Capítulo 6

¿Qué era lo peor de estar molesta con alguien a quién quieres? Que también te lastimas en el proceso.

Nila era consciente de eso y le dolía la situación en la que estaba con Elián, y sí, solo era con él porque había hablado con Joselyn, quién le había dado a su hermano el sermón de su vida haciéndolo sentir miserable.

Karma le decían, y aunque le dolía dentro suyo había una gran parte que le decía que Elián debería sufrir por cómo le había hablado. Era su mejor amigo, no su padre como para que se creyera con ese derecho ¡En especial porque ella no tenía padre! Bueno, sí tenía, pero no lo conocía y le importaba tres cominos conocerlo a esas alturas de su vida.

—Señorita Linares, es su turno —el profesor de comunicaciones la llamó sacándola de sus pensamientos.

Nila asintió hacia su docente y se puso de pie dirigiéndose al lugar que había estado ocupando su anterior compañero frente a toda la clase.

Aquel día se suponía que debían exponer los motivos por los cuales deseaban seguir la carrera del artes. Dar los motivos de manera breve y concreta de manera que demuestre qué además de tener el talento también debían tener las ganas para mantenerse en el MCU.

—Estar en esta universidad no fue mi primera opción —dijo rompiendo la línea que muchos habían seguido diciendo que desde un inicio querían estar ahí y lucharon por ello— De hecho estudiar para ser una artista no fue una opción que considere al inicio.

Miro a cada uno de sus compañeros, los repaso con la mirada y grabó sus rostros de sorpresa y duda.

—Mi madre es enfermera y la única persona que ha estado a mi lado apoyándome en cada decisión que tomaba, menos en una. No me apoyo cuando le dije que quería estudiar medicina —agregó—. Esa fue mi primera opción y la que cambio mi vida por completo poniéndome aquí donde estoy.

Respiro profundo antes de continuar.

—Mi mamá dejo que fuera hasta el final e incluso me apoyó cuando di el examen de ingreso a la UAB —se rio recordando ese día—. Se vio feliz por mi logro y yo me sentí orgullosa de haber puesto esa sonrisa en ella; sin embargo, horas después me di cuenta que todo era una farsa. Esa misma noche me dijo que sabía que seguir esa carrera no me haría feliz, que yo no debía seguir un sueño frustrado de ella para hacerla feliz.

Pauso un momento.

—Me dio el folleto de la MCU y me dijo que siga mis propios sueños, que ella estaría para apoyarme sin importar el resultado, me pidió que sea la mejor, pero sobre todo que sea feliz —contó con una sonrisa— Y es por eso que doy todo mí y estoy aquí, con una beca completa; porque amo lo que hago, tengo el apoyo que necesito, soy buena en ello y me hace feliz hacerlo. No importa cuán difícil sea el camino y cuantas veces deba caerme, aprenderé y me levantaré, lucharé por seguir y llegar al final, a mi meta —agregó mirando a María Cristel dejándole en claro que dijera lo que dijera ella no sería un impedimento para alejarla de su objetivo.

—Muy bien, señorita Linares, muy bien. Tome asiento —le ordenó su profesor poniéndose de pie y ocupando su lugar— Lo que su compañera acaba de decir es algo que todos deben tener presente —les dijo cuando estuvo en su carpeta—. Muchos no están acá ocupando el sitio en el que ahora están no solo por no tener los medios o el talento, sino por estar complaciendo a otros o creyendo hacerlo. Muchos dejamos escapar la oportunidad de ser felices haciendo lo que amamos por hacer lo correcto.

Su profesor empezó a caminar entre las carpetas.

—Con sus discursos he identificado a quienes están aquí porque son buenos y los empujaron a esto, porque no los ven capaces de ser algo más, pero déjenme decirles algo: Sí son capaces de hacer lo que quieran si luchan por ello —afirmó deteniéndose en la mitad del aula—, que sean buenos cantando, actuando o bailando no quiere decir que sea su sueño o que quieran dedicarse a ello. Porque para una profesión, la que sea, no solo basta ser bueno —agregó empezando a caminar de nuevo—, se debe tener las ganas, esas ganas que los levantarán cuando crean que han perdido todo y que ya no podrán levantarse de nuevo.

Llegó al frente y pasó la mirada por todos ellos.

—Espero que piensen bien si quieren seguir acá, porque el camino no es fácil y no quiero verlos arrepentirse en unos años porque no tomaron la decisión correcta —se sentó sobre su escritorio—, y es mi deber como profesor hacerlos reaccionar antes de que sea tarde, porque por muy bonito que parezca no todos los que están ahora en este salón terminarán graduados —les dijo—. Solo miren cuantos llegan al final y pregúntense si ustedes serán uno de ellos.

Las palabras eran duras, pero ciertas.

Nila había acompañado a Joss en cada paso del camino y recordaba como su amiga le contó acerca de todos los que de su área se retiraban diciendo que no podían más, que se habían equivocado, y más motivos que los llevaban a eso. También estaban las lágrimas que había derramado cuando creyó que no podía más por el sobreesfuerzo que tenía que hacer para mantenerse y demostrar que era la mejor; sin embargo, cada una de esas lágrimas se vio recompensada por sonrisas, felicitaciones, premios y halagos cuando lograba lo que se había propuesto.

El timbre sonó y ninguno de ellos se movió.

—Espero que piensen en lo que les dije. Pueden retirarse —les ordenó su profesor y todos salieron en un silencio sepulcral.

Nila fue directo al comedor buscando a Joss que le había enviado un mensaje diciéndole que estaría esperándola.

Casi había llegado a su destino cuando Salvador se cruzó en su camino.

—Ahora no —le dijo pasándolo, pero obviamente el chico no sabía que era un no por respuesta, ya que, la tomó del brazo deteniéndola— ¿En serio? ¿De nuevo? —le preguntó cansada del tira y afloja en el que se estaban envolviendo.

—Quiero hablar contigo.

—Pero yo no. No te conozco y por si tienes dudas, te aclaro que tampoco quiero conocerte —le respondió quitando la mano en su brazo.

—Yo si quiero, y te lo dije ayer.

Respira.

—¿Por qué? ¿Qué diablos tengo yo que me sigues? —se quejó.

Es que tenía que ser mala suerte que de las millones de personas que existían en el mundo Salvador quisiera conocerla justamente a ella; es decir, eso no era una novela cliché en la que ellos terminarían juntos como para que haga eso.

—Me das curiosidad.

Nila frunció el ceño no creyéndole una palabra.

—¡Es verdad! —exclamó el Salvador— Eres la única que no me ha bajado la mirada.

—Fuiste un imbécil —le recordó Nila.

—Y tú una loca —le respondió de vuelta su pesadilla—, pero ni por eso te viste afectada por mí.

—Ok. Debo preguntar ¿Te crees el típico chico bad boy de los libros?

—¿Bad boy? —le peguntó y ella arqueó una ceja— la verdad, no entiendo, ni si quiera sé que es eso, no leo.

«¿No lee? ¿Acaba de decir que no lee?», se alteró por medio segundo antes de obligarse volver al tema central «Concéntrate Nila, concéntrate».

—Seamos claros ¿Qué es lo que quieres?

—Ya te dije, quiero conocerte.

—¡¿Por qué?!

—Porque eres una garrapata loca que quise olvidar, pero se sigue apareciendo en mi camino —le respondió Salvador.

—¿Disculpa?

—Tú crees que te sigo ¿Verdad? —le cuestionó el chico y Nila asintió sin dudar— Pues no es así, yo vengo porque mi prima estudia aquí y aunque no lo creas me gusta pasar el tiempo con ella.

Tenía razón no le creía.

—¿Y tú que haces aquí? —le preguntó ella— ¿Acaso no tienes vida?

Nila no entendía. Si él no estudiaba ahí porque pasaba tanto tiempo en su universidad. Su excusa anterior no tenía validez para eso.

—Si tengo vida, por eso mismo estoy aquí por una pasantía administrativa —le dijo.

—Perdón ¿Cuántos años dijiste que tienes?

—No te dije y tengo veintitrés —le respondió Salvador rodando los ojos.

—Okey...

No iba a demostrar que estaba sorprendida, en especial cuando Salvador sonrió satisfecho por su falta de palabras, lo que la hizo cuestionarse ¿Por qué demonios seguía ahí?

Se giró, pero fue detenida de nuevo— ¿Y ahora qué?

—¿Podemos volver a hablar?

Nila ni siquiera estaba segura de que hubieran hablado de algo relevante, de hecho esa fue una de las conversaciones más extrañas que había tenido porque no tenía ni pies ni cabeza.

—¿Entonces? —presionó Salvador y ella se soltó de él de golpe.

—Deja de acosarme —le respondió yéndose rápidamente antes de que volviera a detenerla.

Salvador estaba volviéndola loca. No entendía su obsesión con ella, pero tenía la excusa perfecta para estar cerca y eso solo la frustraba más.

«Solo mantente alejada de él», se dijo y planeaba cumplir su palabra, tanto como pudiera. 

***

Un cap bastante profundo sobre la elección de carrera, si estas en la universidad de seguro escuchaste esas palabras alguna vez en tu vida y sino bueno ahora están aquí. Espero que siempre puedas hacer lo quieres y dicta tú corazón, no muchos lo hacen.

Espero que les haya gustado <3 Los quiero mucho.

Au revoir!!!

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