31.
Sólo han pasado dos días, pero se sienten como un año. El vacío que siento en el pecho, el frío en el cuerpo... Todos síntomas de abstinencia de Jimin. Sé que aterrizó bien, que están ocupadísimos con las entrevistas, pero todavía no pude ver su hermoso rostro frente a la pantalla y eso me está matando por dentro. Mi corazón se siente tan pesado en este momento, que bien podría hundirme en el fondo del río Han, sin necesidad de colocar una gran piedra en mi tobillo. Mirándole el lado amable, al menos Jimin me recordó que tengo sentimientos y que la vida no tiene por qué ocurrir en solitario. Lo peor de todo es que seguimos en el secretismo absoluto, podría haber viajado con ellos, mi trabajo me lo permite, pero no podemos dejar que nos vean juntos. No era necesario decirlo ni hablar sobre el tema, de antemano estábamos preparados para algo así. Ojalá me hubiesen avisado lo dura que iba a resultar la lejanía, por mucho que pudiera verla llegar en algún momento.
Lo mejor que puedo hacer para salir de este estado de ánimo horrible, es seguir trabajando. Mirar su rostro y escuchar su voz en los videos que el Sr. Lee me ha mandado, es todo el consuelo que puedo conseguir en este momento. Cada vez que su escandalosa risa de dientes blancos aparece, una sonrisa amarga aparece en mi semblante. «Te extraño, maldita sea Park Jimin » pienso, enojándome conmigo misma por haberme enamorado de él. No me arrepiento de nada de todos modos, aunque su ausencia esté dejando rastros visibles en mí. Como siempre, un café está acompañando mi momento de trabajo mientras la estrepitosa risa de Jimin y los chicos llena la habitación a través de los parlantes.
De repente, un mensaje de texto parpadea en la pantalla de mi celular, descansando en el escritorio al lado del teclado.
SG: ¡Hola Vicky! No me he olvidado de ti ni de tus canciones. Sólo quiero decirte que estoy trabajando en eso cada vez que puedo, hay una en especial que captó toda mi atención. Por cierto, la cara de perro mojado de tu novio es insoportable. Deberíamos haberte traído con nosotros aun corriendo riesgos. Cada vez que las cámaras se apagan, se apaga el también... ¡¡¡Sólo van dos días y ya quiero devolvértelo!!! Más allá de eso, él está bien. Supongo que hablará contigo pronto cuando nos bajen el ritmo. Sólo estoy aprovechando una parada para ir al baño, mientras el resto está en el estudio.
Vic: ¡Suga! Qué lindo saber de ti. No te preocupes por eso de las canciones, sólo te las di para que las oigas no es necesario que hagas nada con ellas. No te mates trabajando en eso, ya tienes suficiente en tu plato. En cuanto a Jimin, más vale que cambie esa cara y no les haga insoportable la gira porque voy a patearle el trasero cuando vuelva =) Esperaré a que se libere un poco, no quiero molestarlo.
SG: Transmitiré ese mensaje textualmente, a ver si se compone. Por el otro lado... Soy productor, Victoria, no puedo evitar querer trabajar. No te inquietes por eso. ¡Nos vemos a la vuelta! Cuídate y come bien.
Vic: Lo haré. Mucha suerte Yoongi, los estaré mirando desde aquí. Salúdame a los chicos.
«No soy la única con un problemita de abstinencia», ese simple pensamiento me preocupa. No quiero que Jimin se pase el tour de mala gana, sobre todo cuando es el último... Dije que no quería molestar, pero que carajos.
Vic: Hola, cariño... Me contó un pajarito que estás teniendo, cito literal, "cara de perro mojado". ¿Qué te dije sobre disfrutar el momento, eh? Compórtate, pequeño salvaje. No hagas que te patee el trasero cuando vuelvas. Estaremos bien, amor.
Nada. Silencio de radio. El mensaje ni siquiera llegó al destinatario... Supongo que tendrá el teléfono apagado, lo leerá apenas pueda. Mejor volver a mi café y a su encantadora sonrisa en la pantalla. Corro con una ventaja que él no tiene: poder verlo y escucharlo en cualquier momento y lugar. Ahora que lo pienso, no nos tomamos ninguna foto juntos. Podríamos haberlo hecho en Jeju, pero estábamos tan enfrascados en disfrutar la compañía mutua que no se nos ocurrió... Ya sé. Tomo mi celular, encendiendo la cámara frontal. Me arreglo el cabello un poco y trato de encontrar un ángulo en el que mis ojeras y mi tristeza no resulten evidentes para luego poner la mejor sonrisa que encuentro. CLICK.
Vic: A ver si esto te ayuda un poco...
Adjunto mi pobre foto al mensaje, esperando alegrar aunque sea un poco su tristeza. No me es difícil entenderlo, teniendo en cuenta que estamos los dos en el mismo bote. «Basta de masoquismo por hoy», apagando mi pc me levanto de mi cómoda silla de escritorio. No sé qué hacer, ni adónde ir. Todavía es temprano para mí, supongo que Netflix en solitario, como en los no tan viejos tiempos. Es cuestión de encender el televisor y buscar la app, para que aparezca en primer plano la estúpida película de terror que vimos juntos.
— NOPE— le hablo a la nada, levantándome de los almohadones pesadamente. Sólo para caminar arrastrando los pies hasta mi habitación. La imagen de un Jimin tapado hasta la nariz en la cama, viene a mi mente como un torbellino —TAMPOCO.
Me decido por hacer algo que no debería, pero voy a hacerlo de todos modos. Salgo de mi apartamento, para dirigirme a la tienda de conveniencia que funciona en la esquina y conseguir un paquete de cigarrillos. Dejé de fumar hace años, pero por el amor de dios que necesito uno ahora mismo. Ya de vuelta abro el paquete para sacar uno, busco un encendedor en el primer cajón de la mesada y me dirijo hacia el balcón. El puente Banpo está iluminado con sus luces arcoíris y la brisa fresca de la madrugada primaveral me acaricia el rostro mientras enciendo el cigarro, inhalando el humo en una gran inspiración y dejándolo ir en el mayor de los suspiros. Miro la hora en mi celular, las tres de la mañana. Jimin se encuentra 16 horas por detrás de mí en Los Ángeles, California. «O sea que son las once de la mañana, debe estar ocupadísimo», pienso mientras abandono toda esperanza de tener noticias. Otra calada profunda al cigarrillo, me recuerda el porqué de haberlo abandonado, una horrible tos perruna se adueña de mi garganta en ese preciso momento, así que decido apagarlo. Vuelvo a la cocina, tomo el paquete y lo estrujo en mi puño, destrozando su contenido para tirarlo a la basura. Mejor será acostarme a mirar al techo, antes que volver al antiguo vicio, Jimin me mataría si me viera.
De vuelta en mi habitación, me tiro en la cama sin siquiera cambiarme y miro el techo hasta que logro dormirme. Cuando me despierto son las dos de la tarde, hace mucho que no volvía a los viejos horarios. Jimin me hizo cambiar mi ritmo circadiano sin siquiera pedirlo pero, ahora que no está, a mi cuerpo le da igual. No termino de abrir los ojos, que el tono de llamada de mi celular me despierta a los golpes. Video llamada de Jimin. AL FIN. El botón de responder no tiene ni tiempo de reaccionar, cuando lo presiono rápidamente. El rostro de mi amado aparece en la pantalla. Viéndose cansado y todo sigue siendo hermoso.
— ¡¡¡JIMINIE!!!! —un grito genuino de felicidad escapa de mis labios.
— ¡Hola, preciosa! Estaba tan ansioso por verte... Acabo de llegar al hotel —dice, mientras me muestra una panorámica nocturna de la ciudad, a través del ventanal de su habitación.
— Te ves cansado, cariño. ¿Ya comiste?
— Estoy cansado, todo el día de entrevista en entrevista. Pero estoy bien —una sonrisa se dibuja en su hermoso y pálido rostro, intentando sacarle peso a la cuestión — Estamos a punto de cenar, el staff nos ha conseguido comida coreana de un restaurante. Quería verte antes de caer rendido en la cama. Por cierto, gracias por la foto, ver tu rostro me hizo muy feliz —sus ojitos castaños medio cerrados, brillan como diamantes mientras me mira — ¿Acabas de despertarte, verdad?
— Si. Tuve algunos problemitas para dormir anoche...
— Oye, cuídate. No quiero tener que encontrarme con una novia deshecha cuando vuelva —su mirada de advertencia siempre me causa gracia, es tierna a la vez que intimidante.
— Lo haré, no te preocupes... Lo mismo va para ti ¿Qué es eso de andar todo cabizbajo por la vida? Prometiste disfrutar el viaje, no estás cumpliendo y sólo van dos días.
— Estúpido hyung. Ya verá la que le espera por andar de metido. Te extraño, muchísimo. Odio que no hayas venido conmigo...
— Yo también lo odio, pero que otra cosa podíamos hacer... En dos meses nos despediremos del secreto, supongo.
— ¿Supones? No voy a seguir escondiéndote una vez que todo esto termine, Victoria.
— Lo sé —odio esto, odio el secreto, odio no poder acompañarlo en su último tour y odio no poder verlo actuar enfrente de mis narices. Qué más da, esto fue lo que decidimos hacer. Detrás de él se escucha un griterío infernal acercándose. De repente en la pantalla aparecen Tae y JK saludando a viva voz.
— NOONA!!!!!! —gritan al unísono —Que bonito verte, nos quedamos debiendo la cena para cuando regresemos.
— Oigan, ustedes dos. ¿No tienen nada mejor que hacer, además de interrumpir? —Jimin los calcina con la mirada y los pobres se quedan helados.
— Déjalos cariño, son sólo dos minutos. ¡Hola chicos! También es lindo verlos. A la vuelta cenaremos juntos, promesa. Cuiden a ese platinado tonto que se ve que está algo alterado —digo, arqueando una ceja hacia la cámara en señal de reprobación.
— Lo cuidaremos, no te preocupes. Mejor nos vamos antes de que nos tire con algo. Adiós Noona —la sonrisa cuadrada de Tae comienza a alejarse de la pantalla, dándose media vuelta junto a JK y saliendo del plano.
— No seas tan amargado, cariño. Te estás volviendo un viejo gruñón de repente.
— No sé cuándo podamos volver a vernos, por eso los reté... Pero tienes razón... Sólo quiero aprovechar estos minutos contigo.
— Entiendo —ese comportamiento posesivo es algo que nunca había visto todavía, me agrada verlo defender su territorio aunque sea por el tiempo en pantalla y aunque eso signifique que ande apuñalando gente con miradas mortíferas —Eres lindo hasta cuando miras mal a la gente.
— ¿Lo soy?
— Eres lindo todo el tiempo, no te hagas el tonto Park Jimin. Bien sabes lo hermoso que eres —sus mejillas se sonrojan un poco al escuchar mi comentario, me siento poderosa logrando que el famoso idol se sienta incómodo a pesar de que ha escuchado cosas peores.
— Te besaría ahora mismo si pudiera...
— Guarda todos esos besos para después, te los cobraré con intereses precioso.
— ¿Puedo pedirte algo? —pregunta, mientras se rasca la nuca, avergonzado.
— Puedes.
— Una foto tuya cada día. Sólo una...
— ¿Vestida o desnuda? —pregunto totalmente seria, consiguiendo que Jimin se ruborice todavía más.
— Victoria... Si estás intentando hacer que vuelva nadando a Corea, lo vas a conseguir.
— Eso sí que sería digno de ver. ¡Otro record para tu colección! —los dos estallamos en carcajadas, imaginando como sería la situación.
— Me haces reír sin ganas, cariño. Te extraño como loco, pero procuraré cambiar la cara. Lo prometo. Apenas vuelva vas a recibir todos los besos y caricias que te quede debiendo durante este tiempo.
— Anoto eso en mi libreta —respondo guiñando un ojo — Ve a comer, pequeño salvaje. Tienes que estar fuerte, yo tampoco quiero un novio hecho girones. Mandé un hombre hermoso y lo quiero de vuelta sin daños.
— Ok, ok. Iré a cenar con los chicos. Recuerda enviarme las fotos, te las reclamaré si te olvidas. Te amo... MUCHISIMO...
— Y yo te amo a ti, Jiminie. Cuídate, cariño.
— Tú también mi amor. ¡Adiós!
Así como así, la bella imagen de mi hombre desapareció de mi vista. Al menos me quedo más tranquila de haberlo visto por unos minutos. A partir de ahora, actitud positiva es todo lo que necesito para sobrevivir estos meses. Va a ser mejor que me ponga a actualizar mi sistema interno y recibirlo con una Victoria 2.0.
El puente Banpo es tan bonito, que quería dejarles una imagen. Espero que no se estén aburriendo, ya casi llegamos al final. A quienes hayan leído todo entero hasta aquí, GRACIAS. A quienes no... ¿Qué esperan eh?.
Abrazos arcoíris, para hacer juego.
Noona ♥
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