《Hogar》
Pov de Lance.
Desde muy temprano (muy para mi gusto, aunque si es por Keith no me afectaba), junto a mis amigos que no dejaban de molestarme con mis cambios de humor ya que me hallaba demasiado contento por cierta personita; el caso que me ayudaron o más bien me acompañaron para ir a comprarle algo a mi Keith.
Y supe desde el inicio lo que le daría. Y sólo podía escuchar los abucheos de mis amigos por el obsequio. ¿Tan obvio soy?
Sólo esperaba que le gustará.
[...]
Era tarde pero no lo suficiente para que el sol se ocultará aún. Calculando las cuatro de la tarde. Mi abuela me había dicho que últimamente durante las vacaciones la bahía no es muy visitada ni por los pesqueros. Cosa que agradecía. Y también me informó que Charlie, su hermano se había partido desde hace meses en busca de un antiguo libro que hablaba sobre ciertas criaturas, monstruos.
Según mi abuela, incluso hasta mis dos íntimos amigos nos pusimos a escuchar lo que decía con interés, aquel libro que tenía cierto título que ahora no recuerdo, mencionaba sobre cosas que a cualquiera le parecería de fantasía y acción sacadas de una películas. Criaturas temibles y poderosas. Algunas de ellas habitaban en una realidad alterna, diferente a la de nosotros. Al principio admito que parecía algo incoherente; antes no hubiese creído nada de eso. Pero si las sirenas y tritones son reales, eso significa que los monstruos que menciona aquel libro... También lo son.
Los que apenas logré recordar al igual que mi abuela fueron solo unos cuatro. Los resumiré para no aburrí los ya que se me hace imposible no hacerles una pequeña mención.
¿Creen en aquel ser llamado el "coco"? Un invento de nuestros mayores, pensaran algunos. Pues en ése libro se menciona con un origen diferente al que creemos y con hechos más horribles que harán temer a cualquier ser valiente y fuerte. También está un ser maligno con nombre mas común y normal, supongo. Le dicen "Jhonny". No me mencionó exactamente lo que hace o su historia, ella tampoco lo sabe, apenas y pudo recordar el nombre de tal ser. Otro que tiene apariencia de una isla. Eso sí me parece inimaginable. Y el último que es uno de los pocos que según puede viajar entre las realidades y universos. El más antiguo de todos y por lo tanto, con más conocimiento que cualquier ser humano. Según, su apariencia la gran mayoría de las veces puede parecer totalmente inofensiva, simboliza la paz. Pero que en realidad, hace más daño de lo que uno puede creer. Tiene la apariencia de cierto animal que... No puedo recordar.
Aquello me llamó mucho mi interés, si vuelvo a ver a mi abuelo seguro le preguntaré más sobre aquel tema. Y por el momento, sólo debía disfrutar del presente.
Esperaba que los tamales de Hunk no me cayeran mal, debía verme presentable y estar mas tiempo posible con mi adorado tritón de hermosos ojos violetas.
Esperaba con total paciencia. Mi abuela estaba adentro de la casa descansado después de haber almorzado. Mis amigos todavía seguían afuera tomando aire fresco y charlando conmigo sobre temas triviales.
Hubo un momento donde Hunk le pidió a Pidge que la acompañará al mercado para comprar más carne para el desayuno de mañana cosa que quedaba lejos de ahí. Yo tuve que rechazarlo amablemente pues, debía estar para cuando mi Keith llegará. No perdería tiempo ni en ir al baño a cagar.
Poco a poco el cielo se tornaba como un verdadero atardecer, hace no mucho que mis amigos se habían marchado y probablemente se tarden aún más sin considerar si el lugar estaba posiblemente lleno de gente.
Mis pies tocaban el agua de la bahía ya que me hayaba sentado en la orilla de la arena. Miré el cielo en busca de una estrella fugaz para asegurar aún más mi futuro con mi amado Keith. Ahora que podía creer en seres mágicos, pedirle a una estrella fugaz un deseo y que te lo cumpla me parece algo realista. Necesitaba saber que él y yo siempre seguiríamos juntos a pesar de pasar por muchas dificultades.
Sonreí levemente, emocionado al imaginar la reacción de mi novio.
Sabía que a mis padres les fascinaria conocerlo, no eran ni son homofobicos. El único detalle sería que es de... Otra especie, pero creía que lo entenderían.
Esperaba que las cosas no fueran tan precipitadas. Por que de verdad, quería compartir mi vida con Keith. Que él fuese la razón de mis sonrisas y mi paciencia.
Baje la mirada y pude divisar a lo lejos algo que hizo que me aventurara al agua.
Me acerqué a él y lo miré con admiración y cariño. Él sólo me sonreía tímido pero sincero. Una de mis manos las tenia en uno de los bolsillos de mi short, para que no se cayera mi obsequio.
— ¿Y cuál es la sorpresa que mencionaste? — le pregunté ansioso y divertido. Sin despejar mi vista de él.
— Tuve un seria charla con mi familia sobre un tema importante... — comenzó a explicar con seriedad cosa que me preocupó. Yo sólo atiné a asentir para que él siguiera explicando. — Al final ellos entendieron que mi felicidad está aquí, contigo. Y me dejaron quedarme. Y gracias a mi hermano que también me ayudó mucho a convencerlos aunque él tampoco parecía muy convencido al principio. — sonrió satisfecho pero yo apenas podía procesar la información.
No es que no me alegrará la idea, simplemente me preocupaba como esconder a un hermoso tritón de Keith de gente que lo querrá para venderlo o hacer experimentos con él. Además mi intención no era alejarlo de su familia, aunque suponía que los pájaros deben dejar el nido.
Y como siempre, él pareció leer mi mente y me sonrió comprensivo.
— Por eso, me dio ésto. — dijo sacando entre sus manos un coral de color blanco con extraños símbolos y letras grabadas en él.
— ¿Qué es? — dije curioso.
— Algo que me ayudara a no tener problemas con tu especie. — me respondío pero yo seguía aún confuso. — Sólo observa y acercarte más. — me sonrió dulce para calmarme y le hice caso aún un poco preocupado.
Juntamos nuestras frentes y miramos abajo, donde él sostenía el coral dentro del agua. Pasó algunos segundos y aquello parecía brillar increíblemente debajo de esté.
Una clase de estela rodeó el cuerpo de Keith; como chispas color azul. Algo mágico así como mi amor por él.
De repente la luz se apagó, Keith perdió el equilibrio y se sujetó de mí con sus brazos por mis hombros con fuerza. Yo sujete sus caderas con extrañes y preocupación.
— ¿Éstas bien? — le pregunté. El sintió.
Pude ver que ciertas partes de su piel escamosa habían desaparecido. Lo cuál me alertó y ya no habían señas de su cola de pez bago el agua.
Será que él...
— Ahora, soy humano como tú Lance. Y podemos ser felices. — me dijo sincero y tímido. Lo sujete con más fuerzas. Nuestros cuerpos rozaban. Su cabeza estaba a un costado de mi cuello.
Yo me permití observar por debajo de su cintura y efectivamente, él era (es) humano... No evité sorprenderme, conmocionarme y sonrojar me.
¿Había hecho todo eso por mí? Pensé. De verdad que soy el hombre mas feliz del puto universo. Y sólo esperaba que mi obsequio no se haya caído cosa que dudaba pues todavía lo sentía ahí.
Ahora tenía a un pequeño ( bueno, más bajo que yo), tierno y desnudo Keith en mis brazos. Prácticamente sentía su miembro rozando con el mio (aunque el mio estaba cubierto por la tela del traje de baño), y por eso estaba sonrojado. El agua se evaporaria por el calor que estaba teniendo mi cuerpo en eso momentos.
Podía entender por qué Keith había perdido el equilibrio, no estaba para nada acostumbrando a tener piernas. Unas delgadas y sexys piernas. Sería como enseñar a un bebé a caminar. Adorable.
— Te amo Keith, todo estará bien. Te llevaré adentro. — le dije mientras lo cargaba el estilo princesa, intentando desviar mi mirada de su entre pierna aún con un fuerte sonrojo en mi rostro.
Uno de mis brazos por su suave y perfecta espalda, y la otra por sus piernas, rozando con su resaltable trasero.
Juraba que me iba a sangrar la nariz.
Dios, esté chico sólo quería despertar lo que tengo entre las piernas.
Me decía: "Recuerda Lance, el que persevera alcanza." Mientras me dirigía a la casa.
Keith se veía tan endemoniadamente adorable con su precioso sonrojo y entre mis brazos. Y aunque ya no era un tritón, seguía siendo mi amado.
Mi humano favorito.
[...]
Mi tierno Keith se hallaba derramando lágrimas. Y antes de que me quieran dar con la chancla de mamá, aclaró que él está llorando de felicidad.
Parece que le encantó el obsequio, y a mí el hecho de que haya aceptado estar conmigo para siempre un poco más formal. Ahora hay un anillo que nos une como en matrimonio.
Claro, Hunk, Pidge y mi abuela llegaron y les explique todo lo ocurrido. Ellos al final me felicitaron.
Y luego Pidge me golpeó por ver desnudo al "novio" antes de la luna de miel. Y eso que le explique que no fue cosa mía.
No me importaba ser muy joven para dar paso tan importante en mi vida. Yo sabía bien lo que deseaba.
Después de todo, ya no odiaba a mis padres por haberme enviado con mi abuela hace años como lo dije en un principio. Ahora adoro a esos condenados viejos ya que de cierta forma gracias a ellos, lo conocí.
Debo pensar en como darle nietos a mis padres como ellos siempre han querido. No me preocupó mucho por ello.
Como decía, ya sabia bien lo que deseaba.
Y eso era estar siempre con mi familia, mi hogar y eso era precisamente Keith.
Mi hogar.
[...]
— Y se podría decir pequeñas creaciones del Dios Chimichanga, que ésa es la historia de como conocí a mi amado Keith, ósea su mami. — terminé de contar con orgullo y melancolía a unos pequeños niños que se hayaban a mi lado.
Quería que les contará una historia para dormir, y ¡BUM! Papi Lance les contó una maravillosa historia que me llevó casi tres horas contarla.
Soy el mejor. Aunque Keith también me ayudó en ciertos momentos para descansar mi garganta, pero en todo caso yo conté gran parte fundamental de la historia.
Victoria tiene siete años, ella heredó más rasgos de Keith.
Mientras que mi pequeño Rick de seis años, los míos. Aunque sus actitudes son únicas. Rick tiene ésa seriedad y peramento de Keith mientras que mi hija es mas activa y alegre.
Ahora soy una feliz padre de familia veintinueve años. Y si saben matemáticas ya sabrán a que edad Keith y yo tuvimos hijos (recuerden que él es un año menor que yo).
En fin, nuestros adorables hijos apenas podían pegar el ojo por contener la emoción de tal historia. Aunque mi amado esposo me había regañado por decir ciertas cosas un tanto subidas de tono en la historia. Como cuando me calentaba y eso.
Le dí un beso en sus labios que él me correspondió, y lo hice un poco mas apasionante. Más intenso. A él tranquilizó pero a mí,me encendió.
—Oh, nuestros padres se están mostrando amor. — dijo la linda Victoria con una tierna sonrisa, Keith escogió su nombre.
—Creo que van a tener su momento para aparearse. — comentó Rick. El siendo el más pequeño y joven de la familia ya sabe sobre esos temas.
El alumno superó al maestro.
Eso se detuvo a Keith mientras regañaba al pequeño Rick sobre su comentario todo rojo de la cara. No sé si por el enojo o la vergüenza mientras yo le daba caricias en su trasero.
— Oh, creo que papi Lance quiere que ustedes tengan más hermanitos. — les dije mientras apretaba el agarre de su cintura coqueto.
— ¿De dónde salen los bebés? — preguntó mi hija a Keith y a mí.
— Eso es algo que no debes saber. — respondió mi greñudo indiferente y con el ceño fruncido.
Keith no irá a dormir sin antes hacerle el amor. Quizás así se le quite su repentino mal humor.
Pero estoy feliz. Por que después de todo lo que viví y experimente, al final del camino me quedé con él.
A quién le prometí un amor eterno al igual que él a mí.
Es hora de comer.
Fin de la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top