Capítulo 17
Después de esa tarde, en la que tuvo una conversación bastante seria con Elián acerca de lo que pasó, ambos acordaron pasar el fin de semana juntos conociéndose más allá de la amistad que tenían.
Podía parecer muy rápido, pero debido a que su mejor amigo ya no iba a tener tanto tiempo libre a causa de las clases a las que se había inscrito en una de las universidades privadas de piano de Madrid empezaba esa semana. Así que aprovecharon al máximo su tiempo juntos.
Fueron al cine, a la plaza, museos, parques, mirador, en los cuales se tomaban su tiempo para re conocerse y hablar sobre lo el tiempo que habían estado separados.
Nila por fin conoció la historia de la cual Elián no había querido hablar la primera noche que estuvieron juntos y no podía entender por qué no la había contado antes.
Los ojos se le iluminaban cuando hablaba de su tiempo en Estados Unidos. Cada experiencia en sus clases, cada cosa nueva que aprendía, cada reto, cada presentación la contaba con una pasión y felicidad que Nila podía sentirla a través de cada palabra, por lo que la duda se había clavado más en ella; sin embargo, no había dicho nada debido a que no quería arruinar el ambiente que habían creado.
El lunes llegó más pronto de lo que ella hubiera deseado y cuando se encontró con Salvador al entrar a la universidad su corazón se paralizó por un momento e involuntariamente sintió un poco de recelo.
Elián le había contó que él había sabido del problema de su beca debido a Salvador. Ambos, junto a Joss, se habían encontrado por casualidad en una exposición y se le había escapado aquel dato mientras conversaba con Joselyn, por lo que su amiga no había perdido el tiempo en hacer preguntas; sin embargo, la chica había prometido, y había hecho prometer a Elián, que no iban a decirle o reclamarle algo sobre el tema para el caso.
Si era sincera consigo misma, Nila estaba sorprendida de que su mejor amiga se hubiera guardado aquello, pero a la vez la entendía, después de todo ella y Salvador habían hecho muy buenas migas. Sin embargo eso no quito que Elián le pidiera que se aleje de él.
—No creo que sea una buena persona y me da miedo que te lastime —le había dicho antes de agregar— No quiero tomar decisiones por ti, solo... Solo prométeme que tendrás cuidado —Le pidió y Nila había asentido, pero el tenerlo frente a frente cambiaba la situación.
Aunque ella no quisiera, el que Salvador hubiera traicionado su confianza y las palabras de Elián daban una nueva luz a su situación y casi se vio tentada a volver a su antiguo modus operandi cuando estaba frente a él; sin embargo, el recuerdo de los días que habían pasado juntos y su familia la detuvieron de hacerlo, por lo que decidió olvidar el tema.
Borrón y cuenta nueva.
Lo había hecho con Elián. Lo haría con Salvador, era lo justo.
Cada uno de ellos había cometido errores a su manera, incluyéndola, y traerlos de vuelta cuando ya estaban enterrados solo traería problemas. Además se había prometido darle una oportunidad a Salvador, una verdadera oportunidad y no podía hacerla si siempre estaba prejuzgándolo cada que hacía algo, para bien o mal.
Poco a poco Nila instaló una rutina en su vida, e inconscientemente había empezado a dividir su tiempo entre Salvador y Elián siempre evitando que estos se cruzaran, o al menos hablaran, ya que había veces en las que ambos se habían visto a la distancia y Nila podría jurar que si las miradas mataran hace tiempo hubiera enterrado el cadáver de ambos.
***
Estaba agotada, no podía más, pero no era como si pudiera quejarse. Después de todo, todos estaban igual o peor que ella.
La MCU estaba organizando un evento privado para todos los alumnos por Halloween, algo parecido al baile de graduación de las películas. Sin embargo, la diferencia en su baile era que se sorteaba un grado para ser el encargado de la organización, y sí, para su mala suerte el suyo había sido el ganador de realizar la dichosa fiesta.
Lo primero que habían discutido fue la temática, si bien era Halloween y cada uno podía ir disfrazado de lo quisiera se había propuesto no hacerlo así, por lo que las opciones se pusieron sobre la mesa.
Hubo propuestas temáticas como superhéroes, dioses griegos, pijamas, carnavales, personajes de película y por último de época.
Ella no había estado muy de acuerdo con la última, en especial por sus sueños. Según el último que tuvo su vida había sido buena en cierto aspecto, al igual que en esa había querido ser una artista, una cantante y lo logró. Se abrió un camino participando en los mejores eventos de la gente de clase alta; sin embargo, aún había un asunto que la tenía nerviosa.
En cada uno de esos sueños, o flashbacks, interactuaba más con dos personas. El hombre del que estaba enamorada y alguien que parecía era su mejor amigo.
Dos hombres, dos personalidades, y un karma.
Nila estaba casi segura de que Elián fue su mejor amigo, uno que había sufrido cuando no pudo a corresponderle a sus sentimientos, pero que a pesar de todo estuvo ahí, apoyándola para cumplir sus sueños, a su lado en cada viaje y cada presentación.
«Pero le correspondo en esta vida», se dijo y ese pensamiento calentó su corazón; sin embargo, eso dejaba a Salvador como el hombre con el que había estado y... Bueno, cuando ella llegó a esa conclusión la curiosidad se apoderó de ella. No porqué se hubiera enamorado de él, no, en otra vida quizá lo hubiera hecho, lo hizo, pero no entendía porque si todo era como pensaba habían reencarnado los tres.
Estuvo muy tentada a preguntarle a su mamá por ello, pero no quería atormentarla y contarle de sus sueños.
Recordaba la advertencia de alejarse de ellos antes de empezar a confundir quien era con quien había sido. Le pasaba cuando se despertaba y tenía que recordarse donde estaba y quién era, pero no se había manifestado más allá de unos minutos por lo que había continuado y siendo sincera no quería detenerse.
—Oye Nila, trae la escalera acá —le pidió Sara haciéndole señas hacia donde estaba.
Poniéndose nuevamente de pie llevó la escalera a su lado hacia donde estaba su amiga.
Sara había sido un gran apoyo para poder adaptarse a su nueva aula, que había resultado ser mejor que la que había tenido. Cada uno de sus compañeros trabajaba con ella con el respeto que se merecía y sin menospreciarla por ser becada.
—Sabes, esto de organizar un baile es agotador —le comentó a Sara cuando llegó con la escalera a su lado.
Sus brazos le dolían a muerte.
—Lo sé, pero el trabajo duro tiene sus recompensas —le respondió su amiga con una sonrisa antes de girarse y colocar la imagen de un candelabro en la pared.
Sí, muy a pesar de lo que quería había ganado la temática de época española, en especial de la edad moderna.
—Por cierto tengo listo el vestido perfecto para ti para esa noche y la siguiente —le dijo su amiga atrayendo su atención.
—No era necesario que lo hicieras. Yo...
—Tú nada —la cortó Sara— Yo quise hacerlo y Joss me ayudó, así que no tienes que preocuparte porque se sienta excluida —agregó dándole un guiño.
Nila negó con una sonrisa, pero no dijo nada más.
Cuando Sara se había ofrecido a darle su disfraz el que Joss se sintiera excluida fue uno de sus principales miedos; sin embargo, la prima de Salvador había pensado en ello y eso significaba mucho para ella.
Eran esas acciones de Sara que hacían a Nila verla como Joss la veía a ella, un rayito de luz inagotable, que siempre brillaba.
Sara tenía una inocencia y bondad únicas que despertaban todos instintos protectores, tal y como lo hacía Darío, a quien había visto un par de veces más desde su primer encuentro y le había prometido ir a recolectar dulces en Holloween.
—¿Sabes de qué se disfrazará Darío? —le preguntó Nila a la chica esperando obtener una respuesta después de todo el pequeño renacuajo, si también le decía así, no había querido decirle y la curiosidad estaba matándola.
—Sí, sé de qué es su disfraz, pero no te diré —le respondió bajando de la escalera— Mi primo fue muy serio cuando nos advirtió no decirte nada.
—Pero yo no le diré.
—Y yo no quiero estar en su lado malo. Es un niño muy dulce no lo quiero molesto conmigo.
—No se va a enterar.
Sara le dio una mirada complicada antes de soltar un suspiro.
—Darío se entera de todo, pero sé de alguien que te puede decir y no sufrir las consecuencias de ese pequeño.
—¿Quién?
—Salvador —le dijo señalando detrás de ella.
Nila se giró para ver al primo de Sara acercarse a ambas.
—Buenas tardes —las saludó abrazando a su prima y dejando un beso en la mejilla de Nila— Parece que todo ya está listo —comentó Salvador mirando el salón que habían decorado para el baile.
—Sep —confirmó Sara pegándose a su primo— Todo está listo para pasado mañana.
—¿Entonces ya te puedes ir? Es tarde y no quiero que tu mamá se preocupe de más —le dijo Salvador a Sara que asintió— ¿Y tú?
—¿Yo qué?
—¿También eres libre?
—Sí, acabé hace rato, solo estaba esperando a Sara —le respondió Nila.
—¿Quieres un aventón?
—¡Claro que sí! —respondió Sara por ella— Nila justo me acaba de decir que está agotada, no vamos a dejarla irse en bus en ese estado. Sería muy feo de nuestra parte —agregó, y aunque Salvador miró a su prima brevemente con sospecha fijó su mirada en ella rápidamente.
—¿Qué dices?
—No veo por qué no —le dijo haciendo chillar a Sara de la emoción.
Su amiga sabía de los sentimientos de su primo por ella y aunque le había dicho que no le correspondía siempre actuaba como una fangirl con cada interacción que tenían.
Los tres salieron de la universidad llegando al auto de Salvador con una conversación ligera acerca de la fiesta que habría. Sin embargo, casi se arruina cuando Nila había querido subirse en el asiento trasero, pero Sara la había empujado hacia el lado del copiloto.
—Sara —tanto Salvador como ella dijeron su nombre con un tono de advertencia.
«Él no es indiferente a los intentos de su prima» pensó Nila viéndolo. Salvador siempre parecía estar un paso delante o tal vez estaban al mismo nivel, solo que ella no lo veía o no le prestaba la suficiente atención como para notarlo.
—Por favor... —rogó la chica y ambos se miraron antes de mirar de vuelta a Sara y ceder.
Karma. Sara era su karma recordándole que siempre había obtenido pequeñas cosas como esas con los mismos trucos.
Por suerte para todos el viaje fue ameno y en cierta parte refrescante, la conversación había sido dirigida por Sara acerca del baile central y la post fiesta de Halloween, por lo que cuando llegaron a su casa Nila se sintió bastante relajada olvidando el dolor de cuerpo que la aquejaba.
—Nos vemos —les dijo despidiéndose de ellos y bajando del auto.
Habían quedado en que ella iría en Halloween por la tarde a casa de Salvador para pasar un momento con Darío antes de vestirse e ir con el chico y Sara a la fiesta central del MCU.
Su teléfono sonó cuando estaba entrando a su casa y Nila lo sacó antes de contestar la llamada con una sonrisa.
—¿Lista para mañana?
—Más que lista —le respondió a la persona del otro lado transmitiendo su emoción en esa afirmación.
Ella ansiaba que llegará la mañana del próximo día que auguraba ser uno de los mejores de su vida.
***
AAAAAAAAAAAAAAAH estamos llegando a una parte que me encanta en la historia y se preguntaran por qué, pues la respuesta es simple. Drama.
¿Qué les parece Sara? También la aman? Yo si la adoro <3
Espero que les haya gustado este cap <3 Si fue así no olviden dejar su voto, comentario, y compartir para seguir creciendo juntos!
Los quiero!!
Au revoir!!!
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