Capitulo 6: Hermanos (I)
— Lamentó la demora.
El alfa de ojos verdes observó como la mesera omega con dulce olor a fresas dejaba un trozo de pastel del mismo con crema, una limonada en el lugar de su acompañante y un café helado con un pastel de chocolate amargo frente a él; la mujer hizo una pequeña reverencia antes de retirarse y dejarlos solos hablando en la terraza.
— ¿Y bien? —Yusaku se cruzó de piernas mientras observaba con cierta desconfianza a su acompañante— ¿Para qué me llamaste?
— Dejarán de investigar el caso de desaparición de Ryoken-san. La policía llegó a un punto muerto con el suicidio de su mayor sospechoso en la época lluviosa, Korosen-sensei.
— ¿Tu antiguo profesor de matemáticas y aritmética?
— Exactamente. —El alfa afilo su mirada al escuchar la tranquilidad con la que hablaba y cortaba un trozo de su pastel para comer.
— ¿Por que se suicidaría?
— Kogami Kiara y Kogami Kiyoshi querían su cabeza por lo que supuestamente le hizo a su hijo menor; su vida y carrera estaban arruinadas por ser sospechoso de haber secuestrado, y presuntamente violado y asesinado, a varios de sus alumnos; era investigado por otras desapariciones de varios otros alumnos... Tú elige.
— ¿Cómo se suicidó? —El de ojos verdes relajo sus propias facciones, aquella persona con olor a frutos rojos no parecía tener otra intención más que hablar.
— Harakiri.
— ¿Belladona?
— Apenas tomó una taza y ya.
— Te arriesgaste demasiado, Aiko.
La mencionada hizo un puchero al tiempo que cortaba otro trozo, Yusaku suspiro mientras la imitaba con su propio pastel.
Fujiki Aiko era la hermana menor omega de Fujiki Yusaku, contrario a su hermano que había heredado el mismo color de ojos de su madre, ella heredó los ojos ámbar de su imbécil padre, al igual que su cabello negro con algunos mechones morados.
— ¿Te encargaste de no dejar evidencia de tu presencia ahí?
— De hecho no, deje un par de bragas sucias y algunas fotos mías que le compre a Okajima Taiga.
— Estas muy desarrollada para tu edad, maldita mocosa —Yusaku bebió un poco de su café, ignorando la aparente falta de compasión de su hermana—; y no lo digo solo por tus acciones, también por tus ropas... ¿En serio debes andar luciendo un escote así?
— Bueno... —La omega de cabello azabache bajo la vista en dirección a su busto que realmente se veía pronunciado por el escote en forma de corazón de su vestido— La vendedora dijo que todas las chicas de mi edad lo usaban, pero bien pudo mentirme con tal de que comprara este horrendo vestido.
— ¿Fingir inocencia es difícil, no?
— Tu lo has dicho hermanito, es muy difícil... —Aiko bebió un poco de su limonada con menta, le parecía tan fría y refrescante para ese día— Por cierto... ¿Como esta Ryoken-san?
— Está bien, se está recuperando bien del parto...
— ¿¡Par-!? —El mayor gruñó molesto mientras comía un trozo de pastel, la Fujiki menor se sonrojo levemente al entender que por poco los volvía el centro de atención en aquella cafetería— Perdón... pero... ¿Parto? ¿Acaso soy tía?
— Pronto cumplirá el mes, se llama Hoshi.
— ¿Un mes, Hoshi...? ¿Acaso nació en Tanabata? —El alfa de ojos verdes asintió con una sonrisa bastante animada— Owh~ cuéntame más~.
— Ryoken tuvo contracciones poco después de las seis de la tarde, después, unas tres o cuatro horas después las contracciones empeoraron y cuando ya estaba en un dolor que era claro que si fuera mujer iba a parir... así que lo cargue hasta la tina, ya había desinfectado todo el baño, hice casi todo el pre-procedimiento, lo que si es que no tuve tiempo de conseguirle anestesia, y le hice la cesárea, igual que con Firewall.
— ¿Usaste un cutter o algo mas?
— Use un cuchillo, un cutter no iba a cortar tanto músculo, el resto si fue igual que con la gata. —Aiko observó enternecida a su hermano, el solo imaginar la escena y pensar que su inteligente y enamorado hermano tuvo que organizar y hacer el parto de su primogénita le parecía tan tierno.
— Ryoken-san tiene tanta suerte en tenerte como alfa, hermanito... que casi le tengo envidia~.
— ¿Verdad que si~? Aunque a veces es un malagradecido diciéndome que quiere irse a casa... me pone triste eso.
— Dale tiempo, recién llevan un año de casados... estoy segura que pronto se dará cuenta de cómo se sacó la lotería contigo.
El alfa con olor a cítricos sonrió ante las palabras de la omega de cabello azabache, el resto de la conversación solo se resumió en Yusaku hablando de su vida matrimonial con el albino, donde ahora se le sumó la primera de sus muchos futuros hijos, y de Aiko prometiendo ver en qué más puede ayudar a su adorado hermano mayor.
Aún cuando Yusaku ya le agradecía el hecho de que desviara la atención de él a un muerto y también le ayudará a tener en sus manos a su hermoso esposo omega, Aiko insistía en que solo hacía lo que cualquier hermana, o hermano, haría.
Después de todo, el lazo fraternal que ambos tenían, era tan fuerte que a Aiko jamás le molestó que su mejor amigo se haya vuelto en el esposo de Yusaku y madre de su sobrina y los demás que vengan.
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