Capítulo 19: noche.
Se dejo caer en la cama exhausto. Su vida desde que Musik estaba en el hospital se había complicado muchísimo pues no solo tenia que cuidar de el, si no que también veía por Sparta, Raptor y Mónica.
Entendía perfectamente que la niña era hija de Musik y de Melody, también entendia que ella no tenía la culpa de nada de lo que hubiera sucedido en el pasado sin embargo no podía evitar ver la traición de su pareja cada que la miraba.
La chica no era para nada como imaginaba y notaba que, a pesar de no convivir con su padre durante un buen tiempo, le tenía muchísimo cariño por como hablaba de el cuando se daba la ocasión de mencionarlo.
Perdido en sus pensamientos cayó dormido sin previo aviso…
Flashback.
El y el castaño habían salido a caminar un rato por la ciudad, ambos necesitaban descansar de sus agitadas vidas y nada mejor que caminar un rato para despejarse.
Desde hacía ya un buen tiempo, Flex, se había enamorado de Musik pero no encontraba la manera de expresarle sus sentimientos al chico de suerter rayado.
Por otro lado, Musikato, también sentía algo por Flex pero se quedaba callado pensando en las pocas posibilidades que tenía de que el sentimiento fuera recíproco.
Bajaron del autobús, estaban a pocos minutos de la casa de Musik y Flex ya no quería seguir callando lo que sentía. Metió las manos en sus bolsillos con frustración pero lo que encontró dentro de ellos quizá fuera su boleto a la gloría, por que si, era literalmente un boleto.
.- Oye Musik.- el mencionado lo miró.
.- ¿Qué sucede?.- cuestiono el castaño.
.- ¿Tu conoces la leyenda del boleto que suma 21?.- el castaño negó con la cabeza “perfecto” pensó Flex.- ¿Dices ser mexicano y no lo conoces? Ya que, la leyenda dice que si los números de serie del boleto que te dieron para subir al camión suman 21 exactos puedes cambiarlo por un beso con la persona que te gusta.- Casi de inmediato, Musik, comenzó a buscar su boleto.
Leyo sus números y los sumo con nerviosismo, aunque Flex ya lo había hecho, lo hizo de nuevo para que su acompañante no sospechara.
.- Lastima, el mio suma 22.- se lamento el de sueter rayado, pero Flex sonrio y le dio el suyo.
.- ¿Tu sabes cuanto suma el mio?.- Con rapidez comenzó a sumar bajo la atenta mirada de Flex.
.- Suma…- y antes de que pudiera decirle que sumaba 21, Flex jalo del cuello de la camisa a Musik y lo beso inesperadamente.
El castaño se encontraba aturdido, no esperaba que Flex lo besara.
.- Puedes quedártelo, creo que ya cobre la recompensa.- despreocupado siguió caminando dejando a Musik en shock. Pasaron un par de segundos para que este se repusiera.
.- Oh no, tu no te vas de aquí.- se acerco a el y lo tomo de la muñeca para girarlo y, al tenerlo de frente, volver a besarlo pero esta vez sin quedar aturdido.
.- Eso significa que yo… -.
.- Si, tu me gustas Musik.- confirmo Flex antes de volver a besarlo.
Fin flashback
Despertó en la oscuridad de la habitación, miro su reloj y noto que pasaba de media noche. Se puso el pijama y se metió en la cama como era debido.
Miro el techo pensando en ese sueño, así se le había declarado a Musik y siendo sincero consigo mismo, antes de cerrar sus ojos, admitió que de verdad lo extrañaba y deseaba que estuviera junto a el…
Por otro lado, Trollino estaba desesperado. El cumpleaños de sus hijos se acercaba. Había jurado ser buen padre y ahí estaba lo que le pasaba. Mike estaba a su lado dormido, sin hacer ningún ruido.
Se levantó de la cama y se dirigió al comedor. Por el pasillo, se detuvo a ver a sus hijos dormir, los dos eran unos angelitos al dormir, todo contrario a su hiperactividad en el día, ya en el comedor, y por la ventana que daba al patio trasero, veía a la cabra Lolita dormir.
Sacó su laptop y empezó desde cero de nuevo su carta de renuncia y su ficha de trabajo para buscar otro. Su trabajo le daba buen dinero, pero no podía ni quería llevarse a Mike y a sus hijos lejos de ahí, el mismo había sufrido al tener que irse y dejar a todos atrás.
Era cierto, no se hubiera ido si a tiempo Mike le hubiera dicho la noticia, y era su culpa por casi nunca llamarle más que en alguna fecha especial. El trabajo lo mantuvo muy ocupado, y Mike de seguro creía que no iba a tener tiempo para el.
Siguió escribiendo hasta tener ambos documentos listos. Era más allá de media noche, pero no podía dormir. En internet buscó diferentes páginas donde vendían juguetes de niños, pero nada le convencia, no creía que nada era lo suficientemente bueno para darles a sus hijos, que desde su punto de vista, era un "Perdónenme por no estar con ustedes".
Empezó a ver las fotos de su infancia, en busca de tener alguna idea. Su papá y su mamá siempre le daban el juguete del año, pero era un "Toma esto y no nos molestes mientas trabajamos". No sé le ocurría nada. Incluso vió las fotos de Mike, pero suponía que Mike había hecho lo mismo y por eso no se preocupaba tanto.
Mientras buscaba más ideas, un par de brazos rodearon a Trolli por la espalda.
— Trolli… ven a dormir… — le dijo Mike en un pequeño susurro. Mike notó la ausencia de Trolli y fue a buscarlo.
— En un rato Mike, sigo investigando algo — le dijo Trolli, besándolo en la mejilla.
— Se te va a ocurrir algo para nuestros hijos, pero debes dormir primero — le insistió Mike, con un pequeño puchero.
Trolli por fin sucumbió ante los encantos de su pareja, y se fue a dormir con el. Aunque Mike cayó dormido apenas tocó su almohada, Trolli seguía pensando en que darles a sus hijos.
En otro lado, Mayo miraba a Víctor dormir. En su interior, sabía que Víctor lo hacía para protegerlos a el y a su hijo y solo era temporal, pero no quería separarse de el. No podía.
Miró al techo y se quedó dormido.
(Flashback).
Ahí estaba Mayo, con una ropa muy sencilla. Hasta su bata se había quitado.
Su mamá que siempre creyó que estaba muerta, realmente estaba viva, y si fingió su muerte era para no hacerce cargo de él. Se sentía destrozado. 16 años había vivido con esa mentira.
Estaba ahí, en la azotea, estaba listo. Se había quitado su bata, sus zapatos, se soltó su pelo y ya era hora de que aquel chico saltara hacia la libertad, como el decía.
Cuando tomó impulso, un chico atrás de el le gritó:
— Hey, detente ya —.
Se giró para ver a aquel chico. Era un castaño de ojos cafés y una sudadera gris.
«¿Y que me importa a mí? Es algo tonto ya lo sé, está oportunidad tiré» pensó el castaño de sudadera gris.
El peli-morado lo miró unos segundos. Aquel castaño tenía también los tenis fuera. «Supongo que también quería saltar» pensó Mayo.
El chico castaño se le acercó. Y después de preguntarle que tenía, Mayo le contó su historia.
— Mi mamá estaba muerta para mí, pero resulta que está viva por no querer hacerse cargo de mi. No puedo seguir así —.
— ¡OH POR FAVOR! ¿¡Es enserio?! ¡No puedo creer que por algo tan tonto llegaste antes que yo! — el chico castaño le gritó, — ¿¡No te das cuenta que aún tienes un padre que si te ama, y un techo donde vivir!? —.
— Lo dice alguien que venía para lo mismo — le dijo Mayo serio. Aquel castaño lo miró y boqueo como pez unos segundos. Parecía que no esperaba eso.
— Solo… vete como todos los demás y déjame a mi — dijo el castaño. Mayo se giró y se puso a salvo detrás del barandal. — Dime que tienes, si es algo tonto lo mio, no se que es lo tuyo — dijo.
El castaño bufó y desvió la mirada.
— La verdad… en mi casa mi papá nos quiere a mi hermano y a mi, pero desde que tiene nueva pareja… nos hace mucho a un lado, a pesar de que su pareja le dice de nosotros. Mi hermano Sparta ya está muy desesperado y yo no puedo ayudarlo, soy un mal hermano — dijo ese castaño.
Ahora fue el turno de Mayo de gritar.
— ¡No puede ser! ¿¡Cómo te atreves a creer que tales pequeñeses ameritan que aquí estés?! ¡Suerte tienes de tener una familia y tú hermano te necesita de verdad! —.
Ambos se quedaron unos segundos callados, hasta que el castaño sonrió.
— Siempre oía a los demás cuando venía, pero nadie me oía a mi — dijo, luego le extendió su mano — Por cierto, mi nombre es Víctor Montreal —.
(Fin Flashback).
Eran las cuatro am. Víctor lo abrazaba por la cintura mientas aún dormia. Mayo soñó con como conoció a Víctor. El quería acabar con todo, y ahí estaba, un científico importante, comprometido con su salvador y esperando un hijo de el. Sonrió tenuemente.
Si, Víctor se alejaría, pero sería temporal, el no dejaría que volviera a subir a la azotea, mientras se quedaba sus zapatos y dejaba su bata a un lado.
Volvió a dormir con ese pensamiento, mientras sonreía.
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