retumbó en cada rincón. Todos miraron hacia arriba y vieron como el cielo parecía quebrarse. Poco a poco se sintieron mareados y cayeron al suelo sumidos en un inevitable sueño. Alrededor, todo se envolvía en una espesa niebla.

Lentamente todos comenzaron a abrir los ojos. Sentían que la cabeza les daba vueltas. Estaban en la ceremonia de coronación de Yan Zhi.

Ye Hua junto a Bai Qian y Ah Li se miraron con cierta extrañeza. Dong Hua sin razón abrazó rápidamente a Fengjiu que aún bostezaba, Si Ming se estiraba junto a Liang Song. Nadie recordaba nada.

— Me alegra que hayan regresado. —Escucharon decir a Zhe Yan con voz grave.

— ¿Regresado? —Preguntó Dong Hua —¿A dónde nos fuimos?

— Con gusto les explicaré. Pero antes... Ye Hua... —La expresión que tenia alarmo al señor celestial que de inmediato se puso en pie. —Lamento decirte que... Mo Yuan...

Ye Hua sintió que el corazón se le hizo pequeño. Miró en dirección a su hermano que yacía apoyado sobre la mesa, ocultando el rostro entre los brazos. A los ojos de todos, parecía que estaba dormido. Pero Ye Hua sabía que no era así. Fue hasta él y lo incorporó para verle el rostro. En sus labios se observaba una leve sonrisa. Bai Qian gritó desesperada y entonces todos los invitados se conmocionaron.

Yan Zhi se levantó del tronó al escuchar la agitación. Avanzó unos pasos para acercarse, pero cortó su trayecto al divisar una sombra blanca que emergía de en entre los jardines oscuros. Su corazón se aceleró y las lágrimas comenzaron a brotar. Olvidándose de todo, corrió en dirección opuesta a los invitados y se arrojó a los brazos de Zi Lan que, de inmediato, hundió el rostro en el cuello de ella al abrazarla.

— Yan Zhi, yo tengo mucho que explicarte...

— Luego... ya habrá tiempo para nosotros... — Y separándose un instante, volvieron a unirse, pero ahora en un largo beso de amor.

Zhe Yan observaba las dos caras de la moneda. La vida y la muerte en un mismo lugar. Había tomado una determinación; explicaría solo lo necesario. Aquello que hubiese ocurrido en el sueño de Mengxiang debía quedarse allí para siempre. Mo Yuan se había redimido de algún modo. O tal vez, había muerto por amor. Como fuese, su sacrificio final permitiría que otros cumplieran sus sueños por mucho más tiempo en el mundo real.

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NOTA DE LA AUTORA

Quiero agradecerles inmensamente por la paciencia que tuvieron a lo largo del tiempo que se demoró en publicar está historia. De verdad, muchas gracias por no dejar de seguir esta aventura.

Espero que esta historia les haya encantado leerla tanto como a mí me encantó escribirla. Ojalá que se hayan emocionado y sobre todo, que la hayan pasado muy bien mientras leían.

Esta es mi 2da. historia sobre TEN MILES OF PEACH BLOSSOM y con esto cierro oficialmente el ciclo. Me voy contenta de los muchos comentarios positivos tanto en mi 1ra. historia "LA FUERZA DEL DESTINO" como en esta. He hecho muchos amigos lectores a través de ellas y me hace sentir bien que de algún modo mi imaginación encuentre acomodo en sus vidas.

No descartó continuar escribiendo algo más adelante sobre TEN MILES OF PEACH BLOSSOM, pero serán solo capítulos únicos (ONE-SHOTS) de celebración, cada que logremos llegar a un número de lecturas en estás dos historias. Como por ejemplo el que haré al llegar a las 50 mil lecturas de "LA FUERZA DEL DESTINO". (Por cierto, si les interesa, pueden pasar a votar en mi perfil sobre el tema que les gustaría).

Nuevamente gracias y espero nos leamos muy pronto en otras historias.

Atte. WRITERROSSES



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