CAPÍTULO 27: INTERVENIR

N/A: Muchas gracias por leer y comentar... Siento mucho no haber actualizado ayer pero empecé mi nuevo trabajo. Son más horas y pasaré unos días locos hasta que me cree una nueva rutina. Espero no retrasarme más pero algo me dice que será imposible... Aun así, intentaré no haceros esperar mucho... Para compensarlo, pongo unos spoilers al final...

Por cierto... El fic tendrá entre 29 y 30 capítulos, por lo que estamos en el final...



CAPÍTULO 27: INTERVENIR

Rachel, Kurt, Santana, Brittany, Sam y Artie llamaron al timbre del apartamento de Blaine. Llevaban una hora esperando a la pareja ya que habían quedado para pasar la noche todos juntos pero ninguno de los dos se había presentado. Era la primera reunión de los amigos tras la "reconciliación" de Anderson con su ex. El castaño no les había contado lo sucedido porque todavía aspiraba a conquistarlo. Nadie respondía por lo que Sam sacó su llave. Abrams y Evans compartían piso y decidieron intercambiar copias de llave con Smythe y Anderson por si ocurría alguna emergencia y ellos no podían solucionarlo. Los cuatro eran grandes amigos y confiaban plenamente en los otros. Los propietarios reales de esas copias eran Sam y Blaine porque eran los más cercanos.

Cuando entraron en el apartamento, todo estaba en calma, lo que fue un alivio ya que temían escuchar cosas que unos amigos no deberían escuchar. El salón y la cocina estaban vacíos, lo que preocupó a todos. Entonces, Sam escuchó un sollozo proveniente de la habitación y no se lo pensó, directamente entró ahí.

Lo que encontró le rompió el corazón, Blaine estaba tumbado en la cama, en posición fetal y abrazado a una camiseta. Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar.

- ¡Blaine! ¿Qué ocurre? - El rubio lo atrajo a sus brazos para calmarlo.

- Sebastian me ha dejado... - El moreno susurró mientras hipaba por culpa del llanto.

- ¿Qué? - Todos gritaron sorprendidos mientras se acercaban para intentar consolar a su amigo.

Kurt también se acercó pero cuando su mano iba a tocar al ojimiel, éste se levantó y se apartó de él todo lo posible, apoyándose en la pared y mirándolo con miedo y odio.

- ¡Aléjate de mí! - Anderson gritó y todos lo miraron extrañados. Ellos no sabían lo que había pasado esa tarde en NYADA y lo último que sabían era que los dos habían solucionado sus problemas por el bien del grupo.

- Yo sólo quiero ayudar. - El castaño susurró.

- ¡Tú sólo quieres hacerme daño! ¿No crees que ya estoy bastante mal? ¿Quieres que mi vida se vuelva una mierda? - Evans se acercó a él y lo abrazó para que se tranquilizara. Le hizo un gesto a Hummel para que se fuera y éste lo hizo, aunque de muy mal humor. Cuando se escuchó el sonido de la puerta de entrada, algo más fuerte de lo habitual por el enfado de la persona que acababa de salir, Blaine se permitió relajarse algo en los brazos de su mejor amigo y volver a llorar por Sebastian, no por Kurt.


Había muchas personas que decían que Sam era idiota. Había muchas personas que decían que no valía para nada porque los resultados de su prueba de acceso a la universidad no fueron realmente buenas, fueron pésimas. Sin embargo, él sabía que había cosas de las que sí entendía. No era un experto en el amor, su colección de ex novias así lo confirmaba... Más si tenías en cuenta que él no había dejado a ninguna. Sin embargo, sí sabía que Sebastian amaba a Blaine y que algo tenía que haber pasado para que se marchara así, de forma tan repentina y sin ninguna explicación. Algo como, por ejemplo, ver a su novio besándose con su ex... Eso volvería loco a cualquiera... Sobre todo teniendo en cuenta que, como el moreno estaba en shock, no reaccionó de ninguna manera al beso y por lo tanto no lo rechazó.

Sólo se le ocurría un sitio donde Sebastian podría haber pasado la noche y esperaba que estuviera todavía allí. Era sábado por lo que no tenía que ir a la universidad. Llamó a la puerta de la habitación número 117 de la residencia universitaria de Columbia y pronto le abrieron. Vanessa lo miró con una sonrisa cansada y asintió a la pregunta silenciosa de si Smythe estaba ahí. El rubio entró y se encontró al novio de su amigo tumbado en la cama con ojeras. Estaba exactamente igual que Anderson.

- Menos mal que Blaine jamás se dejará engañar por Kurt. Si por ti fuera, él habría ganado la guerra. - Evans comentó de manera suave.

- Kurt ya ganó la guerra, estaban besándose. - Sebastian confirmó las sospechas de Sam.

- ¿Sabes qué día era ayer? - El rubio se sentó en la cama, junto al castaño. La chica se quedó de pie, observando la conversación. Eran su mejor amigo en la universidad y su novio, no iba a intervenir en ningún sentido.

- ¿El día en el que puedes serle infiel a tu novio sin consecuencias? - El ex Warbler no iba a ser fácil de convencer.

- Ayer hacía un año del secuestro de Blaine. Un gran día para que Kurt lo besara sin su consentimiento. - Evans comentó sarcásticamente.

- ¿Qué? - La voz de Smythe era un susurro.

- Kurt lo besó y todo en lo que Blaine pudo pensar fue en sus secuestradores. Ayer fuimos a verlo todos porque Kurt tuvo la delicadeza de no contarnos lo que había sucedido y Blaine tenía miedo de Kurt... No lo dejó ni que lo tocara. Él te ama y el beso sólo le produjo miedo... Pero lo que peor lleva es que te fueras sin darle ninguna explicación. - El ex estudiante del McKinley informó.

Sebastian estuvo durante segundos mirando a su amigo... Porque sí, Sam también era su amigo. Entendía que el rubio quería lo mejor para Blaine y si estaba ahí era porque Anderson todavía lo amaba, ¿no? Es decir, si realmente quisiera estar con Hummel no se preocuparía por él, ya tendría el camino libre.

- He sido un mal novio, ¿verdad? - El castaño preguntó.

- No, entiendo como te sentiste y sé que, si Blaine supiera qué fue lo que te hizo huir, también lo entendería. Lo que yo no entendería, ni él tampoco, es que dejes que eso destroce lo que tenéis. - Sam explicó.

- ¿Qué debería hacer? - La pregunta iba dirigida a Vanessa, que los miraba a los dos con una sonrisa. Decidió que era el momento de dar su opinión.

- Seb... Creo que sabes lo que debes hacer. Sé que te cuesta porque eres algo orgulloso pero sólo debes ir y pedirle perdón por no hablar con él antes de tomar una decisión precipitada. Estoy segura de que él también querrá pedirte perdón por el beso...

- No tiene que pedirme perdón, no fue su culpa...

- Pero lo hará, él te ama y haría cualquier cosa por ti. Él todavía se siente culpable por el beso, quería contártelo pero no le diste la oportunidad. - El rubio comentó.

- Soy un mal novio, lo he dañado... - Sebastian comenzó a llorar y los otros dos lo abrazaron.

- Has tenido un pasado difícil, al igual que Blaine. Por eso los dos estáis tan bien juntos, porque os entendéis y pensáis en los sentimientos del otro. Blaine entenderá que llegaras a conclusiones precipitadas al igual que tú entenderás que Blaine se sintió agredido con ese beso y por eso no pudo reaccionar. - Evans explicó.

- Tienes razón, tengo que ir a hablar con él... No esperéis vernos en todo el día, tengo planes para compensar todo lo que le he hecho...

Smythe salió de allí a toda velocidad, quería arreglar las cosas con Anderson y esperaba poder volver a su casa, junto al amor de su vida. Sabía que sólo era cuestión de tiempo y esperaba que no hubiera ningún problema. Lo único que quería en ese momento era un abrazo de la persona que lo amaba más que a nada en el mundo.


***


ATENCIÓN: spoiler a continuación... Para compensar la espera... Si no quieres leerlos, detente ahora mismo...


Dije que no leas si no quieres spoilers...


¿Te ha quedado claro que lo que viene a continuación son spoilers? ¿Sí? Entonces, lee bajo TU responsabilidad...


- Hola. - El ojiverde se sentía estúpido. Él era el causante de todo ese dolor y lo único que se le ocurría era decir una palabra sin ningún sentido. Debería haber pedido perdón, debería haberle dicho que lo amaba, debería contarle lo que había visto. Pero en vez de eso, sólo dice esa palabra que realmente no dice nada.


Sebastian tímido... ¡Qué adorable!


Las manos del ojimiel se enredaron en el pelo del otro atraiéndolo a su cuerpo con toda la fuerza que tenía a la vez que el estudiante de Columbia sujetaba con firmeza su cintura. Antes de que el más alto se diera cuenta, se había quitado los zapatos y los dos estaban tumbados en la cama con las manos de Anderson desabrochando los botones de su camisa.


Seblaine perver... ¡Me encanta!


...


¿Por qué habré dicho que me vais a odiar en el siguiente capítulo?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top