《Relación》

Pov de Lance.

Yo me adelante para ir a surfiar una vez termine de empacar mis cosas. Mis amigos Hunk y Pidge los dejé muy atrás.

Me puse un de mis mas llamativos y cómodos trajes de baño con el corazón a todo dar. Esperanzado de ver entre la clara agua algunas greñas escondidas y  sus brillantes escamas rojizas.

Suspire cansado. ¿El destino sería tan bondadoso conmigo para que lo volviera a ver en ése instante? Eran mis pensamientos en esos momentos. De pronto me dio por rascarme una nalga sin vergüenza. Vaya que los chicos se tardaban mucho. Pero era sensacional sentir la refrescante agua por mis pies y pantorrillas.

Miré el cielo, el atardecer en su punto. Apenas conseguí escuchar algunos suaves movimientos en el agua. Muy ligero pero cercano. Como si una manada de peces nadara por ahí.

Y como si el universo se detuviera en ése mismo instante, bajé mi mirada por enercia y quede capturado en sus hermosos y destellantes ojos violetas. Y su pelo tan oscuro como un ajugero negro en el que podría quedar atrapado cosa que no me parecía mala idea. Sus labios, sus cejas y su nariz tan adorables. Sólo su cuello hasta arriba estaban afuera del agua hasta que poco a poco que casi ni cuenta me daba, se acercaba más a mí por lo que también quedaba más parte de su cuerpo descubierto en el agua. En el fondo esperaba que mis amigos no llegarán en ése momento para romper el ambiente y él se fuera asustado. Quería que nuestras miradas conectadas durarán más.
Yo también me encorve para estar más cerca y sentir su caliente respiración algo que me provocaba un agradable cosquilleo por mi espina dorsal.

Quizás antes lo ignoraba o no le tomaba mucha importancia pero en esos momentos me provocaba ternura y deseo sentir sus cálidos y suaves labios. De un color durazno. Anhelaba saborear los y sentir su pureza. Una gran tentación.

Keith... Mi Keith...— dije con cariño y aprecio.

Sin duda había cambiado pero no lo suficiente para no reconocerlo. Su cabello un poco largo cómo siempre. Su cuerpo bien marcado pero aun conservaba una delgada figura,su piel blanca con un contraste perfecto. Su cola de pez más larga y perfecta. Su mirada reflejaba admiración, curiosidad y algo más. Tan bello que las ganas de acariciarlo eran grandes. Como dije, sus labios podrían ser mi perdición.

Llevé una de mis manos a una mejilla suya para acariciarla con afecto. Tan suave y mojada. Juré ver que sus ojos se cristalizaron. ¿Lloraría por mi?, algo sorprendente pero yo podría hacerlo también. Sin embargo no derramó ningún lágrima sólo sus ojos parecían reflejar aquello. Aunque también lo sentí un poco tenso y... Enojado.

No me sorprendía.

Keith de verdad yo te extrañe, no sabes cuanto detestaba no poder venir acá... Tuve muchos problemas pero... Al fin estoy aquí... Contigo.— explique un poco nervioso pero sincero con una sonrisa nostálgica y amorosa.

Excepcionalmente feliz por poder tenerlo entre mis brazos y escuchar su armoniosa voz pronunciar mi nombre. Quería que él me dijera que igual me extrañaba y amaba tanto como yo. Que siempre tuviera sus ojos puestos en mí. Acariciar su suave piel y cabello. Que mis labios besaran sus cejas, sus párpados, su linda nariz, sus hombros, sus adorables mejillas y sus exquisitos labios. A pesar de que haya crecido seguía siendo mi lindo y pequeño  tritón. Después de todo yo seguía siendo más alto que él de cierta forma y más ancho. Mi sonrisa se agrandó aún más por escenas tan tiernas con Kogane. ¿Estaba mal amarlo tanto?

Su ensamble se volvió un poco mas serio y pensativo incluso desvió su mirada pero mi agarre en su mejilla persistía. ¿Qué tanto piensas, mi adorado tritón? ¿Ves las sensaciones que me causas? O será que ya no... ¿Me olvidaste? Esperaba y no, mi mente en tan sólo pensar eso entristeció mi rostro. Creando una mueca de insatisfacción en mis labios y decepción. Anhelaba escucharte y que me dijeras lo contrario. Pero si que te tardaste un poco. Sólo buscaba de nuevo escuchar tu voz, detestaba tu silencio otra vez. ¿Tenía acaso que volver a esperar para que volvieras a confiar en mí y así podré hablarme de tí?

Al fin volviste a mirarme. Neutral diría yo o no sabía cómo describir exactamente como me mirabas. A veces eras tan difícil de cifrar.
De un momento a otro sentí un golpe en mi mejilla por lo que deshice el agarre de tu mejillas para zobarme mi nueva herida. ¿Qué carajo había sido eso? Aún así me preocupe más por tí que por mi además que no me dolía mucho. Sólo una acción que de verdad me sorprendió y frunciste en ceño como solías hacer.

Lance tonto, ¿¡Sabes cuánto me hiciste esperar!? soltaste brusco.

—L-Lo sé y la verdad que yo- trate de decirte. Si que eres muy temperamental e instintivo. Me interrumpiste.

¡Eres un idiota! — sinceramente me espante por que te veías muy furioso y decepcionado de mí. Llegué a pensar que me odiabas y no querrías volverme a ver. Yo no quería eso. No podría  soportarlo.

— Keith no...

—Te extrañe mucho. Nunca vuelvas a dejarme... Por favor... —sentí sus brazos rodearme hasta mi espalda. Su voz sonó más quebradiza y triste. Me llené de una sensación de culpa pero calidez por el abrazo. Su cabeza acurrucada por mi cuello, sintiendo su respiración y algunas gotas de agua que desprendía su cabello. Me quede inmóvil por unos segundos.

Le correspondi el abrazo, de forma tierna y posesiva. Su piel tan suave y húmeda por el agua. Fresca. Y el olor de su cabello me encantaba. Mis brazos bajaron un poco hasta su cintura. La sensación de protegerlo creció en mí nuevamente. Ése momento no quería romperlo para nada. Estaba tan feliz de que él igual me extrañara hasta pedirme que jamás lo dejará. Tan encantador. Me gusta ser abrazo por él y sentir le entre los míos. Su pequeño cuerpo envuelto en mis brazos. La felicidad iluminaba mi rostro.

Ojalá mis hijas sean tan adorables como tu Keith... Oh mejor, que tu seas la madre de ellas. — sonreí pícaro pero sincero y enternecido. Su cuerpo tembló nervioso. Apostaba que estaba muy sonrojado.

¿¡Por qué dices eso!?— increíblemente se atrevió a mirarme admirando a sí su hermoso sonrojo en ése bello rostro suyo. Aquél que me vuelve loco. Pero aún así, sus brazos seguían enganchados en mi espalda y los míos enredados en su cintura a la perfección como si ninguno de los quisiera romper aquel tacto. Su expresión era tan tierna y linda. Muy linda. Esté chico me volvía (y lo sigue siendo, por cierto) un tonto enamorado. Mordí mi labio resistiendo mis impulsos.

—Ya deberías saber. Te amo. Y no importa como lo haremos, pero quiero seguir a tu lado y... Formar una familia contigo. — dije sincero y cariñoso. Apostaba que mis mejillas igual ardían pues la escena de tener pequeños niños, creaciones nuestras en un hogar me gustaba mucho.

Formar una familia con él sin saber cómo exactamente por que él es un tritón y yo un humano y no se donde meterle la banana... Aún así sabía bien lo que quería. Eso lo vería luego. No se como se reproducen los de su especie pero haría todo lo posible. Ya hasta tenía los nombres de los niños y ni siquiera nos hemos casado.

—Lance... Y-Yo también quiero estar contigo. Y tener hijos tuyos.— dijo extramadamente sonrojado y sus palabras provocaron lo mismo en mí. ¡Dios! Se veía tan tierno y hermoso así apenado. Su confesión fue una de mis maravillas. ¿La octava maravilla?  ¡Den le un premio novel a está belleza!

Es  increíble que todavía no le haya lanzado un piropo, conociéndome sería bastante normal.

No podía seguir resistiendo en no poseer esos labios suyos. Lo necesitaba y sabía que él igual a mí...

Así que sin más tiempo que desperdiciar, apreté sus mejillas con ambas manos y sin dejarle que se quejará, uní nuestros labios en algo profundo y sincero.

Lo necesitaba. Un acto como éste para llevar nuestra relación a otro nivel. Sus suaves y tibios labios sobre los míos. Con tan sólo ése acto sentí un fuerte y agradable cosquilleo recorriendo todo mi cuerpo en busca de más.

Abrí mis ojos para observar como él tenía los suyos cerrados, un lienzo rojizo posando por sus mejillas y correspondiendo tímidamente el beso. Ambos éramos torpes. Lo sabíamos. Nuestro primer beso cosa que me encantaba ser el primero y apostaba que a él también.

Explicarlo con palabras el manojo de nervios o el remolino de emociones que sentía es muy difícil. Sólo puedo decir que nuestro primer beso será algo que jamás pude ni podré olvidar. Algo sensacional, exquisito y hasta prohibido por querer desear aún más de él.

Me adentré más a esa cavidad, mi lengua siendo la dominante. Y la suya queriendo retar me. Húmedo y único podía describir aquello. No sé en que momento se volvió algo carnal, que inició inocente y torpe. Nuestras lenguas parecían almas gemelas en busca de compañía.

Para mí el oxígeno es algo importante si quiero seguir con vida, tuve que separar nuestros labios para obtener aire, dejando un pequeño hilo de saliva que nos conectaban, dejando evidencia de lo que hicimos.

Mi felicidad no podía ser oculta. Keith ya tenía mi corazón en sus manos.

Le sonreí alegre y coqueto.

Le deposite un fugaz y cariñoso beso en su frente.

Te quiero. — solté cerca de su oído. Todavía un sonrojo posaba por sus suaves mejillas sin dejar de ser tierno.

Mis manos pararon al rededor de él, por su cintura sin querer soltarlo. Y las suyas descansaban por mi cuello, algunos de sus dedos acariciaban mi castaño cabello por debajo. Sus labios que una vez se pegaron a los míos ahora formaban una linda sonrisa. Tan bella y única que me parecía todo un bello sueño lo que he estado viviendo. Y no me importaría seguir durmiendo por toda una eternidad con tal de seguir en tan maravilloso sueño. Con tal de seguir a su lado para portegerlo.

—Yo igual, Lance. — dijo el peli negro sin dejar esa linda sonrisa ni despejar sus bonitos ojos color púrpura en mí como si yo fuese su universo entero... Así cómo él es el mío.

Rojo puede representar muchas cosas, una de ellas sería la furia. Lo explosivo. El azul la calma y serenidad. Y sí ambos se combinan pueden hacer un maravilloso morado equilibrado. Como los ojos de mi Keith.

Oh, me gustaría que vieras a unos amigos míos. Puedes confiar en ellos. — le dije con una sonrisa despreocupada y confiada.

Le conté sobre Hunk y Pidge y que no tenía nada que temer. Que podía confiar en ellos y además ya se estaban acercando.

Digamos que presentarlos fue menos complicado de lo que imaginé.  Vaya que ellos se asombraron por ver a mi adorado Keith. Y le hicieron muchas preguntas que hacían que él se ocultará detrás de mí haciéndole ver más tierno e indefenso. Como un gatito curioso pero que se oculta detrás de su dueño.

El tritón sólo se quedaba en silencio pues todavía no se confiaba en ellos. Así cómo la primera vez que él y yo nos conocimos hacer años. Aunque poco a poco empezó a decir algunas palabras para no parecer tan grosero. Pues no quería serlo con mis mejores amigos. Me puse un poco celoso, pues empezó hablar con ellos en cuestión de horas cuando conmigo fueron días. Pero me alegraba bastante que se llevarán bien. Un ambiente agradable. Aunque mis amigos parecían incomodarlo un poco con sus miles de preguntas las cuales incluso yo tuve en su momento así que supongo que era normal sus abundantes dudas.

La noche cayó, al rededor de las ocho inmedia.

—Ya es muy tarde. ¿Debes volver?

—Mm... — hizo un pequeño mohin. Frunciendo sus cejas. Tierno.. Nos vemos mañana Lance. Y... amigos de Lance. — se despidió sacando algunas leves risas de mis camaradas resonaron por el lugar.

Adiós Keith, fue un gusto conocerte. —  dijo con una tranquila sonrisa Hunk, como siempre amigable y con un aura agradable.

— Nos vemos a la próxima... — dijo Pidge para luego intentar murmurarme. —Vaya que es muy lindo tu novio. — me guiñó el ojo, y digo trató de murmurarme por que Keith lo escuchó sacandonos a ambos un sonrojo, más a mí tritón.

Aunque he de admitir que la palabra novio no suena nada mal...

Mejor los dejamos solos Hunk. —  dijo mi buena y para nada desapercibida amiga nerd intentado jalar a mi enorme amigo fuera de la orilla del agua que, es donde nos encontrábamos desde que presente a Keith a mis amigos.

—¿Por? —  soltó confundido. Vaya que es muy torpe para entender esté tipo de situaciones.

Ayudaremos a la abuela de Lance con la cena, necesita tus dotes de cocina. Además hay que darle privacidad a nuestros tortolos mientra se despiden. —  dijo muy insinuasamente. Con una sonrisa maliciosa. Para tener apenas dieciséis años si que sabe mucho sobre estas cosas. Añado que por ser una chica muy lista la adelantaron algunos años en la escuela por lo que estudia el mismo año que Hunk y yo.

— Oh ya veo... Yo me encargo de la salsa y las tortillas. ¡Hoy cenaremos chilaquiles. —  dijo con devoción y entusiasmo para alejarse junto a la chica. Hasta yo me emocione.

Aunque me sentía un poco mal por que mi lindo tritón no pudiera acompañarnos esta noche.
Quede sentado en la orilla de la arena y encima mío mi adorado tritón de ojos violetas. Su espalda por mi pecho y mi respiración caliente por su cuello estremeciendolo. Rodeé su cintura con mis brazos en un acto de protección y posesivo. Con mi barbilla entre uno de sus hombros y cuello acompañado de una boba sonrisa.

Oh Lance McClain, eres todo un loco enamorado. Pero... Me encantaba estar así con él.

Sus manos estaban unidas y sus ojos admiraban las estrellas que adornaban y acompañaban al cielo nocturno. Nos quedamos así por un buen rato. Deseando que no se fuera aunque sabía que mañana lo volvería a ver... A un así no quería que se alejara de mi lado después de tanto tiempo sin verlo. Sin tenerlo en mis brazos. Sin sentir sus cálidos latidos cerca mío. Su esencia cubriendome cálidamente.

Espero verte mañana mi amado, futura madre de mis hijos. — dije para darle un tierno beso en una de sus mejillas y hacer más fuerte el brazo. Ansiando que ya llegará mañana.

Me parecía todavía increíble que ningún otro ser humano aparte que mis conocidos hayan descubierto al tritón. Siempre en las películas descubren a los seres marinos y bla bla bla. Aunque eso no significaba que no estuviera alerta.

—Yo igual... —  murmuró tímido para darme un cariñoso beso en mi mejilla dejando un notable sonrojo. ¿Cómo no amar a esté chico? ¡Si están perfecto! Siento que si algún día muero será por diabetes a causa de su ternura y afecto.

Aunque me costaba despedirme sabiendo que mañana lo volvería a ver, todavía no dejaba de abrazarlo como si nuestras vidas dependieran de ello.

Acaricie un poco sus cabellos negros y admiré de nuevo sus destellantes ojos morados para darle un corto pero afectuoso beso en sus dulces labios y decirle un Hasta luego.

Sólo me quede observando cómo se profundizaba en el mar para regresar a su hogar. Pidiendole a las estrellas volver a verlo.

Recordando con curiosidad que antes de que él se fuera, me dijo que mañana me daría un sorpresa.

Entonces sabía que yo también debería darle una.














[...]
Tiempo sin actualizar, espero lo hayan disfrutado. Hasta la próxima :v

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top