Epílogo


Está sentado viendo aún frustrado el objeto en su mano, siente un miedo abrumador surcar desde su estómago, quiere llorar de desesperación.

Se levanta y lo oculta en el cesto de basura hasta el fondo para que no lo encuentre, tiene que pensar que hará con lo que descubrió.

Sale y camina a la cocina para preparar algo de comer, era su día libre por lo que podía ir con más paciencia.

Ve a su alrededor y suspira frustrado, se siente tan estresado que su cuerpo ya está temblando de manera frenética.

Toma su muñeca y la aprieta para que pare, pero es inútil, va a la cocina y al momento de tomar un cuchillo se le cae por la poca fuerza que puede aplicarle.

Sus nervios tampoco ayudaban, eran demasiadas emociones negativas acumuladas al mismo tiempo.

Demasiadas cosas y añadirle la de ese día solo fue peor.

Aunque lo peor es que su alfa no tenía ni la menor idea de todo lo que estaba pasando por su cabeza.

Bakugou decide mejor ir al sofá y se sienta encendiendo el televisor, necesita distraerse con lo que sea para no pensar en nada, pero, aunque pasa por canales al azar su mente juega con él y recuerda la conversación que Momo tenía con sus padres por teléfono.

—Lo sé, prometo que no los voy a decepcionar.

Bakugou ese día había salido a trabajar, pero por suerte el área que le tocaba patrullar se hallaba bastante tranquila, al punto que salió antes, por lo que no perdió el entusiasmo de ver a su alfa para estar con ella.

Pero al llegar se encontró con ella en una llamada telefónica que por algún motivo decidió no interrumpir.

—Se que quieren que Bakugou y yo ya no seamos más novios, lo sé, pero...

Escucha eso y siente como su pecho se estruja, decide no entrar a la habitación, se siente molesto consigo mismo por espiar.

—Lo sé, lo haré, Bakugou ha estado algo distante así que... ¿Una semana? Al menos un mes, no sé cómo reaccionara, si, está bien.

La escucha colgar y cómo suspira, parecía estresada, pero Bakugou solo huye antes de que note que la escucho, había esperado una hora en un parque a unas cuadras del departamento donde vivían y ya que logro calmarse volvió fingiendo no escuchar nada.

Pero estaba destrozado y vivía ahora con el estrés constante de que la alfa terminaría con él en cualquier momento.

Llevaban saliendo ya unos tres años, al graduarse de UA Momo le propuso vivir juntos, él acepto sin dudarlo, sinceramente su convivencia en los dormitorios era tanta que admite que no quería reducir ese tiempo juntos al graduarse.

Las cosas iban bien, él creía que excelentes, la alfa no era nada menos de lo que alguna vez hubiera querido en una pareja, recuerda que cuando se la presentó a su madre está parecía estupefacta con la chica.

Sabía que su hijo era un omega bonito, pero jamás creyó que estuviera con una alfa, mucho menos una tan encantadora y hermosa como Momo.

Ambas se llevaban demasiado bien, cosa que admite le gustaba.

Mientras que la relación de Bakugou con los padres de la chica era algo distinta.

Momo se los presento hace apenas medio año, lo pospuso lo más que pudo y Bakugou sabía que probablemente se avergonzaba de él, no la culpaba en absoluto, no era el omega pequeño, sumiso y tierno que probablemente la pareja esperaba al conocerlo, además de no venir de una familia adinerada.

Pero fueron amables, creyó que les agrado, pero con esa conversación confirmo que no.

Momo insistía que no los presentaba porque se avergonzaba de la forma refinada se estos y no quería darle una imagen pretenciosa a Katsuki.

Llevaba ya un mes de que se sentía extraño, no comía bien, sentía repelo al afecto, pero en cuanto su alfa se alejaba sentía unas ganas inmensas de llorar y querer su atención, pero al estar trabajando se obligaba a no llamarla.

Pero eso probablemente la harto, además de la presión de sus padres, aun cuando ella lo marco un poco después de comenzar a vivir juntos, Bakugou sabía que no podía ser del todo eterno, sabía que ella tarde o temprano se cansaría de él.

Pero ahora todo había empeorado de la peor forma posible.

¿Cómo se supone que se lo diría si ella terminaría su relación en esos días? No, no quiere que se quede por eso, pero tampoco quiere ser abandonado.

No sabe que es mejor, harto se levanta y decide mejor dormir, se mete entre sus sábanas, tiene que lograr pensar racional.

Momo había llegado a casa, era tarde, muy tarde, ve su reloj y bufa frustrada, era ya pasada la medianoche, lloriquea porque cuando su omega tenía día de descanso solía cocinar para ambos, el llegar tan tarde significaba que no tendría la bendición de poder comer con él y además que tal vez no haya nada para ella.

Cómo odia los papeleos.

Su turno de patrullar ya había acabado para la cena, pero Uwabami le había pedido hacer los informes completos de sus últimas misiones, eran muchos, había estado tan concentrada en otras cosas que olvidó ponerse al día con su trabajo.

Entra silenciosa por si su omega dormía no despertarlo, pero conforme se adentra nota un aroma dulce venir de su habitación, deja sus cosas en el suelo y corre a esta, entra y ve la pila de ropa sobre la cama.

Se asoma y nota como tiembla debajo de todas esas mantas, y ropa suya.

Se adentra y ve a Bakugou sonrojado debajo de todo, está temblando y nota que mordía su mano para probablemente contenerse.

No entiende porque lo hace, mucho menos porque no la llamo, si sus supresores fallaban siempre la llamaba para ayudarlo en esos momentos de su celo, era una regla que no había roto hasta ese día.

Toma su mano para que lo deje, Bakugou la ve y se siente abrumado de creer que todo terminaría ahí, que no querrá estar con él, es obvio que no si planeaba terminar todo pronto.

Pero Momo simplemente se posa sobre él besándolo para ayudarlo a calmarse, puede notar que estaba mal por algún motivo.

No sabe que es lo que le pasaba, pero ella sabía que en una relación hay altos y bajos, ella está dispuesta a lidiar con todo con tal de seguir con ese omega que la vuelve loca desde que comenzaron a salir.

Lo besa y toma su cintura para apegarlo a ella, lo escucha suspirar y la abraza del cuello mientras su omega se deja llevar.

Ya no le importa, si al menos podía tener ese último encuentro estaba dispuesto a dejarse llevar con tal de llevarse ese recuerdo.

Momo se separa y sonríe, no quiere cuestionarlo, reclamarle porque no la llamo era iniciar una discusión sin sentido, pero puede notar un aura melancólica viniendo de él, cosa que si le preocupaba.

—¿Está todo bien?

Le pregunta eso y nota que el omega parecía evasivo, le voltea la cara para no verla a los ojos, Momo aprovecha y besa su cuello, Bakugou suspira sonoro cuando la chica muerde y succiona, dejo su cuello expuesto y ahora ella se aprovechaba de eso.

Y vaya que lo haría, era invierno por lo que podía dejar las marcas que quisiera y el omega no podía reclamar porque su traje cubría todo.

La timidez que alguna vez existió entre ambos con los años se fue disipando, después de eso podían dejarse llevar sin problema.

La alfa simplemente succiona mientras pasaba sus manos por la cintura y cadera del omega, Bakugou no puede negarse, subconscientemente sabe que es algo temporal, una fantasía momentánea.

Pero su celo hace que su cuerpo duela, jadea y la chica nota como claramente le dolía, se siente mal de saber que probablemente lleva ya un rato así.

Se apresura y me su mano por debajo de su ropa introduce sus dedos de forma delicada para que lo ayude un poco, masajea y ve como el omega de retuerce con levedad, su entrada es tan sensible que jadea sonoramente.

—Todo está bien, lo prometo.

Le dice eso para calmarlo, teme que pueda dañarlo estando en ese estado de celo, aun cuando Bakugou fuera fuerte, era el momento vas vulnerable para cualquier omega.

Bakugou la toma de los hombros y hace que se incline, besa a la alfa y está lo deja ser, siente como abraza su cuello y con sus piernas la rodea de la cintura, le gustaba ese lado posesivo suyo.

Cómo con sus acciones solía decirle que quería, la chica decide complacerlo, después de todo llevaba ya unas semanas sin hacerlo y además mimar a su omega mal humorado era de sus cosas favoritas.

Decide deshacerse de las prendas de ambos, simplemente ya sobran, le gusta el cuerpo trabajado de su omega, mientras que Bakugou no puede dejar de ver la figura excepcional de la chica.

La alfa decide embestirlo con sutileza, no es tan brusca porque no sabe que humor tiene del todo el omega ese día de celo.

Pero cuando esté la empuja dejándola debajo suyo, entiende que quiere tener el control, cosa con la que ella no se queja.

Está para mimarlo y verlo brincar sobre ella era parte de ello.

Bakugou se mueve de manera rítmica mientras siente como su cuerpo tiembla ante cada vez que cae sobre la alfa, está lo ve sonrojado chillando por esto, aunque nota que esas lágrimas son más que solo por placer.

No están siendo bruscos, algo más estaba afectando al omega, no dice nada, solo se sienta y lo apega tomándolo de la cintura y besándolo, Bakugou no esperaba esta acción, pero Momo comienza a moverse de manera más brusca haciendo que la sensación sea más placentera.

Simplemente continua hasta que lo escucha acabar, ambos terminan jadeando por el cansancio, el omega sigue melancólico, no quiere escuchar nada que pueda arruinarlo, por lo que se recuesta sobre la alfa y duerme antes de que está diga algo.

Momo a la mañana siguiente despierta y ve que el omega sigue dormido, lo olfatea y nota que su celo estaba casi disipado, entonces recuerda que debía hacer algo antes de que acabará el mes.

Se levanta y busca en sus cajones, encuentra un objeto y lo ve entusiasmada, aunque admite que está con el miedo de que la rechacen.

Aunque las palabras de aliento de sus padres le dan seguridad.

Se vuelve a la cama, pero entonces tiene dudas ¿Era ese el momento adecuado? O incluso ¿El lugar adecuado? Podría ser que Bakugou se ofenda por ello, pero, aun cuando pensaba en algo más cliché cómo una cena romántica o algo por el estilo, ella ya estaba demasiado ansiosa por para esperar más.

El omega despierta y recuerda todo lo de la noche anterior, tiembla con la idea de que todo acabaría después de eso, teme girarse a la chica, pero toma valor y cuando lo hace, se topa con ella sentada aún lado suyo y extendiéndole algo.

Ve el objeto incrédulo, era prácticamente una contradicción total a lo que él creía ocurriría, Momo parece entusiasmada y sonríe.

—¿Quieres casarte conmigo?

Debía estar bromeando, no, tal vez él era quien estaba soñando, pero admite que se siente un tanto avergonzado, tal vez él debía ser quien le comprara un anillo, pero nunca lo considero al creer que tal vez sería rechazado.

—¿Que mierda dices?

—Casarnos, llevo meses considerándolo, y mis padres me han presionado desde que te conocieron, simplemente ya no quiero esperar.

La chica parecía avergonzada, dice eso sonrojada y Bakugou la ve incrédulo, pero entonces entiende que mal interpretó toda la conversación, totalmente, siente una sensación cálida en su pecho y recuerda entonces su hallazgo del día anterior.

—Si.

Responde eso y Momo lo abraza feliz por ello, Bakugou trata de formular cómo decirle, pero cuando se separa y ve su sonrisa sabe que todo está bien.

Cuando le dice lo del bebé y la ve llorar de felicidad sabe que realmente todo estará bien.

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