I:《Bahía》
Pov Lance.
Odio a mis padres.
¿Por qué me hacen esto? Dicen "Necesitas aire fresco para despejar tu mente, y alejarte de toda esa tecnología moderna"
¿Y creen que la mejor opción es llevarme durante las vacaciones a vivir en la casa de mi abuela cerca de una bahía? ¡Inaceptable! ¿Qué clase de vacaciones son estas? No me cae mal mi abuela, de hecho, me agrada mucho y más cuando hace postres y me da su importante apoyo en ciertas ocasiones urgentes, pero estar en su... ¿Casa? En un lugar dónde no hay Internet o alguna aparato electrónico que me entretengan durante estas semanas de visita, es algo que la verdad me molesta mucho. Apuesto que ni siquiera hay niños de mi edad para poder jugar con ellos.
Por lo que sé, ella vive sola desde que su esposo, ósea mi abuelo, murió hace un par de años. Pero le dejaron una muy buena pensión. Es increíble que no se haya mudado a otro lugar más estable y bonito, con lo que tiene, desde hace años que estuviera viviendo, incluso, me atrevo a decir, que una una mansión. Ya que también sigue recibiendo mucho dinero por los años que estuvo trabajando en no sé qué.
Bajé de la camioneta con dos maletas, y mi padre me ayudaba con las restantes. Mientras caminabamos entre la tierra evitando algunos charcos de lodo. Hiu. Estaba de acuerdo, en que ambos hemos de traer una mueca de asco.
Nos encaminamos en una sendero de piedras un poco resbalosas. Mientras subíamos a una pequeñísima colina no muy lejos de la orilla del mar. En la puerta puedo observar a mi abuela con una sonrisa llena de arrugas y que, sin embargo es muy amistosa y cálida. O eso creo que quiere tratar de transmitir.
¿Cuántos años es que tiene?
Hace más de tres años que no la veo. Pero ella normalmente es la que nos visita desde la ciudad, es la primera vez que, al menos yo, vengo a su hogar.
Después de que mi padre tiene una breve charla con ella, yo me adentro al lugar dejando un poco de tierra por el suelo de madera... creo que debí haberme sacudido los pies antes de entrar.
Me dirigí a la sala y me siente en una silla de mecer algo angosta hecha de hilos muy resistentes. Mientras me mecía un poco y huelo éste olor poco común que desprende el lugar. Muy hogareño y clásico para mi gusto. O al menos de lo que estoy acostumbrado.
Mi equipaje lo dejé cerca de donde estoy y mi padre no tardó para traerme el resto.
-Entonces hasta dentro de dos meses.- añadió mi padre con una sonrisa amistosa. Supongo que podrá alcanzar un poco de mí.
-Qué le vaya bien de regreso a casa. Cuidaré bien de Lance.- sonrió como toda anciana agradable y comprensible puede ser.
Se despideron con un rápido y algo incómodo abrazo, hasta que mi padre se fue.
Por lo que en breves momentos, el silencio reino entre mi abuela y yo.
-Bien Lance, déjame llevarte a tu nuevo cuarto.- habló mientras me daba una indicación para seguir la. Lo cuál no tardé en captar mientras llevaba dos de mis maletas.
Caminamos un poco más, recorrimos como dos o tres habitaciones más y cruzamos un pasillo. Ésta casa tiene tan sólo una planta, pero es bastante amplia por dentro. Más de lo que pensé.
Abrimos la puerta y pude ver lo que sería mi habitación.
Una cama un poco chica pero lo suficientemente amplia para un niño de mi edad. El espacio no era mucho. Una sola ventana. Y otros detalles no muy importantes que mencionar.
Sin duda, no estaba para nada acostumbrado a éste tipo de... cosas tan simples sin moda. No se si pueda soportar vivir así...
(...)
Después de haber terminado de empacar lo cual tarde y fue muy aburrido, sin mencionar que agotador así haberlo hecho solo yo, mi abuela me enseñó todo el lugar. Donde quedaba su cuarto, la cocina, el baño, el cuarto de invitado, el otro baño, uno dónde guardan herramientas y cables que a mi parecer es algo grande, etcétera.
La verdad, recordar estos lugares no será para nada difícil.
Por desgracia, no me dejaron traer absolutamente nada como mi móvil, lapto, computadora portátil o alguna otra cosa. Que crueles pueden llegar hacer los padres.
Me senté en un sillón rojo de la sala mientras observa el pequeño y antiguo televisor. Apagado. Realmente no me animaba a encenderlo y ver algún canal. Sólo quería estar en silencio. Tranquilo.
Miré hacía la ventana más cerca y me dí cuenta que la noche pronto caería.
-¿Qué deseas cenar?- me preguntó la mujer amablemente. Mientras limpiaba sus manos con un pañuelo blanco. O quizás gris. No podía distinguir muy bien el color.
Iba a contestarle algo como una pizza o wafles, pero quizás ella no tiene los suficientes ingredientes para prepararlos o sepa el número de la pizza.
O quizás no haya algún establecimiento cerca de aquí para poder ordenar una.
-¿Qué hay?-pregunté con interés. Mientras sonreía de medio lado.
-Cereal, atún, pan, jamón, queso, chuleta, caldo de verduras...- empezó a mencionar y antes de que pudiera mencionar otro producto, la interrumpí con gentileza.
-Un sándwich por el momento me vendría bien.
-Bien. ¿Con jugó naranja o limonada? ¿Quizás leche?
Tampoco soy un niño pequeño para acompañarlo con leche.
-Jugo de naranja.
Ella asintió pero antes de que abandonara la habitación le hablé.
-Oye, sabes si hay alguna clase de centro comercial, parque de diversiones o niños con quien divertirse para entretenerme?
-Mmm... ¿cuántos años es que tienes?
- Cumpliré 13. ¿Y usted?
-Sigo siendo joven. Tengo cincuenta y cuatro años. Y respondiendo a tu pregunta... si hay centro comerciales y parques pero no soy muy grandes como los de la ciudad. No están tan lejos de aquí. Aunque los niños no suelen salir a divertirse, sin mencionar que son muy pocos y más... jóvenes que tú.
- ¿Cómo?
-Quizás tengan entre cinco y nueve años.
-Ah... creo que moriré de aburrimiento. - hice una mueca infantil y de aburrmiento.
-Quién sabe... quizás vivas una aventura si te atreves a explorar. - trató de animarme.
-Ésto no es una película de aventura dónde eres el protagonista que se queda con la chica. Aunque... sería muy lindo que... ¿Hay chicas por aquí? -pregunté curvando una sonrisa de gato. Un tanto coqueto.
- Haha, creo que sí pero son mayores para ti.
- Mm... mejor siga con su labor de la preparación para el sándwich.
(...)
Después de la cena y dar le otro pequeño recorrido a la casa, decidí ir a mi habitación para acostarme en la cama y descansar un poco.
Viendo el techo de madera y algunas telarañas sin arañas, mis pensamientos vagaron en un sin fin de ideas. Sabía que estas vacaciones serían muy aburridas. Que no serían como en esas películas donde cosas increíbles te suceden o conoces a tu primer amor en la vida. Aunque ahora que lo pienso mejor... supongo que sólo debo seguir en armonía y no meterme en algún problema. Aunque quizás poco a poco vaya descubriendo alguna clase de pequeña adicción sin darme cuenta.
Sin intención alguna, fui cerrando mis ojos para, según yo, estar mas tranquilo. Pero sin darme cuenta, me había quedado dormido.
(...)
Al despertarme logré sorprenderme al ver por mi ventana la poca claridad que había. Debía ser demasiado temprano para que el sol todavía no logrará salir.
Salí de mi habitación para ir a la sala, me encontré con mi abuela en el sofá viendo el canal de noticias mientras tejía algo. Por lo que pude ver, ya que en las noticias se mostraba en una esquina la hora del día.
Se mostraban que eran apenas las seis de la mañana.
Es la primera vez que me levanta tan temprano por voluntad propia sin recibir alguna amenaza u otra cosa que me haga reaccionar.
Ella me saludo con unos "Buenos días" y yo le conteste de igual manera. Decidí ir a la cocina para buscar algo que desayunar. Quería algo rápido y muy ligero, así que opté por comer cereal con leche.
Cómo era de esperarse, no tarde y al terminar dejé el traste en el lavado.
Regrese a la sala observando que mi abuela aún seguía en lo suyo, yo respire con pesadez y aburrimiento total.
- Si gustas, puedes salir y caminar por la bahía. Pero no te alejes mucho, todavía no conoces los alrededores. - me aconsejo la abuela viéndome por unos instantes. Le sonreí algo forzado. Sabía que ella quería verme feliz.
-Está bien. Vuelvo pronto.
Al menos eso me serviría para entretenerme por un rato. Quizás, aunque lo dudo mucho, encuentre algún artefacto valioso y adictivo que me des aburra.
Salí de la casa mientras veía lo que había frente mío, el camino de rocas que bajaba la baja colina. Se rodea la arena y un poco más allá, la orilla del mar que invitaba a entrar más al agua para divertirse y demás. Bajé el camino de rocas con cuidado y sin prisa, hasta llegar a la arena, respiré profundo mientras observaba cómo algunos rayos del sol lograron filtrarse en todo el lugar. Ya estaba amaneciendo. Y desde mi punto de vista, era realmente hermoso el pequeño paisaje brindado desde donde yo lograba ver.
Recorrí unos 10 metros de distancia, al menos eso digo yo, hacia el lado derecho de donde me encontraba frente al mar. Yendo detrás de la casa de mi abuela.
Se notaba el mar totalmente tranquilo, apuesto que en otros días estaría más movido con enormes y divertidas olas. En alguna ocasión entraré al agua para poder divertirme y disfrutar del agua. Me quité mis zapatos dejándolos a una distancia considerable para que el agua de la orilla del mar no los arrastrarán. Mis dedos sienten la fresca y encantadora arena alrededor. Sin pensarlo mucho y con una media sonrisa de lado, decidí dar unos pasos para sentir el agua tocar mis tobillos. Por el momento, no quería adentrarme más al agua.
Miré abajo viendo la poco agua salada pasar por mis pies, estaba fría sin dudas, y no me sorprendía. En donde me encontraba, la marea subía y bajaba, dejando algo de arena encima de mis pies.
Alcé la mirada queriendo disfrutar un poco más del inmenso mar. Aunque logré visualizar algo que no podía identificar a la primera. A la lejanía podía observar... una persona... Creía. Pero el mar lo traía cada vez más, a la orilla de la arena, yendo a dirección, un poco mas a mi derecha. Pero todavía no estaba lo suficientemente cerca.
Y al parecer... era un niño. Quizás de mi edad. Me parecía increíble de que manera era traído por el mar hacia la orilla sin ser ahogado. O eso creo... por que la verdad parecía estar muerto.
Tal vez, inconsiente. Claramente si alguien más estuviera ahí, sabría perfectamente lo sorprendido que estaba. Apenas podía moverme aunque no sabía que hacer... Sentía curiosidad y emoción por ir acercarme para ver con más detalle que sucedía.
Desde donde me encontraba y el niño también, sólo podía ver la mitad de su cuerpo, como si de la cintura para abajo el agua quisiera ocultar algo.
Mis pensamientos sonaban muy estúpidos e ingenuos. Pero tan sólo era un niño de doce años que dentro de poco cumpliría trece. Y en esos momentos aquel detalle casi muy importante en mi vida, fue olvidado por la extraña preocupación y curiosidad que invadían mi cuerpo esa vez.
Aquel amanecer donde me había encontrado a ese niño traído del mar.
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Feliz cumpleaños tío aunque sé que jamás leerás esto.
Esté fanfic tiene meses que lo tengo guardado y escrito. Era hora que publicará por lo menos la primera parte. :v
Oh, no sólo soy yo quien realiza esté fic, también es ella, con la que comparto wattpad. Chido ¿no?
Actualizaciones lentas y errores ortográficos.
Publicado:
1, Junio, 2017, jueves.
Mañana entregan calificaciones D:
No me preocupo pero de ingles sí.
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