Capítulo 1 - Humano.
personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad, créditos a sus respectivos creadores.
...
el ardor era lo único que podía sentir, no había nada más, podría estrellarse brutal mente mientras se precipitaba por aquél abismo, aún envuelta en las llamas que destruyen su blanca y perfecta piel, desfigurando por completo su rostro, carbonizando su cuerpo como la seca madera en una fogata.
todo de ella se estremeció cuando el final de su recorrido llegó, aún no comprendía bien lo que hace unos instantes pasó, antes de ser víctima de tal abrumadora temperatura que sobre ella se descargó, sin saber cómo un ser tan débil le había herido, pero sobre todo... derrotado.
-maldito...- con la poca voz que disponía logró hablar, sin poder hacer nada más que observar las llamas sobre ella, no olvidaría el nombre de ese humano que le hizo tal cosa. -maldito escanor!.- con ira total pronunció ese nombre rechazando tal humillación por la que había pasado, rechazando este resultado que nada dejaba a su favor, completamente débil e indefensa.
sus ojos se cerraban siendo cegados por la directa luz del mediodía que sobre ella se derramaba, una luz, un calor semejante al poder que fue descargado en ella, no obstante antes de que pudiese cerrar por completo la mirada una silueta cubrió tal fastidiosa sensación. Una ropa extraña y un peinado que nunca antes había visto fue lo que le llamó la atención y, ante la tortura interminable cerró sus ojos en contra de su voluntad.
lo primero que pudo sentir fue un olor, un olor agradable inundando sus alrededores, al menos eso fue lo que su olfato le dijo y momentos después sus calcinados párpados se abrieron.
su vista se deslumbró con la repentina luz que recibió, cerró su mirada una vez más ante tal fastidio que sobre ella recargó, pero se esforzó una siguiente vez y aunque la incómoda sensación permaneció, la visión se aclaró poco a poco.
confusión, repulsión y quien sabe más cosas le invadieron, pues la madera del lugar, los alrededores, el sol colándose por el cristal de la ventana fue el escenario que le recibió, una tranquilidad que alguien de su raza no desearía. Aquel olor parecía provenir de la cocina que un poco más allá se encontraba, con una olla preparando comida humana, le fastidió, le irritó estar en semejante lugar, Pero, de pronto un sonido le distrajo, la puerta de ese pequeño hogar se abrió lentamente, con un chillido del oxidado metal, donde por primera vez pudo verlo, una chico humano, un joven que sonreía cuando al ver el lugar se encontró con esos negros ojos por fin abiertos.
-Hola!.- saludó después de entrar y posteriormente cerró la puerta. -Qué bien que ya hayas despertado.- dijo después, traía consigo una canasta repleta de frutas y quién sabe qué más cosas, a Meláscula no le interesó en absoluto eso, además notó que no podía contestar, su boca y el resto de su cuerpo había sido cubierto por tela blanca que seguramente tenían la intención de hacerla prisionera, o tal vez... ¿curarla?.
-En realidad me sorprendiste.- exclamó el joven humano acercándose a la dama, la repulsión que sintió cuando esa especie estuvo cerca de ella fue tal que inmediatamente la oscuridad que dentro de ella alberga emergió. -¡aléjate!.- rompiendo las prendas que cubrían lo que quedaba de su piel vociferó. -humano...- en voz baja habló, tratando de llamarle al miedo, intimidando con su monstruoso poder, pero aunque las tinieblas acobijasen el pequeño lugar y en cierto punto destruyeran esa residencia, no pudo encontrar la desconfianza que todos poseen, lo único con lo que se topó fue una mirada confusa y curiosa.
-no deberías moverte.- con su dedo señaló a la que debía ser la élite de su raza, ella no evitó asombrarse mínimamente por la despreocupación que mostraba, alejado del temor que solía infundir en pueblos y villas. -este humano...- siguió susurrando para sí misma, la molestia se incrementaba, pero contrario suyo, aquel que parecía haberla acogido en su casa se preocupaba por algo ajeno a ella.
-no te preocupes, no te haré daño, solo te traje aquí porque parecías lastimada, de seguro te duele.- comentó, refiriéndose a las extremas quemaduras que sobre su piel se encontraba, una piel lastimada a ojos de ese hombre, pero que para ella no era más que el miasma del inframundo calcinado.
-no te preocupes humano...- burlonamente dijo, y con lentitud se acercó al cuerpo del mismo. -después de devorar tu alma me sentiré mucho mejor...- cuando el capullo de oscuridad se formó completamente; cubrió los alrededores apartando la cálida luz del verano, ahí en ese instante tocó la espalda baja del chico, haría verdaderas sus palabras porque ya habría devorado miles y miles de almas a lo largo de su existencia, una más no estaría mal quebrantando en el proceso aquella amabilidad que persiste en la raza más débil, pero para su mala suerte, su poder desapareció y solo se quedó ahí, manteniendo el tacto sobre ese molesto joven.
-¿sucede algo?.- preguntando se giró para encontrarse con los ojos onix, tan oscuros e imbuidos por aquel poder que de ella se desprende, la pudo ver estática y bastante sorprendida, con tantos años de vida, nunca había conocido a alguien que no le afectase el poder mágico demoníaco que se alberga en ella, era alguien bastante raro y ahora; la que tuvo miedo fue ella.
-¡¿qui-quién eres?!.- recordando el temor de aquel humano que la incineró retrocedió, las tinieblas que le rodearon se desvanecieron como la noche ante el alba, saber que es inmune al poder que el rey demonio le otorgó le llenó de temor absoluto y sus fuerzas cedieron, no comprendió cómo ahora existían esa clase de seres en los tres mil años que permaneció cautiva.
-mi nombre es gokú...- ofreció esa cálida sonrisa, fue tan extraño que se quedó estática, terminó de rodillas al instante sin poder separar la mirada de ese hombre que acercó sus manos a su destruido cuerpo. Moriría, moriría a manos de un simple humano que ahora la miraba desde arriba.
-pareces bastante débil, deberías descansar.- con esa despreocupación se inclinó hacía la que alguna vez pudo haber sido la más hermosa chica de las tropas demoníacas, ella cerró sus ojos con fuerza, pero cuando sintió esos brazos rodearla se sorprendió, pues la separó delicadamente del suelo.
-¿puedo saber tu nombre?.- esa pregunta se le fue dirigida, el joven humano la llevó de regreso a la cama y sobre las sábanas dejó a la chica que no era más que un homúnculo, no se parecía a nada de lo que fue y aún con eso nadie fue tan amable con ella sin necesidad de someterle, tal vez por eso mismo se sintió extraña y su voz se marchó.
-te debe doler mucho el cuerpo.- comentó el chico y se acercó a la canasta que dejó sobre la mesa anteriormente antes de que todo esto ocurriese, se había caído al suelo y tardó un poco en levantar todo, pero al final de ese lugar sacó una pequeña botella que a través de su cristal podía notarse un líquido violeta. -me dijeron que esto ayudaría a calmar el dolor.- ofreció una sonrisa, la chica solo pudo desviar su mirada ante la atención que se le era dada, no dijo nada parecía completamente sometida de alguna manera.
-realmente me sorprendiste, me alegra que sigas con vida.- al decir eso acercó la bebida, pero ella cerró sus labios y apartó aún más su rostro. -no me interesa humano, ni creas que estoy agradecida contigo.- contestó fríamente a sus palabras. -no te preocupes, no sé lo que te haya pasado, pero no estaba bien dejarte ahí.- comentó, notó segundos después que aquella chica no aceptaría la bebida, así que dejó de insistir.
en una de las tantas cosas que cayeron al suelo, recogió algo que parecía ser una cajita, abrió y sacó algo de lo que parecía ser crema y posteriormente comenzó a frotar con delicadeza las piernas de la chica.
-oye, qué- qué estás haciendo!.- alterada y enojada reclamó ante el repentino tacto que se generó, la mirada del joven le señaló confuso. -esto te ayudará con las quemaduras.- explicó, nunca había sido tocada ni por los mismos hijos del rey demonio, ahora un humano ponía su piel sobre ella. o al menos lo que quedaba de esa parte.
-no te preocupes, pueda que te arda, pero al menos servirá un poco.- aplicó la medicina y sobre ella le siguió unas nuevas vendas, ahí comprendió que no lo hacía lascivamente, además por qué debería hacerlo, si su belleza ni hermoso cuerpo estaban presentes para causar algún sentimiento lujurioso al joven, en realidad era bastante amable y gentil.
-Meláscula.- pronunció repentinamente, tan débil que apenas si emergió de sus lábios.
-¿dijiste algo?.-se detuvo, mirando directamente al rostro de la demonio. -Meláscula es mi nombre humano tonto.- exclamó, unos instantes se mantuvieron así, hasta que una risita emergió del Son.
-es un nombre extraño, nunca lo había escuchado.- comentó y siguió en lo suyo. -pero es lindo, es un gusto Meláscula-chan.- un humano, un humano pronunciaba su nombre con tanta alegría, no creyó ver el día en que lo vería.
le miró, le miró sin detenerse a cada hora del día, cocinaba como cada humano debe hacerlo si quiere sobrevivir, el almuerzo de ese hombre se habría arruinado cuando trató de obtener su alma, pero no pareció importar.
-esta madriguera es muy pequeña.- comentó, algo confuso se giró para ver a la demonio desviar la mirada cuando dijo eso. -a qué te refieres melascula-chan?.- indagó, trayendo solo más incomodidad a la chica. -las madrigueras de los humanos suelen ser mucho más grandes, hay crías de humanos y humanas también.- mencionó luego, al comprenderlo de alguna manera rascó su cabeza, luego de eso sonrió y solo regresó la mirada de nueva cuenta en la cocina.
-supongo que te refieres a mi casa.- concluyó a la vez que picaba algo de verduras sobre la mesa. -vivo solo y para conseguir una más grande debes vivir en una villa, además por ahora no tengo hijos de los que deba preocuparme.- explicó, la mirada oscura de la dama se dirigió hacía la espalda del Son.
al escucharle entendió un poco más la situación, después de todo se miraba joven, no habría conseguido pareja o algo por el estilo y eso que incluso para ella era algo atractivo.
-pero me gusta vivir de esta forma, la vida en el campo es más tranquila.- dejó de hacer lo que hacía y caminó hacía ella. -es hora de cambiar las vendas.- explicó y tomó más de las prendas y de aquella crema.
-pierdes tu tiempo.- algo enojada habló ante el tratamiento. -mi cuerpo no se recuperará con eso.- explicó, en parte tenía razón, no era un cuerpo que fuese suyo desde un principio, el miasma que le dio esa forma se habría incinerado solo dejando esa pobre forma.
-pero estoy seguro que te duele.- reprochó y no hizo caso, solo siguió tratándo la piel que aunque no regresaría a su estado original tal vez podría calmar el dolor, tampoco es que ella le importase ahora el estado de su cuerpo pero sí que tomaría venganza por eso, haría pagar caro a quien le dejó de esa forma.
el tiempo transcurrió, en la morada del amable hombre ella esperó, podría irse si así lo quisiera, pero las burlas sobre ella recaerían por parte de sus compañeros, sería una criatura sin belleza, el asme reir así como lo fue antes de bañarse por el miasma que le hizo ser reconocida entre los demonios de alto rango, además de su humillante derrota a manos de un simple humano.
-melascula-chan?.- la pregunta le sacó de su mundo, y sus negros ojos se posaron en el chico de cabellera extraña que sostenía algo de alimento.
-¿qué quieres ahora?.- algo fastidiada preguntó, pero esa sonrisa se le fue ofrecida antes de la respuesta.
-hice algo de comer.- comentó y extendió el plato de comida. -come un poco, no has comido desde ayer.- mencionó, los ojos de la chica se fruncieron inmediatamente.
-no necesito comida de humanos!.- aclaró y de un fuerte golpe envió el objeto a golpearse en el suelo, había cedido a tomar de ese tal licor, pero eso mismo le dejó confiarse de aquellas débiles criaturas, no haría lo mismo.
el objeto se golpeó con fuerza y la comida se esparció en el piso, los ojos del Son miraron fijamente tal acto que ella causó.
-si no te apetecía solo tenías que decirlo.- pudo notarse como se tornó más serio en su forma de hablar, se alejó para limpiar el desastre.
-ya dije que no necesito nada de tí humano.- aclaró sin arrepentirse de su actuar. -si estoy aquí es porque no tengo nada más que hacer.- de forma nada amable siguió diciendo, ella que solo se alimenta de almas no se rebajaría a tal cosa, eso lo dejó claro ese día.
al fin la noche terminó por caer, algunas estrellas podían verse a través de la ventana cerca al lugar donde reposaba, el silencio inundaba sus oídos y el calor que emergía de la ya casi muerta hornilla traía algo de calidez, aunque no podría sentirlo con esa piel carbonizada, una manta cubría su cuerpo en un intento por ofrecerle calidez, no obstante el sueño no la consumiría, porque se centraba únicamente en aquel humano que en el otro cuarto parecía dormir.
levitando sobre su oscuridad abrió la puerta de madera, lento para no generar algún ruido que pudiera alertar al extraño, si bien no pudo acabar con su vida cuando él estaba consciente, si que podría hacerlo fácilmente ahora que el se encontraba entregado completamente al sueño.
se preguntó a qué sabría aquella alma, después de todo podría decirse que las que se aferran más a la vida son las más deliciosas, alimentan de mejor manera su poder y esta en especial era más extraña que aquella del pecado capital al que se enfrentó, porque simplemente no encontró forma alguna de extraerla.
-veremos que tan resistente eres ahora humano!.- exclamó la chica abriendo sus fauces y con su puntiaguda lengua lamió el cuello del hombre de alborotados cabellos. -ahora alimentarás mi oscuridad!.- bastante decidida dijo y su capullo emergió una segunda vez. -te arrepentirás de haber sido tan amable humano!.- dijo con una sonrisa extendiéndose por todo su carbonizado rostro, ya podría decirse que saboreaba esa alma antes de siquiera probarla, pero aunque su poder demandara arrebatarle ese exquisito platillo, solo pudo quedarse con las ganas al final, porque el resultado fue el mismo.
-que?!.- habló con fuerte voz cuando ya no tuvo más fuerza y poder para extraerle la vitalidad al chico. -qui-quién eres!?.- interrogó al estar más segura que incluso en tan débil posición de ese humano su poder seguía siendo inútil contra él, había acabado con cuántas vidas, pero esta simplemente parecía ignorar su existencia en todo sentido.
pudo escuchar al chico incomodarse ante tales fuertes reclamos e inesperadamente sujetó a la demonio en un fuerte movimiento y la aprisionó en sus brazos. -qué-qué tratas de hacer humano!?.- interrogó insegura e inmediatamente fue arrastrada hacía el pecho del chico.
-milk, no hagas tanto ruido, quiero dormir!.- susurró frotando su mejilla contra lo que debería ser el rostro de la que una vez fue una bella demonio.
-su-suéltame!.- ordenó, pero para su mala suerte aunque se ayudase de fuerza física era simplemente imposible. -dije que me sueltes humano!.- volvió a ordenar más molesta e incluso se ayudó de su oscuridad para tratar de alejarla de esos fuertes brazos, pero ya debería saber que eso sería imposible.
-milk... hace frío, no te muevas.- seguía murmurando, vagando en lo que deberían ser sus sueños, entonces más molestia invadió a melascula.
-no puede ser, sigue dormido!?.- al saber que en el estado dónde debería ser más vulnerable era casi imposible de mover se dio una idea de que por más poder que utilizase no cambiaría nada y eso solo le trajo mucha más molestia y la calidez que en ella se presentó le repudió.
el canto de un gallo anunció el amanecer, el sol naciente de la lejanía comenzó a traer calidez a la fría mañana, poco a poco ya sea por costumbre o por otra cosa los ojos del dueño de aquella casa comenzaron a abrirse lentamente.
-vaya, que bien dormí!.- habló bastante feliz restregando la almohada en su cara, un nuevo día para trabajar y disfrutar. -creo que debo preparar el desayuno, Meláscula-chan debe tener hambre...- pensó, recordando que la chica desde ayer no habría comido nada, no obstante inmediatamente se dio cuenta que algo estaba mal, pues su cama estaba mucho más baja de lo normal, la madera de su cabecera estaba destrozada y rasguñada, además de que parte de los alrededores había desorden, como si algo hubiese hecho caer los muebles más cercanos de su habitación.
-qué pasó aquí?.- fue lo primero que preguntó, pero olvidó buscar una respuesta cuando sintió cierta tembladera provenir desde sus brazos, ahí notó algo de presión y comprendió que bajo las sábanas había algo o alguien.
-qué es esto?.- murmuró y descubrió la tela, mostrando aquel cuerpo vendado que acurrucado temblaba por alguna razón, pudo ver en esos ojos como un tick se presentaba en uno de los párpados de la chica.
-Meláscula-chan?.- preguntó un poco confuso, y como no estarlo al no saber cómo ella había llegado ahí. -un humano y yo...- era lo único que podía murmurar, al saber que una piel como la de él se rozó con ella, la hizo su prisionera sin necesidad de estar consciente y sin tener poder mágico alguno.
-vaya Meláscula-chan, no sabía que te daba miedo dormir sola!.- exclamó al no tener una decisión a la mano esa fue la única explicación que encontró, aquello solo causó un tick mucho mayor en Meláscula.
-iré a preparar el desayuno, trata de no moverte mucho o puede empeorar.- le dijo y se levantó de la cama, dejando a la demonio bajo las sábanas para que supuestamente siguiera descansando.
-prefiero eso a dormir con un humano como tú!, que asco!.- pensaba con el tinte azul en sus palabras aún traumada por la espantosa noche que había pasado.
en realidad no es que hubiese pasado algo verdaderamente indignante, pero el sentir que su cuerpo fuese rosado por la piel humana ya era algo completamente repugnante para un demonio de élite como ella, ni siquiera sabía por qué seguía ahí siquiera, no comprendía por qué se sometía a semejante tortura.
pronto el aroma llamativo y tan rico se hizo presente, uno que le obligó a salir de las sábanas cuando se hizo más intenso.
-ya está listo Meláscula-chan.- anunció a la vez que sus ojos oscuros se posaron en la bandeja que descendió hasta reposar en su regazo. -trata de no moverte mucho, la verdad eres la primera persona que he traído a mi casa, así que no sé si te pueda gustar mi comida.- rascó su cabeza al decir eso, siendo señalado por la confusión de la demonio. -¿comida humana?.- con dudas no dejaba de observar los platillos que se le fueron servidos.
-bueno, supongo que así le puedes llamar.- sonriente comentó. -no debes preocuparte por nada, yo mismo cultivo las verduras y la carne la he comprado en el pueblo hace muy poco, así que no creas que te voy a envenenar, además este pan es riquísimo.- halagando a la comida explicó con detalle, las manos temblorosas de la chica sujetaron las piezas de pan que en medio de ellas sostenía muchas más cosas, algo que nunca había visto y no de muy buena pinta.
-humano!.- llamó con fuerte voz, el viento golpeaba su oscura piel y ahora agradecía que su sentido del gusto no se haya estropeado como el resto del cuerpo.
-humano, dame otro de estos!.- sentada afuera de la casa observaba parte del entorno del nido del humano que la había acogido, no comprendía cómo funcionaba las colonias de humanos, pero si tenían exquisitos manjares como este; valía la pena aguantar tal sacrilegio.
-quieres otro sandwich?.- saliendo de su casa preguntó ante los llamados de Meláscula.
-quiero más de esa comida humana, también quiero alcohol.- ordenó, sin tener idea de que en unas pocas horas había terminado con parte de alacena del dueño de esa casa.
-vaya Meláscula-chan, tendré que ir al pueblo a comprar algo de jamón y carne, además tengo que hacer más pan y aún no es la hora del almuerzo.- rascando su cabeza se dirigió a la demonio que tranquila reposaba, no quería ser descortés.
-y eso qué significa?, acaso no piensas darme más comida ni bebida?!.- bastante molesta preguntó y voló hasta el pórtico dónde gokú permanecía.
-a-al menos deberías esperar hasta el almuerzo, además para comprar alcohol tengo que buscar un cantinero.- explicó, pudo notar el enojo de la chica en ese rostro cubierto por vendas.
-bu-bueno, yo...- trató de decir, pero sus palabras se quedaron en el aire cuando una hoja de papel cubrió su rostro.
-y esto?.- preguntó apartando el objeto de su cara, Meláscula también sintió curiosidad. -parece un tipo de aviso que cayó del cielo.- mirando detalladamente la hoja de papel concluyó, inmediatamente después más de aquellos objetos descendían de los cielos como si alguien los arrojase, ahí fue cuando levantaron la vista y observaron a las criaturas volar y descender de las alturas, enormes que con su caída hicieron temblar el suelo, Meláscula les reconoció, eran demonios azules enviados seguramente por sus compañeros.
un rugido amenazante se fue lanzado, tal vez las bestias pensaban que aquella demonio estaba cautiva o en peligro y defenderían a su ama sin dudarlo.
-y esas cosas que son?, nunca las había mirado.- sin mostrarse preocupado rascó su mejilla bastante curioso por las criaturas que les rodearon. -son demonios, debieron ser enviados por algún otro mandamiento.- explicó aburridamente melascula, nada sorprendida por los subordinados que aparecieron.
-parecen malos sujetos, además ese está cubierto con sangre.- explicó apuntando a uno que le miraba directamente.
-bueno, yo de tu correría humano, porque morirás aquí y ahora.- murmuró Meláscula, no sintió empatía alguna por el peligro que rodeó al JOven, incluso se sintió un poco bien al recordar que no atendió a sus órdenes y lo sucedido esta mañana, aunque si lo pensaba detenidamente aquel chico había sido el único que se preocupó por ella, ni sus aliados ni subordinados la habrían tratado como él lo hizo.
pero no es como si se hubiese sentido mal, solo seria algo que guardaría en lo más recóndito de sus memorias, sobre todo porque aquel humano como ella decía había sido uno de los pocos que se resistió a su poder, ahí recordó que nunca preguntó el nombre de ese chico.
sobre su oscuridad no movió ni un solo músculo mientras las bestias se lanzaron a atacar al dueño del lugar, no sonrió pero tampoco se sintió triste, su inexpresión era lo único que permanecía en ella.
pero no todo terminó como ella pensó, la sangre de las criaturas se esparció por todos lados, las partes destrozadas de sus cuerpos se derramaban sobre el suelo y la vista fría de la chica pasó a mostrarse impresionada, ahí confirmó que gokú no era alguien normal.
una montaña cercana terminó reducida a escombros y la destrucción no terminó ahí, un golpe que ningún caballero sacro había mostrado ni mucho menos seres con un poder mayor salió a reducir, al menos en fuerza parecía estar muy superior a los demonios de bajo rango e incluso dudaba si podría estar en igualdad de sus compañeros, ahí se quedó completamente muda cuando no mostró rastros de cansancio y la despreocupación de aquel sujeto de cabellera alborotada le alarmó.
-vaya, de dónde habrán salido esas cosas, nunca había visto algo parecido.- fue el comentario que inundó los oídos de la chica de cabellera violeta. -estás bien Meláscula-chan, no te hicieron daño?.- inmediatamente preocupado se acercó a la demonio que no se movió, ese extraño se preocupaba por ella aún después de dejarle a su suerte, ¿qué era todo esto?.
-vaya, esto parece un aviso para un torneo.- sosteniendo el papel frente a sus ojos examinó el objeto con más detenimiento. -debe ser algún plan de los demonios.- comentó melascula, sus ojos le ignoraban por completo pero permanecía escuchando a ese joven.
-el ganador podrá pedir lo que quiera!, esto es increíble!.- siguió leyendo, la vista aburrida de la diablesa solo se dirigía al campo que se extendía fuera de aquella casa donde reposaba un poco por la ventana, estaba algo aburrida pero no estaba de ánimos para cumplir con las órdenes de sus superiores.
-vaya, tal vez si participo y gano puedo ayudar a Meláscula-chan!.- mencionó repentinamente, los ojos de la mujer se abrieron de par en par y bajo ese rostro cubierto de vendas se giró inmediatamente para ver al humano que dijo semejante cosa.
-qué-qué has dicho?!.- se notó sorprendida pero incluso molesta al insinuar que ella necesitaba de su ayuda, pero aún con ello no pudo quitar ese rostro carismático del humano.
-aquí dicen que cumplirán cualquier deseo, tal vez pueda pedir que sanen el cuerpo de Meláscula-chan.- siguió pensando en voz alta, algo extraño para la demonio, este tipo en realidad era increíblemente amable.
fin del capítulo 1
bueno, ya llevaba tiempo escribiendo esta historia y originalmente iba a ser un oneshot o como sea que se escriba, pero de ser así parecía que nunca llegaría a ustedes, así que lo publicaré en capítulos que no serán más de unos 9 o 10, así que espero les guste.
cabe aclarar que este no es el fic que mencioné en el capítulo de hakaishin, dónde dije que estaba preparando uno nuevo ya que se trata de otro que muy pronto pienso traer.
bueno, dejen su voto y sus opiniones sobre este cap y del fic en sí, no me juzguen por hacer esta clase de ships jsjs.
bueno, nos vemos a la próxima.
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