Capítulo 22

A la mañana siguiente me puse a pensar en las maneras de contactar o rastrear a Lorna. Ned no podía hacerlo, lo habia intentando una vez y no resultó nada, pues no se encontró registro alguno. Quizás yo pueda hacerlo, por el rastro de poder que ella deja al usar su poder.

Bajo las escaleras con prisa, los chicos se encontraban desayunando en una de las mesas, al verme sonrieron e hice lo mismo con ellos, fui a la cocina a prepar un poco de café (otra vez) eso me mantendría toda el día.

—¿No vas a comer otra cosa?—me pregunto tía May al notar que solo me tomaría el café, negué con la cabeza.

—No tengo mucha hambre, además quiero distraerme patrullando—miento.

O bueno, la mentira no fue tan mentira, en lo que busco a Lorna también puedo patrullar y ver que villanos tenemos que atrapar está vez. Ellos volvieron a asentir. Termino de tomar mi café y lo dejo en el lavaplatos.

Salgo de los laboratorios. Empiezo por el bosque que días atrás visitamos, mi sorpresa que ella no se encontraba allí, así que me tocó revisar por la ciudad. No habían rastros de su poder.

Agarro el collar que Lorna me dio cuando éramos niñas, cierro los ojos. Tengo que encontrarla, necesito encontrarla, antes que sea muy tarde.

Pienso los lugares en donde ella puede estar. Lorna es una persona recurrente y tampoco le gusta estar tanto tiempo en un mismo lugar, lo sé, por que cuando éramos niñas, ella siempre se cambiaba de habitación pues le aburría estar en la misma.

Ahora es cuando de usar mi nuevo poder, mis ojos aún estaban cerrados y me concentre en ella, en saber dónde podría estar. Mi visión estaba negra hasta que empecé a notar unas paredes rocosas, mesas, algunas cosas estaban tiradas y una mujer de espaldas llorando, era ella. Era Lorna, me enfoque en saber algo que pueda ayudar a saber que cueva era, una de las montañas estaba llena de su rastro de poder, tenía que ir a buscar montañas.

Abrí los ojos, vuelvo a retomar mi vuelo, ahora tenia una idea de donde ella estaba. Empiezo a buscar por las montañas más cercas y ninguna tenía su rastro, no me rendí y seguí con mi recorrido hasta llegar a una de las montañas que me faltaba, una de las puntas estaba con su rastro, era aquí.

Aterrizo en una zona plana y empiezo a buscar cuevas, habían muchas pero la mayoría eran habitadas por murciélagos. Veo una cueva a lo lejos, me apresuró a llegar, cuándo estoy adentro notó que esta es la cueva que vi en mis visiones. Objetos estaban tirados en el suelo, y ahí estaba la mujer de espaldas, que notó la presencia de otra persona.

—Te dije que no quería verte, Mag..—ella se dio la vuelta para enfrentar a la persona que creía que estaba con ella. Pero al notar que no era así, utilizo su poder para atraer el metal que tenía cerca, en acción de defensa—¿Quién eres tú?

Ella no me recordaba, y la verdad que las dos cambiamos, ella ahora tenía su cabello casi color verde y el mio era parecido, a diferencia que yo tenia mechas rojas, no eran muchas y casi no se notaban.

—¿No me recuerdas?—hice la pregunta más obvia, es obvio que no me reconoce.

—No, y te hice una pregunta, ¿quién eres?—volvió a preguntar.

—Wanda Maximoff, tú hermana
—contestó, su boca se abrió y sus ojos parecían que se iban a salir, pero después ella negó muchas veces con su cabeza.

—No, tú no puedes ser mi hermana, tú no eres ella. Seguro alguién te mando, seguro él te mandó para convenserme, tú no eres Wanda—empezó a decir y a seguir negándose.

Ahora es cuando agradezco llevar conmigo el collar, llevo mis manos a mi cuello y desabrocho el collar, ella aún sigue controlando las cosas de metal, me quite el collar y lo coloqué en frente de mis ojos.

—Este fue el collar que tu me diste en aquellos laboratorios, me dijiste que al tener estos objetos siempre estaríamos juntas. Tú te quedaste con una taza de juguete color verde—le digo, ella poco a poco fue bajando sus manos al mismo tiempo que dejaba de controlar el metal—El día que escapamos, tú me dijiste que me fuera con Pietro, tenía que irme con nuestro...

—Hermano..—completó ella, sus manos estaban normales, sus ojos se llenaron de lágrimas como los mios, hace años que no la veía y la extrañaba. Ella se acercó corriendo y me abrazó—Wanda...
—susurró con dulzura mientras me seguía abrazando, correspondí el abrazo tan rápido como ella me lo dio.

Nos separamos, ella me ofreció que me sentará en una de las sillas que tenía cerca para poder hablar de lo que paso en esos años. Lorna me contó que cuando la atraparon ella hizo una explosión, pero cuando salió ya no estábamos. Conforme la plática iba avanzando notaba como su vida pasaba de ser buena a mala, ella me contó que se pasó al bando de los malos, pero después se arrepintió y salió de ese equipo.

Ella me pidió que le contará lo que fue de mi vida y eso hice, le conté lo que había pasado los últumos años y también le conté sobre un nuevo poder que tenía ella parecía fascinada con lo que contaba, pero tenía que contarle la parte más dura de mi historia.

—Aún no sabes una parte...—empecé a hablar.

—¿Y esa parte es?—me preguntó para que siguiera hablando

—Verás, con mi nuevo poder he visto el futuro y el futuro que vi, tiene que ver con una muerte... y contigo...—ella fruncio el ceño

—¿Conmigo?—asentí.

—Tú me hiciste muchas heridas y... acabaste con la vida de Peter con un hierro—ahora su mirada era de sorpresa—, suena loco, lo sé, pero esa es una parte por lo que estoy aquí.

—Pero... no soy capaz de matar a alguién, mucho menos a la persona que te hace feliz ¿Estás segura que era yo?

—Hace algunos días quizás no hubiera estado segura, pero ahora lo estoy, tu voz, tu cabello, tus poderes, todo coincide con esas visiones que vienen atormentando mi cabeza—dije con una mueca en mis labios.

Lorna se levantó de la silla y empezó a dar vueltas por el lugar.

—¿Había alguién más?—me preguntó

—Un hombre, de traje rojo y morado, y es Magneto, la misma persona que habla contigo, la misma persona con la que trabajas y la misma persona con la que me confundiste.

Su piel ahora era pálida, me levanté de la silla y caminé hacia ella.

—Sabía que esto no me llevaría a nada bueno—dijo subiendo su tono de voz, colocó sus manos en mis hombros y los agitó con fuerza—Tiene que ver una manera de detener eso ¿no? Algo que impida que te haga eso...

—La única que puede cambiar el futuro, eres tú, tomando decisiones diferentes, no siempre hay que hacer lo malo aunque parezca lo correcto. Puedes tomar otras ideas, Lorna—aconsejo—Pero está en tí, no en nadie más...

Mentira, también estaba en mí el poder cambiar el futuro, estaba en ambas.

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