CAPÍTULO 12: UNA BODA EN SAN VALENTÍN
CAPÍTULO 12: UNA BODA EN SAN VALENTÍN
El día de San Valentín llegó y eso significaba una cosa, era el día de la boda de Mr Schue y Ms Pillsbury. Sebastian fue a buscar a Blaine con su coche. No sabía cómo ni por qué, pero había acabado invitado a la ceremonia. El castaño llamó a la puerta de la residencia de los Anderson y se quedó sin respiración cuando se abrió. El moreno estaba muy elegante con un esmoquin negro con las solapas de la chaqueta de una tela un poco más brillante que el resto aunque sin ser excesivamente llamativas y una pajarita del mismo color que contrastaba con el blanco de la camisa. Su pelo llevaba algo de gel pero bastante menos del habitual, algo que sorprendió a su amigo.
– Estás... – El ojiverde fue incapaz de encontrar las palabras para describirlo.
– Tú también. – El más bajo susurró con las mejillas sonrojadas por el piropo que acababa de recibir. Su amigo también estaba muy elegante con un esmoquin negro algo más clásico que el suyo.
– Vamos, no quiero llegar tarde.
El Warbler extendió el brazo para que el otro se apoyara en el y así caminaron hasta la puerta del copiloto. Smythe abrió el coche para que Anderson se pudiera sentar. La cara del ojimiel se puso aun más roja al ser el destinatario de todas las atenciones del estudiante de Dalton.
Emma había huido de su propia boda, dejando a Will plantado en el altar. Sin embargo, el profesor no quiso que sus alumnos perdieran la oportunidad de disfrutar de la fiesta y del día de San Valentín. Por eso, los invitados fueron al lugar donde se realizaba la recepción.
Como era de esperar, los miembros de New Directions cantaban las canciones que amenizaban la fiesta. Bueno, los miembros de New Directions y Sebastian, ya que a él le habían asignado un dúo con Blaine... Más bien, había sido el moreno el que había pedido cantar con su amigo y, además, había elegido la canción con mucho cuidado.
Llegó el momento de que el Warbler y el capitán del Glee Club del McKinley cantaran. Los dos subieron al escenario, el ojimiel quedando a la izquierda y el otro a la derecha. Las primeras notas de su canción sonaron y los dos se miraron de manera tímida pero con mucho amor.
I Wanna Know What Love Is *
Había mucha química entre ellos, los sentimientos eran casi palpables. Nadie quedó ajeno a lo que pasaba en ese escenario, a como los dos se dedicaban esas palabras porque ambos querían vencer sus miedos y que el otro les enseñara lo que es el amor. Los allí presentes tenían diferente opinión. Algunos como Sam y Brittany, que habían sido los confidentes de Blaine y que sabían lo que el moreno intentaba hacer, estaban felices. Otros como Tina o Mercedes, estaban muy preocupados. Y por último, estaba Kurt que sentía crecer todo su odio hacia Smythe.
Kurt entró a los servicios de caballeros. Había visto que Sebastian se dirigía allí y quería hablar con él a solas. El castaño estaba lavándose las manos cuando entró y se saludaron de manera cordial aunque muy distante. El ojiazul lo observó con odio mientras terminaba de lavarse y se secaba las manos. El Warbler había estado con Blaine en todo momento y el residente en Nueva York había visto sus miradas, sus risas, sus toqueteos y su complicidad por lo que él se sentía desplazado. Apenas había intercambiado unas pocas palabras con su exnovio, sólo un saludo y un par de preguntas sobre como estaban.
– Tenemos que hablar. – El estudiante de NYADA rompió el hielo.
– ¿De qué? – El ojiverde lo miró con el ceño fruncido.
– Tú me hiciste unas promesas hace tiempo y veo que no las has estado cumpliendo. – El mayor se cruzó de brazos.
– No sé de qué me hablas... – Smythe iba a salir pero el otro se lo impidió poniéndose en su camino.
– Me prometiste que Blaine volvería a mi lado, que tú no ibas a intentar conquistarlo, que tú no serías ningún obstáculo. Sin embargo, todo ha sido mentira. No has hecho nada para que Blaine esté conmigo. Al contrario, lo estás seduciendo y aprovechándote de su vulnerabilidad para sacar provecho. Vas a acostarte con él y olvidarlo, sin importarte sus sentimientos lo más mínimo. Blaine merece algo mucho mejor. – Hummel casi gritó.
– Sí, me estoy aprovechando de la vulnerabilidad de Blaine para que haga lo que yo quiero. Ya sabes, para que vuelva a tener una relación normal con sus padres y hermano, para que mejore su relación con sus amigos... Sólo me falta el último paso, el más difícil, que quiera volver contigo. En contra de lo que crees, quiero lo mejor para Blaine.
Blaine había estado escuchando esa conversación desde la puerta de los servicios. No podía creer lo que esas dos personas habían estado hablando. Estaba convencido de que Sebastian sentía algo por él. Sin embargo, lo que estaba escuchando distaba mucho de lo que él pensaba que pasaba. Y eso dolía. Se sentía traicionado y manipulado, se sentía como un muñeco que había estado a la merced de los deseos de dos personas que habían pactado cuál debía ser su futuro, cuáles serían sus sentimientos. No podía seguir ahí, no podía ni respirar. Por eso permitió que sus pies salieran corriendo de allí, aunque él desconocía el destino.
Sebastian estaba preocupado y lo peor era que había preocupado a todos los miembros de New Directions y a los señores Anderson. Después de haber terminado su conversación con Kurt, había pasado media hora buscando a Blaine pero nadie lo había visto. Había intentado hablar con él por el móvil pero no le respondía, por lo que no le quedaba otra alternativa que llamar a la madre de su amigo. Ella le había dicho que no estaba en casa y lo único que había conseguido es que se asustara. Sólo había dos personas más a las que no conseguía localizar, Sam y Brittany. Por eso había decidido ir a la casa de la rubia. Llamó al timbre y minutos después salió la joven. Todavía llevaba el vestido que había llevado a la boda, pero ya no llevaba los zapatos de tacón. En vez de eso llevaba unas pantuflas rosas y blancas que parecían dos peluches. También se había puesto una manta sobre los hombros que le cubría la parte de arriba para no pasar frío.
– Brittany... Estoy buscando a Blaine... ¿Sabes donde está? – El castaño preguntó amablemente. Pierce salió de su casa y volvió la puerta. Luego se asomó para comprobar que no había nadie en una ventana en la que había luz.
– Está con Sam y conmigo. – La chica respondió y el Warbler suspiró aliviado.
– ¿Puedo verlo? – El ojiverde quiso saber.
– No. Él no va a querer verte y respeto eso. – La cheerio aclaró.
– ¿Qué? – Smythe la miró sorprendido.
– Ha escuchado determinada conversación tuya con Kurt y no quiere saber nada de ti. No lo culpo. – Ella añadió. El estudiante de Dalton sintió como si su corazón dejara de latir.
– Yo...
– Iba a confesarte lo que siente por ti. Creo que sabes qué es lo que siente, no creo que estés tan ciego. Había reunido el valor para hacerlo esta noche. Quería algo romántico, por eso había elegido esa canción para que cantaseis juntos. Después, cuando lo llevaras a su casa te iba a contar todo. Sam y yo habíamos estado ayudándolo con eso.
– Britt, yo...
– No sé qué problema tienes o por qué haces ésto. Yo sólo sé que Blaine no se merece sufrir y si eso implica que vamos a tener que evitar que te vea, lo vamos a hacer. – La rubia no dejaba que el otro se explicara.
– No quería hacerle daño. – Sebastian bajó la mirada.
– Sam y yo creíamos que pronto podríamos hacer citas dobles y veríamos muy feliz a Blaine...
– Él estaría mejor con Kurt que conmigo. – El castaño estaba decidido.
– Creo que Blaine es lo suficientemente mayor y maduro como para que Kurt o tú toméis decisiones por él. – Pierce comentó. – Me encantaría quedarme contigo a charlar pero Blaine está en mi habitación llorando y Sam no sabe como comportarse en esas situaciones, es un hombre.
Y sin más explicación, la estudiante del McKinley volvió a entrar y cerró la puerta. Sebastian sacó su teléfono y comenzó a llamar a todos para tranquilizarlos. No explicó nada, sólo dijo que Anderson estaba con Sam y Britt y que tal vez se quedaría en casa de la rubia por la noche.
Por su parte, la cheerio entró a su habitación y se encontró al ojimiel tumbado en su cama, hecho un ovillo, con su cabeza apoyada en las piernas estiradas de Evans, que tenía su espalda apoyada en el cabecero y acariciaba el pelo de su amigo para que intentara tranquilizar sus sollozos. La joven se tumbó al otro lado de su novio de manera que su cara quedó frente a la de su amigo y así intentar consolarlo. Ese día había sido difícil y sólo querían que acabara cuanto antes.
*La canción I Wanna Know What Love Is es del grupo Foreigner pero os recomiendo que busquéis la versión de la película Rock Of Ages porque ahí es un dúo y así podéis ver como me los imagino (Blaine cantaría la parte de Malin Akerman y Sebastian la de Tom Cruise). Os recomiendo que busquéis al menos la letra porque creo que encaja bastante bien con el momento que están viviendo los chicos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top