11-Criatura
Punto de vista de Tn.
Había ocurrido de la noche a la mañana, unas criaturas similares a los perros aparecieron y comenzaron a atacar el pueblo. No es que fueran demasiado grandes pero si un grupo bastante numeroso y peligroso. Por suerte estábamos armados y preparados. Mi madre y yo disparábamos como podíamos desde las ventanas del piso de abajo y teníamos mucha munición a mano, aunque trataba de no desperdiciar ninguna. Por su parte, mi padre desde arriba utilizaba un rifle, había pertenecido al ejército.
—¡A las siete en punto tienes uno hijo!—gritó mi madre.
Un balazo en el costado fue lo que recibió la bestia. Eran peludas, negras y con los ojos rojos, parecía sacado de un videojuego. No era demasiado hábil con el arma, pero tampoco costaba demasiado apuntar y disparar.
Los vecinos estaban igual y disparaban desde sus casas mientras la policía ayudaba a las personas de la calle a los cuales les pilló de sorpresa y cubría a los heridos. El pueblo se había vuelto un caos.
—¡Venid por mí bestias asquerosas!—gritó una voz.
Hadson, el loco del pueblo por sus actitudes y demás apareció con una ametralladora en cada mano, unas granadas en su cinturón, un pañuelo en su cabeza y dejando la bandera americana que tenía tatuada en su pecho al descubierto.
Comenzó a disparar ráfagas de tiros a todas las bestias mientras mi madre y yo nos poníamos a cubierto y alejamos de las ventanas para no recibir un balazo. Cuando los disparos cesaron escuchamos unas explosiones. Luego tras unos minutos de silencio recibimos por altavoz del cuerpo de policía que podíamos salir.
—Se acabó—dijo mi madre.
Al salir vimos como muchas criaturas huían despavoridas hacia el bosque de donde habían salido esa mañana.
—¿Dónde van todos?, ¿al bingo?—pregunté mientras aún llevaba el arma en la mano.
La policía pidió a los vecinos trabajar en las defensas, enseguida nos pusimos a levantar barricadas con muebles y a tapiar las ventanas. Puede que volvieran a atacar más adelante y teníamos que estar preparados por si acaso.
—¡Tn!—me dijo Enid al coger mi llamada—¿estás bien?.
—Sí, solamente hay unos pocos heridos, ¿y vosotras?, ¿y Miércoles?—ella apareció a su lado—me decía que no estabas operativa.
—No controla la tecnología y se le ha olvidado ponerlo a cargar—contestó la loba—pero estamos bien, los hemos barrido en todos los sentidos.
Yo suspiré aliviado.
—¿Todo bien mi tormenta de veneno?—pregunté.
—Si, ahora iba a ver que clase de criatura es lo que nos ha atacado—respondió—quiero examinar bien el cuerpo.
—Ugh, conmigo no cuentes—replicó Enid asqueada.
—Sea lo que sea que hay en el bosque, controla y manda a estás criaturas—comentó pensativa ella, me encantaba cuando adoptaba esa actitud de investigadora—ya te contaré detalles.
Tras un poco más hablando, terminamos la llamada.
—Estoy agotado—dije tomando un descanso.
El resto del pueblo estaba igual, levantamos una pequeña parte y nos turnamos entre los vecinos para vigilar ya que no eramos tantos. Los muros de la academia sirvieron muy bien así que según Enid, ellos apenas tuvieron problemas, por no hablar de que usaron sus poderes.
A la tarde y tras convencer a mis padres, cogí el coche para ir a Nevermore. El camino para llegar se hizo eterno, pero no tuve ningún tipo de percance. Al llegar, me abrieron las puertas y luego las cerraron por seguridad. Saludé al conserje y acudí a la habitación de Enid tras saludar a algunos estudiantes mientras los de limpieza acumulaban a las criaturas para quemarlas.
—¡Tn!—gritó eufórica ella mientras me abrazaba—¿qué haces aquí?.
—Ver como estaba mi loba favorita y...mi asesina favorita—miré al interior esperando encontrarme con Miércoles, pero allí no estaba ella.
—Me halagas mucho—jugó un poco con su pelo—pero tu novia está con los cuerpos, te llevaré hasta allí.
Me contó lo asustada que estuvo durante el ataque salvo cuando se transformó en loba y acabó con muchos mientras Miércoles los partía en dos con su espada. Bajamos hasta una especie de sótanos y me dejó a solas pues no quería ver la sangre y el cuerpo de una de las criaturas.
Abrí la puerta y todo era pura sangre, como le gustaba a Miércoles. Miré el cuerpo de uno de esos perros o lo que fuese abierto. Miércoles junto a Cosa lo examinaba detenidamente usando un traje para no mancharse y unos guantes.
—Veo que no pierdes el tiempo—ella detuvo lo que estaba haciendo y me miró.
—¿Qué haces aquí?, ¿sabes lo peligroso que es venir tú solo?—parecía sorprendida a la par que molesta.
—Eh, salgo con Miércoles Addams, no creo que haya nada más peligroso que eso.
Se limpió todo con agua y me dio un beso.
—Esa criatura ha sido creada con magia—comentó—no es natural de este mundo.
—Pero que lista eres
—Lo sé.
Salimos a dar un paseo por el patio de la academia y sentarnos en uno de los bancos, ella apoyó la cabeza en mi hombro, estaba cansada.
—Creo que no es un monstruo lo que hay ahí fuera—dijo—es algo más...un mago tal vez, como Crackstone pero más poderoso.
—Lo detendremos—dije apretando su mano—podemos con esto y más.
Fuimos a su dormitorio y durmió una hora para recobrar fuerzas mientras yo miraba vídeos con Enid. Al despertar, se puso las botas y justo ahí...la alarma sonó. De nuevo atacaban.
Por suerte iba armado, me había llevado la pistola. Fuimos a la parte de abajo y comencé a disparar para ayudar a Xavier, Bianca y demás gente de alrededor. Eugene usaba sus abejas para hacerles saber su posición y cuantos animales eran.
—Miércoles...—la vi moverse con elegancia mientras los mataba con su espada. Uno quiso atacarla por la espalda cuando recibió un balazo—¡no te atrevas a tocar a mi novia puto engendro!—me acerqué y le solté tres balazos más.
Seguimos peleando hasta que la oleada se acabó. La lluvia que había empezado hace poco se incrementó y tuvimos que refugiarnos en el interior de la academia. Yo me quedaría a pasar la noche allí. Por suerte al coche no le había pasado nada de nada. Pero era peligroso.
Todos los compañeros me dieron las gracias por la ayuda y antes de ir a cenar me fui a dar una ducha. Me limpié toda la sangre bien, estaba cansado del día, esperaba no tener que volver a pelear por lo menos en unas cuantas horas.
—Tn—dijo una voz a mi espalda.
—Estoy terminando, enseguida puedes usar el baño—dije mientras me frotaba todo el cuerpo.
—No, no es eso—al fijarme vi que no llevaba nada y se acercó a mí—me ha encantado ver como me has defendido—colocó la mano sobre mi pecho—y me encanta ver tu lado asesino—esos ojos no mostraban frialdad, sino una lujuria que nunca había visto en ella—parece que alguien está contento—dijo mirando un poco más abajo de mi pecho.
Salimos al cabo de un buen rato, no sabría decir cuanto tiempo pasó, pero fue maravilloso, tenía marcas por todo mi cuello.
—Hoy dormirás conmigo—dijo mientras preparaba la cama.
—Y con Enid supongo—ella me miró mal—hay tormenta.
—Es verdad.
Cenamos relajados y como si nada ocurriera, necesitaba eso, estar rodeado de buenos amigos y gente con la que poder estar tranquilo y desconectar.
En la habitación, Enid necesitó de nuevo estar con nosotros. Miércoles miraba la ventana, muy pensativa, incluso para ser ella.
—¿Todo bien mi tormenta de veneno?
—Necesito dar con el culpable, no podemos estar todos los días así—respondió mientras me abrazaba fuerte.
—Tranquila—le di un beso en la frente—ahora solamente relájate y descansa, necesitas estar a tope para poder tener la mente clara.
—Tienes razón—admitió—será mejor dormir.
Los tres estábamos cansados y no tardaríamos mucho en quedarnos dormidos. A la mañana siguiente me desperté con algunas agujetas. Besé a Miércoles en la frente mientras ella despertaba y me daba los buenos días.
—Necesitabas dormir eh—dije riendo.
—Un poco, ¿has dormido bien?—preguntó en referencia a Enid aferrada a mí.
—Creo que mucha gente daría parte de su vida por tener a dos hermosas mujeres a su lado y despertar de está forma.
Enid poco a poco fue abriendo los ojos.
—Buenos días lobita
—Buenos días Tn—se aferró a mi brazo y restregó su cara contra mi pecho.
—Enid deja a Tn
—Oh venga, solamente un poco...huele a vainilla.
La mañana transcurrió un par de horas y yo llamé a mi familia para ver como iba todo. También habían atacado casi a la noche el pueblo pero no había ningún asesinado, parecía una táctica de desgaste. Miércoles pensaba en como dar con una solución pues el bosque era demasiado grande para ir sin más.
—Hay una forma, pero es arriesgada—dije.
—¿Cuál?
—Cuando atacaron, luego se retiraron en una dirección. Propongo que tras el siguiente ataque, Eugene use a sus abejas para seguirlas hasta su guarida—sonreí—una vez sabido donde se encuentra su base...
—Podemos atacar sin problemas
—Exacto.
Miércoles me dio un fuerte beso.
—Vamos a ir a relajarnos un poco antes de que vengan a por nosotros—propuso ella mientras se tiraba sobre la cama y encendía el pc de Enid.
—¡Que guay, una película!—dijo emocionada la loba.
He de decir que le había cogido un gran cariño a la academia, me lo pasaba mejor que en Jerichó. Enid puso una película romántica y tuvimos que verla ante su insistencia. Miércoles sentía las ganas de matar a su roomie mientras yo sonreía.
Todo esto lo consideraba la calma antes de la tormenta, yo comenté a Miércoles que tal vez en el siguiente ataque enviarían algo peor pues las primeras oleadas serían para ver nuestra fuerza.
—Sea lo que sea...—comenzó ella.
—Lo detendremos—terminamos Enid y yo.
Continuará...
Espero que les haya gustado y cualquier cosa no duden en comentar.
Saludos.
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