— Mami... —El albino volteo a ver a su hijo de tres años que tenía una hoja blanca en su mano izquierda.

— ¿Que pasa, Sora?

— Mira... —El omega de ojos azules observó curioso el dibujo hecho con crayones en la hoja— Somos tu, yo, Hoshi y Hana...

Ryoken veía enternecido los extraños personajes hechos con disparejas líneas de diferentes colores que su hijo de cabellos azules le mostraba y señalaba tímidamente. Sora le ofreció su dibujo a su mamá para que se lo enseñara a su hermanita de casi un mes de edad que estaba durmiendo en los brazos del mayor.

— ¿Te gusta?

— Es muy bonito, eres un gran artista hijo.

— Gracias... —El infante sonrió avergonzado ante el comentario del mayor de ojos zafiros.

— Se lo mostrare a tu hermanita en cuanto despierte... y hablando de tus hermanas, ¿Donde esta Hoshi?

— No lo se... dijo que encontró la puerta al otro mundo y se fue...

— ¿Otro... mundo...? —El menor asintió ignorando la confusión y terror que se formaban en el rostro del albino— ¿Como que al otro mundo?

— Dijo que era el mundo que jamás vemos... es el mundo a donde papi se va siempre... el mundo de afuera... —Ryoken sintió que el alma le abandonó en el momento que su cachorro mencionó que su hija mayor estaba afuera... en el exterior.

— Sora, esto no es una broma —El omega se acomodó lo mejor que pudo, para dejar que Hana aún durmiera y aún así mostrarse autoritario ante el menor—, dime donde esta tu hermana.

— En el mundo de afuera... ya te dije...

— ¿No te acuerdas del cuento de Cenicienta y el lobo? A Cenicienta se la comió el lobo por mentirosa ¿Lo recuerdas? —Sora asintió extrañado— Eso te pasara si no me dices la verdad, ¿donde esta tu hermana?

— En el mundo de afuera... no es mentira mami...

Ryoken suspiró molesto ante la terquedad de su hijo, solía tener mucha paciencia con sus cachorros, respondía como podía sus preguntas por mas incomodas o infantiles que fueran, les contaba tantas historias ellos les pedían al igual que les cantaba... pero ahora se estaba enojando en serio ante tal mentira tan mala de su cachorro. Era imposible que Hoshi estuviera afuera, Yusaku dejaba todo con llave para que solo pudieran caminar por todo el segundo piso.

— Sora, no me mientas, que me voy a enojar.

— Pero no miento... —El menor de ojos azules comenzó a sollozar sin dejar de ver a su mamá— Es la verdad, mami...

— ¡So-.

— ¡Mami, mira! —Una aguda e infantil voz femenina se hizo presente.

El albino observó rápidamente la entrada de la habitación , su hija mayor estaba ahí... con tierra hasta las rodillas, algunas manchas de lodo en la cara y un montón de pequeñas flores que no conocía en sus manos... ¿Acaso...?

— Hoshi... ¿Donde... estabas...?

— En el mundo de afuera —La albina se acercó lentamente hasta la cama donde el omega estaba junto a su hermanos menores y le acercó el extraño ramo de flores— ¡Hay muchas flores en el mundo de afuera! Estas te las traje a ti y a Hana, y-.

— ¿Como... como saliste?

— ¿Uh? —La infante ladeo confundida su cabeza ante el rostro de su mamá, observó de reojo a su hermano que tenía una mirada triste hacia abajo y los ojos acuosos— Por una puerta secreta...

— ¿Es... estuviste afuera...? —La niña de ojos verdes con olor a menta asintió confundida. Ryoken volteo a ver a su hijo totalmente culpable, lo había tratado de mentiroso por nada— Oh, Sora...

El albino mayor dejó a la pequeña lactante con cuidado en una almohada que había al lado del niño con olor a lavanda para abrazarlo entre lágrimas disculpándose por haberlo tratado de ese modo antes. La mayor de los tres hermanos dejó las flores en el piso antes de abrazar a su mamá y a su hermano levemente molesta, ella también quería un abrazo aunque no comprendía el contexto.

El omega abrazaba a sus hijos mayores mientras pensaba en qué hacer... si Hoshi había encontrado "una puerta" para salir al jardín, entonces tal vez también podría pasar por los garrotes de la reja que había afuera... tal vez podría lograrlo esta vez...

Tal vez podría salvar a sus hijos de Yusaku y enseñarles el mundo que él ya no puede ver... al menos debe hacer eso antes de morir.