Capítulo 1 - 2da Temp
— ¡Hiiiiyooooooriiiiii! ~ — Grito la azabache alzando su mano y sacudiéndola para llamar la atención de Hiyori quien se hallaba en la entrada de la Universidad. Esta la ubicó y corrió a abrazarla.
— ¡Haruka! — Rompió la distancia entre las dos y la abrazo con fuerza, había sido meses sin verla por lo que no era raro que la estuviese abrazando con fuerza. — ¡¿Cómo estás?! Fue demasiado tiempo para mí sin verte. ¡Venga! No tuvimos tiempo para vernos. ¡No sabes lo triste y solitaria que estaba! ¡Tonta! — Lloriquea.
— Oh... Hiyori, bien sabes que yo salí de Tokio con mis padres, ellos querían que pasáramos juntos. Va, va, ya estamos juntas otra vez. — Intentó consolar a la chica pero esta parecía no querer dejar de llorar.
— ¡¡PERO ES QUE NI SIQUIERA AVISASTE!! Ah... ~
— ¡P-Perdón!
No pudo evitarlo, soltó una pequeña risa y se seco las lágrimas.
— Ah, parece ser que no tienes remedio, Haruka.
La azabache infló las mejillas y soltando un lindo — ¡Hmp! — Le dio la espalda con los brazos cruzados. Nuevamente, Hiyori se burlo.
— ¡Venga, no actúes así y vámonos a clases! Están a unos minutos de empezar.
Sujeto del brazo a su amiga y corrió intentando esquivar a las personas por delante, Haruka le seguía el ritmo, o así, hasta que un joven albino se puso inconscientemente en el camino de las chicas, una de ellas choco contra él y la otra le siguió detrás. No había tiempo. Dijo un claro. — ¡Lo siento! — Y volvió a correr arrastrando a su amiga. Haruka vio su rostro, quedó atontada, era muy atractivo para ella. Conociendo a la chica no pararía de hablar de él.
Y así fueron las cosas.
Ya faltaba poco para que la clase terminara. No había maestro presente y Haruka aprovechó para platicar con su amiga, no se había mencionado al albino desde un principio , pero en un instante a Haruka se le ilumino el rostro, fue ahí donde empezó.
— ¡Hi-Hiyori, ¿te acuerdas del chico con el que chocamos!? ¡Era sumamente atractivo!
— ¿Eh? Yo no le ví el rostro... ¿Lo era?
— ¡Deshonra! ¡¿Cómo te atreves a preguntar eso?! ¡Obviamente lo era!
— Tranquila... Seguramente lo era.
— ¡Cállate, si lo es!
— Uhm... Exageras. No lo volverás a ver nunca.
A Haruka se le rompió el corazón.
— ¿¡Q-Qué dices!?
— No lo volverás a ver, Haruka. — Respondió con frialdad.
— ¡Pe-Pe-Pe-Pe-Pero...!
— ¡Peeeeero nada! ¡Afronta la realidad, niña! — La señaló. Luego sólo suspiro y le dio la espalda.
Lo que fue de allí, Haruka estuvo haciendo sus berrinches. Lloriqueando y todo. Dios, Hiyori no soportaba demasiado esas actitudes. Volteo a ver a la chica y golpeo su frente.
— Ya cállate, entiende esto Haruka, no lo volverás a ver, ¿cuantas veces no viste a un chico atractivo? A todo que viste lo querías para ti y al final no los volvías a ver, ¿que acaso no comprendes? Esto es igual. Capaz y él ya se olvido de ti.
— Nyeee... ~ ¡Vale! Lo olvidaré.
— Cuando menos te des cuenta pasará eso. — Se volvió y siguió su camino a casa. Había invitado a Haruka, debían hablar de muchas cosas que hicieron estas vacaciones.
(...)
— Y dime, ¿cómo te la pasaste fuera de aquí? Yo realmente no hice nada más que andar echada en mi cama con el celular. — Dijo sin orgullo. No se había planeado ninguna salida, y no había necesidad. Seria aburrido si no estaba su amiga. Eran un caos las dos juntas.
— Eh... Pues no mucho, visitamos demasiados lugares que me tomaría una eternidad hablar de ellos. Conocí a mucha gente. Hice bastantes amigos y mira que de la mitad de los nombres no me acuerdo. Mis padres me compraron un sin fin de ropa, que por cierto, tendrás que ir a mi casa por que te regalaré un puño de ella. Es muy linda, tú te verás más hermosa con esa ropa. ~
— ¿¡E-Eh!? E-Esta bien. Mañana en la tarde voy a tu casa...
Haruka no cerraba la boca, contaba demasiadas cosas, ya era tarde, Hiyori se levantó de su lugar y golpeó la frente de su amiga. — Vámonos, te acompañare a tu casa, es tarde.
La azabache asintió y tomo sus cosas.
La noche estaba tan fresca, una leve brisa y un silencio acojedor. Haruka apenas hablaba, ella era una chica que le gustaba más mirar las estrellas. Curiosa y bastante infantil.
La dejo en su casa, se despidió de ella y con un. — Hasta mañana, boba. — Se fue.
(...)
Había un olor similar... Una presencia... Algo estaba siguiéndome.
Ese olor, era un ghoul...
Me detuve y lo busqué, no hacia falta moverme, sólo necesitaba escuchar sus pasos, eso estaba detrás de mí, se acercaba.
No más.
Me volteé.
Cruce miradas.
Esa persona quedó sin habla. Algo vio en mí que era tan familiar. Soy un ghoul, somos capaces de percibir el olor de otro, pero... ¿Qué ve en mí? ¿Qué es lo que lo tiene así? No me ataca... Es...
Ese jodido albino...
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