35.
— !!!Ya voy!!! —respondo en un grito que me sale del alma. El estruendo hace que el enmascarado pegue un pequeño saltito —Hoy es tu día de suerte, zorra. Ya vuelvo —Jade me mira extrañada, sin terminar de entender el sentido de mis palabras.
Me pongo las zapatillas a toda velocidad y me acerco a la puerta del ascensor que, por supuesto y cómo no podía ser menos, está en la planta baja. Mi dedo pulgar aprieta el botón con desesperación una y otra vez, como si eso fuera a apurar los trámites, mientras mi corazón salta desbocado dentro de mi pecho. Una vez consigo entrar presiono el botón para ir a la planta baja, totalmente fuera de mí. Habiendo llegado abajo, abro la puerta del frente tomando a Jimin de la mano y arrastrándolo intempestivamente hacia dentro del ascensor. No le doy tiempo ni siquiera de saludar, porque quito su mascarilla de un tirón, estampando un beso en sus labios de manera inmediata. Sus manos rodean mi cintura, abrazándome con fuerza mientras mueve sus labios sobre los míos, mordiendo con desesperación mi labio inferior en el proceso.
— AUCH. Yo también te extrañé Jiminie —nuestros ojos se encuentran de repente y una lágrima furtiva empieza a querer escaparse, siendo atrapada por uno de los dedos de Jimin, que la seca volviendo a besarme.
— Vicky... cariño... Noona... Necesitaba tanto esto... —su frente se apoya sobre la mía, dejándome sentir su acelerada respiración cuando su pequeña nariz queda pegada a mi rostro.
— Y yo —respondo, posando un último besito sobre sus labios hinchados por el reciente intercambio. «Debería avisarle que no estamos solos», pienso recordando que Jade se encuentra sentada en mi cocina —Cariño... Mi mejor amiga está en mi apartamento. Acaba de llegar de Argentina hace apenas un par de horas. No te esperaba hoy... —mis ojos lo miran suplicando que no se vaya, que se quede conmigo aunque haya una invitada.
— Está bien, cariño. Con tal de estar contigo ya no me interesa nada. No me vuelvo a separar de ti. Te lo dije...
Una sonrisa estúpida aparece en mis labios de repente. Dejándole saber lo enamorada y tonta que me tiene con sólo una expresión. Un hondo suspiro sale de mí, en cuanto las puertas del ascensor se abren y quedamos plantados frente a mi apartamento.
— Hey, tranquila cariño. —Dice, tomando mi mano. Fresco como una lechuga —Quiero conocerla, de todos modos. Aunque sea de esta manera inoportuna...
Sólo fue cosa de abrir la puerta, para que Jade diera un respingo en su silla al vernos entrar. Helada es poco, está totalmente paralizada y, por primera vez, sin palabras. Sólo llega a balbucear un "lo sabía" antes de que Jimin se acerque a ella y le extienda la mano para saludarla.
— Buenos días, mi nombre es Park Jimin —se presenta cortésmente, tal y como es su costumbre. Me causa mucha gracia que Jade no sea capaz de articular dos palabras de corrido, una vez que tiene lo que quería frente a frente.
— B-Buenos días... Mi nombre es Jade —está tartamudeando como una idiota y eso hace que tenga que suprimir una risa —Un gusto conocerte, Jimin.
— Ahí tienes lo que querías —comento socarronamente, mientras me acerco a la barra de la cocina a prepararme un café. No parece, pero me tiemblan las piernas de los nervios. Puedo notar la mirada de Jimin recorriéndome entera, no termino de comprender si aprueba o no el cambio que está viendo.
— ¿Qué querías? —le pregunta Jimin a Jade, arrugando su nariz.
— Pues... Quería saber quién había logrado llevarse a esta maravillosa mujer —responde Jade, recuperando el aliento.
— Ah, era eso —su sonrisa repleta de dientes blancos se hace presente, en una mueca de orgullo personal. Cómo si se hubiera ganado un trofeo o algo así — Ahora ya lo sabes.
— Hola... Estoy aquí, por si no se dieron cuenta —los increpo mientras el negro líquido cae dentro de mi taza e intento frenar los temblores incontrolables. Jimin se acerca a mi, pasando por detrás de Jade y me toma por la cintura sin previo aviso.
— ¿Vas a ofrecerme algo para tomar? Acabo de llegar... —posa un suave beso sobre mi mejilla y, a todo esto, Jade está con la mandíbula por el piso observando la escena. Puedo sentir el color rojo intenso de mis mejillas, a medida que el fuego de mi interior se enciende sobre ellas.
— ¿Café?
— Me parece excelente —responde Jimin tranquilamente, sentándose en una de las banquetas altas de la barra de la cocina.
El timbre vuelve a sonar, esta vez debe ser la pizza. Ya no parece que Jade tenga hambre...
— Yo voy —dice mi amiga muy diligentemente.
— Toma —le extiendo la mano con el dinero, para pagarle al repartidor.
— No, no. Nada de eso mi querida. La pizza corre por mi cuenta, ya me diste terrible regalo.
Debería decir que, por su trabajo, Jade tuvo que aprender coreano obligatoriamente, si es que quería viajar. No tuve que oficiar de traductora, cosa que me facilitaba bastante la presentación. Pero esto último, me lo dijo en el castellano más castellano posible.
— ¿Qué dijo? —Jimin extiende su mano hacia mí, mientras espera su respuesta. Me acerco hacia él, ya con las tazas de café servidas, alcanzándole una de ellas. El café de su taza desaparece rápidamente. Ahora que lo veo mejor, las ojeras marcadas y su piel más pálida de lo normal, me hacen notar lo cansado que está.
— Una estupidez —respondo cortamente — ¿Dormiste, cariño? Te ves fatal...
— No. Apenas bajamos del avión dejé las cosas en mi apartamento y vine hacia aquí. Eras más importante tú que cualquier cama —me acerca un poco más a él, tomándome por la cintura para abrazarme y apoyar su cabeza sobre mi pecho — ¿A ti que te pasó? ¿Estuviste comiendo bien?
— Pero por Dios. Si. Estuve comiendo bien... ¿No te gusta como me veo? —un pequeño puchero se forma en mis labios, apenas decir esto. Jimin alza su vista hacia mí, tomándome por la barbilla y plantando un beso en mis labios.
— Me gustas de todas las maneras, cariño. Si esto lo hiciste por ti, lo celebro. Si lo hiciste por mí, claramente no hacía falta. Para mí eres preciosa —otro beso más viene a parar a mis labios, aunque esta vez un poco más apasionado que el anterior —Te extrañé muchísimo, mi amor. ¿Puedo quedarme contigo hoy?
— ¿Qué clase de pregunta estúpida es esa? Es lo que esperaba que hicieras, Jimin. Ni más ni menos.
Jade entra a mi apartamento de repente, sosteniendo una gran caja de pizza en sus manos y sonriendo como una posesa. Al menos habrá escuchado lo último que Jimin me dijo, lo noto por el brillo de sus ojos y la cara de aprobación en su rostro mientras se acerca a nosotros.
— ¡¡ Pizza time!! —abre la caja sobre la mesada, dejando que el aroma de la masa y el queso fundido se metan por mis fosas nasales, despertando un hambre monumental de repente —Coman. Jimin Ssi, debes tener hambre, come tú también.
No terminó de decirlo, que ya estábamos tomando una porción enorme cada uno e hincándole el diente como si no hubiera un mañana. Estoy sentada sobre una de las piernas de Jimin, porque no pienso alejarme más de lo necesario.
— ¿Puedo preguntarte algo, Jimin Ssi? —Jade abre la boca luego de terminar su primer trozo de pizza. La miro amenazándola, ya sabe que mi mirada está dirigiéndole un "cuidado con lo que vas a decir".
— Claro. Dispara.
— ¿Cómo hiciste para que esta tosca mujer te hiciera caso?
— Paciencia y persistencia —respondió sonriente.
— Oigan. De nuevo... ¡Estoy aquí!
— ¿Te dio mucho trabajo? Vicky estaba determinada a morirse sola... —Jade pasa de mí y de mi comentario. Me cruzo de brazos instantáneamente, rodando los ojos todo lo que mis globos oculares me permiten.
— No tanto. No se pudo resistir a mis encantos — sonríe, socarronamente, mientras me acaricia el cabello.
— ¿Van a seguir haciendo de cuenta que no estoy? Que estén hablando de mí así es vergonzoso —ahora sí estoy fastidiada... Y roja como una manzana —Además... ¿No tienes ojos en la cara, Jade? ¿Qué clase de idiota sería si no le hubiera hecho caso? Sus encantos saltan a la vista... —ya que tanto le gusta regodearse, lo ayudo. Puedo adivinar su mirada tímida a mis espaldas. Sé que está avergonzado y enojado consigo mismo por haberme dado pie. También sé que Jade me va a ayudar en esto.
— Tienes razón, amiga. Si le hubieras dicho que no, hubieras sido una total estúpida. Con esas fachas que lleva... Ahora que lo veo de cerca, entiendo porque las chicas se vuelven locas — «Gracias, querida», le transmito mi pensamiento por telepatía, junto con un guiño de ojo.
— ¿Viste? Así y todo con esas ojeras y viéndose terrible, no deja de ser una pieza de museo...
— Ya, ya. Basta Vicky —Jimin me reprende en voz bajita, avergonzado. —Entendí el punto...
— Digo esto y ya no digo más nada —Jade se pone seria —Se ven adorables juntos y me pone muy feliz que mi amiga esté así de tonta por alguien... Eso es todo.
— Gracias. Ya puedes callarte —respondo, sintiendo el fulgor de mis mejillas ardiendo.
— De hecho, ahora que terminamos de comer me voy a retirar y a dejar a los tórtolos solos. Ya tendremos tiempo de charlar. Además... Estoy muerta de cansancio —se levanta rápidamente de su banqueta, haciendo un ademán con la cabeza para que la acompañe hasta abajo.
— Supongo que vas a venir a nuestro concierto este sábado —suelta Jimin de repente —Victoria tiene pases VIP.
— Claro que sí, será un placer. Fue un gusto conocerte Jimin Ssi —Jade extiende su mano para saludarlo, girando sobre sus talones inmediatamente después para acercarse a la puerta.
— Te acompaño. ¿Me esperas un minuto Jiminie?
— Claro, aquí me quedo. Adiós Jade Ssi, un gusto conocerte también.
La tensión dentro del ascensor es tan palpable que podrías cortar el aire con un cuchillo. Una vez nos volvemos a quedar solas, Jade me da un golpe en el hombro que me deja pegada a la pared metálica, dejándome sentir el frío acero sobre mi brazo desnudo.
— Eres una maldita perra ¿Lo sabías? Perra y suertuda —escupe indignada — ¿Cuándo pensabas contarme esto, eh?
— P-Pues... Cuando se terminaran nuestros contratos. Tenemos un contrato de confidencialidad, Jade. No es que no quisiera contarte, es sólo que no podía.
— ¿Cuándo hubiera sido eso?
— Después de éste último concierto, cuando BTS deje de existir.
— Wow, amiga. Debes haberlo pasado feo teniendo que esconder a ese semental bajo la alfombra.
— ¿Semental? —jamás hubiera pensado esa palabra para describirlo, eso es lo último que se me ocurriría —No es sólo por sus fachas, Jade... Jimin es... Jimin. No sé cómo explicarlo.
— Si, noto como te mira y como te trata. Estoy feliz por ti, amiga. Nos vemos en el concierto, estos días te dejaré en paz. Puedo ver que tanto lo extrañabas, aunque me pone un poco celosa que lo extrañaras más que a mí.
— Ay, serás estúpida. Es la comparación más tonta que haya oído. Te quiero, zorra del infierno. Estoy muy feliz de que estés aquí —ya en la puerta, envuelvo su cintura en un apretado abrazo.
— Yo te quiero a ti. ¡Me alegra que al fin seas feliz! —tironea de mis mejillas, como una madre orgullosa —Te veo el sábado. ¡Disfruta tu reencuentro!
— Lo haré —respondo, agitando mi mano mientras se aleja.
Una vez dentro del ascensor nuevamente, tomo aire pesadamente en lo que presiono el botón del piso diez, dejándolo salir en un grandísimo suspiro. En mi apartamento me está esperando él, después de dos meses sin vernos...
Al fin pude hacer que alguien del círculo de Vicky conociera en persona a Park Jimin!! Y al fin pude escribir el reencuentro, aunque fugazmente.
Espero que les haya gustado este cap. Ya casi se termina la historia!
Opiniones, sugerencias y etc etc etc: AQUIIIII
Abrazos violeta neón, porque el reencuentro los merece.
Noona ♥
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