[2da temporada] Está noche. La noche soñada.

~Advertencia de contenido adulto altamente descriptivo que podría quebrar la sensibilidad del lector. Si no deseas leer contenido sexual, salta la siguiente lectura hasta que encuentres la transición “~°~°~”~

En cuánto Jungkook cerro la bragueta de la tienda de campaña, Jimin se apresuro a subirse a sus piernas.

La pequeña cintura del peliblanco fue rápidamente envuelta entre los brazos de Jungkook, así como los brazos de Jimin rodearon desesperadamente el cuello del pelirrojo.

Y la batalla entre sus labios se libro justo después. Ambos estaban tan eufóricos por haber anhelado este momento que ya ni siquiera se esforzaban por intentar ocultar el chasquido obsceno que realizaban sus labios al chocar.

Y aunque la mente de Jungkook ya se encontraba parcialmente nublada, parte de su consciencia le gritaba que hacerlo aquí era una mala idea.

Tomo las caderas de Jimin y de manera suave lo separó de sus labios.

-¿Que ocurre?... No me digas que... ya te... Viniste... - el tono que había usado Jimin era de genuina decepción, sus ojitos brillantes se dirigieron al pantalón de Jungkook, buscando la mancha.

-NO es eso... Querido Jimin... - gruño Jungkook en un susurro, el comentario le había ofendido demasiado.

-¿Entonces? - pregunto el peloblanco, nervioso.

-No creo que sea buena idea hacerlo aquí, es decir... Es demasiado peligroso... Y~y no digo que no quiero hacerlo contigo, me encantaría... - y Jungkook habría seguido parloteando si Jimin no hubiera interrumpido, juguetonamente desabrochando el cinturón de Jungkook.

-Me encantaría detenerme, Jungkook. - comenzó diciendo Jimin, mientras seguía desnudando la cintura de su compañero. - pero creo que sería muy cruel de mi parte dejarte así...

La manita pequeña de Jimin rodeo el miembro erecto de su novio, la calidez de su mano provoco una exhalación por parte del pelirrojo.

El pulgar del mayor presionó la punta con suavidad, mientras en su rostro se presentaba una sonrisa lasciva.

-Jimin, no me hagas esto... Por favor... - rogó Jungkook entre pequeños gruñidos. El menor estaba casi entre las garras de Jimin, cosa que no podía entusiasmarlo más.

El peliblanco se bajó del regazo de Jungkook, solo para desnudar por completo sus piernas y quitarle sus boxers negros. Una vez que lo tenía como quería, se poso entre sus piernas y comenzó a juguetear con su miembro entre su lengua.

Los gemidos de placer que salían de Jungkook simplemente aparecían con más frecuencia.

Jimin supo que estaba haciendo un excelente trabajo cuando su blanquecino cabello fue tomado por las manos de Jungkook, enredando sus sedosos hilos blancos entre sus largos dedos y acariciando su cabeza.

Hasta este punto Jungkook ya había perdido completo conocimiento de la situación, sus ojos se cerraron y todos sus sentidos se concentraron en aquel placer tortuoso que su novio le entregaba.

Cuando sintió la humedad de la boca del mayor succionandole con profecionalismo, fue ahí que perdió la compostura.

En un abrir y cerrar de ojos y en un rápido movimiento, Jungkook había logrado someter al más pequeño justo debajo de él.

La cintura del más alto fue rodeada por las piernas de Jimin al igual que su cuello por los brazos del pequeño.

Ambos se fundieron en un beso desesperado y caluroso.

Jimin anticipaba que, de aquí en adelante, Jungkook se dedicaría a penetrarlo, explotando todos sus sentidos internos. Pero no pudo evitar pegar un pequeño salto cuando sintió la mano tosca de Jungkook rodearle el miembro.

La mirada interrogatoria que Jungkook le dedicó lo obligó a ofrecerle una respuesta por su salto.

-No es nada, por favor continúa. - sonrió Jimin, ofreciendo seguridad al menor.

El contrario asintió y continuo jugueteando con el adorable miembro de su novio. El más bajito simplemente se retorcía del placer, esforzándose al máximo por no gemir tan alto y alertar a todos.

La razón de aquel salto de sorpresa que había hecho Jimin antes fue que, ninguno de sus anteriores amorios le había hecho el favor de estimular su miembro. Todos y cada uno de ellos simplemente lo ignoraba y se dedicaban a penetrarlo únicamente. Si, incluyendo al profesor Russo.

No es como si la estimulación anal no fuera satisfactoria, pero mezclar ambos puntos y estimularlos a la vez, era algo fuera de este mundo.

Jimin ya estaba a punto y Jungkook ni siquiera la había metido aún. Cuando lo hizo y el vaivén de sus sensuales caderas comenzó dentro de sí, el profesor Park se vio obligado a morder su propio labio para ahogar sus gemidos.

Jungkook lo estaba haciendo tan bien, de no ser por el material de látex que separaba a ambos y lubricaba el acto, Jimin no habría podido sentarse por una semana entera.

El sudor empapó el cuerpo de Jimin, sin embargo, eso no fue impedimento para Jungkook de besa su pecho con lentitud. Aparentemente, los pezones de Jimin eran tan llamativos que Jungkook no se resistió a chuparlos mientras seguía moviéndose.

-Jung... Jungkook... - advirtió el mayor entre jadeos.

El contrario asintió, se separó por un segundo y en un rápido movimiento dejo a Jimin acostado boca arriba y con su lindo trasero rozando su miembro.

Para mala suerte de Jimin, sus piernas no aguantarían mucho esa posición. Por lo que decidió apresurar las cosas, gracias a Dios tenía experiencia previa, así que pidió a Jungkook que dejara de moverse, entonces él tomaría el control.

Sus caderas se movieron en cuanto lo sintió dentro, haciendo círculos hipnotizantes digno de un bailarín profesional. Cosa que no era Jimin, sin embargo, lo parecía.

Jungkook estaba tan agradecido de recibir aquel fruto de tanta experiencia que ni siquiera le molestó saber que obviamente aquella experiencia la había adquirido con otros hombres.

No pasó mucho antes de que Jimin terminará en el colchón inflable y Jungkook en el condón.

Después de semejante maratón, ambos profesores se fundieron en un abrazo acogedor, mientras se dedicaban pequeños besos cariñosos como agradecimiento.

-Te amo... - confesó Jimin, hundiendo su cabeza en el cuello de su pareja.

-Te amo también. - correspondió Jungkook, abrazando a su querido mochi.

Justo después, ambos cayeron en un merecido sueño.

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-¡Profesor Park! - grito un alumno, abriendo la tela de la tienda de acampar del peliblanco.

Le siguieron otros dos alumnos, quienes se acercaron, sorprendindose al ver a un Jimin sin camisa, abrazando una almohada y babeando está.

-¿Profesor Park? - el alumno pateo respetuosamente la pierna del profesor, queriendo despertarlo.

El acto funcionó y en un par de minutos, Jimin se disculpo por haberse despertado tarde y sin más se vistió.

-¡¡Buenos días, mis amadas promesas!! - saludo el profesor, caminando casi con brincos hacia sus alumnos, quienes le esperaban ya listos para iniciar con el evento. - lamento la tardanza, mis niños. Me quedé dormido, tuve... Un buen sueño y no quería despertar.

El profesor se disculpo, sin embargo, para suerte del peliblanco, no había sido un sueño. Simplemente se tuvo que regresar a mitad de la noche a su campamento.

-Hoy se encuentra de muy buen humor, ¿No es así, profesor Park? - pregunto un alumno de rubia cabellera.

El rostro del adulto se enrojeció tenuemente y asintió a la pregunta de su alumnos.

Gracias al cielo sus alumnos eran eficientes y ya habían levantado el campamento.

El evento empezaría hoy, y consistía en recorrer toda la isla de extremo a extremo. La primera universidad en llegar al otro extremo ganaría.

A decir verdad, el que él haya atrasado la partida de sus alumnos era... Relativamente beneficioso. Conciderando que él se encargaria de hacer perder a su propia universidad por una amenaza.

Seguramente el grupo de Jungkook habría partido desde muy temprano en la mañana. A estas alturas, Walmsely ya estaría en la delantera.

Suspiró con pesadez, de verdad quería ganar este evento.

Pero... ¿Cómo podría si el trabajo de Jungkook estaba en juego? Simplemente no permitiría que su novio fuera despedido.

Y mientras seguían caminando y evadiendo posibles peligros, Jimin constantemente se lamentaba que el esfuerzo de sus alumnos sea en vano.

El día había comenzado de muy buen humor, pero la vida una vez más le recordaba de la peor manera posible, que una actitud positiva era fácilmente sustituida por pesimismo.

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