21.
Un largo rato transcurrió en total silencio, los dos abrazados mirando el paisaje que teníamos delante. Me sentía como en una película de Hollywood, en la que una mujer promedio por la que nadie da ni dos centavos, termina en los brazos del galán que todas quieren. Básicamente es algo así, salvo que Jimin no es solamente un galán o un sex symbol. Es un hombre dulce, amable y cariñoso, capaz de comprenderme sin juzgar y aceptarme sin querer cambiar nada de mí. Más que una película, es un libro de ciencia ficción. Jimin es un ser del más allá. No digo que no tenga defectos, los tiene, pero las cosas más importantes que necesito en un hombre, son justamente su fuerte.
Al momento de volver, Jimin rompe el silencio para decir una sola cosa.
— Noona... Quiero que si algo te molesta, que si hago algo mal o te lastimo de alguna manera, no me lo ocultes. También quiero que me digas si hay algo que no quieres que haga o diga, por favor. Quiero ser alguien en quien puedas apoyarte y confiar, no alguien que deprecies —sus palabras, tan sentidas, traspasan la poca armadura que me quedaba.
— Así lo haré, pero quiero que me prometas que tu harás lo mismo conmigo ¿Si?
— Sí, cariño —me abraza por los hombros mientras caminamos y yo sujeto fuertemente su cintura, apoyando mi cabeza sobre su costado.
El camino de bajada fue sencillo, no tuvimos necesidad de soltarnos ni una sola vez. Desde la cima, hasta la base, bajamos sosteniéndonos como si fuéramos cada uno el pilar del otro. Al acercarnos a la casa, vemos a Jin volver con una conservadora en las manos y riéndose de sí mismo.
— ¡¡JIMIN-A!! ¡¡NOONA!!! ADIVINEN LO QUE ATRAPE —grita en medio de sus propias carcajadas.
— ¿Un zapato? —Jimin lo mira intentando adivinar.
— ALGO MEJOR —Jin no puede parar su risa.
— ¿El par completo? —Pregunto, siguiendo con las adivinanzas.
— ¡¡NO NOONA!! En lugar de un pez, atrapé esto —saca de la conservadora un objeto redondo que me resulta familiar — ¿Alguien necesita una ruedita de entrenamiento? —estalla de nuevo en una carcajada —Estaba convencido de que había atrapado un pez gigante, ya estaba pensando en cómo iba a cocinarlo... Les juro que por mucho que tiraba, la línea no regresaba. Resultó ser que esta ruedita estaba atrapada entre unas piedras del fondo y yo estuve como un idiota luchando por diez minutos.
Todos nos echamos a reír, inclusive Hobi que regresaba se su caminata y había escuchado el final de la historia.
— Jin hyung, siempre fracasando para no romper la tradición —comenta entre risas.
— Ya verás, algún día atraparé algo —Jin responde con cara de seguridad.
— Si... Un resfriado —Jimin colabora con las bromas haciendo que todos nos sigamos riendo en el jardín.
Al entrar a la casa, nos encontramos con Tae y Jungkook todavía enfrascados en la lucha. RM y Suga no están por ninguna parte. «Necesito una ducha, estoy toda sudada», pienso.
— Jimin-Ah, necesito una ducha urgente —comento, dirigiéndome hacia la habitación.
Escucho sus pasos detrás de mí y, apenas entrar a la habitación, diviso la puerta del baño que la habitación posee. No había tenido tiempo de prestarle atención, gracias a la interrupción de cierta persona.
— Cariño, hay una tina en el baño de esta habitación. Después de lo de recién quizás quieras relajarte un poco...
— ¡Qué bien! Sí, me encantaría un baño de inmersión —respondo, sonriendo.
Saco algo de ropa de mi bolso, la dejo sobre la cama y tomo una toalla para dirigirme al baño. La tina es enorme, ideal para meterme hasta la nariz. Abro las canillas para regular la temperatura y mientras se llena, busco alguna lista de música relajante en mi teléfono. Encuentro unas sales de baño en la estantería junto a la tina, así que coloco un poco en el agua. Jimin continúa en la habitación, no tengo la menor idea de lo que está haciendo. Una vez el agua está lista, me quito la ropa y me hundo en el agua tibia, apoyando la cabeza contra el borde de la tina y cierro los ojos. Tan concentrada estaba en mi relajación, que no pude escuchar la puerta abriéndose, ni tampoco escuché a Jimin entrando.
— A ver, a ver —abro mis ojos para encontrarme con él, totalmente desnudo frente a mí —Parece que hay lugar para uno más aquí. ¿Me dejas espacio?
— Tenía la sensación de que esto podía pasar. Ven aquí, cariño... —me corro hacia adelante, dejando espacio detrás de mí para que pueda pasar.
Jimin se sienta detrás de mí, dejándome apoyar mi espalda sobre su pecho. Mis brazos descansan en sus rodillas mientras él me abraza por la cintura. Un beso es depositado sobre mi cabeza. La paz que siento ahora, mientras su abdomen sube y baja al ritmo de su respiración, es inconmensurable. Jamás me había sentido tan tranquila y despreocupada.
Jimin levanta mi cabello en un rodete hecho con total inexperiencia, toma una esponja del costado, la empapa en agua y frota jabón en ella.
— Ya que estamos aquí, por lo menos salgamos limpios ¿No crees?
Empuja mi espalda un poco hacia adelante y comienza tallando mis hombros con la esponja, para luego dedicarse a mi espalda. Hace todo de una manera tan delicada, que ni yo podría hacerlo mejor. Pasa la esponja por mis brazos y enjuaga todo.
— Date vuelta, cariño...
Hago lo que me dice, entrecruzando mis piernas con las suyas por debajo del agua. Estamos frente a frente, mirándonos sin decir una palabra. Jimin vuelve a llenar la esponja de jabón y regresa a su tarea, empezando por mi cuello para luego enjabonar el resto de mi parte frontal. Luego del enjuague, le saco la esponja de las manos.
— Dame eso, pequeño
Llenando la esponja de jabón, recorro delicadamente su pecho y su abdomen, dejándolo totalmente cubierto de espuma.
— Esa espuma me está molestando, no puedo verte entre tanto jabón. —digo, al tiempo que enjuago su cuerpo con algo de agua — Ahora está mejor...
Mis ojos recorren el torso de ese hombre, guardando cada parte de él en mi retina. Jimin me toma por la cintura y me acerca a él, quedando abrazados mientras el agua tibia nos cubre. Mis brazos rodeando su cuello, me ayudan a empujar para subirme sobre él.
— ¿Por casualidad estás intentando algo aquí? —pregunta mirándome a los ojos.
— No... Sólo quiero besarte hasta que se me sequen los labios, eso es todo. Me reservo el resto para después, no sé qué es lo que me espera según tu "amenaza"... Te amo, siempre te amaré Jimin-A.
— Te amo, Noona —un pequeño besito en los labios, deriva en muchos otros.
El agua se está congelando y más allá del calor que desprenden nuestros cuerpos no queda mucho más dentro de la tina. Decidimos salir y vestirnos. Es la hora del almuerzo y en cualquier momento van a empezar a los gritos. Ya con nuestra ropa puesta, salimos de la habitación, para encontrarnos con los seis en pleno jaleo. Suga y Jin están cocinando y el resto está preparando la mensa.
— Miren que limpitos volvieron —obresva Taehyung, notando nuestros cabellos todavía mojados— ¿El agua estaba bien? —pregunta burlón.
— Estaba CALIENTE —responde Jimin. El fuego de mis mejillas puede verse hasta la cima de la montaña.
— No hacía falta ser tan gráfico —Suga, acota desde la cocina.
— El preguntó — responde Jimin encogiéndose de hombros.
— ¿Chicos, necesitan ayuda con algo? —«Cortemos con esto», pienso mientras me dirijo a la cocina donde aquellos dos están enfrascados en sus tareas.
— Sí, hagamos ese Lemon pie así más tarde podemos comerlo —La ansiedad de Jin es palpable. No entiendo como alguien puede emocionarse tanto por una tarta tan sencilla.
— ¡Ok! ¿Qué parte quieres que prepare? —me lavo las manos en el fregadero, para empezar a cocinar.
— El merengue... Me da algo de miedo de que se arruine. ¿Puedes mostrarme cómo lo haces? Así ya lo sabré para la próxima.
— Claro que sí. Mira —comienzo el proceso de separar las claras de las yemas, explicándole a Jin como debe prepararlo.
Suga está picando verduras justo al lado nuestro, mientras el resto está en la mesa riéndose de ve tú a saber qué.
— Noona —Yoongi se dirige a mí —Perdona si te hice sentir incómoda esta mañana. No sabía que ibas a decir algo como eso.
— Está bien, Suga. No me sentí incómoda. No tenías manera de saberlo, de todos modos. Gracias a tu pregunta, pude tener una conversación honesta con Jimin, que quizás no hubiera ocurrido nunca si pudiera haberla evitado. Así que no te hagas problemas por eso.
Suga sonríe levemente y continuamos nuestras tareas sin decir una sola palabra más. Al cabo de un rato, el Lemon pie está listo para ser refrigerado y la comida está servida en la mesa. El almuerzo transcurre tranquilamente, entre risas y charlas superfluas. El resto de la tarde, lo pasamos jugando juegos de mesa todos juntos. Me hicieron sentir en familia, parecía que nos conocíamos desde siempre. Desde mi punto de vista, es increíble cómo estos hombres tan distintos entre ellos, se llevan espectacularmente bien. No sólo eso, sino que son capaces de interactuar conmigo cómo si fuera una más.
Para la hora de la cena, se deciden por hacer una fogata afuera y asar algo de carne. Para mí, dejan preparadas algunas verduras condimentadas para poner al fuego. El hecho de que me tengan en cuenta de ésta manera, me hace sentir apreciada de formas que nunca antes había experimentado.
Después de cenar, voy con Jin a la cocina en busca del Lemon pie y la Carrot cake que traje conmigo. Al regresar, Jk y Jimin no están por ningún lado.
— Dijeron que tenían algo que hacer —dice Suga, respondiendo a mis ojos rastreadores.
En lo que estamos dejando las tartas en la mesa veo a Tae, que está delante de mí, estallar en una carcajada, inmediatamente el resto lo sigue. Al darme vuelta, me encuentro con Jk y Jimin disfrazados de dinosaurios cantando a viva voz. No sé de dónde cuernos sacaron esos disfraces, pero mi carcajada es instantánea. Lentamente se acercan caminando hacia nosotros, Jk se arrodilla frente a Tae y Jimin frente a mí.
No hay manera de tomarme esta situación seriamente, me duelen las costillas de reírme mientras miro al hombre más sensual del planeta, disfrazado de dinosaurio, cantando arrodillado delante de mí, tomándome de la mano. Los celulares están apuntando hacia ellos, filmando y sacando fotos del épico momento.
Una vez terminado el show, todos aplaudimos la actuación de los dos, estallando en risas y bromas.
— Cumplimos nuestro castigo, espero que hayan disfrutado el show —dice Jk mientras ambos ofrecen una reverencia final.
Jimin se acerca hacia mi oído.
— ¿Qué te parece este atuendo sensual para esta noche?
— Me parece que si te lo dejas puesto, lo único que voy a poder hacer es reírme sin parar. Aunque debo reconocer que eres el dinosaurio más sexy que haya visto —respondo, totalmente convencida de que estoy en lo cierto.
— A ver, Jiminosaurus Rex. El rey de los lagartos debería tener un poco de vergüenza —Suga lo reprende mientras se ríe a carcajadas.
Los dos disfraces desaparecen en un instante, cuando bajan el cierre delantero y salen de ellos vestidos como seres humanos normales.
— Que no se diga que no tenemos palabra —Jk se dirige hacia una de las sillas, disfraz en mano.
— Próximamente en tweeter, weverse y todas las redes sociales habidas y por haber —responde Tae, mostrando en su pantalla una foto de los dos viniendo a lo lejos con sus disfraces puestos.
— ¡Ni se te ocurra Taehyung! —gritan al unísono.
— Ok, ok. No hace falta gritar, aunque bien podrían gruñir —Tae sigue riéndose a carcajadas.
Jin se acerca a la mesa con un cuchillo, para cortar las dos tartas que están acomodadas en sus respectivas fuentes. Una vez cortadas, todos toman una porción y empiezan a comer.
— Noona, esto también es delicioso otra receta que vas a tener que enseñarme —Jin se dirige a mí con la boca repleta de Carrot cake, mientras se tapa con la mano.
— ¡Dalo por hecho!
Unos minutos después, uno por uno comienzan a dar las buenas noches y a retirarse a sus habitaciones. Jimin y yo quedamos para lo último.
— ¿Vamos, cariño? —se levanta y me extiende la mano, dejando su disfraz colgado en la silla.
— Vamos Jiminosaurus rex —Tomo su mano y lo sigo a la habitación.
«Ahora sí, veremos lo que me espera» pienso, impaciente.
Esa noche, la pasión de Jimin se desató como una tormenta sobre mí.
Psicólogo: el jiminosaurus rex no existe.
El jiminosaurus rex...
Espero que les haya gustado este capítulo de relax.
Abrazos violetas para ustedes!
Noona ♥
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