Capitulo 5: Papi y Mami
— Hoshi...
— ¿Que pasa, Sora...?
— No puedo dormir... —El niño de ojos y cabellos azules con algunos mechones rosa pálido se acercó a la cama de su hermana mayor de cabello blanco y ojos verdes como esmeraldas— Tuve una pesadilla... ¿Puedo...?
— Claro... ven acá... —La niña albina de ojos verdes se hizo a un lado en su propia cama para darle un espacio a su hermano menor con olor a lavanda.
Sora sonrió de forma amena antes de subirse a la cama de la mayor de ambos y acurrucarse a su lado, Hoshi sonrió con cariño mientras abrazaba a su hermanito y le acariciaba su espalda para reconfortarlo, del mismo modo que su madre solía hacerlo con ellos cuando le hacían compañía durante la luz.
Ahora hacia oscuridad, era tiempo de dormir para ellos y convivencia privada para sus padres, su papá decía que ellos no deben estar en la convivencia de los mayores, así que les leía un cuento y cerraba la puerta con una llave especial para que los monstruos no entrarán, o para que ellos no salieran, después cuando la luz comenzaba a salir su papá les abría la puerta para que fueran a comer antes de que él se vaya hacia el mundo de afuera...
Mundo que ellos no conocían y probablemente nunca lo harían, al igual que su futuro hermanito o hermanita, ellos no conocerán jamás ese mundo... pero estaba bien, ahí en su hogar tenían todo lo que necesitaban para vivir.
O eso decía siempre su papá. Su mamá siempre parecía molestarse por eso.
Decía que ellos debían salir, ser libres lejos de su hogar, o al menos eso podía recordar Hoshi; su mamá comenzó a abandonar esas palabras días después de que ella se enteró de la llegada de su hermano Sora.
Abandono esas palabras cuando su papi y mami discutieron sobre ella y Sora, su papá la abrazó y le cubrió con una manta antes de abrazarla, todavía podía escuchar los gritos de su mamá diciendo que no podía hacer eso, que era su hija también.
"— Tu no aprecias lo que hago por ti y tampoco por lo que hago por Hoshi, creo que tienes razón... y ella debe ser libre..."
Los dos mayores gritaron tanto que a la menor le dolieron los oídos, después solo fue el albino el que grito, grito tan fuerte que su hija se asustó. Hoshi solo recuerda de ese día las lágrimas de su mamá junto al terror en su cara y cómo extendía sus brazos para recibirla en un abrazo donde casi la asfixia. También recordaba la sonrisa de su papá y el objeto tan brillante con algunas manchitas en su mano que el solo verlo... solo le hacía permanecer en los brazos de su madre, donde sabía que estaba segura.
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