13. Mi mejor regalo

El tiempo corría rápido.
Ya habían recorrido St. Louis, Knoxville, Hollywood, Atlanta y Biloxi, y ahora se encontraban en Kansas.
Pero Beta les pidió hacer un espacio a algunos de los trabajadores, puesto que el cumpleaños de Axl se atravesaba justo en esas fechas.

Era 6 de febrero del 2025, día en el que Axl Rose cumplía 63 años.
Con cada viaje, las pláticas nocturnas entre Axl y Paris se hacían cada vez más frecuentes, y junto a eso, también comenzaron a compartir el avión por mera costumbre. Paris era muy tímida, pero por suerte ya había logrado entablar un agradable lazo con Slash y su novia Meegan, quien le parecía una mujer muy amigable. También, Melissa le parecía una chica muy divertida, y era lindo ver cómo Axl la trataba como si fuera su hija.

La noche anterior Paris se había desvelado buscando pastelerías cercanas al hotel de la ciudad en la que se encontraba, no conocía ningún lugar de ahí, pero por suerte pudo encontrar un local. Se despertó muy temprano y fue a comprar un pastel cubierto de betún blanco con fresas rebanadas encima y una vela, no sabía por qué, pero las fresas le habían recordado a Axl. Luego siguió caminando y encontró una tienda de joyas a unos metros de ahí.
Sabía que a Axl le gustaban las joyas, y que seguramente debía tener muchísimas valoradas en miles y miles de dólares, pero ella no tenía tanto dinero, asi que se decidió por una linda pero sencilla cadena de plata, que le entregaron en una cajita azul muy bonita.
Después de todo, sus padres siempre le habían enseñado que debía celebrar los cumpleaños de sus amigos, y no dejarlos pasar como un simple día más.
Porque sí, en este punto, Paris ya consideraba a Axl como alguien cercano.
Y después de todo lo que él había hecho por ella, sentía que le debía un agradecimiento.

Regresó al hotel con ambas cosas, y llamó a Beta.

"¿Hola?" Saludó.

"¡Paris, querida! ¿Todo en orden?"

"Todo bien. Oye, ¿Estás con Axl?"

"Eeh, no, de hecho estoy con Fernando, Vanessa y Melissa, estamos buscando algunas cosas para decorar la habitación de Axl antes de que despierte."

"Me parece excelente..."

"¿Por qué la pregunta? ¿Necesitas contactarlo?"

"En realidad, quería saber si ya había despertado. Le compré un pastel..."

"¡Ah qué linda! Que bueno que nos dices, porque nosotros también planeábamos comprarle uno. Y no, no te preocupes, no creo que Axl se despierte pronto... Con esas desveladas que se da últimamente por estar contigo, y toda la energía drenada por los conciertos, últimamente se despierta bastante tarde."

Paris no pudo evitar soltar una risita traviesa ante su observación.

"Bueno. Entonces avísenme cuando estén aquí, ¿Va? Para ir a despertarlo todos juntos."

"¡Perfecto! Gracias Paris, yo te llamo cuando estemos de regreso."

[...]

Su celular sonó, despertándola de su plácido sueño.
Miró la hora, eran las 2 p.m. ¿Tanto tiempo había dormido?
Contestó con algo de dificultad, era un número desconocido.

"¿Si?"

"¡Paris! Para avisarte que ya estamos terminando de decorar, ven rápido con el pastel"

Era Melissa.

"Ah... Claro, sí, allá voy." Dijo, y colgó.

Se talló los ojos y se levantó rápidamente, tenía que ir rápido, no quería estropear la sorpresa.

Llegó al cabo de unos 10 minutos, en lo que caminó hasta el hotel y subió todas las escaleras. Tocó la puerta suavemente y le abrió Vanessa, haciendo un gesto de silencio. Paris entró, y miró a los gatos de Axl y al suyo caminar libremente por la habitación, y sonrió al ver que últimamente se estaban llevando muy bien. Cuando todo estuvo listo, Beta se acercó a despertar a Axl, pues, según ella, era mejor a despertarlo con un grito.

—Axl... Psss, querido...—Beta lo movía suavemente del hombro.

—Mmmhm—Axl se quejó y se dió la vuelta.

Paris se mordió los labios para no reírse ahí mismo.

—Axl, hijo, despierta, nos llamó producción...

—¿Qué coño quiere producción?— Habló por fin, y abrió los ojos con dificultad.

—¡Sorpresa!— Exclamaron todos, a lo que Beta sonrió y se hizo a un lado para empezar a grabar.

—Ay...—Dijo Axl, al recordar que justo ese día era su cumpleaños. Lentamente se sentó sobre la cama, y se quedó helado al ver a Paris ahí.

Paris encendió la velita y comenzó a cantar en español.

"Estas son las mañanitas
Que cantaba el rey David
A los cantantes más lindos
Se las cantamos así:
Despierta, Axl, despierta
Mira que ya amaneció
Ya los pajarillos cantan
La luna ya se metió."

Axl recibió el pastel con una sonrisa de confusión y ternura, puesto que no entendió nada de lo que le cantó.

—¿Qué es esa canción?

—Son Las mañanitas, la canción que cantamos en los cumpleaños en México... ¿Nunca te las habían cantado?

—Nunca en mi vida.

—Siempre hay una primera vez.—Le sonrió.

—¡Axl! ¡Pide un deseo!—Gritó Melissa desde la esquina del cuarto.

Axl miró la vela del pastel y cerró sus ojos.

—Deseo que mis gatos siempre estén bien, y que nunca pierda a ninguna de las personas que están presentes en esta habitación.

Y sopló la vela, seguido de los aplausos de todos. Y Beta dejó de grabar.

—Joder, Beta, me hubieras avisado con tiempo. Al menos habría tenido tiempo de peinarme.—Expresó Axl, mientras se acomodaba el cabello con las manos, riendo avergonzado.

—¡Ay, por favor! Siempre es casi imposible despertarte.

Axl sonrió y los gatitos subieron a la cama, a lo que Paris cargó el pastel y se lo entregó a Fernando para que los gatos no fueran a comérselo.

—Por cierto.. uhm...—Paris sacó la caja de los bolsillos de su sudadera, y se la entregó.—Feliz cumpleaños, Axl.

Axl tomó la caja con los ojos abiertos de par en par.

—¿Me compraste un presente?

—Hice lo que pude...

—Awwh—Dijo Axl, tocándose el pecho, y todos rieron por lo tierno y cómico que se miraba.
Axl abrió la caja y sus labios se entreabieron también, tomando la cadena plateada entre sus manos.

—Espero le guste... Es de plata.—

—Es muy hermosa.—Dijo Axl. Luego se la extendió a Beta.—Beta, ponla en mi camerino por favor. Me la pondré en el concierto de esta noche.

—Muy bien.—Dijo Beta, tomando la cadena y guardandola.

—¿Y bien? ¿Cuáles son los planes después de esto?—Preguntó Fernando, con interés.

—¿Planes? Mmm... Pues hoy es un día de trabajo...—Dijo Axl, ladeando su cabeza, pensativo.—Tenemos concierto esta noche.

—Yo puedo buscarnos un lugar para un after.—Dijo Vanessa, entusiasmada. —Donde solo estemos nosotros y los de la banda, ya sabes. Y alcohol.

—Lo último me agrada.—Dijo Axl, y nuevamente todos rieron.

—¿Entonces sí?

Axl se quedó callado un momento, pensando, y luego respondió.

—Está bien. Avísale a Slash y a los demás.

[...]

Por fin había terminado el concierto, y Paris no podía estar más cansada. Sus piernas le dolían, eran las 12:30 de la madrugada y apenas se habían comenzado a ir los fans. Por ser el cumpleaños de Axl, tuvo que estar recogiendo los regalos que los fans habían llevado para evitar que los lanzaran al escenario y que fueran a lastimar a alguien, además Beta le había dicho algo así de que no había cosa que descontrolara más a Axl que le lanzaran cosas al escenario, más si eran cámaras.

Finalmente, cargó las bolsas con los obsequios hasta detrás del escenario, y ahí se encontró a Marco y a Stefanny.

—¡Paris! Por fin apareces. ¿Todo bien?

—Estoy muerta de cansancio.

—Nosotros también.—Dijo Stefanny con un puchero.—¿Vas a ir al after de Axl?

Paris suspiró y se tronó la espalda.

—Sí, tengo que ir.

—Uy uy, no te vaya a pegar tu novio.—Se burló Marco.

—¡Shh! No digas estupideces. Quedé desde la mañana en que iba a asistir, eso es todo.

—La verdad yo no creo poder.—Dijo Stefanny.—De verdad que tengo mucho sueño.

—Yo también. No dormí bien anoche.

—Entonces supongo que nos dividimos aquí.—Dijo Paris, y abrazó a ambos de sus amigos.—Cuídense, ¿Sí? Descansen bien.

—Igual tú, que te vaya bien en el after, no tomes mucho.

—No lo haré.—Sonrió Paris, y subió las bolsas a las camionetas del equipo, mientras que Stefanny y Marco se fueron al hotel en un Uber.

[...]

Ya eran la 1:45 de la madrugada y estaban todos menos Axl, pero no era de extrañarse, él era de todo menos puntual, incluso si se trataba de su propia fiesta.
Era un antro muy pequeño, había algunas chicas, chicos, Beta y sus hijos, Duff y Melissa.
Paris estaba sentada en silencio, observando a todos mientras se tomaba un shot de tequila con un poco de limón.
Después de unos 10 minutos escuchó un poco de alboroto, miró hacia la puerta y era Axl acompañado de Dizzy Red, y todos los presentes se acercaron a felicitarlo y darle palmadas en el hombro o espalda.
Ella sonrió, pero no se acercó, puesto que ya lo había felicitado por la mañana.
Casi de inmediato, como 5 minutos, entró una cabellera reconocida mundialmente, Slash, quien se acercó a abrazar a Axl, y le extendió una cajita mediana, la cual el colorado agradeció con singular alegría.

—Me encanta verlos juntos.—Dijo Melissa, sosteniendo una sonrisa enternecida.

—¿Cuántos años tienen de amistad?

—Se conocieron en sus 20s.

—Wow, una amistad muy larga entonces.

—En realidad...—Melissa hizo una mueca.—Estuvieron peleados desde 1996 hasta 2016.

—¿Qué?—Paris elevó ambas cejas.

—Sí... Tonterías de diferencias de carácter y cosas sin hablar.—Melissa rodó los ojos.—Pero sí... Luego se reconciliaron y ahora se llevan bien otra vez. La verdad, yo diría que ambos se aprecian muchísimo.

—Lo noto, Slash siempre parece estar en confianza con Axl.

—Y lo está, ambos han pasado por muchas cosas difíciles. Slash siempre estuvo abierto. Pero Axl no lo quería ni ver.—Melissa suspiró, pero luego se sacudió. —¡Pero en fin! No pensemos en eso. Hoy es una noche para celebrar, ¿O no?

Paris iba a responder, cuando de pronto Axl se acercó a ambas.

—Paris, viniste.—Dijo con una sonrisa amable.

—Claro, no iba a dejarlo abajo.

—Ya vuelvo.—Dijo Melissa, y se retiró de ahí, dejando el banco libre.
Axl se sentó a su lado.

—¿No estás cansada?

—Sí.—Admitió Paris con algo de vergüenza.—¿Y usted? Cantó como una bestia hace unas horas...

—Aprecio tu opinión.—Dijo Axl, sonriendo, y acomodándose con las rodillas apuntando hacia la chica.—Pero, ya estoy acostumbrado. Sí estoy un poco cansado, pero me prometieron una buena botella así que...

Ambos se rieron en complicidad, y así se pasaron las dos horas siguientes

Ya para las 4 de la mañana, la música sonaba fuerte, Axl estaba animado por los tragos y habían cenado un poco de pizza.
Beta ya se había retirado a dormir, y Slash se había ido del lugar hace ya media hora.
Paris se sentía contenta de estar pasando el rato con su jefe, pero los ojos ya se le estaban cerrando, cosa que Axl notó.

—Déjame abrir los regalos y luego le digo a mi chófer que nos lleve.—Le dijo, a lo que Paris asintió.
Axl abrió primero el regalo de Slash, era una figura pequeña de Jesús crucificado, cosa que le extrañó a la chica.

—¿Eres religioso?

Axl se giró a verla mientras sostenía la figura en sus manos.

—En realidad—explicó—Más bien tengo una extraña afición a coleccionar figuras religiosas. Más específicamente cruces o cristos.

—Nunca había conocido a alguien que hiciera eso.

—Me parecen lindas decoraciones.—Axl se encogió de hombros.

Siguió abriendo los regalos, quedaban 4 más. Obtuvo algunos perfumes, pulseras, y anillos. Agradeció y terminó por guardarlos todos en una misma bolsa. Se relamió los labios, dudando en si decir lo que quería decir o no, pero al final decidió que sí.

—Sabes, Paris, estos regalos son muy lindos.—La chica lo escuchaba atentamente. Para este punto, ya todos se habían ido del lugar.—Pero mi mejor regalo es que tú estés aquí.

La chica no supo qué decir, las palabras se quedaron atoradas en su garganta. Lo único que pudo hacer fue sonreír, y sintió sus mejillas arder.
Axl también se sonrojó un poco, y se notaba por lo blanco que era.
Paris se dedicó a verlo atentamente, si se comparaba con su yo del pasado, realmente no era tan diferente...
Seguía teniendo la misma nariz, la misma quijada, los mismos labios, y unos hermosos ojos verdes. Lo único que cambiaba era que su piel estaba un poco arrugada, y su cabello era corto.
Pero seguía siendo tan apuesto como siempre.

Sin saber cómo, se quedó tan inmersa en sus facciones que no se dió cuenta que las tenía cada vez más cerca.
Axl se estaba inclinando, y ella, sin controlarlo, también.

Estaban a punto de besarse, cuando de pronto la puerta se abrió abruptamente y ambos se sobresaltaron.
Era Jordan.

—Perdón... S-solo quería saber si estaban aquí...—Se excusó el hombre, avergonzado por haber interrumpido el momento.

—A la próxima toca.—Fue lo único que dijo Axl, molesto por la interrupción.—Vámonos, Paris.

Paris bajó del banco, todavía aturdida, y ambos siguieron al hombre para que los llevara al hotel.

Hola, después de tanto.
Si les soy sincera, ya no sabía cómo seguir la historia y hasta estaba empezando a pensar en borrarla, pero el reciente cumpleaños de Axl y una foto suya que miré me inspiró.
Disfruten :)


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