👑┆Capítulo 3

Viajar era bueno para su salud mental y para su alma. Viajar le permitía cambiar la rutina y mejorar su estado de ánimo. A él gustaba conocer diferentes ciudades pues era sumamente relajante observar los hermosos paisajes, explorar nuevos lugares y visitar otros sitios. Sin embargo, tarde o temprano tenía que volver a la realidad, no quería hacerlo pero sus responsabilidades en Londres lo obligaban a regresar. En caso no tenía una familia que esperase con ansias volver a verlo, pero sus negocios eran igualmente demandantes y aunque contaba con un buen equipo de trabajo que lo ayudaba a dirigir su negocio, había cosas de las que debía encargarse él mismo.

Pero, si era sincero consigo mismo, el principal motivo para querer retrasar tanto su regreso tenía nombre y apellido. Park Jimin. El indómito muchacho que lo había rechazado dos meses atrás, no salía de su cabeza. Su mente jugaba en su contra y se negaba a soltarlo. El atractivo joven aparecía en sus pensamientos varias veces durante el día y eso lo estaba volviendo loco.

Jungkook disfrutó muchísimo de su viaje, eso no lo iba a negar, incluso se permitió hacer nuevos amigos y potenciales socios comerciales, pero el recuerdo de esos hermosos ojos castaños estaba atormentándolo al grado de anhelar intensamente volver a verlos una vez más. Pero no podía... o más bien no debía hacerlo. Si quería superar aquel rechazo tenía que mantenerse lo más alejado posible.

El joven estaba lejos de su liga, desafortunadamente Jimin ya había entregado su corazón a alguien más y él, nuevamente, había llegado demasiado tarde. Jamás se había sentido tan desilusionado y frustrado con un rechazo como se sentía con el de Jimin. Desde el primer instante que lo vio, el joven lo había cautivado y para nada era un sacrificio casarse con él sino todo lo contrario, se sentía muy afortunado de poder unir su vida a la de Park Jimin.

Pero tal parecía que el amor no era para él. Jimin, no era su primer rechazo pero si el que más le había dolido. Y saberse en la misma ciudad que aquel muchacho, sin duda era un calvario para él. A lo que más temía era enterarse que ya estaba compartiendo su vida con alguien más, no se creía capaz de resistirlo, mucho menos verlo pues con solo imaginarlo le dolía el corazón, así que verlo con sus propios ojos sería su muerte segura.

De pronto, el lujoso carruaje en el que viajaba frenó abruptamente haciéndolo caer de su asiento. Casi se golpea el rostro con el asiento de tenía enfrente de no ser por sus excelentes reflejos y su rápida reacción. Corrió un poco la cortina que cubría la ventana para observar al exterior y ver por qué su chófer había frenado de esa manera. Grande fue sorpresa al verse justo fuera de la casa de Jimin. ¿De verdad el destino era así de cruel con él?

- ¿Se encuentra bien señor? – preguntó el empleado de Jungkook que se encontraba manejando el carruaje antes el incidente.

- ¿Qué pasó, por qué frenaste de esa manera Eunwoo, estás tú bien? – cuestionó Jungkook preocupado.

- Yo me encuentro bien señor, pero un joven se atravesó inesperadamente señor y casi lo golpeamos con un de los caballos – explicó Eunwoo – una mujer lo aventó justamente cuando pasábamos –

Jungkook se preocupó y bajó inmediatamente del vehículo. Esperaba no haber causado un daño al dichoso joven porque un golpe de caballo podía ser mortal. Sin embargo, no pudo dar más de dos pasos cuando quedó en shock ante lo que presenciaban sus ojos.

- ¡Mamá por favor! – pidió un Jimin lloroso y visiblemente golpeado – Kangyoon... -

- Ya no eres bienvenido en esta casa Jimin – interrumpió su madre impidiéndole el paso a la residencia – ayer por la noche tomaste la decisión de irte a enredar con ese maldito mugroso, hazte responsable de tus acciones – Soyeon sabía que estaban montando un terrible espectáculo en la calle a plena luz del día, pero se encontraba visiblemente molesta por las acciones que había hecho Jimin la noche anterior.

- Mamá escúchame por favor, yo no quería, de verdad no quería que Kangyoon me... - a Jimin apenas se le entendía lo que decía ya que el llanto no lo dejaba hablar bien.

- ¡No me importa! – lo cortó nuevamente la mujer – mil veces te dije que te alejaras de él, mil veces que él no era bueno para ti, sus intenciones contigo eran muy claras Jimin, no te quería en serio, pero caíste en su juego así que ahora exígele que te cuide, aquí no puedes volver regresa con Kangyoon y vive la vida que siempre quisiste – sentenció su madre – y olvídate de usar el apellido de tu padre, no quiero que vuelvas a usar el apellido Park nunca más en tu vida –

- Mamá... - Jimin cayó de rodillas al suelo sintiendo que su corazón se rompía en mil pedazos. Sabía que él tenía la culpa de lo que le estaba pasando. Esas eran las consecuencias de sus malas decisiones. Si no hubiese sido tan idiota, jamás hubiera aceptado la propuesta de Kangyoon que no era más que una trampa para abusar sexualmente de él. Debió haberle hecho caso a su instinto que le dijo desde el primer momento que aquello no resultaría nada bien.

Jungkook, al ver la dramática escena, comprendió al instante lo que estaba pasando. No tenía que tener más detalles, y tampoco es como que quisiera saberlos para entender la grave situación que Jimin estaba atravesando. Y aunque también podía comprender la rígida postura de Park Soyeon, no podía quedarse con los brazos cruzados. Le dolía ver a Jimin así, no podía simplemente subir a su carruaje y fingir que no había visto nada de esa disputa familiar, así que cuando Jimin cayó al suelo el corrió a su lado.

- Jimin– susurró su nombre mientras lo tomaba de los hombros – anda, ponte de pie – pidió con amabilidad.

- ¡Señor Jeon!– exclamó la madre el menor, sorprendida de su presencia ahí.

- Jungkook... - Jimin giró su rostro para él. No podía creer que precisamente él estuviera ahí, quería que en ese momento se abriera la tierra y lo tragase de una vez.

- Ya no llores, vamos, levántate – volvió a pedir ayudándolo en el proceso.

- Pero señor Jeon, Jimin ha deshonrado a nuestra familia y ha enlodado nuestro apellido, no puedo permitir que se involucre con un... - Soyeon intentó detenerlo pero el mayor la paró en seco.

- Ya he escuchado suficiente señora Park– indicó Jungkook mientras se quitaba la larga gabardina que llevaba puesta para pasarla por los hombros de Jimin y cubrir sus ropas desgarradas y manchadas de sangre – vamos Jimin– dijo  y lo guio hacia su carruaje.

- Pero señor Jeon... - la mujer intentó persuadirlo pero su intento nuevamente fue en vano.

- Que tenga buen día Soyeon– detuvo Jungkook de manera amable.

Jungkook le indicó a su chófer que tomara las pertenencias de Jimin que yacían en el piso mientras él encaminaba a un joven lloroso y herido directamente al vehículo. Con cuidado lo ayudó a subir y después de subió él cerrando la puerta.

Jimin lloró desconsoladamente cuando tomó asiento frente a Jungkook Tapó su rostro con las manos y dejó que el llanto lo dominara por completo. Ya había sido lo suficientemente humillante que Jungkook pasara justamente afuera de su casa en el momento exacto en el que su madre lo echaba de casa, que poco le importaba llorar en su lujoso carruaje delante de él. En realidad ya nada de importaba en ese momento. Necesitaba apoyo, cariño, compresión y un abrazo. Solo eso. Un maldito abrazo. Y que alguien le dijera que las cosas iban a mejorar.

Jungkook lo observó en silencio sin atreverse a decir una sola palabra. Jamás había pasado por algo así, pero entendía que Jimin estaba sufriendo mucho podía percibirlo a través de su desgarrador llanto. Él también estaba sufriendo, pero por motivos diferentes, le dolía pensar que alguien más había estado ya con Jimin, aunque por lo que había escuchado, parecía que no había sido de forma consensuada.

Tenía que averiguarlo bien, después de todo, el joven de apellido Park se había ido con ese muchacho por voluntad propia y no podía sacar conjeturas de algo sin saber exactamente qué era lo que había pasado.

- Puede... puede bajarme en la siguiente esquina – habló Jimin entre lágrimas – no quiero causarle más problemas señor Jeon –

- No eres un problema Jimin– indicó con seguridad.

- ¿Señor Jeon? – la voz de Eunwoo le indicaba a Jungkook que estaban listos para partir.

- Vamos a casa Eunwoo– apuntó Jungkook y entonces Jimin volvió a llorar amargamente.

***

Jimin lloró durante todo el viaje desde su casa hasta la mansión de Jungkook. Se sentía acabado y destruido. Kangyoon, el chico que había sido su primer amor había abusado sexualmente de él y lo había abandonado a su suerte en ese mugroso taller después de haber cumplido su cometido. Al principio, obviamente opuso resistencia, pero kangyoon, aprovechando su fuerza bruta y su ventaja en altura y peso lo golpeó en el rostro y cabeza dejándolo casi inconsciente y entonces, toda la tragedia pasó sin que pudiera hacer algo para detenerla.

Sin preparación previa lo había penetrado violentamente provocándole un sangrado que había tardado en parar pero al joven rubio poco le había importado. Éste siguió embistiéndolo mientras Jimin solo podía tratar de soportar el dolor en un estado que estaba cerca al desfallecimiento. No podía creer lo que estaba pasando, se negaba a aceptar que el chico que tanto le gustaba se había aprovechado del supuesto amor que se tenían para engañarlo y cometer semejante barbarie con su cuerpo. En su mente solo estaba el triste pensamiento de querer desaparecer en ese momento o en el mejor de los casos, morir.

Cuando todo acabó, Kangyoon salió de su cuerpo, se limpió, se vistió y salió del lugar no sin antes decirle que había disfrutado mucho de quitarle la virginidad porque su agujero estaba tan apretado y húmedo y que había logrado hacerlo venir en muy poco tiempo, marcándolo así con su esencia. Además, le dijo que había cambiado de parecer y que se iría él solo, que aún no estaba listo para cuidar de alguien y tener una familia. "Gracias por quitarme las ganas bebé", kangyoon tuvo el cinismo de agradecerle para después irse del taller.

Pasó el tiempo y cuando pudo vislumbrar que estaba por amanecer, reunió todas sus fuerzas y salió del lugar con rumbo a su casa. Afortunadamente pocas fueron las personas que lo vieron, pero en lugar de acercarse a ayudarlo se quedaron en su lugar murmurando cosas que obviamente no podía escuchar.

Cuando llegó a su casa, con el último aliento que tenía, su madre ya estaba en la puerta con los brazos cruzados esperándolo. En ese instante supo que alguien ya había ido a contarle que lo habían visto deambulando herido por las calles, y conociendo a su madre sabía lo que podía esperar de ella.

Había sido una pésima idea hacerle caso a kangyoon. Había tomado la peor decisión de su vida, y ahora no tenía nada. Ni dinero, ni un lugar donde vivir, ni familia... ni su virginidad. Nadie lo iba a aceptar así. lo había condenado en todos los sentidos.

- Hemos llegado Jimin ¿Puedes caminar? – preguntó Jungkook– noté que... -

- Puedo hacerlo, no se preocupe – lo detuvo Jimin antes de que dijera algo que lo avergonzaría más. Lo cierto era que le dolía a horrores, pero no iba a mostrarse débil. Al menos no delante de Jungkook.

Jungkook solo asintió pero de igual forma ayudó a Jimin a que bajara del carruaje. Se notaba el dolor en el rostro del joven cada vez que hacía un movimiento pero lo respetaba mucho como para invadir su espacio personal. Actuaría únicamente en caso de alguna emergencia, mientras tanto observaría de lejos antes de tomar la situación en sus manos.

- Yo no debería estar aquí – susurró Jimin con la mirada puesta en el piso.

- De todas formas no tienes a dónde ir – respondió Jungkook – y no es problema para mí recibirte en mi casa – mentía, claro que tener a Jimin en su mansión era una tortura para su corazón, pero de ninguna manera lo iba a abandonar en una situación así. Aunque su estabilidad emocional estuviera en juego, el ayudaría si o si al menor.

Jimin se mordió el labio inferior para no volver a llorar, pero fue en vano. Era irreal que un completo desconocido, que encima había rechazado en el pasado, lo estuviese ayudando en el momento que más necesitaba el apoyo de alguien. Su madre tenía razón, Jeon Jungkook era un ángel.

- ¿Puedo? – preguntó Jungkook indicándole a Jimin que quería pasar su brazo por los hombros del menor para ayudarlo a caminar. El joven solo asintió levemente con la cabeza.

Ambos caminaron con lentitud hacia la entrada en donde ya lo esperaban dos hombres más y una mujer de edad avanzada. Todos eran empleados de Jungkook. Ellos observaron como su jefe ayudaba a un joven herido a caminar pero no dijeron nada. En ese aspecto eran muy respetuosos con la privacidad de su patrón.

- Jieun, por favor prepare un baño caliente para el joven park – pidió amablemente a su ama de llaves.

- Enseguida señor – la mujer hizo una reverencia y entró a la casa para realizar la tarea encomendada.

- Taehyung, prepare un caldo de pollo y té de manzanilla - solicitó Jungkook a otro de sus empleados.

- Como usted diga señor – Taehyung caminó para también desaparecer en el interior de la casa.

- Sehun– Jungkook llamó a su empleado más joven – necesito que vayas a la casa del doctor Kim y le digas que necesito que venga urgentemente –

- Señor Jeon... - Jimin se tensó en los brazos de Jungkook. No quería que un doctor lo viera. Sería aún más humillante para él.

- Necesito que un doctor te revise Jimin y descarte alguna lesión que pueda complicarse en un futuro – señaló el mayor – No tardes Sehun – dijo  y siguió su camino encaminando a Jimin para ingresar a su casa.

- Señor Jeon, he preparado el baño de la habitación de invitados – comunicó Jieun.

- Por favor ayude al joven Park en lo que necesite – Jungkook acercó a  Jimin con la mujer – no necesito recordarle sobre la discreción ¿Cierto? Jieun– Jungkook confiaba en su ama de llaves.

- Yo me encargo señor, no se preocupe – la mujer le dedicó una sonrisa y observó al nervioso invitado.

Jimin dirigió su mirada preocupada a Jungkook y éste se conmovió. Lo entendía, pero bajo ninguna circunstancia podía ser él, el que ayudara a Jimin con esa tarea. Se conocía muy bien como para saber que aún se sentía muy atraído por ese chico, y lo que menos necesitaba Jimin era un depredador más a su alrededor.

- Todo estará bien Jimin– dijo Jungkook con tranquilidad – confía en Jieun, ella te ayudara en todo lo que necesites, y en lo que no te sientas cómodo solamente díselo –

- Estoy para servirle señor Park – la mujer le regaló una sonrisa y lo tomó del brazo para llevarlo directamente a la habitación de invitados.

Jimin se dejó llevar por la mujer pues no tenía opción. Sabía que si insistía en decirle a Jungkook que no quería causar molestias, éste, con su admirable bondad, le diría que no había problema alguno. Además, de verdad necesitaba quitarse toda la suciedad de su cuerpo, en especial todo lo relacionado con kangyoon.

- El señor Jeon me dijo que trajera las pertenencias del joven Park– se escuchó la voz de Eunwoo afuera de la habitación en la que tomaría un baño.

- Puedes dejarla afuera, en un momento salgo por ellas – respondió Jieun.

Jimin miró a la mujer y ésta le regaló una sonrisa. Quizás Jieun no sabía lo que ese pequeño gesto significaba para él, pero ya no se sentía tan solo con esa simple acción.

- Si gusta puede desvestirse en el baño, prepararé su ropa en lo que sale – indicó Jieun.

- No me hablé de usted, yo solo... - Jimin bajó la mirada sintiéndose miserable. Él había pertenecido a una admirable y noble familia inglesa pero ahora, ahora su propia madre le prohibía usar el apellido park – solo dígame Jimin–

- Si es lo que usted desea, le llamaré Jimin, sin embargo no es propio de un ama de llaves tutear a los invitados de su jefe – explicó la mujer.

- No creo que sea un invitado del señor Jeon– alegó Jimin– supongo que solo me quedaré un par de horas antes de irme –

En ese instante se escuchó como alguien llamó a la puerta. El ruido exaltó un poco a Jimin pero se dijo que debía tranquilizarse, aún se sentía nervioso por lo que había pasado con kangyoon y sabía que era algo que jamás podría olvidar. Tan solo tenía que sobrellevarlo de la mejor manera, además, dudaba que Jungkook y su gente le fueran a hacer daño o de lo contrario no tendría tantas y tan buenas atenciones.

- Pase – susurró Jimin cuando Jieunle preguntó con la mirada si debía abrir o no la puerta.

- El doctor Kim está abajo – indicó Jungkook que ya se había quitado el saco y solo llevaba puesta la camisa blanca con un chaleco gris ajustados a su cuerpo y un pantalón del mismo color – en cuanto termines de darte un baño colócate esta bata, él subirá a revisarte –

- Señor Jeon, le agradezco las atenciones pero yo... - se detuvo para mirar a Jieun.

- ¿Nos deja solos un momento Jieun? – la mujer asintió y salió de la habitación – es importante que un médico te revise Jimin, los golpes en la cabeza pueden ser peligrosos, además necesitamos que nos indique que pomada poner en los golpes de tu rostro y... – Jungkook se detuvo pues no quería avanzar más en el tema.

- Yo... yo... - Jimin bajó la mirada mientras dejaba que las lágrimas bañaran nuevamente su rostro – kangyoon... él... -

- No tienes que decirme nada si no quieres Jimin – Jungkook quería acariciar su rostro y limpiar aquellas lágrimas, pero era acercarse demasiado y no quería asustar al menor – y si así lo deseas, lo que platiques con el médico será absolutamente confidencial, únicamente pediré el nombre de los medicamentos para comprarlos y poder atenderte –

- ¿Puede hacer eso? – preguntó Jimin sin mirar a los ojos a Jungkook.

- Por supuesto que sí – respondió el mayor con tranquilidad para transmitirle el mismo sentimiento a Jimin – ahora date un baño para que puedan revisarte lo más pronto posible – Jungkook se giró en sus talones pero antes de salir de la alcoba el menor lo detuvo.

- Gracias – susurró con voz quebrada.

- Ni lo menciones Jimin–

***

Después de un prolongado baño, en donde no paró de llorar, siendo Jimin se vistió con una bata que le quedaba bastante grande. Jieun, que estuvo escuchando su lastimero llanto todo el tiempo, le dijo que dicha prenda le pertenecía al señor Jeon. Se sonrojó ante del hecho de usar su ropa. Después de eso, el ama de llaves le avisó al doctor que podía subir.

El médico, un señor de edad avanzada, lo revisó y Jimin le contó todo lo que había pasado. Relatar lo que kangyoon le había hecho fue desolador para él. Era como si apenas se hubiese dado cuenta de la magnitud de los hechos. Fue como salir del shock inicial para asimilar su cruda realidad. Jimin se tiró del cabello y cayó al suelo llorando desgarradoramente sin dejar de golpear el piso con sus puños. Cuando Jungkook escuchó sus gritos subió las escaleras de dos en dos y entró a la habitación sin tocar.

- ¡Jimin! – exclamó cuando vio al joven en el suelo - ¿Qué fue lo que pasó? – preguntó el dueño de la casa al médico que solo bajó la mirada negando con la cabeza.

El joven park levantó su mirada y sin pensarlo se puso de pie y corrió a refugiarse a los brazos de Jungkook. Rodeó su cuello y escondió su rostro en el pecho de éste sin dejar de llorar.

- Me violó Jungkook... él abusó de mí... - sollozó Jimin y Jungkook solo pudo envolverlo en sus brazos esperando darle algo de consuelo.

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