Capítulo 3; reencuentros y sorpresas.

Sparta despertaba al día siguiente. Estaba durmiendo con Raptor en su nuevo cuarto. Las nauseas matutinas atacaron y salió corriendo directo al baño más cercano.
Raptor tenía el sueño tan profundo que ni cuenta se dio y para esas horas Musik y Flex ya habían salido. Sparta después de vomitar se fue a la cocina a por el desayuno.

En otras circunstancias después de vomitar no comería nada, pero no era por el, era por el bebé de ambos. Se había acostumbrado a los desayunos sanos de Invictor y solo tomo jugo de naranja con ensalada y un pan.
Raptor despertó después de mucho, y salió corriendo por Sparta al notar su ausencia. Se maldecía por no haberse levantado antes, sabiendo que debía cuidar ahora a su novio y su futuro hijo. Lo halló en la sala viendo alguna telenovela.

.- ¿Todo bien Sparta?.- este lo miro y la imagen le pareció divertida, estaba despeinado y tenia la pijama mal acomodada, se veía preocupado quizá por su ausencia, era algo tierno.

.- Si, ya desayune y no podía perderme el siguiente capítulo de esta hermosa novela.- Raptor se sentó junto a el y lo abrazo para después enfocarse en lo que su pareja estaba viendo.

Tiempo después decidió preparar la comida para todos y dejar a Sparta tranquilo, necesitaba tranquilidad tanto él cómo su bebé. La comida era muy simple, pechugas empanizadas y rellenas con queso amarillo, blanco y jamón, sopa de munición, un poco de puré de papas y de postre hizo gelatinas.

Antes de vivir con Flex y Musik vivía solo y él tenía que preparar su comida. Meses después Flex le ofreció vivir con el y Musik para dos cosas; cuidar la casa mientras ellos no estaban y por qué Raptor le andaba sufriendo con los gastos, puesto que su trabajo no le daba para más que la renta y con suerte la luz.
Raptor terminó la comida y al voltear vio a Sparta comiendo un cóctel de fruta, que era de lichi, plátano y granada, algo que Raptor vio con un poco de asco.

— ¿Qué me ves? — respondió Sparta a la defensiva. Los cambios de humor ya habían empezado antes de lo debido al parecer. Raptor contestó — Veo tu hermoso ser —, antes de ser golpeado con una cuchara.

— Cállate y tráeme helado de linaza — dijo Sparta. — Sparta, ese helado no exis...- — Raptor no terminó la frase por que Sparta le había lanzado un vaso de agua, bueno, el agua no, el vaso.

— ¡Yo soy el que carga a tu niño, debes de traerme lo que pido! — gritó Sparta enojado.

Serían 9 meses demasiados largos. . . . . . . . .

Habían pasado ya unas horas. Flex y Musik ya habían vuelto y estaban comiendo con Sparta y Raptor. El Flexkato no quería saber por que Raptor tenía el cuerpo lleno de golpes y la ropa sucia cómo si hubiera participado en Resbalón y se hubiera caído en la trampa de lodo. Los cambios de humor en el embarazo eran peligrosos y por lo visto bastante extremos.

— Bueno, Sparta ¿Qué te gustaría que fuera, niño o niña? — preguntó Flex tratando de sacar tema de conversación

. — Mmmmm, no lo se, quisiera ambos — respondió inocentemente Sparta, a lo que Flex dijo que él también quisiera tener el par. Musik y Raptor por otro lado casi se ahogan con su comida.
Los dos no estaban preparados para ser padres y sus parejas ya querían restaurar la mitad del universo que Thanos destruyó.

— B-Bueno ¿Saben? Hace tiempo que no visitamos a Mike ni el a nosotros — señalo Musik tratando de cambiar el tema mientras seguía comiendo

— Tienes razón, desde que Trolli se fue del país Mike se nos desapareció, ya no nos habla y ya ni nos visita ¿Hay que verlo, no? — propuso Raptor, siguiéndole la corriente a Musik, el tampoco quería entrar en el tema del niño de momento.

— ¿Y si lo vamos a visitar al rato? — preguntó Flex, — no creo que se enoje si no le avisamos —.

— Si le avisamos Mike se desaparece, hay que ir sin avisar si vamos a verlo — concluyó Sparta determinado.

El Flexkato y el Spartor quedaron de acuerdo en ir a ver a su amigo, ya hacían dos años de que se desapareció después de Trolli. Era hora de verlo. Todos agarraron sus cosas para salir y fueron a buscarlo. Afortunadamente Mike no se había mudado en este tiempo, por lo que aún sabían donde vivía. La extraña comitiva iba pensando en diferentes cosas. Flex en que quería ya tener una familia con Musik pero quizá su pareja no estaba convencida de tenerla aún, Musik en ver a Mike y saber el porque de su desaparición, Sparta en su bebé y Raptor en qué debía mejorar para ser un ejemplo a seguir para su futuro hijo.

Llegaron a la casa de Mike, y tocaron. El dueño fue a abrir sonriente, pero al ver quiénes eran, palideció y su cara con una sonrisa se volvió una cara de miedo.

— ¡Mike! — gritó Sparta, abrazándolo.

Mike tardó, pero reaccionó y lo abrazó, titubeante. Los tres restantes se unieron al abrazo. Cuándo se soltaron, Mike habló.

— C-C-Chicos, q-que sorpresa, je ¿Q-Qué hacen por aquí? — preguntó Mike nervioso, dejándolos pasar.

— Pues estábamos cerca y quisimos venir a saludarte, ya que hace tiempo que te desapareciste — le recordó Musik, empezando a notar un poco la casa de Mike. Estaba llena de juguetes y protecciones para niños. «¿Se metió de niñero o qué» se preguntó confundido por todo lo que tenía.

— Ah, bueno, ¿Y cómo están las cosas? — preguntó Mike, cada vez más relajado. Los cinco se pusieron a hablar de cosas triviales, hasta que un golpe seguido de un ruidoso llanto llenó la casa de repente

El Flexkato y Spartor solo vieron cómo el castaño salió corriendo hacia la planta de arriba cómo si su vida dependiera de ello, a lo que no esperaron y lo siguieron (Sparta más lento por su embarazo, ya que no quería dañar a su hijo) y vieron a Mike entrar a un cuarto.
Al entrar al cuarto, Flex, Raptor, Music y Sparta se asombraron. El cuarto era completamente infantil. Estaba pintado de color azul claro, con el techo de color negro mezclado con rosa, azul y morado con puntitos blancos (simulando el espacio) y una gran ventana que daba luz. Había dos camas para infantes y varios juguetes, una cómoda y un baúl, sin contar un pequeño escritorio. Sin embargo, su atención se captó en los dos niños que estaban con Mike. Un niño y una niña. La niña tenía el cabello castaño y ojos azules mientras el niño tenía el pelo negro y ojos grises. Ambos compartían orejas y cola de perro. El niño lloraba mientras Mike estaba preocupado, la niña estaba en la cama sentada, a punto de llorar.

— ¿Estás bien Mikellino, no te hiciste daño? — preguntaba Mike angustiado, mientras examinaba al niño. El niño enseñó la pierna con un rasguño, mientras entre llantos, señalaba la cama.

— E ca e ama — balbuceó el niño. Mike sacó una curita de un cajón cercano y se la colocó al pequeño, mientras lo abrazaba.

— Ya, ya amor, no te pasó nada grave, estarás bien ¿Si? — dijo Mike, mirándolo de la forma más maternal posible.

El niño asintió y fue con la otra niña. Los cuatro al ver esto no tenían ya dudas. Esos niños eran hijos de Mike. Volvieron a la sala y el padre se veía nervioso. Flex fue el primero en hablar.

— Con razón te desapareciste, ¿Estás criando dos hijos solos? ¿Por qué no nos pediste ayuda? —. Lo cuestiono extrañado

— Tenía miedo de que me rechazaran, no sabía que era doncel hasta qué... mis dos angelitos llegaron a mi vida — dijo Mike, sonriendo, recordando esos tiempos

— ¿Quien es el padre? — pregunto Sparta intuyéndolo pero queriendo confirmarlo. Mike suspiró, mientras una pequeña lágrima salía de sus ojos.

— Trollino —.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top