2-Visita

Punto de vista de Tn


Ese día recibí un correo de que podía pasar a Nevermore gracias a la amistad de Enid con el conserje encargado de la seguridad. Antes de ir, me pase por el trabajo ya que encontré unos cuantos libros más cubiertos de polvo muy antiguos y que pensaba que le podían gustar a Miércoles. Si los dejaba más tiempo entre esos estantes, seguramente no llegarían a año nuevo.

—Bien, ya tengo todo en su caja—dije antes de cerrar el maletero.

Conduje tranquilamente mientras pensaba en como sería la academia por dentro pues nunca había estado allí. Tenía unos pocos nervios pero me relaje escuchando la música de la radio. El camino fue sin problemas, contemplando la gran cantidad de árboles. Era la mar de silencioso.

Al llegar a la puerta, aparque en el recinto y me bajé del vehículo para coger la caja. La puerta que daba lugar parecía de película de miedo pero el edificio me encantó. Por unos momentos deseé poder estudiar allí y entablar amistad con el resto de estudiantes. No podían ser peores que los compañeros con los que compartía clase.

Vi al conserje en su pequeña caseta y levantó la vista al verme.

—Disculpe, busco a Miércoles Addams—explique—tengo una caja para ella.

—Ah, pues...—me dio la dirección y agradecí.

Al parecer se dividía en dos secciones, la de chicos y chicas. Al entrar, fueron muchas las miradas que recibí por parte de las estudiantes. Una de ellas, una chica con ojos muy distintos a todo lo visto me paró.

—¿Buscas a alguien?—preguntó apoyada en la pared.

—Hola, busco a Miércoles—ella abrió los ojos.

—¿Eres el normie que vino a verla el otro día?—asentí—soy Bianca, un placer.

—Tn, encantado.

Ella me guió hasta la puerta de su dormitorio y conversamos un rato, parecía muy amigable. Luego, se marchó mientras me dijo que esperaba verme de nuevo, que le había caído bien y que tuviera cuidado con Miércoles.

No le había dicho a ellas que venía, era una sorpresa.

—Ya va—escuche la voz animada de Enid.

Al abrirse la puerta, ella se sorprendió y con una sonrisa se lanzó a mis brazos.

—¡Tn!—dijo—¡que alegría verte por aquí, pero me tenías que haber avisado!.

—Lo siento, estaba algo...entusiasmado por ver la academia

—¿La academia?, o tal vez...—me miró haciendo señales con sus cejas.

—La academia—miré a otro lado algo sonrojado, no estaba acostumbrado a que me hablasen de otra manera.

—Adelante, pasa.

Entré al dormitorio y pude verlo dividido en dos. Una totalmente colorida de Enid y otra oscura que seguro que era de Miércoles. Escuché la puerta del lavabo abrirse.

—Enid, deja de usar tanto perfume en el baño. Cualquier día moriré asfixiada, no es que me importe, pero no quiero morir por tu culpa—Miércoles salió vestida pero con una toalla en la cabeza.

Al verme, está se cayó dejando su pelo suelto y algo revuelto.

—¿Tn?—salude con la mano libre con cuidado de no dejar caer la caja—¿qué estás haciendo aquí?—miró a Enid enfadada.

—Yo no sabía que venía

—Ha sido un poco sorpresa. Si molesto puedo irme y...—no dije nada porque no podía parar de mirar su pelo suelto. Le quedaba muy bien.

—Es igual, ¿qué llevas en la caja?—preguntó mientras tomaba un cepillo y se arreglaba el cabello frente al espejo.

—Unos libros, son para ti.

Al terminar de peinarse, se sentó sobre la cama y examinó la caja.

—Estos son...—susurró.

—Revisé el otro día y los encontré entre la gran cantidad de polvo. ¿Los quieres o los tiro?—pregunté.

—Los quiero, serán una buena lectura pero no tengo como pagarte por ello. Son muy valiosos, estoy segura de que si los vendes obtendrás mucho dinero—sacó uno—este es una edición especial, este está firmado y todo...¿de verdad renunciarás al dinero por ello?.

Enid vio los libros y revisó en internet,al ver el precio casi le da algo.

—¡Podría comprarme ropa durante todo un año!—exclamó emocionada.

Miércoles me miró, con esa mirada tan fría, seria pero esos ojos tan negros que parecían hipnotizarme. 

—Es raro, la gente cuando me ve se cambia de acera porque piensa que soy...

—¿Espeluznante?

—Prefiero el término siniestra—corrigió ella.

—Yo no creo que seas siniestra. Además, las apariencias engañan. Y creo que te preocupas mucho más por los demás, pero te gusta mantener cierta apariencia. De lo contrario, no me habrías protegido el otro día en el cine—dije con una sonrisa.

Ella miró a otro lado, y luego volteó a verme.

—¿Por qué me los das?, deberías venderlos—comentó cambiando de tema.

—Ya te lo he dicho, prefiero que los tenga alguien que de verdad los aprecia. Si los vendo, lo más seguro es que la gente especule con ellos para ganar dinero. En cambio, tú ganarías conocimiento—respondí—de verdad, no me debes nada, toma esto como un regalo.

Ella parecía dudar, me miraba y luego los libros.

—Gracias.

Enid dio un salto.

—¿Miércoles Addams dando las gracias?—preguntó sorprendida—¿está enferma?.

—Vuelve a decir eso y te mataré mientras duermes

—¿Es una broma no?—pregunté.

—Yo nunca bromeo sobre estás cosas.

Miércoles sacó el resto de libros de la caja y se siguió sorprendiendo. Me pareció ver un brillo especial en ellos, parecía disfrutar de lo que veían sus ojos.

—Es la primera vez en mucho tiempo que alguien me sorprende—dijo—para bien.

—¿He de tomarlo como un halago?—ella asintió.

Enid se puso a revisar tiktok mientras notaba que nos miraba de reojo.

—¿Puedo invitarte a algo en la cafetería de la academia?—preguntó tras colocar todos los libros.

—Claro y...¿qué es eso?—vi una mano acercarse.

—Es cosa, un misterio de como sigue con vida, es de la familia—la mano me saludó y devolví el saludo.

—Es increíble—dije con una sonrisa.


Punto de vista de Miércoles.


Después de las presentaciones, nos fuimos a la cafetería pero Enid no vino porque tenía que terminar unos deberes. Aunque conocía de sobra sus intenciones, de hecho me guiñó el ojo. Me dieron ganas de matarla allí mismo.

Le mostré un poco la academia hasta llegar al lugar. Pedí dos cafés para llevar a la mesa y nos sentamos ante la mirada atónita de todos. Noté que Tn estaba algo nervioso por las miradas así que al voltear los miré mal y todos dejaron de mirarnos.

—Hola Miércoles—saludó Eugene—¿qué tal todo?.

—Bien. Euguene, este es Tn, Tn, él es Euguene, un chico apasionado por las abejas.

Este se sentó al lado mía.

—¿Eres un normie?—él asintió—¿te gustan las abejas?.

Al asentir, ambos empezaron a hablar con cierta pasión. A Tn le encantaba la miel en las tostadas y Euguen comenzó a darle una explicación técnica sobre el tema. Fue cuando note cierto malestar al ver que él podía hablar con total naturalidad. Me sentí un poco celosa.

—Bueno, ¿desde cuando sois amigos tú y Miércoles?—preguntó este.

—Desde el año pasado. Ha sido muy buena conmigo—al decir eso, le vi sonreírme.

Quise amenazarle, pero no me salían las palabras. Otra maldita vez me quedaba sin habla delante suya, ¿qué me está ocurriendo?.

Euguene se fue al cabo de un rato y nos quedamos él y yo.

—¿Cómo es la vida aquí?

—Normal. Rodeado de estudiantes que podrían matarte con suma facilidad—respondí fría mientras daba un sorbo de café.

—¿Y qué poder tienes?

—Visiones, pero no las puedo controlar. Y son negativas siempre—explique.

Viendo que se hacia tarde, me dijo que debía irse pues tenía que hacer cosas en casa y ordenar su habitación. Le acompañe hasta la salida y se subió al coche. 

—Gracias por los libros—dije mirándolo a la cara, tenía unos ojos bonitos, tenía que reconocerlo.

—Ha sido un placer. Si quieres te puedo seguir trayendo libros que encuentre interesantes. Te pasaré foto y...lamento haber venido sin avisar—se disculpó.

—No te preocupes por eso—reste importancia.

—Por cierto, te queda bien el pelo así suelto—dijo haciendo que abriera mis ojos.

—Gracias—al decir eso me percate—¿otra vez?, ¡maldita sea!.

 Lo vi marcharse hasta perderlo de vista en el camino.

Al regresar, tuve que aguantar a Enid hablando del tema hasta que se fue a darse una ducha. Mientras estaba tumbada, chateé un rato con él, pasando fotos de sus libros hasta la hora de cenar. Cene rápido y luego me puse a ojear los libros por encima, realmente eran valiosos y por primera vez en mucho tiempo me sentí agradecida. Además, eran libros que siempre había deseado obtener en papel pues no era lo mismo que en el ordenador. Me negaba a ser una esclava de la tecnología más allá del teléfono móvil y este lo tomaba como una herramienta.

Al día siguiente fui a ver a Euguene.

—¿Qué necesitas?—preguntó.

—Miel, es para...un experimento—mentí.

—Es para Tn, ¿cierto?

—¿Qué?, ¿de qué estás hablando?, ya pareces Enid—trate de que no se notase mi sorpresa.

—No debes preocuparte, no diré nada—me dio un tarro—es la miel más buena que tengo, dile que es de tu parte. Me cae bien, es un normie al que le gustan las abejas.

—Te lo agradezco

—Somos un equipo.

Después de despedirme, tomé un uber y fui al poblado donde encontré a Tn en una cafetería tomando algo en el descanso del trabajo. Parecía estar muy agotado.

—¿Miércoles?—preguntó sorprendido y mirándome a los ojos.

—Hola, vengo a darte esto—al darle el tarro vi como esa sonrisa perfecta se dejaba ver.

—Muchas gracias—me dio un pequeño abrazo y yo devolví el abrazo ante mi propio asombro. Era como si mi cuerpo se moviera por sí sólo. Pude oler su colonia a vainilla, me dejé llevar un poco hasta que nos separamos.

Estuvimos charlando un rato sobre libros hasta que miró el reloj y dijo que debía regresar al trabajo. 

—Gracias por el tarro de miel—sonrió de nuevo—oye, ¿tienes que hacer algo este fin de semana?—preguntó.

—Sentarme a escribir y disfrutar de la fría soledad de mi fría habitación—respondí.

—Ya veo...—en el tono de voz pude detectar un poco de tristeza.

—Pero supongo que puedo hacer tiempo para ir—al decirlo, su rostro cambió por completo.

—¿Paso a buscarte?—yo asentí.

—Se puntual—le dije antes de despedirnos.

Tome el uber de regreso, subí las escaleras, salude a Bianca y compañía antes de entrar a mi dormitorio donde Enid dio unos saltos.

—Parece ser que alguien...tiene una cita—yo me paré—¿has estado con Tn?.

—¿Acaso tienes espías en todos lados?—pregunte sorprendida por primera vez con ella.

—Me lo ha dicho Tn—respondió sonriente.

—¿Tanto hablas con él?

—Hablo de otras cosas, tú de libros y yo...de chismes—disfrutaba diciendo eso.

—Como sea, he de escribir un rato.

Las clases fueron normales, aburridas y a veces sentía que no tenía sentido ir a clase cuando eres tan inteligente que sabes los temas de memoria. 

Recibí un mensaje de Tn diciendo que esa tarde iría sobre las 6 a recogerme. El tiempo había pasado volando. Me di una ducha y me puse una ropa que Enid había comprado para ese día, oculté que me quedaba bien y gustaba.

—Perfecta—dijo ella haciendo la señal de aprobación junto a cosa.

—En fin, terminemos con esto—salí del dormitorio y fui hasta el punto de encuentro.

Lo vi vestido con ropa formal y diferente a lo habitual. Al verme, se acercó hasta mí y me saludó con dos besos.

—¿Lista?—preguntó aunque estaba mirando sus ojos.

—Sí.

Al subirme al vehículo, puso mi banda de música favorita, todo gracias a la información de Enid y pude disfrutar mucho más del trayecto.

Aparcamos no muy lejos de su casa. Ese día había puestos de comida repartidos gracias a una empresa que quería hacer publicidad con los excluidos y normies de Jerichó y sus alrededores y era tan tranquilo el lugar que era perfecto.

—Oye, gracias por acompañarme hoy—dijo de repente—no estoy acostumbrado a estar con gente y salir con amigos—al ver sus ojos, vi la tristeza en ellos.

—Ir conmigo es peor que eso

—No lo creo, me lo paso muy bien contigo—dicho eso, su gesto cambió y note algo cálido en mi cuerpo, algo que no sentía desde que besé a Tyler.

El me tendió la mano.

—¿Vamos?—yo me quede mirando aún en shock cuando mi cuerpo se movió sólo y apretó la mano.

Continuará...


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