Capítulo 25

Nila tenía una sonrisa en su cara, una que era falsa, pero que no pensaba quitar de su rostro.

Su madre estaba en casa y lo que menos quería era preocuparla. La noticia del compromiso de Elián tarde o temprano llegaría a sus oídos; sin embargo, no quería que fuera ese día, ya había tenido suficiente y no quería arruinar su poco tiempo juntas con sus problemas.

Eran casi las tres de la mañana cuando su puerta fue golpeada fuertemente. Tanto Nila como su madre salieron preocupadas mientras el sonido de un puño contra la madera resonaba.

—Quédate aquí, iré a ver quien es —le dijo su madre, pero Nila la detuvo.

—¿Y si es un ladrón?

—Entonces es mejor que tengas el teléfono listo —le respondió su progenitora.

—Mamá...

—Nila, obedece —la cortó y con eso se fue a abrir la puerta dejándola atrás.

Ella se acercó al teléfono fijo que tenían en su comedor lista para marcar a la policía si era un ladrón el que estaba fuera. ¿Pero qué ladrón toca la puerta? 

—¿Quién es? —preguntó su madre y el sonido del golpeteó se detuvo— ¿Quién es? —volvió a preguntar sin obtener respuesta.

Su progenitora le dio una mirada preocupada, pero se mantuvo en su lugar sin abrir la puerta.

—Lo preguntaré por última vez o llamaré a la policía —amenazó— ¿Quién es?

Nada.

Nila estaba a punto de marcar al guardia del edificio cuando la persona fuera de su departamento decidió hablar deteniendo su corazón.

—Soy Elián, señora Alma —y esas simples palabras le quitaron el aire a Nila mientras que a su madre la preocupó.

—Niño ¿Qué haces aquí? —le preguntó su mamá sin perder el tiempo en abrirle la puerta al escucharlo— Pasa, pasa...

—No, que no pase —la negativa salió de ella sin que pudiera detenerla y el tono brusco sorprendió a su madre, por su parte, Elián solo hizo una mueca y retrocedió el paso que había dado.

—No podemos dejarlo fuera, Nila —amonestó su mamá, pero ella no dio su brazo a torcer.

—Si pudo venir hasta acá, puede regresar a su casa igual —le respondió mirando a su amigo y sin molestarse en ocultar su rabia al hacerlo.

Elián mantuvo su mirada y asintió aunque era claro que no estaba feliz.

—Lamento las molestias, señora Alma...

—No es ninguna molestia, Elián —le dijo antes de mirar de nuevo a ella—Nila —amonestó, pero ella no iba a dar su brazo a torcer.

—Él se va.

—¡Nila! ¿Qué es lo que pasa? Tú jamás has sido así con alguien, menos con Elián.

El ambiente se volvió pesado en ese momento. Nila no estaba dispuesta a decirle a su madre todo lo que había pasado en los últimos días, no quería hacerla cargar con sus dramas, por lo que se acercó a su ex mejor amigo decidida a sacarlo de su casa y de su vida.

—No te preocupes, ma. Yo lo acompañaré abajo —le dijo a su madre.

—Nila...

—Volveré pronto —prometió dándole un beso en la mejilla antes de salir cerrando la puerta detrás de ella.

Mientras que la mirada de Elián estaba llena de pena y esperanza, la de Nila era cansada y molesta ¿Por qué había ido a su casa? ¡¿Y a esa hora?! No había dormido bien la noche anterior y estaba quitándole su oportunidad de descansar en ese momento. 

—Nila, yo...

—Tú nada —lo cortó— Ahora mismo vamos a bajar, tomarás un taxi y te largarás a tu casa —le dijo pasando de él hacia las escaleras y empezando a bajar por ellas.

Sintió la mirada de Elián durante todo el camino y la incómodo. 

Durante la tarde había tenido tiempo para calmarse y poner sus sentimientos en los lugares correctos. Si bien se sintió mal por haber dañado el vestido que Sara y Joss habían conseguido para ella no se arrepintió de hacerlo.

Nila sabía que el ver aquel vestido empeoraría las cosas en su mente ¿Y por qué era eso? Porque tuvo que ser curiosa, por su necia necesidad de saber su vida pasada creyendo estúpidamente una cosa que resultó ser muy contraria a la verdad.

Cuando llegó fuera del edificio miró por la avenida rogando que un taxi apareciera para enviar a Elián a su casa y no volverlo a ver por mucho, mucho tiempo; sin embargo, ninguno pasaba y eso empezaba a desesperarla porque ella sabía que él silencio que los rodeaba no duraría mucho.

—Tenemos que hablar —y ahí acababa la paz.

—Tú y yo no tenemos nada que hablar.

—Nila, por favor, escúchame. Sé que la jodí...

—Hiciste más que joderla, Elián —le gruñó girándose para verlo de frente— Fuiste una verdadera mierda ¡Me tildaste de interesada y puta!

Ahí esta. Lo había dicho.

—Yo jamás dije eso.

—¿Ah no? O sea insinuar que me besé con Salvador solo para mantener mi beca mientras hacía lo mismo contigo ¿No es insinuar eso? —le cuestionó— Te hubiera perdonado muchas cosas, pero eso jamás ¡Me insultaste!

—¡¿Y cómo querías que reaccioné?! ¡Te besaste con él! También tienes la culpa por hacer eso.

—¡Sí! ¡Sí tengo parte de la culpa! —admitió—, pero por un jodido infierno si hubieras sido tú yo jamás te hubiera hecho lo mismo, además... Prometiste que no me hablarías así de nuevo ¡Lo prometiste! ¡Y rompiste tu promesa!

Elián pateó la acera gritando de frustración.

—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tenías que besarlo?!

Esa también era una pregunta que ella se hacía y a la que aún no encontraba respuesta. 

Nila no era tonta, sabía que pudo haber detenido a Salvador, pero no lo hizo. Decidió dejarse llevar y corresponder a ese beso.

—¡Dime!

—¡No me grites! ¡No tienes ningún derecho a hacerlo!

—Entonces responde ¿Por qué carajos dejaste que ese imbécil te besara? —le preguntó nuevamente bajando su tono, pero aún así molesto.

—No tengo porque responderte. Tú y yo no somos nada —le dijo en un tono frio.

Sus palabras cayeron como un baldazo de agua fría para ambos, pero Nila no se rectificó y cuando Elián se dio cuenta de eso su rostro paso de molesto a herido en cuestión de segundos.

—No. Sabes que eso es mentira —le respondió negando con un risa dolida— Estas molesta y estas diciendo eso para molestarme.

—¿Más de lo qué ya estas? ¿Por qué lo haría? ¿Qué ganó? —le preguntó antes de agregar—  ¿Qué pierdo? Ya me dijiste todo lo que podías ayer ¿Qué más puedes hacer? ¿Decir?

Su amigo la miró con la mandíbula apretada mientras se acercaba a ella tomándola por los hombros para abrazarla y ella intentó zafarse del agarre; sin embargo, no pudo hacerlo con la presión que él ejercía.

—Lo siento. Sé que fui un imbécil, pero por favor, no digas eso —susurró en su oído— No lo digas.

—Solo estoy diciendo la verdad. Tú y yo no somos nada.

—No es así. Hemos compartido mucho. Te quiero y me quieres.

—Sí, pero eso no es suficiente —le respondió Nila empujándolo y logrando alejarse de él— Hemos estado viviendo una mentira Elián ¿No puedes verlo?

—No te estoy mintiendo.

—¿Ah no?

—No.

—¿Nunca en tu vida me mentirías?

—Sabes que no.

—Entonces respóndeme esto —sabía que le iba a doler lo siguiente admitiera la verdad o no— ¿Te vas a casar con María Cristel? 

La sorpresa en su mirada y la palidez de su rostro le dio su respuesta, y aunque ella ya lo sabía que Elián lo confirmara era algo necesario para su corazón.

—Respóndeme Elián ¿Te vas a casar con María Cristel?

—¿Quién te lo dijo?

Evadir.

—No importa quien. Yo te estoy haciendo una pregunta ¿Te vas a casar con María Cristel, sí o no?

—Sí —la respuesta fue dicha en un susurro, pero lo suficientemente fuerte para que ella pudiera escucharlo.

«Por lo menos no me mintió», se consoló.

—¿Y no se te pasó por la cabeza que debía saberlo antes de ilusionarme como una tonta contigo? —le preguntó señalando su sien.

—¡Las cosas no son como piensas! ¡Yo no quería que esto fuera así!

—Eso no importa, lo que importa es que lo vas a hacer, Elián, y eso es lo que cuenta —le recordó— Que estés acá pensando que no lo sabía solo significa que quieres jugar conmigo.

—Yo jamás jugaría contigo.

—Ya lo hiciste. 

—Nila, no. Yo jamás te lastimaría así —le dijo acercándose a ella y tomando su rostro con ambas manos— Yo jamás haría algo para causarte dolor.

—Ya lo causaste —susurró mientras el chico pegaba sus frentes negando— Ya me lastimaste y yo no quiero seguir con esto, no puedo seguir con esto. Por favor, entiéndelo.

—Por favor...

—Vete, Elián. Vete y no vuelvas a aparecerte en mi vida —le pidió Nila soltando un sollozo.

—No puedo.

—Si puedes —le dijo mirándolo a los ojos— Que no quieras es distinto y es egoísta.

—Por favor, por favor, por favor. Hago lo que quieras, pero no me alejes —le rogó poniéndose de rodillas.

A Nila le dolía ver a quien considero su mejor amigo y la persona que amaba tan destruida, pero ella estaba igual sino es que peor mientras aguantaba todo dentro suyo, además había tomado una decisión y era alejarse de Elián, por su bien y por el de los demás.

—Por favor —volvió a pedir, y Nila negó.

No importaba cuanto lo quisiera, no iba ser el secreto sucio de nadie y mucho menos aguantar más de sus arranques.

Volviendo a separase lo miro con los ojos llorosos unos segundos hasta que la luz de un taxi empaño su vista.

Dejando a Elián, Nila detuvo el auto frente a ellos.

—Dame una oportunidad.

—Ya te la di y volviste a fallar —le recordó girando a verlo por última vez— Adiós, Elián. Espero que te vaya bien.

—Nila —dijo, pero ella negó pasando por su lado e ingresando a su edificio.

Había terminado con él, con todo.

Cuando llegó a su departamento no tuvo que tocar la puerta; ya que, su madre estaba en ella esperándola. Sin decirle una palabra la hizo pasar y la abrazó dejando que Nila se refugiara en su calor.

No importó que ya hubiera llorado toda la tarde, mientras estaba en los brazos de su mamá las lagrimas volvieron a caer con fuerza.

—Ya no quiero que duela —le dijo en medio del llanto a su progenitora— Ya no quiero sufrir.

—Mi niña —susurró su madre abrazándola con más fuerza— No sé qué pasó, pero yo estoy aquí para ti. Llora si es lo que necesitas.

—Ya no quiero llorar, mamá. No quiero esto —murmuró llevándose una mano al pecho— Quiero que se detenga este dolor.

—Se detendrá. Te lo prometo.

—¿Cuándo?

—No lo sé —le respondió— No lo sé, pero no importa. Yo estaré contigo hasta que se detenga —prometió dejando un beso en su cabeza y Nila asintió creyendo sus palabras.

Su mamá era lo único real que tenía. Su única familia.

***

¿Qué les pareció el cap?

Yo? Yo sufrí junto a Nila, pero admire y admiro su fuerza para la decisión que tomó, no todos son, somos, fuertes para hacerlo.

Espero que les haya gustado el cap, no olviden dejar sus comentarios, votos, y compartir para seguir creciendo juntos!!!

Los quiero!!!

Au revoir!!!

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