Capítulo 5. "Muñeca"

Hace unos días, Kaneki y Hide se trasladaron a mi universidad y misteriosamente ambos habían quedado en mi clase, y no lo comprendo, yo esperaba que ellos quedarán en clases distintas.
Las chicas quedaban idiotizadas por la belleza de Kaneki, yo baje la mirada, ocultandome de él, si las chicas descubrían que Kaneki me quería a mí me molestarían por el resto del semestre. Oculte la mirada entre unos libros, intentando parecer interesada en ese libro para no ser molestada.
De repente, escuche un leve golpe de mi pupitre, baje el libro y lo observe, Kaneki estaba frente mío, volví a bajar con velocidad la mirada, pero él la sostuvo con su dedo índice, encorvo levemente su cuerpo y me observo fijamente, me sonrió, con esa misma sonrisa que podía matarme las veces que se pudieran, mi corazón se derretía en ese momento, pude sentir las miradas furiosas de las chicas de mi clase, dos chicas tomaron a Kaneki y de lo llevaron con ellas, él quiso evitar eso pero no pudo.
Minutos después, el profesor llego y todos se sentaron en su lugar. Dejo unos libros y su maleta en su escritorio y empezó a hablar.

- Bien jóvenes... Haremos un nuevo proyecto, harán una obra, a como ustedes gusten, si la quieren llevar de dragones, magia, fantasía lo que sea, adelante. Dejen volar su imaginación.
Para este proyecto solamente les daré dos semanas, si quieren tener una perfecta nota en esa obra, les aconsejo incluir vestuarios, utensilios y un espacio. - Concluyo.

Rápidamente Danielle, Hide y Kaneki se acercaron a mí y propusieron un trama.

- ¿Qué tal si le tratamos sobre una muñeca? - Pregunto Danielle.

- Pero ¿cómo llevaríamos eso? - Hablo Hide.

- Ya se, escuchen, así puede ser, tratara la historia de una muñeca humana que se enamorará, ___ será la muñeca, tiene el aspecto más cercano a una si la vestimos, peinamos y maquillamos, todo empezaría con un joven que comprara la muñeca, ella es una humana, por lo tanto, tiene sentimientos. Él joven la tratara dulce y delicadamente, de una forma amorosa en la que ella se enamoré, ¿entienden? Deberíamos hacer que la muñeca muera al confesar sus sentimientos. Ya que su tiempo de vida no era largo al ser comprada. - Añadió al final Kaneki.

- ¡Perfecto! - Asintieron Danielle y Hide.

- Espera... ¿Tengo qué ser yo la muñeca? - Pregunte.

- Sep. - asintió Kaneki.

- Bueno...

Nos la pasamos toda la semana escribiendo diálogos, ensayando y pensando en el ambiente. Se nos había pasado la otra semana rapidísimo, para nuestra suerte, estábamos preparados, me maquillaron y peinaron como si fuese una muñeca. Me quedaba bien, lo admito. Llegamos a la universidad y el profesor nos llevo al salón de teatro, donde haríamos las actuaríamos, será interesante.

El maestro nos llamo y nos pidió que nos subiéramos al escenario, y que empecemos. Obedecimos e hicimos lo ordenado, me vestí con un largo y suave vestido rosa blanquecino con tiernas decoraciones en mi cabello, el vestuario quedaba bien junto al maquillaje, Kaneki se vistió con un elegante y atractivo esmoquin, Danielle se coloco un vestido rosa pastel clarísimo con decoraciones de brillantes diamantes por las caderas del vestido. Hide también se coloco un elegante esmoquin y empezamos.

Es una tarde soleada, en la ciudad de Tokio se volvió popular vender muñecas humanas, que realmente consistían en chicas hermosas que debían ser tratadas con delicadeza, ellas morían al mes, esa venta se expandió por toda la ciudad y la gente se volvía millonaria con las muñecas.
Un joven de cabellera negra se interesó por esas muñecas, así que decidió ir en busca de una para comprarla.
Algunas le llamaron la atención, Félix es un chico realmente difícil y no cualquier cosa le impresiona, pero hubo una chica que lo asombro, bajo la sombra de un hermoso cerezo, un linda muñeca se sentada ahí, esperando ser comprada. Félix se acercó, miro bajo los pies de ella, un limpio cartel que decía el precio de la joven. El dejo cuidadosamente el dinero, y se llevo a la chica. La tomo de su mano, con demasiado cuidado para no estropear nada de ella. Era perfecta tal y como se veía.
La llevo hasta la enorme mansión donde vivía y la mantuvo cuidando, alimentando y queriendo hasta el punto de enamorarse de ella.
La muñeca nunca pronuncio palabra alguna, siempre se mantuvo callada.
En una noche lluviosa, la muñeca se mantenía sentada sobre el bien cuidado sofá de su amo. A las reglas que le otorgaron en la venta, ella no podía hablar, moverse, nada, sin El consentimiento del amo.
En esa misma noche, Félix entro a la sala principal observando a la bella muñeca sentada. Él se acercó a ella, y con su dedo índice ayudo a que ella levantará su hermoso e inocente rostro para que lo mirada. Sus ojos hipnotizaban a todos, esos profundos ojos azules cielo, eran muy claros, casi llegaban al punto de ser grises, como brillantes cristales. Ella se mantuvo quieta observando a su amo, él sonreía y no dudo dos veces en acercarse a ella, acercó lentamente su rostro, cerrando lentamente sus ojos y finalmente llego a unir sus labios con los ajenos, la beso con delicadeza y dulzura. Aquel momento hermoso fue interrumpido. Alguien golpeaba bruscamente la puerta como si quisiera derrumbarla o algo. Félix corrió enseguida a abrirla y al hacerlo, observo a su amigo, era Dominik, el traía consigo una muñeca, ella parecía débil, sin pensarlo, Félix les permitió la entrada.

- Adele... Adele esta muy mal, Félix, ayudame.

- ¿Qué le sucede?

- Es el estúpido efecto de un mes...

- Si es ese efecto, no se puede hacer nada, ella por naturaleza de ser muñeca, morirá.

Es duro afrontar la realidad, Dominik se había enamorado de Adele... Pero debido a la consecuencia del mes, ella no estará más aquí.

Los días pasaron, La joven muñeca quería decirle algo a su amo, antes de morir tenía que confesar sus sentimientos.
A cómo pudo, camino debilitada hacia la habitación de Félix, toco suavemente la puerta y Félix salió, la observo débil, ella tomo su rostro entre sus delicadas manos, y sonrío, la primera vez que ella sonreía durante ese mes. Luego susurro.

- Félix... Te... Amo... - Las lágrimas corrieron por sus mejillas y ella cayo al suelo.

Empezaron los aplausos, los alumnos sonreían y algunos maestros colados en el lugar. Me levante del suelo y sentí como Kaneki me tomaba de la mano para luego besarla y sonreír.

- Te amo, mi dulce muñeca.

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