7| ESCUELA DE ARTE
Elena...
Tan solo faltaban pocos días para comenzar el año escolar y estaba muy emocionada por nuevamente reencontrarme con mí, mejor amiga, una chica inocente, distraída, torpe, pero leal. Mi vida no era la típica chica normal, mi madre es la directora del colegio donde asisto, mi padre era un empresario qué tenía dinero, sin embargo, lamentablemente hace 3 años falleció en un accidente automovilístico dejándonos solas. A pesar de todo hemos tratado de salir adelante, aunque... Creo que más bien ha sido cada quien por su parte. Mi madre no volvió a ser la misma y ahora nada más piensa en mantenerme ocupada haciendo todo tipo de cursos, porque según ella eso me ayudará en un futuro y no digo que no sea así, pero llega un momento en qué se vuelve estresante.
Me levanté tan temprano como de costumbre para asistir a mis clases de natación, sin embargo, mi madre me tenía una gran sorpresa mientras tomaba el desayuno comentándome que ya no asistiría a este curso, sino a clases de arte, no tengo ni idea en que me ayudaría, aunque será una nueva aventura más. Me acercó una mochila totalmente llena con los instrumentos que necesitaría para mis clases << a veces creo qué mi vida está totalmente controlada por esta señora y es una situación de la que no puedo escapar>> Tomé aquella mochila con los ánimos más grande que podrían existir, me subí a su automóvil sin siquiera mantener una pequeña conversación normal que tendría madre e hija. Llegamos y el lugar se veía bonito, grande, perfecto, niños de papi y mami. <<Que más podría pedir>> mi querida madre me entregó un folleto donde se encontraban todas las aulas el cual una de ellas estaba marcada para no perderme.
— Vendré por ti en cuatro horas, espero que te comportes — mencionó sin fijar su mirada hacia mí.
— ¡Claro! Esto será divertido — dije levantando una de mis cejas para luego comenzar a caminar.
No entiendo por qué hace esto justo cuando ya comenzaré el colegio y dudo que tenga el tiempo suficiente para continuar viniendo, como disfruta hacerme la vida imposible. Cuando llego me percato que todo estaba dividido en dos, los nuevos y los viejos, el profesor comenzó a hablar y a presentarse al mismo tiempo que pedía que cada uno de sus alumnos nos presentáramos para así conocernos mucho más. De uno a uno comenzaron a decir sus nombres y su edad. Todos éramos niños de quince años a excepción del moreno de cabello rizado que tenía dieciséis y que decir cuando le tocó su turno, todas las chicas enloquecieron por su atractivo, debo aceptar qué es un chico simpático, pero he conocido mejores que él. Nos unieron en pareja para tomar la clase y a mí me tocó con el Moreno que todos deseaban ¿Suerte? No lo sé.
— ¡Hola, mucho gusto me llamo Denes!
— Y yo Elena ¿Crees que las demás me odien por hablarte?
— ¿Ah que te refieres?
— Pues mira a tu alrededor, ningún chico aquí es la mitad de atractivo que tú, y bueno las chicas no me están mirando muy bien que digamos —río para no llorar.
— La verdad no me percaté de todo eso, pero gracias por decirlo. Los dos reímos como estúpidos haciéndonos sentir más cercanos. La clase no fue tan mala después de todo, al menos no me sentiré sola por unos días, solamente había un pequeño detalle, Denes no cerraba el puto hocico ¿Cómo es que habla tanto?
— ¿Comiste perico? —dije interrumpiendo lo que sea que estaba diciendo.
— Lo siento, a veces suelo hablar de más —ríe haciéndome sentir un poco culpable por mi indiscreción.
— Bueno creo que no debí ser tan directa, son tantas cosas en mi cabeza que no suelo controlarme.
— Tranquila, yo suelo soltar toda mi frustración hablando, pienso que me hace sentir bien.
— ¡Hola! — se acerca a saludar una de las tantas barbies del salón — Pude notar que dibujas muy bien ¿Podrías ayudarme? ¡Claro, si tu novia no tiene ningún problema!
— ¡Oh, no! Es todo tuyo, igual ya yo me iba —digo levantándome.
— ¡Espera! Dijiste que me ibas a llevar. Lo siento, tal vez otro día —recoge sus cosas y me saca muy deprisa hasta las afuera de la institución.
— Si eres consciente de que no te llevaré ¿Verdad?
— Tampoco necesito que me lleves, tengo quien lo haga.
— Una chica linda te estaba coqueteando y preferiste dejarla sola ¿Acaso no eres normal?
— No es mi tipo.
— ¿Cuál es tu tipo?
— Ya llegaron por mí, nos vemos luego ¡Cuídate! —se despide besando mi mejilla. Un chico alto de piel clara llega en un automóvil quien a mucha prisa desciende de el y abraza a Denes dando giros en su propio eje.
— ¡Ah, claro! Ahora lo entiendo. —digo riéndome de mi misma, no muy lejos escucho la bocina de mi madre, hasta aquí llego la hora feliz.
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